BATERÍAS RECARGABLES
La búsqueda de diversión y el acceso instantáneo al mainstream vernáculo -dos Cadillacs producen su álbum debut, mientras que Charly García es uno de los invitados- son algunas de las marcas particulares de Turf, un grupo que en dos años de carrera logró lo que a muchos les lleva un tiempo prolongado.
Entre el consenso y el fantasma de ser un grupo fabricado, dos de sus integrantes -Joaquin Levinton, cantante, y Leandro Lopatín, guitarrista- justifican los pro y los contra de tener BATERÍAS RECARGABLES.
Muchas veces, la palabra promesa encierra demasiado.
La superstición -o alguna de las religiones que gozan, aún, de buena salud- indica que deben hacerse promesas ante una desgracia inminente, o para modificar el inevitable y trágico desarrollo de los acontecimientos.
Supone una privación. Una falta, una renuncia.
Turf lleva, desde los días de su debut -autopromovido como "sensacional"-, las letras de la palabra promesa tatuadas sobre el lomo de sus canciones pegadizas.
Sin embargo, no parecen haberse privado de nada durante sus primeros y agitados dos años de existencia.
La única privación en el horizonte cercano del grupo tiene que ver con una porteña dupla tostado-licuado, en el primer bar de Belgrano al que Joaquín Levinton y Leandro Lopatín cantante y guitarrista de la banda acuden en busca de refuerzos, entre un ensayo y una presentaci¢n en TV.
Los tostados son caros, y a pesar de la tentadora presencia de varias mesas de pool profesionales, se dirigen, raudos, a una pizzería próxima donde sirven abundantes licuados de banana con leche.
"El disco se puede ver de dos maneras, lo que hace que vengan a vernos tanto Pity de Viejas Locas como Dárgelos de Babasonicos.
Por un lado, aparecen el rock n' roll, el hipódromo, y sobretodo la diversión.
En el otro costado, hay armonías complejas, temas con siete partes diferentes detrás de un estribillo pegadizo" , apunta Levinton, dirigiéndose directamente a los que podrían ser los dos componentes de la aleación níquel-
cadmio que da forma a Una Pila De Vida, el primer disco de Turf.
El orden de las canciones -los elementos químicos de una tabla- puede alterar el producto, y por esa razón en el vértice del medio se ubica un intermezzo de tranquilidad: "La Recta Final te introduce al disco metiéndote en el hipódromo, después viene una seguidilla fuerte con Panorama, Tarjeta Postal... Hasta llegar al Despiole Generacional, donde se cierra la puerta de un golpe y aparecés en un café concert de Mar del Plata a las nueve de la noche.
Al final del camino, en el tema 22 -el loco en la quiniela- , tenés que pasar por una versi¢n destructiva de una de nuestras primeras canciones: estábamos cansados de tocarla".
Los comienzos del grupo se remontan a largas zapadas.
Seis años atrás, en las que el dúo se complementaba con la presencia de un eventual bajista. Nos juntábamos a tocar con una batería electrónica y hacíumos canciones de seis horas", recuerda Lopatín, casi susurrando , hasta que Joaquín se fué.
"Pero antes de irse, me pidió que lo esperase".La partida se prolongó por dos años, etapa que le sirvió a Levinton para ocupar el puesto de guitarrista en Juana La Loca, donde los cambios de personal suelen ocurrir con frecuencia: "Cuando me fuí a Juana, dejamos de tocar juntos.
Sin embargo, sabía que a mí no me daba para tocar la guitarra, prefería cantar.
Más que nada, porque en el grupo no había lugar para otra persona que no fuese Rodrigo.
Estar un tiempo ahí me sirvió, sobre todo, para saber lo que significa tocar profesionalmente, grabar un disco, tener fechas que cumplir" .
La búsqueda de la diversión como antídoto frente al paso del tiempo, y el acceso instantáneo al mainstream vernáculo, parecen haber sido las premisas que persiguió Turf desde el principio, midiendo sus pasos con cautela.
De todos modos, el recorrido fue el clásico: shows en lugares chicos hasta conseguir un público estable aunque no demasiado numeroso , demos repartidos aquí, allá y en todas partes, y algunas visitas a las radios."Lo que nosotros hicimos llamó la atención, y eso quiere decir que si nos va bien, a cualquiera le puede ir bien.
Llevamos el demo a las compuñías discográficas, tocamos en La Luna.
Hicimos lo que había que hacer. Turf no inventó una música, pero sí le buscó una vuelta: alguien puede escucharnos y darle una vueltu más", sugiere Joaquín Levinton espantando al fantasma del grupo fabricado: el fantasma que puede llegar a aparecérsele a quien los detecte en las vidrieras de un negocio de jeans o se sorprenda escuchándolos, de repente, en cada parlante de la ciudad.
Una Pila de Vida -el disco- los separa de aquellos primeros shows en los que la falta de destreza y un breve repertorio se compensaban con el arrebato y la furia en una enferma versión de No se va a llamur mi amor de Charly García: doce canciones entretejidas cuidadosamente a través de cortes, arreglos e interrupciones que sugieren un meticuloso trabajo de producción, a cargo de los Cadillacs Mario Siperman y Daniel Lozano.
Y después de cruzar el disco, es inevitable chocar con uno de los factores que transforman o hacen derrumbar a un grupo durante sus primeros días: el asunto de la credibilidad y el compromiso, una bandera que flamea siempre detrás de los escenarios de bandas como La Renga o Todos tus Muertos. "Ellos hablan de combate, gritan: Abajo la casa rosada!, pero le meten la mano en el bolsillo a la gente editando siempre los mismos temas. Si hiciéramos como Todos Tus Muertos, nuestro próximo disco sería un grandes éxitos con las mismas canciones", dice la voz cantante, y proyecta una expansión: "Nuestra intención es llegar a todos lados. Probablemente, si un fan de La Renga nos escucha, le pueden llamar la atenci¢n las canciones, pero no las disfruta porque tiene la cabeza llena de trabas" .
Leandro Lopatín aclara, sin dudar, que hubiesen tocado en el caso de ser convocados en el recital de apoyo a las Madres de Plaza de Mayo. Entonces, surge una sola pregunta: ¨la alternativa al rock combativo de barrio es una visita furiosa y energética a Mar Del Plata? "Parece que ser joven es un problema. Significa exponerse al gatillo fácil, a la policía. Hay un montón de cosas muy duras que están pasando. Pero ya había gente que hablaba de eso: La Renga, Los Piojos, ese rock barrial que se está apoderando de todo.
Nosotros tratamos de mostrar el otro costado: que siendo joven la podés pasar regio. Si se te escapa la juventud, fuiste" , explican a dúo.
La fuente de la eterna juventud se corporiza en la figura caótica de Charly García, que formó parte de una de las canciones más potentes del álbum: "Despiole Generacional". donde la frase: " Marquemos el nuevo rumbo, tomemos la nueva dirección" encabalga las voces de alguien que viene de otras guerras, con el presente de un grupo que arranca recién de las gateras.
"Siempre me pareció que Charly estaba más allá de todos a través de un humor finísimo.
Nosotros rescatamos esa actitud, ese sentido de García", se detiene Leandro Lopatín.
El universo Turf se plagó, entonces, de visitantes que provienen desde ese territorio tan confuso que se llama rock argentino: Cadillacs detrás de la consola, García Lange de este lado, y un cover de Enlace de Los Ratones Paranoicos que Joaquín Levinton no pudo tocar nunca mientras permanecía en Juana La Loca.
"Turf fue hecho en base a lo que había y a lo que faltaba.
De movida, salimos tocando Enlace, algo que no hacía nadie.
Lo más importante es que la gente de los medios sabe de nuestra existencia previa al disco, y pueden informar bien.
Nunca salió una nota que dijera que la banda es inventada, porque entre otras cosas, el nombre de Turf venía sonando desde hace dos años.
Una de las formas de ganar legitimidad es revisar la historia.
EI catálogo incluye, también, a The Who, Small Faces, Bowie, Marc Bolan y a los infaltables Rolling Stones, en un tour impecablemente inglés y de algun modo uniforme, donde las referencias se cruzan con las citas directas, quedando los prejuicios a un lado.
"A partir de los noventa se empezó a mirar al rock de una manera muy snob: tal grupo suena así, este es sónico y el otro es alternativo.
Ahora, por suerte, creo que se acabó. Esos rótulos generaron muchos prejuicios, nosotros no los tenemos.
En el pr¢ximo disco puede ser que usemos máquinas, y la gente que nos escucha se la va a bancar: Una Pila De Vida te acostumbra a cambios violentos", remarca Levinton, mientras el guitarrista, seguro, afirma: "El disco deja mucho espacio abierto porque no indica el camino del segundo.
Hay que estar preparado para hacer planes".
Federico Novick
Picky Talarico