La Jornada viernes 24 de enero de 1997
7 PREGUNTAS
A QUIEN CORRESPONDA
(Imágenes del neoliberalismo en el
México de 1997
En las cañadas de la Selva Lacandona ¤ Foto:
Ana Isabel Patiño
A Don Fernando Benítez, por sus 85 abrazos.
A Adelfo Regino, por el tierno dolor que lo abraza.
``--¿Y a quién llaman Don Sancho Panza?
--preguntó Sancho.
--A vuesaseñoría --respondió el
Mayordomo--; que en esta ínsula no ha entrado otro Panza
sino el que está sentado en esa silla.
--Pues advertid, hermano --dijo Sancho--, que yo no tengo
don, ni en todo mi linaje le ha habido; Sancho Panza me llaman a
secas, y Sancho se llamó mi padre, y Sancho mi agüelo,
y todos fueron Panzas sin añadiduras de dones o donas; y no
imagino que en esta ínsula debe de haber más dones
que piedras; pero basta; Dios me entiende, y podrá ser que
si el gobierno me dura cuatro días, yo escardaré
estos dones, que, por la muchedumbre, deben de enfadar como los
mosquitos. Pase adelante con su pregunta el señor
Mayordomo, que yo responderé lo mejor que supiere, ora se
entristezca o no se entristezca el pueblo.''
Miguel de Cervantes Saavedra.
``El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha''.
México es todavía un país. Esto no
debería sorprenderlo a usted sino a los que lo gobiernan,
porque han hecho todo lo posible por destruirlo. No, no es que se
trate de un afán apocalíptico o de un destino
irremediable. Este país es gobernado según un nuevo
modelo social que se conoce como ``neoliberalismo''. Puede usted leer
libros y artículos donde esto se analiza detalladamente.
Aquí sólo queremos que vea unas cuantas imágenes
y que responda algunas preguntas.
Claro que las más importante de estas cuestiones no
están planteadas siquiera, pero éstas que le proponemos
servirán para ir armando el rompecabezas que es el vivir y
morir en el México de fines del siglo XX. ¿``Morir''?
¿Muy dramático? Tal vez, pero hay aquí unos
niños que viven en las coladeras de una ciudad militarizada,
hay un proceso electoral que bien podría anunciarse en una
sección periodística de ``ofertas de temporada'', hay
unos barrenderos que se desvisten el cuerpo y el estómago, hay
un presidente lector furibundo y consecuente de Og Mandino, hay una
región de México en donde las preguntas se responden en
prisión o en la tumba, hay una calavera que cuestiona a un
sistema político, y hay también un pequeño
ejército rebelde que se niega a rendirse.
Si usted ve todo esto y no se pregunta ¿qué?,
¿por qué?, ¿cuándo?, ¿cuánto?,
¿dónde?, ¿cómo?, y
¿quién?, entonces venga con nosotros y aprenda a
mirar hacia arriba y hacia abajo. Así aprenderemos a preguntar
y, tal vez, a responder preguntas. Por ejemplo, a responder a esa...
PRIMERA PREGUNTA PRIMERA:
¿HASTA DONDE HAY QUE BAJAR PARA LLEGAR HASTA ARRIBA?
``--¿Quién está allá abajo?
¿Quién se queja?
--¿Quién puede estar aquí, o quién
se ha de quejar --respondieron--, sino el asendereado de Sancho
Panza, gobernador, por sus pecados y por su mala andanza, de la
ínsula Barataria, escudero que fue del famoso caballero Don
Quijote de La Mancha?''
Parte II, Cap. LV.
Soldados y policías arriba, niños y
jóvenes abajo
Ciudad de México. Finales del siglo XX. La síntesis
monstruosa del neoliberalismo urbano, el Distrito Federal, se
presenta hoy como el adelanto de una pesadilla futura. Casi 20
millones de seres humanos viven y mueren la violencia y la
exclusión como razones de Estado.
Dos imágenes se sobreponen en todos los sentidos:
Bajo tierra, en las alcantarillas que tratan en vano de desalojar
la inmundicia de esta metrópoli, viven niños y
jóvenes. Una banda, la de ``Los Ponis'', malvive en las
coladeras cercanas a la Central Camionera del Norte. Los
``valientes'' policías judiciales de la zona persiguen a ``Los
Ponis'' para extorsionarlos, los golpean y les exigen cuotas para
``dejarlos en paz'' (ver reportajes de Karina Avilés, La
Jornada, diciembre 96 y enero 97). Además de la
cárcel, el drenaje es el único lugar para vivir que
esta ciudad otorga a la niñez y la juventud pobres.
Arriba, en las calles, el ejército y la policía
gobiernan con la ley del pistolero: el más rápido para
desenfundar sobrevive y tiene la razón; el más lento no
tiene ya derecho a la réplica. La razón y la justicia
están en los calibres de las armas, en los chalecos antibalas,
en el empleo masivo y veloz de contingentes policiacos.
¿Policiacos? La policía de la Ciudad de México
está completamente bajo el mando de militares. La
lógica castrense trata de comprender la ciudad más
ilógica de finales del siglo XX. Los militares pretenden
remediar una situación que el mismo sistema mantiene y
fortifica. Llevados a labores extraconstitucionales, los oficiales y
soldados se exponen a la corrupción que invade a los cuerpos
policiacos en México. Transformar la ciudad en un gigantesco
cuartel no es tarea fácil, se necesita mano dura y despotismo.
El militarismo agrega humillación a la ``formación'' de
la nueva policía de la capital.
En esta misma ciudad, en el Campo Militar #1, el General
José Francisco Gallardo, lleva ya más de 3 años
prisionero por proponer la creación de un ombusdman
militar. Quienes lloriquean en contra de las aspiraciones
indígenas a una legislación que reconozca su
diferencia, ``olvidan'' que los militares en México tienen
leyes de excepción.
La televisión nacional no tiene espacio para los
``niños coladera'', pero en cambio dedica horas enteras y
comentarios a la actuación de la policía militarizada
en la persecución y ejecución de ``delincuentes''. El
amarillo pinta los programas con más teleaudiencia. El
defeño confirma en la pantalla lo que vive día y noche,
la ventaja está en que aquí hay anuncios comerciales y
uno siempre puede apagar el televisor. La realidad virtual de los
monopolios televisivos promete lo que la realidad confirma: a la
creciente delincuencia no se le responde con programas sociales.
Armas contra armas, las mejores, las más rápidas y las
mejor pagadas son las que ganan. No hay ya sanción social,
jurídica o ética, todo se vale y, en medio de la guerra
real, el ciudadano ensaya a sobrevivir y apuesta a no ser el
protagonista del siguiente programa de nota roja.
¿Qué mejor síntesis de lo que esta ciudad
representa que la instantánea de una tanqueta militar rodando
sobre una alcantarilla? Bajo ellas, bajo esa tanqueta y esa
alcantarilla, niños y jóvenes se drogan y sueñan
que pueden vivir arriba...
Pero no. Arriba todo se compra y se vende. Quien nada compra y
nada vende, nada es. A golpes de mano y de dinero se pelea un lugar
en la calle. La lucha por la sobrevivencia es eso, una lucha. Para
segurarse que esa lucha sea a muerte es que la policía y
ejército se hacen una sola fuerza y sintetizan y potencian sus
desventajas. La policía aporta corrupción y complicidad
criminal, el ejército suma intolerancia y prepotencia. Los
``enemigos'' contra los que se lanza esta máquina represiva
son perfectamente identificables: niños de la calle,
jóvenes desempleados, vendedores ambulantes, pequeños
comerciantes, colonos pobres, mujeres indefensas, homosexuales y
lesbianas, maestros disidentes, estudiantes rechazados,
indígenas, en fin, todos los improductivos. La
identificación con fotografía no basta ya para salvarse
de sus garras, ahora se necesita, lo menos, una tarjeta de
crédito. Mujeres, niños y jóvenes urbanos
comparten pesadillas que parecían exclusivas de los
indígenas mexicanos. La exclusión y la intolerancia que
enfrentan son un puente con las comunidades indias de México.
Su rebelión y su esperanza también lo serán.
Con los problemas de toda la Nación encima, la Ciudad de
México se administra como el país entero: con
represión e improvisando. No hay estrategias de mediano o
largo alcance para resolver sus problemas, se parcha y se maquilla
para agradar al televidente. Después de todo, el Distrito
Federal es también una mercancía... invendible si no se
le enmascara adecuadamente. La política neoliberal encuentra
aquí su paradigma más definitivo: destruir para
prevalecer. Este desordenado y caótico espacio urbano es el
mejor libro sobre el neoliberalismo. Basta recorrer sus calles para
entender que se está perpetrando un crimen contra la
humanidad.
La ciudad vive un presente vertiginoso, no hay respiro para
reflexionar el pasado, no hay aliento para imaginar el futuro. Todo
se repite peor y más grande, la calamidad se vuelve cotidiana.
La única sorpresa es descubrir, cada mañana, que la
ciudad sigue ahí, ofreciéndose a quien quiera
comprarla.
Esta es la capital mexicana. Un megamercado. Todo en venta. Hasta
las propuestas políticas. Para comprar una, habrá que
responder a la...
SEGUNDA PREGUNTA SEGUNDA:
¿QUE COLOR DE DEMOCRACIA LE GUSTA?
``--¿Quién te mete a ti en esto, Sancho? --dijo
Don Quijote.
--¿Quién, señor? --respondió
Sancho--. Yo me meto, que puedo meterme, como escudero que ha
aprendido los términos de la cortesía en la escuela
de vuesa merced, que es el más cortés y bien criado
caballero que hayen toda la cortesanía; y en estas cosas,
según he oído decir a vuesa merced, tanto se pierde
por carta de más como por carta de menos; y al buen
entendedor, pocas palabras.''
Parte II. Cap. XXXVII.
La política como mercancía: todas son
caras
Alguien ha tenido la ocurrencia de hacer una encuesta mezclando
nombres de conocidos políticos de derecha, centro y de
izquierda. Entre los nombres de los probables aspirantes a la
gubernatura de la Ciudad de México, cuela el nombre de un
inexistente: Juan Pérez. Los ciudadanos consultados no dudan,
el improbable ``Juan Pérez'' tiene el más alto
índice de preferencia para ser gobierno, ninguno de los
conocidos es esperanza de cambio o de mejora.
Sin embargo, la democracia de las encuestas consuela a los
partidos políticos con registro y a quienes aspiran a
obtenerlo. Los porcentajes de preferencias son índices de
ventas y los mercados son susceptibles de ser conquistados. Como
empresas en expansión que usan la promoción y venta de
puerta en puerta para colocar sus productos ``en la preferencia del
público'', los partidos políticos hacen lo mismo y sus
militantes se dedican a recorrer casa por casa para obtener, no una
alternativa de país, sino un voto más que se pueda
canjear por cuotas de Poder en lo más alto.
El agotamiento del sistema de partidos no parece ser percibido por
las direcciones políticas. Unos y otros apuestan a que su
producto tendrá aceptación en el reducido mercado
electoral. Los ciudadanos no son vistos como personas
políticas sino como clientes potenciales o seguros. El sistema
político mexicano crea, periódicamente, un poder
adquisitivo. Acorde con el modelo neoliberal, el ciudadano existe
mientras mantiene su poder de compra ``política''. El voto,
individual o corporativo, es la moneda fugaz que se pelean los
mercaderes partidarios. Pero el tianguis sólo dura un
día. Previo a ese día, las campañas
publicitarias, grandes, medianas y chicas, se despliegan para obtener
ese voto, para hacerlo número y capital en la bolsa de los
partidos políticos.
Pocas novedades en cambios profundos han traído los
recientes tianguis en provincia; el abstencionismo sigue siendo la
mercancía con mayor número de clientes. Pero la crisis
en la demanda no contrae la oferta, se reajusta el mercado para que
el Poder se pelee y se reparta entre los políticos
profesionales. La ciudadanía ha sido excluida
explícitamente de la política. Después de todo,
el comercio es para profesionales y no para aficionados.
Ahora se acercan dos grandes ventas de ocasión:
La una es federal y recompone el Congreso de la Unión. Poco
o nada importan las leyes que se lleven adelante, que se modifiquen o
se eliminen. Todos los mercaderes están de acuerdo en que es
sólo un aperitivo para la venta mayor, la grande, el 2000 como
el mercado soñado. Falta fabricar la mercancía que
mejor compita.
La otra es local y reconoce el derecho de los capitalinos a elegir
a su gobernante. Los candidatos son aquí las
mercancías, poco o nada importan sus programas de gobierno,
sus propuestas de solución a los problemas de una ciudad que
crece destruyendo y destruyéndose.
En el mercado político las ofertas se reiteran y banalizan.
Los proyectos políticos e ideológicos, los programas de
lucha, las plataformas electorales, los candidatos, todos los
principios se subordinan a las leyes del mercado electoral. Curiosa
economía política en donde la demanda electoral
está a la baja y los clientes escasean, mientras que la oferta
raya los límites de una venta de garage.
Mientras la derecha afirma su identidad, la vocación de
indefinición y el mínimo riesgo atiborran un centro
político que desdibuja intenciones y vocaciones. Una izquierda
pone como máxima meta la cantidad de votos y, para obtenerla,
se debate entre abrazar la tibieza del centro o hermanarse con la
derecha.
Estos ``empresarios'' de la política olvidan que la
democracia electoral está en su peor crisis de los
últimos años. La crisis del sistema de partidos en
México invade ya al sistema político en su conjunto y,
resignados ya a conquistar a una mayoría cada vez más
escéptica de la política moderna, los partidos
políticos se pelean el magro botín de un voto que,
razonado, se resiste a la especulación y demanda verdades a un
mundo, el del sistema político mexicano, que hace de la
mentira su único sostén.
Pero este mercado ``vive'' y crece. El sistema político
mexicano recibe golpes por todos lados y se alimenta de ellos. Su
quehacer deglute hasta a algunos de sus opositores institucionales.
Ex-críticos y ex-rebeldes arrepentidos se acomodan para
prevalecer. Las convicciones y los principios se mudan como empaques
viejos y pasados de moda. Los colores cambian y el Poder, el
detentarlo, se vuelve meta y obsesión.
``El estómago más sano del continente'', así
define la mar esta maravillosa capacidad digestiva del sistema
político mexicano. Lo que no es digerido es vomitado y, de
crisis en crisis, el sistema de partido de Estado sobrevive a sus
propios excesos y a las apocalípticas profecías que
prometen su muerte.
Pero ahora, el sistema político mexicano presenta una
novedad. No es ésta la pugna interna de los grupos de Poder o
la lucha entre intereses que, finalmente, se adecuan.
Lo nuevo está en que la única manera de
``modernizar'' la política como lo exige el neoliberalismo es
destruyendo a la clase política que lo hizo posible en
México. Los políticos-políticos no sólo
ya no son necesarios, ahora son un estorbo y hay que deshacerse de
ellos. Los políticos-tecnócratas, esta forma elegante
de llamar a los profesionales de la mercadotecnia que detentan
puestos gubernamentales, deben destruir el sistema que los
llevó al Poder. No hay otra forma de sobrevivir,
``modernizar'' es destruir para prevalecer.
Claro que este proceso de ``modernización'' de la clase
política mexicana encuentra resistencias, fuertes
resistencias. Algunas veces llegan hasta el magnicidio. Las
imágenes de Luis Donaldo Colosio y Francisco Ruiz Massieu,
asesinados, testimonian el método y la meta de la nueva clase
política en el Poder. Hay quienes sólo leen una crisis
mortal para el sistema de partido de Estado en estos crímenes,
pero, casi tres años después, el muerto goza de buena
salud. Faltan todavía algunas cosas para consumar el entierro.
Sin embargo, construir una alternativa a este cadáver
rozagante no sólo es una tarea grande, es también algo
que no brilla en las encuestas de opinión. No hay en
México un programa nacional de lucha, consensado, que vaya
más allá de la crítica a lo evidente; el sistema
de partido de Estado apesta. La alternativa política, social,
económica y cultural está por hacerse.
Pero lo urgente no deja tiempo para lo importante, y ya vienen las
elecciones. Y es aquí donde las propuestas políticas se
diluyen en las opciones electorales. La diferencia entre los partidos
políticos no se marca en sus principios y programas, sino en
la cantidad de Poder que detentan. ¿En dónde está
la diferencia entre el PRI, el PAN, el PRD y el PT? La lógica
de venta electoral responde: en el número de alcaldías,
gubernaturas, lugares en el parlamento, puestos en el gabinete.
Organizaciones políticas y ciudadanas suman, restan,
multiplican, dividen. En la política coyuntural los
números mandan y las concepciones ideológicas
diferentes lo son por la cantidad que contienen, no por la calidad de
lo que pretenden.
Pero aún así, cuando menos hay que pretender que
algo diferente se está ofreciendo. Y entonces el espectro
político se responde a sí mismo...
La derecha sueña con que una buena administración y
una moral austera permitirán mantener el rumbo. Así
llaman a este doloroso y continuo tropezarse y dar tumbos
agónicos. La derecha no ofrece una alternativa
política, ofrece un cambio en la gerencia política. Su
sueño de volver al pasado de orden y progreso implica mano
dura en la política, en la economía, y en la
conciencia. La derecha se cree con posibilidades, supone tener a su
favor un proyecto definido y el desprestigio de un partido en el
Poder que se deshace de la poca inteligencia que le quedaba y se
llena de mediocridades. ``Los clientes de la competencia
pasarán a este lado'' dicen y se dicen, y afinan sus
mercancías, las embellecen mientras esconden el terror
guarda-conciencias de una moralina que, el consumidor no lo sabe,
viene incluida con este producto que ``será del agrado de
usted''.
El centro apuesta a que su inexistencia pueda ser negada por el
pavor a los extremos. El tránsito a ningún lado, pero
eso sí, sin dolor ni cambios bruscos. El centro sabe que su
posibilidad es tan breve como las coyunturas electorales. No apuesta
a constituirse como referente de uno u otro extremo, sino a
conseguir, con la alquimia de su ser y de su estar en medio, un lugar
en donde sea. La tibieza no perdura, o se calienta o se
enfría.
La izquierda, ¡qué novedad!, está dividida.
Una parte de ella padece amnesia súbita y se reacomoda.
Pero no para construir la alternativa. La lógica de su acomodo
es la lógica del mercado. Hay que aliarse con quien garantice
mejores ventas, con quien ofrezca mejores mercados. ¿Qué
importan los ideales? Lo que importa es ganar el primer lugar en
ventas. Eso, vender. Aunque el producto tenga que parecerse en mucho
o en todo al de los competidores.
Un momento, ¿qué es esto? ¿Otra crítica a
la izquierda partidaria? ¿A la vía electoral? ¿A
ambas? No, no solamente.
La izquierda partidaria ha obtenido no pocos ni pequeños
logros en la lucha electoral. A su quehacer político, no
sólo electoral pero también electoral, se le debe la
apertura de nuevos espacios y puentes solidarios entre luchas de otro
modo dispersas y solitarias. La historia de la izquierda partidaria
está llena de heroísmo, abundan las cárceles y
las tumbas, pero también hay triunfos legítimos,
autenticidad de banderas y vida consecuente.
Gente grande, deveras grande se encuentra y lucha dentro de todo
el espectro en que, a su vez, se divide la izquierda mexicana. Dentro
de cualquier parte, estos hombres y mujeres son parte de esa otra
izquierda que lucha siempre, con o sin elecciones, en ellas o a pesar
de ellas.
Esa otra parte de la izquierda reacomoda su memoria y se ajusta
cuentas. Sabe que, si hay alternativa mejor a esta pesadilla,
saldrá de sus pasos. Reconoce que el tratar de imponer la
hegemonía es también parte de la lógica
mercantil. El reconocimiento de las diferencias, de la riqueza de
luchas distintas, no es para competir o para apropiarse de ellas,
sino para multiplicar sumando.
Romper con la lógica mercantil en el proceso electoral no
es romper con una vía de lucha, es buscarle y proponerle otro
sentido a esa oportunidad de encuentro entre políticos y
ciudadanos, entre propuestas y problemas, entre sueños y
pesadillas. ¿Es posible convertir el grotesco intercambio
comercial entre candidato y posible votante, en un desafío que
los una frente al sistema que deforma a ambos, que se transforme en
opción y alternativa, en camino y paso nuevos para todos?
¿Para TODOS?
Si es, este desafío será producto de esta izquierda.
Ella puede repensarse en todo sentido y volver entonces el rostro
hacia abajo. Por ejemplo, hacia esa...
TERCERA PREGUNTA TERCERA:
¿POR QUE SE DESVISTEN ESOS DESNUDOS?
``--``Esas no comerá el señor Gobernador en
tanto que yo tuviere vida.
--Pues ¿por qué? --dijo Sancho.
Y el médico respondió:
--Porque nuestro maestro Hipócrates, norte y luz de
la Medicina, en un aforismo suyo dice: Omnis saturatio mala,
perdicis autem pessima. Quiere decir: ``Toda hartazga es mala,
pero la de las perdices, malísima''.
--Si eso es así --dijo Sancho--, vea el señor
Doctor de cuántos manjares hay en esta mesa cuál me
hará más provecho y cuál menos daño, y
déjeme comer dél sin que me la apalee, porque, por
vida del Gobernador, y así me le deje gozar, que me muero
de hambre, y el negarme la comida, aunque le pese al señor
Doctor y él más me diga, antes será quitarme
la vida que aumentármela.''
Parte II. Cap. XLVII.
En un sistema de porquería, la limpieza
está desocupada
En el siempre doloroso sureste mexicano, en Tabasco, un
delincuente se ha hecho de la gubernatura a fuerza de crímenes
y de dinero: Roberto Madrazo Pintado. Una y otra vez su culpabilidad
ha sido exhibida y demostrada. El sistema jurídico mexicano
alarga tiempo y acorta vistas para no tocar a los intocables. No es
un delincuente el que sería juzgado y condenado, es el sistema
político en su conjunto.
Hoy dos imágenes de Tabasco en el DF demuestran al mundo lo
que es el México ``moderno''.
Una es la imagen de los desnudos de los trabajadores de limpia de
Tabasco frente a los legisladores federales. De espaldas y de frente,
estos hombres se despojan de toda la ropa para afirmar lo
único que los cubre. No tienen ya nada, más que la
dignidad.
Quitándose la ropa, ellos desnudaron la mentira de un
país que se vende como próspero y en paz.
Mostrándose, ellos mostraron que el autoritarismo local
sostiene y se sostiene en el Poder federal. Los traficantes de
engaños se escandalizan frente a varones desnudos y bostezan
con aburrimiento frente a las pruebas que exhiben a un gobernador
llegado al Poder por la ruta del crimen.
Un campana ``electoral'' para un gobierno estatal, que es
más cara que la campaña electoral para la presidencia
del país más poderoso de la tierra, deja mudos a los
funcionarios judiciales. No sólo porque son cómplices,
también porque la corrupción es tan común en los
que gobiernan que su exhibición no representa escándalo
o novedad. En lugar de justicia, legisladores de los 4 partidos
prodigan indignaciones y aspavientos por la afrenta al ``sacrosanto''
recinto legislativo. Pocos son los que los apoyan y comprenden. Los
medios de comunicación se divierten con el espectáculo
y, con buen humor, subrayan que ésta es una prueba más
de que vivimos ``en una democracia''.
La otra imagen es la de los trabajadores, tabasqueños
también, en huelga de hambre y aferrados a la vida y a la
esperanza por su lado más filoso; el de la resistencia digna.
Jorge Luis Magaña Alamilla y Venancio Jiménez
Martínez son dos trabajadores de limpia de Tabasco. Ahora se
acercan a los 100 días de no probar alimentos. Sus demandas
sencillas de justicia se pintan de dramatismo por la decisión
tomada. Cerca del estado de coma, sólo alcanzan a balbucear:
``no nos rendimos''.
Ellos dicen ``éstos somos, así adelantamos el futuro
que para nosotros y nuestras familias nos ofrecen los poderosos''. Y
en su imagen se repite la de muchos mexicanos. ``Ni para comer, ni
para vestir'' nos dice su lucha y nos repiten las imágenes
que, dirá el señor Zedillo, son ``estereotipos de los
que hablan mal de México''.
Mire usted ahora la foto de los desnudos en ``la más alta
tribuna de la república'', volteé ahora a mirar la
postración de Jorge Luis y de Venancio, piense que éste
es el mejor y más verdadero informe de gobierno que se haya
dado en los últimos sexenios. ``Este es el estado del
país: trabajadores desnudos y gobiernos corruptos,
trabajadores agonizantes y delincuentes impunes'', dice el informe de
gobierno que el pueblo devuelve al gobierno.
En la madrugada del 19 de enero de 1997, el gobierno desaloja con
la fuerza policiaca a los trabajadores de limpia de Tabasco. Tomados
prisioneros, 3 de los huelguistas de hambre, son secuestrados y
``atendidos'' a la fuerza en un hospital. El boletín de la
Secretaría de Gobernación rebosa soberbia y cinismo: el
desalojo es para atender ``la demanda de la sociedad'' y por razones
``humanitarias''. El gobierno vuelve a cerrar un camino de
resistencia civil y pacífica. Si estos recursos de lucha no
resultan, ¿qué harán los mexicanos que no vean
cumplidas sus justas demandas? En la Secretaría de
Gobernación, el corrector de estilo y neopolicía,
Emilio Chuayffet, sonríe y olvida que la intolerancia y la
prepotencia se pagan. Un ex-presidente serviría para
recordarlo, pero la memoria no es virtud del equipo de Zedillo.
El trato recibido por los trabajadores tabasqueños es el
mismo que reciben los indígenas zapatistas rebeldes. Pero no
es éste el único lazo, el hambre y la desnudez tienden
puentes entre trabajadores e indígenas, y la dignidad los
convierte en uno. Sin ropa y hambrienta, la esperanza dibuja el
mañana.
¿Y el gobierno federal? Ssshh. No interrumpa usted. El
está tratando de responder a esa...
En La Realidad ¤ Foto: Ana Isabel
Patiño
CUARTA PREGUNTA CUARTA:
¿CUANTO CUESTA ESE PAIS CON TODO INCLUIDO?
``--Decídme, Sancho --preguntó el Duque--:
¿vistes allá entre esas cabras algún
cabrón?
--No, señor --respondió Sancho-- pero
oí decir que ninguno pasaba de los cuernos de la luna''
Parte II. Cap. XLI.
El vendedor más grande del mundo
Og Mandino, autor de célebres libros (por sus ventas), ha
muerto. Pero en cambio, vive y gobierna México uno de sus
más fieles lectores: Ernesto Zedillo Ponce de León.
Aquel a quien todos dudan en llamar ``el presidente'', no duda en
cumplir con su misión de mercadotecnia. Buen vendedor y buen
cliente, Zedillo es aplaudido en círculos financieros de
Norteamérica. Acaba de liquidar un préstamo del
gobierno norteamericano.
$5,000 millones de dólares ($3,500 al Departamento del
Tesoro norteamericano y $1,500 para el Fondo Monetario
Internacional), ``liberan'' la factura de las exportaciones
petroleras mexicanas y convierten la pesadilla microeconómica
en fugaz éxito macroeconómico.
La resaca del préstamo norteamericano es miseria y
desempleo para millones de mexicanos. Además de que se
permitió usar como garantía el 80 por ciento de los
ingresos petroleros, se contrató con una fuerte sobretasa de
interés. Pero eso no es todo, el verdadero ``pago'' del
préstamo fue la aplicación de severas políticas
económicas de ajuste recesivo, acordadas con el FMI.
Resultado: un millón de trabajadores despedidos en 1995,
millones de familias empobrecidas, y miles de empresas hundidas en la
insolvencia.
Este es el futuro de la macroeconomía que hoy es bandera de
éxito del gobierno de Zedillo: en 1997 el PIB será 4.9
por ciento menor al de 1994, el salario mínimo 21.5 por ciento
inferior, la economía interior que involucra al 90 por ciento
de los mexicanos (agricultura, industria y servicios nacionales)
será, referida per cápita, 19.6 por ciento menor a la
de hace tres años. (José Luis Calva, El
Universal, 17 de enero 1997).
Las cúpulas empresariales aplauden el pago, pero la
``liberación'' de las facturas petroleras es eso, una
liberación que las vuelve a poner en el mercado para
renegociarlas. La soberanía nacional sobre el petróleo
no se ha recuperado, busca ahora un nuevo cliente y un mejor precio.
En el mercado neoliberal la prostitución de la riqueza tiene
algunas ventajas a su venta total. Por ejemplo, permiten al gobierno
federal llegar a las próximas elecciones con el apoyo de los
que mandan realmente, es decir, los financieros norteamericanos.
En el entretanto, Bill Clinton anuncia que vendrá a
México en marzo de este año, el gobierno norteamericano
advierte que tomará severas medidas antiinmigrantes, y llegan
más helicópteros militares que, lo confirma en junio de
1996 la Oficina General Contable del Congreso de USA, son usados
contra la guerrilla zapatista y no contra el narcotráfico.
Nadie menciona que el gobierno ha endeudado más al
país para cumplir con este pago al Departamento del Tesoro de
Estados Unidos. Algunos murmuran que hubo que pagar porque no era
préstamo, sino la recompensa por la cabeza de los zapatistas.
Como el EZLN sigue con la cabeza sobre los hombros, ni modos, a
devolver la recompensa.
La miseria que se sienta a la mesa de millones de mexicanos no
cuenta para Zedillo. Las críticas a su autoritarismo es, para
él, sólo incomprensión popular a su gran
visión de hombre de Estado. Cualquier referencia a la crisis
económica que padece el ciudadano mexicano común y
corriente, es vista por el seguidor de Og Mandino como muestra de
autodenigración. Cualquier señalamiento sobre la falta
de democracia en la vida política de México es
reiteración de una vocación pesimista.
En la primera semana de enero de 1997, Zedillo regaña a...
``algunos mexicanos que han tomado como modus vivendi el reproducir,
el generar, el alimentar una mala imagen de México en el
extranjero''. Y sigue arremetiendo en contra de ``algunas voces
minoritarias que no reconocen el esfuerzo popular con que
México está saliendo adelante. Se trata de voces
pesimistas que quieren hacernos creer que estamos sumidos en el
abismo; que buscan fomentar la autodenigración y la
desesperanza. Se trata de voces cuyo único eco es la
desconfianza''.
Este vendedor suple la falta de cariño y respeto de parte
de quienes dice gobernar, con las caricias engañosas del
jinete rubio que habrá de montarlo... o de desecharlo cuando
ya no lo necesite. La cúpula empresarial mexicana lo alaba,
sí, pero más por ceguera y desmemoria que por
entendimiento o convicción.
Pero los aplausos que recibe en los centros financieros se
convierten, para Zedillo, en muestras de reclamo e indignación
en las comunidades indígenas de México. El vendedor
más grande del mundo ha escogido cumplir con quienes liquidan
al país, e incumplir con quienes lo fundaron. Horas antes de
pagar millones de dólares al gobierno de EU Zedillo ha
formalizado el incumplimiento de los acuerdos que firmó su
gobierno, en San Andrés Sacamch'en de Los Pobres, con las
comunidades indígenas de México.
Mientras suenan las palmas de los financieros extranjeros, el
aplauso tonto de los empresarios mexicanos y los ``regaños''
virtuales del señor Zedillo, el eco de un ``NO'' venido desde
las montañas del sureste mexicano inquieta el éxito del
gerente de ventas de México Sociedad Anónima de Capital
Muy Variable.
Tan variable como la ``tranquilidad'' que se vive en los estados
del sur mexicano. Ahí se puede responder la...
QUINTA PREGUNTA QUINTA:
¿COMO SE MUEREN ESTAS VIDAS?
``--¿Por qué huías, hombre?
--preguntó Sancho.
A lo que el mozo respondió:
--Señor, por excusar de responder a las muchas
preguntas que las justicias hacen.
--¿Qué oficio tienes?
--Tejedor.
--Y ¿qué tejes?
--Hierros de lanzas, con licencia buena de vuesa merced.
--¿Graciosico me sois? ¿De chocarrero os
picáis? ¡Está bien! Y ¿adónde
ibades ahora?
--Señor, a tomar el aire.
--Y ¿dónde se toma el aire en esta
ínsula?
--A donde sopla.''
Parte II. Cap. XLIX.
La vida como delito
Guerrero y Oaxaca tienen varias cosas en común. Algunas de
ellas: ambos son estados sureños de la federación
mexicana; los dos tienen alto porcentaje de población
indígena; los dos son parte de la región más
pobre de México; en los dos el turismo enriquece a los
poderosos y empobrece a los campesinos; en los dos reinan caciques y
reyezuelos; en los dos hay guerrillas; en los dos el ejército
federal manda y gobierna; en los dos la vida es un delito... para los
pobres; en los dos estados son muchos los ``mal nacidos''.
En tierra zapoteca, en Oaxaca, Ernesto Zedillo Ponce de
León, el veloz y cumplidor deudor del rubio gobierno
norteamericano, sentencia a los morenos y empobrecidos
indígenas: ``No hay ningún mexicano bien nacido que
crea que los problemas se pueden resolver con violencia''. Miles de
soldados y policías, tanques de guerra, helicópteros
artillados, cañones y morteros están ahí para
dar a Zedillo el argumento que la historia le niega y para asegurarse
de eliminar a los mal nacidos.
Con la violencia institucional, es decir, con el ejército y
la policía, es como el gobierno mexicano pretende resolver la
miseria extrema de la que, paradoja recurrente en América
Latina, se nutren las guerrillas.
Esta es la Sierra Sur de Oaxaca, en esta región miles de
indígenas emigran a EU en busca de trabajo y de destino. Con
ellos van sus dos fuerzas principales: su fuerza de trabajo y su
historia. La tierra no la pueden llevar, pero cargan consigo su
sangre que, saben los que saben, es otra forma de llamar a la tierra.
En esta zona, considerada por el gobierno como una de las de mayor
influencia del Ejército Popular Revolucionario, fue detenido y
desaparecido el combatiente eperrista Rafael. La organización
armada ha denunciado la guerra sucia que enfrenta, además de
la recurrente represión a maestros y dirigentes populares.
Todo lo que es moreno y bajito es sospechoso y sujeto a
investigación. Y como aquí todos son bajitos y morenos,
pues todos están bajo investigación policiaca.
Aquí el delito es vivir.
En el vecino estado de Guerrero la historia se repite, en los
últimos días abundan las incursiones militares en las
comunidades de La Montaña y la Costa Chica. Hay retenes
militares, cercos y detenciones arbitrarias en los municipios de
Alcozauca, Cuautepec, Tlacoachistlahuaca, Ahuacuotzingo, Copanatoyac
y Olinalá, todos en Guerrero.
Y mientras el gobernador interino y la Secretaría de
Turismo se enorgullecen de que, pese a disturbios
atmosféricos, telúricos y sociales, los turistas siguen
fluyendo, con sus dólares en la mano, a las tierras
guerrerenses, las vías pacíficas y civiles de lucha se
van angostando para indígenas, campesinos, maestros,
estudiantes, colonos, trabajadores. Aquí el gobierno y la
iniciativa privada se precian de ser los principales promotores de
``la industria sin chimeneas'': el turismo. También son, y el
pueblo de Guerrero lo sabe y sufre, los principales promotores de la
violencia.
Oaxaca y Guerrero. Sangre india nutre los suelos de estos dos
estados del sur de México. En estas montañas, los
miembros de las mejores organizaciones indígenas del
país han dado ejemplos brillantes de lucha civil y
pacífica, su resistencia y heroísmo es ya leyenda, su
sabiduría para gobernar y gobernarse es libro en la historia
que no aparece en el índice general de precios de la Bolsa de
Valores.
Sin más armas que las palabras y las enseñanzas de
su propia historia, los pueblos indios que ya habitaban estas tierras
mucho antes de que fueran llamadas ``Guerrero'' y ``Oaxaca'',
resisten la violenta noche que les ofrecen e imponen los poderosos y
violentos que se dicen ``bien nacidos'' y ``gobernantes''. ``Los
verdaderos bien nacidos son los que la tierra ha parido para que la
cuiden y la hagan de modo que quepan los todos que viven y hablan lo
que piensan'', dicen los sabedores que viven estas montañas.
``En estas tierras --dice Adelfo viendo dentro-- más que la
vida, lo que es delito es la inteligencia''. A falta de ella, el
gobierno prodiga cuarteles militares y tanques de guerra.
Pero por momentos, entre tanto militar y policía, entre
tanta profesión de vela por la ``seguridad interna'', entre
tanta declaración de gobernabilidad simulada, sigue pendiente
la...
SEXTA PREGUNTA SEXTA:
¿QUIEN VIVIO ESA MUERTE?
``--¡Jesús! ¿Qué es lo que veo?
Y con el sobresalto se le cayó la vela de las manos;
y viéndose a oscuras, volvió las espaldas para irse,
y con el miedo tropezó en sus faldas y dio consigo una gran
caída. Don Quijote, temeroso, comenzó a decir:
--Conjúrote, fantasma o lo que eres, que me digas
quién eres, y que me digas qué es lo que de
mí quieres. Si eres alma en pena, dímelo; que yo
haré por ti todo cuanto mis fuerzas alcanzaren, porque soy
católico cristiano y amigo de hacer el bien a todo el
mundo; que para esto tomé la orden de la caballería
andante que profeso, cuyo ejercicio aun hasta hacer bien a las
ánimas de purgatorio se extiende''.
Parte II, Cap. XLVIII.
El quehacer político como crimen de Estado
En octubre de 1996, una gran mujer de pequeña estatura,
enferma y digna, sale de la selva Lacandona para llevar la voz de los
indígenas rebeldes del EZLN hasta el corazón de la
Ciudad de México. El supremo gobierno ha hecho todo por
detenerla. Amenazó, pataleó, prometió,
chilló, dijo y contradijo. Amontonó tanquetas, aviones
militares y helicópteros artillados frente a ella. Fue
inútil, con un ramo de flores de papel en una mano y una
bandera nacional en la otra, la Comandanta Ramona, del CCRI-CG del
EZLN, sale de la realidad chiapaneca para dirigirse a la realidad del
Distrito Federal. Desesperado, el Poder recurre a la magia negra y
encuentra, dentro de su historia criminal escondida, una calavera...
El mismo día que la Comandanta zapatista parte rumbo a la
capital mexicana, los medios de comunicación se atropellan
para dar al país una noticia; en uno de los ranchos de
Raúl Salinas de Gortari se encontró el cráneo
de, dijo la PGR, Muñoz Rocha, supuesto autor intelectual del
asesinato de Francisco Ruiz Massieu. El ``descubrimiento'' revela
también los ``científicos'' métodos utilizados
por el llamado ``fiscal especial'': una ``vidente'' señala el
lugar donde se encuentra el cadáver de Muñoz Rocha, se
dice que asesinado de un golpe de bat beisbolero por Raúl
Salinas de Gortari. El revuelo causado por el hallazgo de la calavera
logra mandar, en las noticias nacionales, a segunda o tercera
categoría el desafío de la pequeña Ramona.
Pero este cráneo traerá algo más que respiro
para un gobierno derrotado por un pequeña mujer
indígena, comandanta del EZLN. Pronto, la enmudecida osamenta
pone al día el tema que marcó el fin de todo el sexenio
de Carlos Salinas de Gortari y llevó a la presidencia a
Ernesto Zedillo: los crímenes de Estado. Durante todo el
periodo gubernamental de Salinas de Gortari (periodo que se alarga
hasta nuestros días), el crimen fue práctica
política constante. Los casos del cardenal Posadas, Luis
Donaldo Colosio y Francisco Ruiz Massieu fueron los más
sonados pero no los únicos.
Estos asesinatos, junto a los de cientos de luchadores sociales,
no sólo tienen en común el tener un ``asesino
solitario'', el Estado mexicano. También los une el que todos
están sin esclarecer y los responsables siguen impunes. Suena
lógico, los investiga el mismo Poder que los mandó
liquidar.
Es convicción generalizada que el autor o autores de estos
crímenes está en el grupo político en el Poder.
La ausencia de pruebas concluyentes no supone inocencia de los
sospechosos (la familia Salinas y Córdoba Montoya), sino
complicidad del aparato judicial. Quienes fueron capaces de
traicionar a un país entero, bien pueden hacerlo con los que
se suponen más cercanos.
Inútil ya para distraer a la opinión pública,
y peligrosa en su silencio acusatorio, la supuesta calavera de
Muñoz Rocha regresa al anonimato. En días recientes, y
previo cambio de Procurador General de la República, se
``descubre'' que el cráneo no es de Muñoz Rocha. A la
prensa deja de interesarle el investigar las respuestas a las
preguntas que hace el esqueleto antes de ser desechado:
¿Quién fui? ¿Qué hacia en El Encanto?
¿Quién me mató? ¿Por qué?
¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo me
mataron? ¿Cuánto costó mi muerte? La gran
pregunta, ¿quién vivió esa muerte?, es sepultada
en los archivos del poder judicial en México.
La tendencia salinista de construir realidades virtuales se
reitera, ahora con la ayuda de uno de sus beneficiados: el empresario
Salinas Pliego. La autodenominada ``Televisión Azteca''
desarrolla una gran campaña para conmover a la opinión
pública con la ``horrible'' situación en la que vive
preso el señor Raúl Salinas de Gortari. El dueño
de Tv Azteca no sólo defiende a un cómplice y socio,
también hace apología de una forma de hacer
política, ésa que se sostiene en el crimen y se hermana
con su moderno promotor: el narcotráfico.
El narcotráfico y el Estado mexicano se encuentran cada vez
más enlazados. La violencia institucional en manos del
gobierno no se enfrenta a la violencia del narco, se
alía a ella y en ella se complementa. La justicia mexicana es
asombrosamente rápida y eficaz cuando se trata de juzgar, y
dejar libres, a narcotraficantes (como en el caso de Héctor
Luis Palma Salazar, el Güero Palma). La policía no
sólo no persigue al poder de la droga, además se la
protege y ayuda. Fervientemente ``religiosa'', la policía
mexicana encubre al Señor de los cielos, más
conocido como Amado Carrillo.
Del narcotráfico, el sistema político mexicano no
sólo recibe recursos. También, y sobre todo, adquiere
formas de hacer política, métodos de ``eliminar al
adversario o al incómodo''. Así, crimen y
corrupción se convierten en eslabón vital entre
gobierno y narcotráfico. La administración de justicia
pasa, de ser una caricatura, a convertirse en una red protectora. No
sólo para esconder a quienes habitan este maridaje criminal,
también para proteger la caída de quienes resbalen.
Frente al cráneo, ahora anónimo, el sistema mexicano
reflexiona sobre lo perdurable del Poder y la estabilidad de quien lo
detenta. Se pospone así la respuesta a la pregunta que todos
repiten para todos, y para sí mismos, la...
SEPTIMA PREGUNTA SEPTIMA:
¿CUANDO TERMINA?
``--¡Armese luego vueseñoría, si no
quiere perderse y que toda esta ínsula se pierda!
--¿Qué me tengo de armar --respondió
Sancho--, ni qué sé yo de armas ni de socorros?
Estas cosas mejor será dejarlas para mi amo Don Quijote,
que en dos pataletas las despachará y pondrá en
cobro; que yo, pecador fui de Dios, no se me entiende nada destas
priesas.
--¡Ah señor Gobernador! --dijo otro--.
¿Qué relente es ese? Armese vuesa merced: que
aquí le traemos armas ofensivas y defensivas, y salga a esa
plaza, y sea nuestra guía y nuestro capitán, pues de
derecho le toca el serlo, siendo nuestro gobernador.
--Armeme norabuena --replicó Sancho.''
Parte II. Cap. LIII.
La historia es muy sencilla y, desgraciadamente, recurrente en la
historia mexicana: el gobierno federal de México se vio
obligado a negociar una salida política con los
indígenas rebeldes del EZLN. Fracasado el operativo
policiaco-militar de febrero de 1995, el gobierno apostó a una
negociación de largo plazo que le permitiera recomponerse.
Esperar un momento propicio y construir argumentos creíbles
para un golpe militar rápido y definitivo, éste sigue
siendo el objetivo.
De entre las nutridas filas de sus mediocres, el gobierno elige a
un grupo que lo represente en las pláticas de paz. Como todos
los mediocres, éstos se saben muuuy inteligentes y
diseñan la estrategia de ``achicamiento'' que consiste,
grosso modo, en demostrar que esa guerrilla sólo tiene
fuerza en una parte de cuatro municipios del suroriental estado
mexicano de Chiapas. Conseguido esto, sigue exigir a la guerrilla la
rendición incondicional.
El ``éxito'' de esta estrategia se palpa apenas a tres
meses de su inicio: los rebeldes convocan a una consulta nacional e
internacional y, cercados, perseguidos y ``achicados'', logran
obtener la opinión razonada de más de un millón
de mexicanos y más de 200 mil extranjeros. Los ``logros''
gubernamentales se suceden vertiginosamente; los rebeldes consiguen
imponer un modelo de negociación abierto e incluyente y, en el
primer tema sobre Derechos y Cultura Indígena, consiguen la
participación de lo mejor y más representativo del
movimiento indígena nacional independiente. La mayoría
de los dirigentes indígenas y lo mejor de los especialistas en
el tema se sienta a la mesa que los zapatistas abren a la
Nación. Los delegados gubernamentales consiguen a unos cuantos
incautos y reiteran el ridículo, ahora a nivel nacional.
Dirigentes indígenas, especialistas, organizaciones
sociales, no gubernamentales, y los zapatistas, logran construir (a
pesar del gobierno federal y sus asesores) una propuesta incluyente y
respetuosa para redefinir la relación entre los
indígenas y la Nación. El acuerdo se firma por
representantes del gobierno federal y del EZLN el 16 de febrero de
1996. El verdadero interés de los delegados gubernamentales se
revela el mismo día de la firma: la foto ansiada por el Poder
y negada por los rebeldes. La firma como espectáculo y no como
compromiso.
Once meses después, el acuerdo no sólo no se cumple,
sino que pretende ser desconocido por el gobierno federal. En
diciembre de 1996, la Comisión de Concordia y
Pacificación elabora una propuesta de reforma constitucional
que cumpla con lo acordado en San Andrés 10 meses antes. ``No
se renegocia lo ya acordado'', dicen los legisladores, y la Cocopa
advierte al gobierno federal y al EZLN que sólo acepta un
``no'' o un ``sí'' a su documento. El EZLN responde
``sí''. Unas horas después la Secretaría de
Gobernación hace lo mismo, pero se desdice más tarde.
El señor Zedillo pide tiempo para dar su respuesta y el 19 de
ese último mes de 1996 envía un documento que no
sólo responde ``no'' a la iniciativa de la Cocopa, sino que
además propone dar marcha atrás a lo firmado por sus
representantes en el diálogo de San Andrés. Los
rebeldes zapatistas hacen lo lógico en personas dignas, es
decir, mantienen su palabra y su compromiso: el 11 de enero de 1997,
el EZLN responde ``NO'' al incumplimiento gubernamental y ratifica su
decisión de aceptar la iniciativa de los legisladores de la
Cocopa.
El trabajo de Ernesto Zedillo no es gobernar, sino vender. Y para
vender, en esta época moderna, sirven mucho los medios de
comunicación electrónica y la prensa escrita. Heredero
de la consigna de su antecesor (``Aparenta que gobiernas''), Zedillo
usa a los medios para operar la alquimia que necesita: presentar su
falta de palabra como ``intransigencia de los zapatistas''.
Nada nuevo...
Hace algunos años, en 1509, Fernando V sentaba las bases de
lo que sería la conquista de las tierras indias de
América: ``Luego que se haya hecho la pacificación y
sean los naturales reducidos a nuestra obediencia, el adelantado,
gobernador o pacificador, reparta los indios entre los pobladores
para que los tengan y gocen de sus tributos''.
En 1546, un 16 de enero, Felipe, heredero de la colonia
española expidió un decreto que cambiaba las Leyes
Nuevas, expedidas por Carlos V el 20 de noviembre de 1542 gracias a
la terquedad de fray Bartolomé de Las Casas. Las Leyes Nuevas
prohibieron esclavizar a los indios; establecían que no se
podía hacerlos trabajar contra su voluntad y sin
retribución pecunaria; impedían que nadie los tuviera
en encomienda; mandaba que se respetaran o restituyeran las tierras
de pueblos y comunidades de indios; y que se respetara la
conservación y gobierno de los indios. Pero la encomienda se
restituyó el 16 de enero de 1546.
Como a principios del siglo XVI, a finales del siglo XX el Poder
reitera su vocación de intolerancia y exclusión. Pero
ahora cuenta con los medios de comunicación y con
``hablantes'' que le den lo que no tiene, es decir, argumentos.
Entre los apologistas del incumplimiento gubernamental hay
juristas e intelectuales. Su común denominador, además
del alarde de ignorancia sobre el tema y de la mentira argumentada,
es el haber disfrutado de los favores de Carlos Salinas de Gortari.
El ex cantador de tangos en honor de Salinas, Burgoa Orihuela, y los
anexos que lo acompañan, aducen fantasmas y catástrofes
si el gobierno federal cumple su palabra y reconoce en la
Constitución los derechos y la cultura indígenas.
Conocen historia: en 1523 Hernán Cortés alegaba que los
españoles no se quedarían en México si se dejaba
en libertad a los indios, además agregaba una larga lista de
prejuicios económicos y políticos que, advertía
como sus pares de finales del siglo XX, sobrevendrían si no se
mantenía el sojuzgamiento sobre los indígenas. (Las
referencias a hechos históricos del siglo XVI son tomadas de
Edmundo Jardón Arzate. El Universal, 17 de enero de
1997).
La ignorancia sobre lo que está en juego no es patrimonio
exclusivo de estos señores. Politólogos como Federico
Reyes Heroles recomiendan volver a considerar la posibilidad de
exterminio militar de los rebeldes zapatistas. El señor Reyes
Heroles se pregunta y propone respuesta: ``¿Quién
diría que incluso la paz, frente a ciertos planteamientos,
debe ser puesta en duda? Hace 36 meses cualquiera hubiera apostado
que era prioridad nacional el establecimiento de la paz y, por lo
tanto, las negociaciones con el EZLN. Sin embargo, durante estos 36
meses hemos visto que, el núcleo del planteamiento zapatista
es, en buena medida, irreconciliable con una mínima
aceptación de los planteamientos republicanos''.
(Reforma, 18 de enero de 1997). Semanas antes, el mismo
politólogo escribía exigiendo que aniquilaran a los
zapatistas porque siempre serían unos ``violentos''. Indignado
por el ``¡JA!'' con el que los zapatistas respondieron a las
amenazas del gobierno federal, Don Federico demandaba que los
mataran, ¡ah! pero eso sí, con pleno respeto de los
derechos humanos.
Tres cosas fundamentales están en juego en la crisis actual
del diálogo entre el EZLN y el gobierno federal.
La una es que, sin cumplimiento de acuerdos, el diálogo y
la negociación pierden sentido y proyección. Cuando un
aspecto esencial es la reinserción de los rebeldes en la vida
civil y pacífica, el acuerdo mínimo de respeto a su
vida, libertad y bienes se torna en una mentira de consecuencias
mortales.
La segunda es que la Nación debe reconocer que está
formada por diferentes y que puede sobrevivir y crecer reconociendo
esas diferencias. La cuestión indígena es nacional. No
sólo porque hay indígenas en todo el territorio
mexicano o porque forman parte esencial de la historia de este
país. También porque su diferencia aspira a hacerse
unidad con los otros que hacen el México de hoy. Reconocer en
la máxima ley de la República esta diferencia e
incluirla en un proyecto de Nación libre, independiente y
soberana, es hacer justicia y posibilitar la defensa de la Patria
frente a su liquidación de barata comercial.
La tercera es que en la resolución de esta nueva crisis se
juega la disyuntiva de si el camino del diálogo y la
negociación es vía válida y eficaz para resolver
las demandas de los ciudadanos. La aspiración de cambios
pacíficos y civiles se vuelve ceguera tonta si sólo se
pierde tiempo en la solución de los problemas fundamentales de
la Nación.
No son, pues, sólo la paz o la guerra las que se
están jugando en estos momentos.
La una, la paz, será débil y mentirosa si no se
construye sobre bases firmes de seriedad en los compromisos y en su
cumplimiento, de reconocimiento incluyente de la diferencia, de
viabilidad y eficacia en el uso de la razón y el
entendimiento.
La otra, la guerra, no sólo desencadenará fuerzas
incontrolables, también pospondrá, sin resolver, un
estallido que volverá en cualquier momento y en cualquier
parte. En América Latina existen ejemplos aleccionadores: en
el Perú, el señor Fujimori respondió con una
guerra a las demandas sociales y políticas de los grupos
armados, supuso entonces que los aniquiló y ahora los ve
aparecer de nuevo y en dónde menos lo esperaba.
En México, el gobierno federal debe responder si tiene o no
palabra, si va a reconocer la realidad que le da sustento a la
Nación, si la razón vale más que la fuerza. Sus
respuestas se adelantan ya en las amenazas explícitas e
implícitas que prodiga hacia el sureste mexicano. Sin honor,
la palabra gubernamental es sólo otra mercancía en
venta, pero ahora mucho muy perecedera. La realidad plural y
heterogénea se disfraza al gusto con el tosco maquillaje de
las tanquetas militares. Para el gobierno no hay alternativa entre la
razón o la fuerza, la primera le falta totalmente y, por ello,
la segunda define el fiel de la balanza hacia la violencia. El
supremo gobierno se prepara para hacer uso de la única
mayoría que detenta realmente: la de la fuerza armada.
La Comisión de Concordia y Pacificación, el Poder
Legislativo y los Partidos Políticos deberán enfrentar
y resolver las cuestiones que, a su tiempo, la historia les promete.
Los mexicanos todos, esa ``sociedad civil'' que tanto molesta a
los acartonados de todo el espectro político, deben responder
también: ¿Cuánto puede durar un gobierno sin
palabra? ¿Qué rumbo tiene si no reconoce la realidad que
vive? ¿A dónde va si la única razón que
enarbola es la de la fuerza? ¿Por qué creer en él
si no cumple lo que acuerda? ¿Cuándo llegará la
historia a pedirle cuentas? ¿Cómo argumentar que la
razón y no la fuerza es el camino para ser?
Lo mejor del movimiento indígena nacional e independiente,
ése que se encuentra y teje en el Congreso Nacional
Indígena Permanente, adelanta ya las respuestas que su digna
sangre le dicta y aconseja. Frente a la confusa y atropellada
campaña gubernamental de medios en la que, a falta de razones
y argumentos, se prodigan mentiras y fantasmas, organizaciones
indígenas de todas partes de México hablan y hace suyo
lo que les pertenece: el derecho a un lugar digno e incluyente en la
Nación.
Lejos de las ocho columnas y de los horarios estelares en radio y
televisión, los pueblos indios se hablan y se encuentran, aun
por encima de los cercos militares que el gobierno les impone. Una
frase resume esta inquietud morena: ``Nunca más un
México sin nosotros''. La pregunta de ``¿Quién
habla estas palabras?'' tiene respuesta, pero ¿quién las
escucha y comprende?
Dicen los más viejos de los viejos sabedores indios, que
hay hombres que tienen el corazón muy pequeño y que no
cabe ahí la palabra verdadera. Dicen los más grandes
sabedores que la tierra castiga a estos de corazón chico
dejándolos sordos y ciegos.
Sordos y ciegos andan los máximos gobiernos, por eso gritan
tanto y tantas mentiras sus pechos huecos. Por eso pega y mata el del
corazón pequeño. Sordo y ciego, el gobierno se alista
para pegar y matar a los que no ve ni escucha.
La campaña pre-militar del gobierno ha iniciado ya. El
ejército federal satura sus cuarteles de tropa y armamentos,
las patrullas militares doblan el número de sus componentes,
aviones y helicópteros ensayan una y otra vez el golpe
quirúrgico, los Ministerios Públicos se preparan para
dar cuenta de detenidos y cadáveres. La orden de ataque
está ya en las mesas de los Estados Mayores Divisionales de la
llamada ``Fuerza de Tarea Arcoíris'' del Ejército
Federal Mexicano. Llegó acompañada de una promesa
presidencial: ``esta vez no habrá marcha atrás''...
En los medios de comunicación, los francotiradores de tinta
de todas las tendencias se disputan los cheques que fluyen
desordenadamente de la Secretaría de Gobernación.
Aunque las balas sean pocas, se van a necesitar muchas mentiras para
que el mundo digiera el plomo y la impotencia que llevan. Se avecina
el tétrico banquete y las ratas de la pluma afilan dientes y
cuentas bancarias.
En las montañas del sureste mexicano los rebeldes
zapatistas, indígenas en su inmensa mayoría, resisten y
esperan respuestas. Tienen de su lado la razón, la historia y
la legitimidad. Las fuerzas armadas gubernamentales despliegan su
sombra de muerte sobre la dignidad que anima a quienes viven y mueren
el ``para todos todo, nada para nosotros'', pero entre sus planes no
aparece el de rendirse. Saben, como dejaron dicho los dioses primeros
que nacieron el mundo, que rendirse es morir de pena, y que luchar
por ser es alegría que saca agudo filo a la esperanza.
Por esta vez los zapatistas no responden, sólo preguntan.
Y en esta vez, como en otras antes, los zapatistas, esos
``incómodos'' y tercos diferentes, saben que no están
solos.
Esta es, dicen y se dicen, la hora de los todos que son
diferentes... Porque...
El subcomandante Marcos en San Cristóbal de las
Casas ¤ Foto: Ernesto Ramírez
ESTA NO ES UNA PREGUNTA, PERO TAMPOCO ES UNA RESPUESTA.
``El último preguntante fue Sancho, y lo que
preguntó fue:
--¿Por ventura, cabeza, tendré otro gobierno?
¿Saldré de la estrecheza de escudero?
¿Volveré a ver a mi mujer y a mis hijos?
A lo que le respondieron:
--Gobernarás en tu casa: y si vuelves a ella,
verás a tu mujer y a tus hijos; y, dejando de servir,
dejarás de ser escudero.
--¡Bueno, por Dios! --dijo Sancho Panza--. Esto yo me
lo dijera. ¡No dijera más el profeta Pero Grullo!
--Bestia --dijo Don Quijote--, ¿qué quieres que
te respondan? ¿No basta que las respuestas que esta cabeza ha
dado correspondan a lo que se pregunta?
--Si basta --respondió Sancho--: pero quisiera yo que
se declarara más y dijera más.''
Parte II. Cap. LXII.
Quedan, sin embargo, algunas preguntas sin respuestas...
todavía. ¿Hasta cuándo puede sostenerse un sistema
que se basa en la intolerancia y el desprecio? ¿Hasta
dónde está dispuesto a llegar el Poder?
¿Cuántas guerrillas, cuántas protestas,
cuántas huelgas de hambre, cuántos escándalos,
cuántas muertes más se necesitan para que el Poder que
gobierna excluyendo e imponiendo se dé cuenta de que destruye
y se destruye? ¿Qué hacer frente a tanto gris sordo y
ciego? ¿Por qué no intentar juntar estos colores?
¿Cómo no tratar de caminar ese sueño? Otros
vientos empezarán a soplar respuestas... y esperanzas.
Vale. Salud y ¿por qué esa luna parece viva de tan
llena?
Es enero (hace frío, llueve y la madrugada se arropa con
nubes negras). Es 1997 (Don Fernando cumple 85 años, Adelfo se
alivia luchando y ambos miran a los indígenas mexicanos
escribir su propia historia). Es México y, aunque usted no lo
crea, alguien sonríe...
Desde las montañas del Sureste Mexicano
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Enero de 1997.
P.D. QUE REITERA SU NECEDAD.- ``Oyó Sancho las
voces, y apretándose con su amo, y ciñéndole
con los brazos, le dijo:
--Señor, ¿cómo dicen estos que vamos tan
altos si alcanzan acá sus voces y no parece sino que
están aquí hablando, junto a nosotros?
--No repares en eso, Sancho; que como estas cosas y estas
volaterías van fuera de los cursos ordinarios, de mil
leguas verás y oirás lo que quisieres. Y no me
aprietes tanto, que me derribas; y en verdad que no sé de
qué te turbas ni te espantas; que osaré jurar que en
todos los días de mi vida he subido en cabalgadura de paso
más llano; no parece sino que no nos movemos de un lugar.
Destierro, amigo, el miedo; que, en efecto, la cosa va como ha de
ir y el viento llevamos en popa.''
Parte II. Cap. XLI.