Suplemento Sí - Clarín - 5 de Marzo de 1999
¿JUANSE QUIERE SER DEL JET SET?
EN UNA ENTREVISTA IMPERDIBLE, EL LIDER DE LOS RATONES PARANOICOS DEFIENDE SU DERECHO A LA BUENA VIDA, EL MEJOR WHISKY Y DISPARA ASI CONTRA EL ROCK QUE DESCARTA EL GLAMOUR...
Fue la cara rockera de la temporada y en una misma semana tocó en Cemento y en una fiesta privada para un country de Punta del Este. Entre esos extremos el embajador stone se planta: prefiere la exposición frívola del flash a la demagogia.
"Esto es un aleph etílico." Mirando la generosa barra del bar Tabaq, Juanse suspira una referencia mitológica y borgeana. Todas esas botellas entre las que destaca el whisky importado, dice, son el punto donde se resume un universo entero de anécdotas. "En los ochenta paraba Olmedo y ahora, el Coco Basile. Con el Zorrito venimos siempre, a enterararnos cosas del mundo del fútbol y a discutir." Es viernes a la tarde y el cantante del vicio tiene en su mesa una picada y una gaseosa diet. Queda claro que el punto de encuentro para la entrevista, un establecimiento sibarita en pleno Palermo Chico, lo eligió él.
Juanse en el casamiento entre el Zorrito Von Quintiero y Betina Menditegui, cuñada de Mauricio Macri, un must del jet set local. O en la "súperfiesta" del año de revista Gente junto a lo más granado del glamour nacional. Y, al fin, como protagonista en una producción sobre "rock & fashion" compartiendo tapa con la top model Lorena Ceriscioli para la revista Show On (un lanzamiento estival que buscó el punto intermedio entre Caras y D'Mode). Instantáneas todas de este verano en las que el cantante de los Ratones Paranoicos decidió llevar adelante su impronta de dandy rockero aun a riesgo de quedar envuelto en la "careteada". Así, el hombre que más hizo por mantener en pie a la tribu stone y el músico-gourmet que llegó para reemplazar al histórico Pablo Memi, trabaron alianza día y noche (sus parejas e hijos también son amigos) para convertirse en las caras del rock más vistas de la temporada. Y entre el garaje y la playa cheta par excellence, Juanse se movió entre dos puntas: Los húmedos camarines de Cemento y un recital exclusivo organizado por el relaciones públicas Javier Lúquez para un country de Punta del Este. Juanse, entonces, tan cerca y lejos de sus callejerísimos estones.
-Te convertiste en una suerte de referente rockero de la temporada de Punta del Este...
-No me preocupa en absoluto. Me alegra porque la pasé muy bien. Yo veraneo en el lugar que más me gusta. No oculto nada. Prefiero gastar la plata ahí, que esconderme en una quinta de Ituzaingo o Moreno y mojarme los pies con una manguerita... Es más, me encanta la playa de Movicom.
-¿Dónde se sintieron más cómodos: ahí o en Cemento?
-En los dos lugares. En uno por el confort y en el otro porque el confort me lo da mi público de toda la vida... Puedo tocar en donde sea porque empecé tocando 16 horas en un garage, encerrado. ¡Imagináte si Mozart no hubiera ido a tocar a los palacios! Él también era objeto de envidia porque los demás eran muy mediocres.
-¿Te sentís parte del jet set?
-Yo tengo muy claro que no vengo de ahí. Que tengo menos plata que muchos y menos limitaciones que muchos más. Además, guardo un caño de plomería en el baúl del auto, lo saco y se acaban todos los problemas.
-¿Tenés claro que ese tipo de exposición moviliza los prejuicios?
-Eso es un absurdo y lo va a ser toda la vida. El rock en los últimos años ha adquirido un conservadurismo peligroso. Caemos en ese aspecto demagógico de identificarse con la gente de pocos recursos, esa historia pueril del suburbio que lo único que esconde es una ambición de dinero. Hay rockeros que tienen miedo de ser felices...miedo de que los vean tomando un whisky bueno en un bar. ¿Cuál es, man?
Con respuesta tajante, Juanse corta el tema. Su cara, esta vez, suma, a las marcas de 36 años de vida y 15 de estrella de rock, la de una quemadura debajo de los labios que lo hicieron famoso. En la compleja constelación de estrellas de nuestro rock, Juanse toma distancia del modelo de rocker que se impuso en esta década de Divividos (dijo Arnedo: "Estrella es alguien brillante no un tarado que se baja de una limusina) a La Renga ("Los pibes te hacen estrella aunque no quieras", Chizzo). Y elige el modelo Spinetta como referencia: "El tipo tiene una mina que es un camión de hacienda, sus hijos son estrellas de rock, él es un poeta intocable... y además tiene el talento para discernir que en algun momento tenía que grabar una cancion mía", dice canchero en referencia a "Sucia estrella".
En este contexto centro versus suburbio es que el modelo glam que exhibe Juanse queda como contracara del último exponente de la tribu stone. Piti Alvarez, de Viejas Locas, es la pieza que parece haber puesto su credibilidad en jaque a fuerza de mímesis con los fans, uniforme stone de guerra y argot callejero. Gutiérrez ni se inmuta y confiesa sus lujos sin ponerse paranoico. No sólo su sabida arrogancia está de su lado: ¿ A qué pibe se le ocurriría cuestionar a Mick Jagger por sus castillos ingleses o sus cuentas bancarias varias veces millonarias?
-¿Ese modelo de rock star pasó de moda?
-La extinción de la especie depende de mí. De los 17 a los 29 años, salí todos los días, de lunes a lunes. Y, en esa época, me conocía mucha más gente de la noche que de los shows. No me banco esa ficción de "A este yo lo conocía cuando no era nadie y ahora se hace la estrella". Si sos muy talentoso para componer pero nos sos talentoso para vivir, sos un gil.
En la carrera de Ratones, la edición de su quinto disco, Hecho en Memphis (1993), y los cinco River junto a los Stones (1995) enmarcan el cénit de popularidad. De ahí en adelante, sin haber alumbrado nuevos éxitos, Juanse sacó a lucir su dandysmo compartiendo escenarios y correrías con Charly García, Pappo y Gabriel Carámbula. Justo cuando el compositor aparecía menos inspirado (editaron el recomendable Raros Ratones, un unplugged con amigos y Planeta Paranoico), el personaje se apoderó de la escena llegando a probar suerte como solista con Expresso Bongo (1997). Hoy, para la edición de Electroshock, el grupo teje relaciones que, al menos, resultan sorprendentes. Los publicitarios top del momento, la agencia Agulla & Baccetti, serían los responsables del primer video clip y el estudio de diseño que produce la revista fashion D'Mode, los encargados del arte de tapa. Pero hay más: muy pronto, Juanse y su amigo El Bahiano se harán cargo de las relaciones públicas de un bar en el complejo Bs.As News.
-Existe cierta tensión entre lo que es un chico stone clase 99 y tu convicción glamorosa. ¿Hasta qué punto estás dispuesto a cambiar por eso?
-Las cartas están echadas. Me parece patética la idea de ejercer una demagogia hipócrita por los discos. Nunca voy a justificar salir vestido hecho mierda para que piensen que la guita la dono.
Nunca una canción de los Ratones Paranoicos trepó hasta ese posible tester de popularidad que resultaron en la última década las tribunas de fútbol. Pero sí se colaron durante cuatro temporadas, casi como un himno ("¡vicio!", "¡rock and roll!"), en la cortina de El Show de Videomatch. De todos modos, y aun cuando tienen un contrato de exclusividad con Telefé (el canal que llevó a los Ratones al Mundial de Francia), la movida con Tinelli terminó. "Me cansé de prender la tele y escucharme. El contrato se renovaba año a año, pensé que iba a aguantarlo. Ya fué... salvo que me bajen un ascensor lleno de guita cosa que no va suceder."
-Es raro, siendo un habitué de la Bombonera, el fútbol nunca entró en tus letras.
-Yo soy un artista, man. A mi me gusta que la Doce me salude, siento afecto por ellos, formé parte de eso. Pero ese es mi refugio y no lo mezclo. Además, no podemos estar todos tratando de componer el tema para que canten las hinchadas de futbol. Es patético que el artista busque eso de manera descarnada... Lo importante es defender a muerte la diversidad y las alternativas.
-Es curioso que lo digas vos que sos un cultor de cierta ortodoxia del rock and roll
-Lo que yo hago es muy difícil, man. Porque busco que la gente abra la cuca y comprenda diferencias sutiles dentro de una estructura rígida. Es más jodido tener imaginación dentro de límites, que en total libertad.
-¿Y vos te sentís un parámetro para los nuevos?
-Hay muchos que intentan hacerlo pero sin vuelo estético. Pero yo ni me entero de lo que hacen los demás. Escucho FM Clásica.
Ernesto Martelli