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El mundo es redondo y el rey, ¿está muerto?
La banda nació en La Plata en 1976. Descendiente directa de La Cofradía de la Flor Solar, en un principio no tenía nombre ni integrantes fijos. Desde el comienzo, sus tres pilares fueron el Indio Solari, Skay Beilinson y Carmen Castro (La Negra Poly, manager y alma mater), a quienes se les podría agregar Ricardo Cohen, "Rocambole", algo así como el director artístico del grupo.
Si bien la música siempre formó parte esencial de sus shows, en las primeras presentaciones se ponían en escena números de teatro y ballet, mientras se repartían verdaderos redonditos de ricota entre el público.
"Algunos de los Redondos provenían de la Cofradía," cuenta la Negra Poly, "yo iba casi todas las noches a dormir a la comuna, pero sin participar de las prácticas y los trabajos. Skay tocaba ahí, con los chicos, con Kubero Díaz, éramos como cuarenta. En la década del '60 habíamos estado vinculados con el Di Tella. Skay y su hermano Guillermo participaron del Mayo francés. Es una historia de mucho tiempo. [...] La banda de Patricio Rey se reunió, en origen, para hacer cine, y no rock. Guillermo Beilinson había armado una sala en la década del '70 y le pidió a la banda que hiciera música para sus pelis, casi todas de ciencia ficción. Eran temas climáticos, con mucha percusión y una onda hinduista, tibetana. [...] El origen de las fiestas fue, en una época de tanta muerte y represión, salir a joder y a divertirse, el desenfado. Hasta entonces el rock era muy solemne, sin espacio para la diversión. Lo nuestro era romper con el ceremonial de lo estructurado, y era el espíritu dionisíaco lo que se ponía de manifiesto. Creo que era una excusa para estar juntos y ya las casas nos quedaban chicas porque éramos muchos. Como para esas fiestas no había ensayos, la banda misma se sorprendía con lo que pasaba arriba del escenario. Cada uno hacía lo que quería y algunos no hacían nada: se acercaban por la necesidad de estar con otros. Nuestro grupo era medio terapéutico."
Sobre el contexto en el que surgieron los Redonditos, el Indio comenta: "Tanto en Rosario como en La Plata, en lugares de clase media con poder adquisitivo como para viajar a las universidades de California, a Europa, a Holanda, se hacían experiencias psicodélicas y comunitarias que eran mucho más ricas que las que hubo en Buenos Aires. [...] Recuerdo una época, en La Plata: recuerdo que estaban los tibetanos y los 15-5. Cuando la cultura explotó y empezó la experiencia con drogas, estaban los místicos -que hacían toda la psicodelia, el Libro Tibetano de los Muertos, etcétera- y estaban los que se picaban, que eran unos buscas. [...] No todos eran espíritus místicos. Los buscas eran unos delincuentes; no de los que hablamos ahora, sino transeros. Personalidades que eran mucho más ricas que cualquier dogma. Nos movía el hecho de estar conviviendo y compartiendo experiencias no ordinarias con la gente. O formabas parte de los tibetanos, o de los buscas. Cuando empezó a explotar la cosa, había de todo: gente que había tenido acceso a informaciones más pulentería, para hacer experiencias no ordinarias medio guiadas, y había un montón que se picaban Sosegón y eran partes de la misma tribu. Eramos pocos los que hacíamos ese tipo de experiencias."
Al preguntárseles la razón por la cual ninguno de ellos militó en un grupo de izquierda, el Indio declaró: "Yo tenía a mi alrededor un montón de informaciones que me decían que no way. No por no tener acceso al poder, sino porque teníamos otra idea de lo que era el poder y creíamos que realmente no era el objetivo." Y Skay explicó: "También nuestra actitud estaba planteada en función de qué es la revolución. La revolución, para nosotros, era hacerla ya y ahora, aquí: vos con tu propia vida."
Hacia el '78 empezaron a presentarse en teatros under de la Capital. Entre 1979 y 1980 la banda se distanció: Skay y Poly se mudaron a Mar del Plata y el Indio a Valeria del Mar. A fin de año se reunían para tocar juntos.
En 1981 retomaron el rumbo de los pubs. Cierto día, en un festival en La Plata, el Indio faltó a la cita amparado en su inviolable precepto de "Solos y de noche", esto es: tocar sólo de noche y no compartir el escenario con otras bandas. Los Redondos convocaron entonces a Luca Prodan y Roberto Pettinato y el repertorio de esa noche histórica pasó por "Criminal Mambo", "Nene Nena", "Mejor no hablar de ciertas cosas" y "Blues de la libertad".
En 1982, terminó la etapa platense de Los Redondos. Con el Indio instalado en Buenos Aires grabaron un demo con canciones como "Nene, nena", "Mariposa Pontiac", "Superlógico" y "Pura suerte". Para ese entonces también se habían unido a la banda las Bay Biscuits (Vivi Tellas, Fabiana Cantilo e Isabel de Sebastián). El periodista Enrique Symms participaba recitando y monologando en la introducción de sus espectáculos.
En diciembre de 1984 grabaron Gulp, su primer LP, con Lito Vitale como operador y músico invitado. La banda que grabó el disco fue: el Indio Solari y Skay Beilinson (el binomio compositor), más Semilla Bucciarelli en bajo, Fargo d'Aviero en guitarra, Willy Crook en saxo y el Piojo Abalos en batería.
A casi 8 años de su nacimiento, Los Redondos comenzaban a ser conocidos masivamente, con temas como "Barbazul versus el amor letal", "La bestia pop" o "Ñam fri fruli fali fru".
Gulp fue financiado con un pozo común formado por un porcentaje de las ganancias de cada show. La distribución comercial corrió por cuenta de la Negra Poly. Más adelante firmarían un contrato con la Distribuidora Belgrano.
El Indio explica: "Tiene que ver con la magnitud. Podés distribuir vos cuando vendés 2 mil placas... y no sé: es mucho, 2 mil placas. Hay que andar moviéndose, en taxi, llevándolas... De movida también hay un circuito medio cautivo de esas cosas. [...] El primer álbum lo distribuimos nosotros; después nos dimos cuenta de que nos llevaba un toco de tiempo y de que en realidad no funcionaba. Encima sucede que ya en esa etapa es una negociación a cara de perro, como la negociación que vos hacés cuando contratás cualquier otro servicio; es decir: tenemos el producto terminado, fabricado, todo completo, ¿a usted le interesa venderlo? Sí, cómo no me va a interesar vender un producto que vende 300 mil unidades... Elegimos la Distribuidora Belgrano, que es un negocio medio familiar: son unos gallegos, los Amorena, y es como hablar con un maestro mayor de obras; no hay un Gerente de Ventas, ni esas estructuras que ni sé cómo se transa con ellas. Ese es el lugar que hemos aceptado. Ahí ya no hay ninguna agencia que pueda desvirtuar el producto estético o artístico. Les das una cosa terminada, llegás a un acuerdo de cuánto van a cargar ellos por la venta de cada álbum, y lo sacan y lo ponen, lo distribuyen en todos lados y vos te olvidás."
Oktubre, su segundo álbum, editado en 1986, terminó de lanzarlos a la masividad, y entusiasmó a la crítica y al público.
La banda dejaba los clubes por teatros de mediana capacidad primero, y a medida que su popularidad aumentaba, por estadios cerrados como Palladium y Obras. Palladium '86 es un disco en vivo no oficial, resultado de uno de los shows de esa época, como también lo fue Cemento '87.
En 1988, Walter Sidotti reemplazó a Abalos en la batería. También se alejaron D'Aviero y Crook, que fue reemplazado por Sergio Dawi. Por entonces, los Redondos eran elogiados casi devotamente.
Un baión para el ojo idiota es el título del tercer disco, "el que refleja más fielmente el sonido del grupo", según el Indio, y que contiene una canción emblemática para su público, "Vamos las bandas".
"Esa estrella era mi lujo", "La pabellum de un psicópata" y "Héroe del whisky" son los temas que sobresalen del siguiente LP, ¡Bang! ¡Bang! ¡Estás liquidado!, de 1989.
El 29 de diciembre de ese mismo año, diez días después de llenar dos Obras, se presentaron en el campo de hockey del mismo club, ante 25.000 fans, cifra inédita hasta entonces para ellos. El año '90 transcurrió con constantes presentaciones.
Como si se tratara de un fanatismo por un equipo de fútbol, la pasión por el grupo llegó a insospechados niveles de exclusividad y fidelidad.
Sobre el trabajo de composición, el Indio comenta: "Al principio, Skay y yo trabajamos por separado, cada uno tiene sus ideas desde lugares diferentes. Me gusta que la música que hay alrededor del discurso del cantante tenga que ver con el drama que quiere enunciar, que haya un escenario apropiado. Entonces no importa mucho qué es lo que interviene: si tienen que ser máquinas, tienen que ser máquinas; si tienen que ser violonchelos tienen que ser violonchelos. [...] Skay trabaja tocando la guitarra, haciendo ritmos, ordenando cosas. Yo trabajo componiendo canciones, texturas... [...] Apenas terminamos esa primera etapa por separado, grabamos los demos en un estudio casero que ahora tenemos, donde empezamos a ordenarnos más. [...] Decidimos no hacer canciones por separado, porque así conseguimos una solidez general entre ellas, una convicción. Cualquier duda que tengas, hay un plan básico al cual referirte. Lo que me interesa [...] es tener un pequeño concepto. Cuando hay dudas acerca de la inclusión de algo, si ese concepto es sólido, se van a prender de luces los instrumentos y las texturas. Los tonos mayores son una cosa, los tonos menores son otra, la textura de los violonchelos da un drama que no da el pífano. Nosotros también nos producimos, musical y artísticamente; es un juego, básicamente un asunto lúdico. El espíritu niño tiene mucho que ver."
En abril de 1991 volvieron a presentarse en Obras con su nuevo disco: La mosca y la sopa.
En directo, de 1992, es una especie de "pirata oficial" según el mismo Skay.
La popularidad de la banda se confirmó una vez más en dos presentaciones en el Centro Municipal de Exposiciones, donde tocaron ante 40 mil personas.
"Existe una especie de tacto existencial que te permite registrar la verdad o falsedad de las cosas, no es algo intelectual, es más bien intuitivo. Ese tacto registra una impresión muy desagradable cuando alguien pregunta cómo anduvo el recital y le contestan: "Muy bien, metieron dos mil personas". No contestan fue un magnífico recital, hubo mucha emoción, fue una fiesta. Contestar con cantidad de personas parece como contar dinero." Un buen ejemplo del pensamiento del grupo, en las palabras del Indio Solari.
En 1993, editaron un disco doble con 25 temas, llamado Lobo suelto - Cordero atado, y en 1996, Luzbelito.
En 1998 fue editado Último Bondi a Finisterre, un disco con un sonido que coquetea con la electrónica. Sobre la recepción de ese disco, especialmente por parte de la crítica, Solari dice: "Me sorprendió [...]. Nosotros en realidad sólo hicimos unos audiogames donde las texturas se apartaron un poco de las guitarras básicas, porque los audiogames estaban pensados para este concepto. [...] Los audiogames son un invento nuestro. Como los chicos que nos van a ver son medio de Laferrere o de lugares así, y muchos no tienen computadora, entonces en vez de un videogame hicimos un audiogame. Un juego para escuchar. Era simplemente eso."
"Cuando recién empezás," comenta, "todas tus ideas te parecen buenas. Cuando ya has expuesto una buena cantidad de tus ideas [...] con el tiempo te metés en una búsqueda en la que tenés que realimentarte a vos mismo. Por eso, [...] en este momento estoy necesitado de una plenitud diferente, de quemar naves, de patear tableros, para entusiasmarme nuevamente y lograr ese estado de inocencia donde parece que todas tus ideas son buenas. El displacer siempre nos viene en relación con nosotros mismos, con el álbum anterior, con la lírica anterior. Es una meta que podemos extender [...]. Es lo que hemos hecho este an˜o: fichar más allá de la costumbre de todo lo que nos apaña, que nos avala. Se armó un gran quilombo porque se supone que nosotros somos una banda de rock y de pronto ahora hemos jugueteado con otras estructuras."
El 15 y 16 de abril de 2000, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota dieron sendos conciertos en el estadio de River Plate, reuniendo a unos 130.000 fans, un pequeño grupo de los cuáles se las arregló para empañar (violencia mediante) la fiesta de la primera fecha -la segunda fue impecable, al menos a nivel artístico.
Hace un tiempo, un periodista escribió: "Nadie los conoce fuera de las fronteras de Argentina, pero como locales son una de las bandas más viejas, más convocantes y más conocidas. Siguen fieles a las ideas que los mantienen marginales y tan independientes como masivos. Aparecieron por el costado, por un camino que parecía imposible, renunciando a toda tentación mediática. Hoy ya son una de las partes más importantes en lo que a la historia del rock nacional se refiere". Una buena descripción del estado actual de una banda admirable en más de un sentido.
m.
junio de 1999
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