¿Cómo
sería su voz?
¿Y si la patria hablara? La patria sin voz y sin
mañana, la de los sin esperanza, la olvidada, la suave y dura
patria. ¿Cómo sería su voz? ¿Un quedo lamento
implorando caridad? ¿Un grito atronador exigiendo justicia?
Será esto último, a no dudarlo, y su despertar no
será plácido, sino una tormenta que todo lo
barrerá [...] Este país, hasta ahora siempre con el
viento en contra, parido en medio del fango y la sangre de la
conquista hace ya 500 años, merece una oportunidad. Sus
hombres y mujeres, los más decididos, los más
patriotas, los mejores, sabrán darle esta oportinidad a su
debido tiempo. Entonces, y sólo entonces, podremos levantarnos
una mañana sin la necesidad de una máscara para vivir y
amar. Entonces, y sólo entonces, decir México no
será decir dolor y vergüenza. Será decír,
simple y llanamente MÉXICO.