Umiña 5 -
Noviembre / Diciembre 1996
sumario
*editorial / "Apostar a la belleza" |
* debates: / SUR CEPAI: "América Latina debate". "...No sería extraño, sostuvo, que si las organizaciones son duras e inmodificables, y, si alguna vez tuvieran el poder, que lo único que se invirtiera entonces fueran `los términos de la acumulación'..." |
* política: / SUR : "La izquierda y un debate necesario""...La gente tiene sus códigos, sus formas de ver y leer el mundo. Su poesía..." |
* educación popular: / Irene Manfio y Rubens Paulucci: "Movimientos Populares y Formación Política en Brasil". "...Nosotros luchamos contra la propiedad, luchamos para producir, para poder alimentar a los niños, para acabar con el hambre del pueblo..." "... rompiendo un modelo clásico de formación política, donde vas a un curso tres, cuatro o cinco días, te meten marxismo en la cabeza y ya está, listo, un cuadro preparado..." |
* chiapas: / Subcomandante Marcos: "La sociedad civil, única fuerza capaz de salvar al país""..A nosotros, a los zapatistas, se nos criticó ayer que pretendiéramos dialogar con la sociedad civil, que nos dirigiéramos a ella...nos dicen que es una mala apuesta, que a la sociedad civil no se le habla ni se le escucha, sino que se le dirige..." |
* debates: / Andrés Rojas: "La salida Socialista ante la violencia instalada en el mundo de hoy" Segunda Parte.. "..el camino hacia un mundo mejor tiene que ser mejor..." |
* universidad: / Javier Di Matteo, "Experiencias del movimiento estudiantil". "..un nuevo esquema de prácticas donde la autonomía no significa renunciamiento a la posibilidad de accionar sobre la realidad social más general..." |
* educación popular: / Jorge Medina: "Las técnicas participativas de la educación popular" "...Las técnicas participativas nos ayudan a realizar de manera participativa, análisis y diagnósticos de la realidad, integrando las diferentes dimensiones que la componen..." |
* memoria histórica:/ República Libre de Los Palmares "...¡Vamos a cortar el mal de raíz!, ¡Vamos a huir de las haciendas, a salir de este infierno!..." |
* postales: / Jorge Medina: Postal al Sueño / Postal del Gran Buenos Aires "...donde todos podamos vivir en ella sin la necesidad de ser amos o esclavos"* poesía: / Alfredo Zitarrosa: Adagio a mi país "...En mi país somos miles y miles/ de lágrimas y de fusiles...." |
Staff: Director : Javier Salicrú. Redacción: Alvaro Javier Di Matteo, Jorge Fernando Medina, Sonia Rodríguez, Mariana Laprida, Andrea Medina, Emiliano Cucciufo, Néstor Fuentes. Agradecimientos: Andrés Rojas, Rubens Paulucci, Irene Manfio, Revista América Libre, Viviana Roel, Marcela Miño, Yamila Contreras. |
Editorial: Apostar a la Belleza
En una época donde nos quien hacer creer que el único camino posible es el individualismo, el sálvese quién pueda, la corrupción, los negociados y la traición de nuestros ideales, y a.pesar de ello, nosotros seguimos apostando a la belleza, al sueño, a los anhelos y a la vida.
Sabemos que cotidianamente nos llaman locos, subversivos, desubicados o nostálgicos ... aceptamos todos los calificativos a mucha honra... que dicho sea de paso nos gustan.
El Neo-liberalismo -F. Fukuyama incluido- dicen que la historia se terminó, se acabó. Nosotros aceptamos esa afirmación, la historia se acabó, esta historia se acabo, la historia del robo, del hambre, de la muerte, del saqueo -sin castigo-, del individualismo, del saqueo, del ... (agregá en los puntos suspensivos lo que vos creas conveniente).
Decimos, afirmamos, apostamos, maldecimos y nos jugamos a que esta historia, la de ellos, la que se acabó, muera y sobre ella nazca la historia de la solidaridad, de la cooperación, de la fraternidad, ,de la igualdad entre los hombres/mujeres... la del Socialismo Latino Americano.
Umiña 5
está dedicada a ello, a sembrar esperanza, a demostrar que existen hombres y mujeres que siguen día a día apostando a una sociedad nueva.,Ella intenta ser una de esas recetas de la abuela, donde los ingredientes se combinan en su justa medida, en su proporción adecuada.
Para ello mezclamos el optimismo y la convicción del Movimiento Sin Tierra del Brasil, con la garra y la lucha macerada de CEPIS (Brasil), sazonada con la fuerza y la voluntad de los jóvenes universitarios de la Argentina, el calor picante de lo inédito de la experiencia de los zapatistas, más las especias de los buenos aromas, que recolectamos los integrantes de SUR en nuestras andanzas cotidianas. Todo ésto regado con un buen añejo aportado por nuestro amigo Andrés Rojas.
Sabemos que la cocción es lenta, así tiene que ser, para que maduren las condiciones, para que el caldo sea espeso y para que la casa se llene de aromas a tierra y libertad.
Política: La izquierda y un debate necesario
En esta nota, entramos a un tema del que hay mucho por decir, por discutir, por preguntarse, como cualquier otro, pero como ningún otro. Los desafíos de la izquierda, sus errores, su capacidad de analizarse. Debates pendientes, cosas por decir, por profundizar, por asumir. Como somos parte de ese debate, que creemos necesario, nosotros no queremos detenernos, sin cuestionarnos, sin pensarnos porque la historia sigue.
Son los finales del siglo XX y uno se pregunta (aunque no públicamente, ya que tenemos en la izquierda algunas preguntas poco públicas, que aquí ponemos entre paréntesis): ¿Qué revolución conseguimos?, ¿qué derrota de la injusticia obtuvimos? Son preguntas que, si no nos hemos hecho, sería conveniente formularnos. Más cuando vemos cada día, el avance y, por qué no reconocerlo, el triunfo (momentáneo, coyuntural, de etapa: está claro que nosotros no adherimos al fin de la historia) del capitalismo más salvaje que se haya conocido.
Preguntarnos ésto nos debe llevar no a la orilla de enfrente, no a renunciar a nuestros ideales, no a la peor de las derrotas que es la interior, la del alma, la de los sueños, la de olvidarnos y negarnos concientemente a vivir (¿Hay necesidad de justificarse, como si hacer preguntas fuera cosa de otros y no nuestra, como si la duda no fuera parte de nuestra razón de izquierda, como disculpándonos? Debido a que para algunos sectores cuestionar ciertas prácticas es ser reformista, revisionanista, amarillo o simplemente haberse pasado a la vereda de enfrente).
Son preguntas que deben intentar encender (si, encender) nuestra llama más profunda, nuestra poesía aún fresca, nuestra rebeldía y pasión por la vida, nuestra capacidad de indignación (¿es obligatorio citar al Che para poder poner en el discurso algo de poesía, de deseo, de romanticismo, como si fuera difícil o prohibido mezclar ésto con nuestro discurso?)
El desamor a esta cruel realidad no nos puede llevar ni a la venta incondicional de nuestra alma, ni a la ceguera revolucionaria acrítica, que a su manera es también una venta, pero a precio inferior (¡huelga general ya!, ¡capitalismo en crisis!, ¡oleada pre-revolucionaria!).
Deberíamos dejar por un rato la adolescencia revolucionaria (lo que antes se llamaba la enfermedad infantil de la izquierda -pero hemos crecido-), la que sólo nos lleva a responder de manera impulsiva y extemporánea (dicho sea de paso, mucho de ella le sirve al sistema) para situarnos en una realidad que lamentablemente no es virtual, que es concreta y que la vemos y palpamos cotidianamente.
Somos hijos, padres y abuelos de nuestros propios actos, no existen más culpables de ellos que nosotros mismos.
"Ellos" (el capitalismo) tienen su parte de culpa, pero su parte, no la nuestra. Nuestra parte tiene nuestro signo distintivo. Debemos defender lo justo (lo que hicimos y lo que vendrá), pero no lo injusto ( lo que hicimos, y que, quién sabe, volveremos a hacer si no media la duda, el análisis, y otras costumbres que a veces llamamos burguesas).
Debemos entender no sólo lo que nosotros queremos, sino también lo que la gente quiere (disculpas si aquí no se mencionan la alienación y la dominación tan conocidas por nosotros, militantes de izquierda, a la hora de explicar por qué nadie nos da pelota).
La gente tiene sus códigos, su forma de ver y leer el mundo. Su poesía. No podemos -entonces- desconocer ésto si queremos buscar respuestas válidas y viables para las preguntas iniciales, o mejor dicho, si queremos que en el 2025, como dice Vázquez Montalbán, la próxima revolución llegue, pero esta vez sin derrotas, y sin dolores tan pesados.
Echarle la culpa a los imperialismos (¡la culpa es de la traición estalinista! ¡del populismo inteligente y tramposo!), es quizá la forma más fácil y pudorosa de no revisar nuestros errores, de no revisar nuestras propias culpas (¿debemos reafirmar que conocemos y sabemos mucho de las culpas de ellos?). Ver a los otros es siempre más fácil, nos hace sentir los buenos de la película, los incomprendidos de siempre, los que esperan el reconocimiento de quien no se ha enterado de su existencia y de su espera.
La lucha por la construcción de una hegemonía popular no se da en los círculos cerrados de las izquierdas, en los debates "meta" teóricos, en las proclamas llenas de letras y de palabras difíciles, realizando inquisiciones de izquierda o denunciando a la "plutocracia", en un continente analfabeto; la lucha por la dirección del movimiento de masas se da donde las masas se encuentran. Esto sólo es posible, comprendiendo las diferentes lecturas del mundo que los sujetos realizan. No es posible afirmar sólo (y de manera liviana -disculpen, light-) que las masas están equivocadas, alienadas o dominadas, que por eso no nos entienden y que por ello hay que cambiarles radicalmente las mediaciones que establecen con la realidad y el conocimiento. Sería importante replantearnos si no debemos reformular nuestra mediaciones ( o porque no, cambiarlas radicalmente)
Chiapas, Sub Marcos: La sociedad civil, única fuerza capaz de salvar al país
El presente texto es un comunicado emitido por el sub Marcos desde la Selva de Lacandona, el 19 de Septiembre de 1996, con motivo del undécimo aniversario del terremoto que azotó a la Ciudad de México. En él analiza el rol que la sociedad civil cumplió de forma solidaria y espontánea en contra posición al accionar del gobierno méxicano.
Marcos pone en el centro del debate el rol que la sociedad civil y sus organizaciones deben cumplir en la construcción de un proyecto que apueste a la solidaridad, la libertad y la participación popular.
Comunicado del Comité Clandestino Revolucionario Indígena - Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
México, 19 de septiembre de 1996.
Al pueblo de México;
A los pueblos y gobiernos del mundo;
Hermanos:
El día de hoy, 19 de septiembre de 1996, se cumplen 11 años de la emergencia de una nueva fuerza política y social, producto de la incapacidad gubernamental para afrontar los problemas del temblor que sacudió la capital del país; esta nueva fuerza demostró que puede responder a la destrucción con la creatividad, al caos con organización, a la muerte con vida.
Mientras el gobierno titubeaba entre las declaraciones mentirosas y el robo de la ayuda humanitaria, la sociedad civil se organizaba a sí misma para revivir y reconstruir una ciudad que de pronto, en medio del dolor, se recordaba a sí misma que nada es sin quienes la pueblan.
Miles de ciudadanos se movilizaron sin más motor que un sentimiento de colectividad que suponían sepultado por el terremoto de la modernización neoliberal. De entre los escombros, la destrucción y la muerte, estos mexicanos rescataron la vergüenza y la dignidad.
Miles de mexicanos, hace 11 años, no inventaron su fuerza, la recordaron y la pusieron a caminar. Descubrieron, y el país con ellos, que se puede participar directamente en la solución de problemas que los gobernantes evaden.
No hay monumentos históricos ni homenajes gubernamentales para todos estos hombres y mujeres que expropiaron lo heroico de su inalcanzable lugar y lo vivieron y murieron sin alardes y sin condiciones, ni siquiera tomaron rostro o nombre.
El heroísmo sin rostro que ilumina el septiembre de 1985 fue la respuesta a los grises hombres que en el poder maquinaban la venta de la dignidad y el olvido de la historia.
Primera respuesta espontánea ante la catástrofe, la fuerza que emergia hace 11 años siguió su andar y, en muchos casos, se hizo organización ciudadana. El auto-descubrimiento del septiembre de 1985 no fue suficiente y fue necesario cuidar y cultivar esa fuerza, organizarla.
La fuerza civil de hace 11 años se organiza y se convierte, poco a poco, en ejemplo de que se puede participar en la política sin aspirar a cargos públicos, de que se puede estar organizado políticamente sin que ésto implique estar en un partido político. De que se puede vigilar al gobierno y presionarlo para que "mande obedeciendo", de que se puede ser eficiente y discreto, voluntario y desinteresado, noble y honesto. Nacieron así organizaciones, como ya hay muchas, que sirven a los ciudadanos y cuyos integrantes sólo reciben como recompensa la satisfacción del deber cumplido y el reconocimiento nacional e internacional a su trabajo.
Hoy, 11 años después, las fuerzas políticas con más autoridad moral, legitimidad y eficiencia, no son los partidos políticos ni los gobiernos. Las organizaciones ciudadanas en el México de hoy son las
únicas que tienen credibilidad.
Esta nueva fuerza, la sociedad civil que tanto incomoda a los gobernantes, que tanto desprecian dirigentes políticos e intelectuales, es hoy la esperanza de que es posible reconstruir el país, a pesar de la destrucción que el proyecto neoliberal ha hecho en la nación mexicana.
Mientras ellos, los que en el poder se atropellan, administran la violencia y la muerte militarizando la vida mexicana mediante un golpe de Estado que no por ser paulatino es menos autoritario.
Mientras ellos, los que en el poder se ensordecen, distribuyen monólogos en mesas inútiles y hacen valer, como argumentos únicos, la soberbia y la prepotencia.
Mientras ellos, los que en el poder se esconden, expropian la libertad de disidentes e inconformes y obsequian impunidad a los verdaderos criminales, los que ayer y hoy fueron y son gobierno.
Mientras ellos, los que en el poder se enriquecen, decretan la muerte de la historia de una nación y sentencian a la pobreza a millones de mexicanos con el neoliberalismo.
Mientras ellos, los que en el poder se encierran, excluyen del diálogo y el quehacer histórico a los únicos que pueden darle dignidad y vergüenza, y persiguen y hostigan a todo aquel que no se haga eco del mensaje poderoso de las fuerzas de la ley y la muerte, y desprecian a aquellos que en lugar de enfrentamiento promueven el acuerdo dialogado.
Dos proyectos de nación, dos países, dos Méxicos se enfrentan hoy.
Por un lado la nación de ellos, el país de ellos, el México de ellos.
El proyecto de país que el poder enarbola con las manos ensangrentadas, y con la ley y la legitimidad manchadas por la corrupción y el crimen. El proyecto de nación que significa destrucción, miseria y muerte, guerra en todas partes y a todos los niveles. El argumento único de la fuerza en el monólogo que el poder realiza frente al espejo y la arbitrariedad consagrada como "Estado de derecho". La soberanía malbaratada. El México del poder, el México que agoniza.
Por otro lado la nación de las organizaciones ciudadanas, el país de la sociedad civil, el México de los mexicanos. El proyecto de país que lleva la bandera de la democracia, la libertad y la justicia. El proyecto de nación que significa su reconstrucción, justicia y vida, paz en todo y para todos. El diálogo como camino que se hace a sí mismo y del que nacen las esperanzas, con la razón y el corazón como motores. La soberanía expropiada, pero ahora para el pueblo mexicano.
El México de los ciudadanos, el México que revive.
Dos países que luchan entre sí para conseguir un lugar en el futuro.
El uno, el del poder, luchando con la fuerza.
El otro, el de la sociedad, luchando con la razón y el sentimiento.
El uno, el del poder, por la guerra.
El otro, el de la sociedad, por la paz.
A nosotros, a los zapatistas, se nos criticó ayer que pretendiéramos dialogar con la sociedad civil, que nos dirigiéramos a ella en nuestras iniciativas. Hoy se nos critica que, en lugar de acudir al apoyo de las organizaciones políticas, armadas y no armadas, reiteremos nuestra confianza en la sociedad civil. Nos dicen que es una mala apuesta, nos dicen que vamos a perder, nos sentencian a la derrota. Nos aconsejan que a la sociedad civil no se le habla ni se le escucha, sino que se le dirige.
La posibilidad de una nueva patria apareció de entre los escombros de una ciudad que siempre, hasta ese momento, se presenta como sinónimo de egoísmo e inhumanidad. Desde entonces esa patria nueva camina de la mano de gente como ésa de septiembre de 1985. Gente, hombres y mujeres, niños y ancianos. Gente con cualquier rostro, es decir, sin rostro alguno. Gente con cualquier nombre, es decir, sin nombre definido. Gente en el campo y en la ciudad. Gente obrera y campesina, gente indígena y mestiza, gente maestra y estudiante, gente ama de casa y colono, gente artista e intelectual, gente religiosa y laica, gente profesional y desempleada, gente como cualquier gente pero no como cualquiera.
La sociedad civil, el concepto incómodo y la realidad molesta. Los olvidados de siempre, menos a la hora de los procesos electorales. Los prescindibles, menos a la hora de exigirles el cumplimiento de obligaciones. Los excluídos, menos a la hora de imponerles tributos.
Los despreciados, menos a la hora de la muerte.
La sociedad civil y su proyecto de país, ahora ya no sólo una intuición, sino una posibilidad, enfrentada al poder y su proyecto de destrucción.
Mientras el poder militariza la desesperanza que ya es guerra civil en las tierras mexicanas, la sociedad civil exige detener la guerra y dar marcha atrás en la militarización del país.
Mientras el poder monologa, la sociedad civil demanda un dialogo nacional eficáz e incluyente.
Mientras el poder encarcela opositores y deja libres a criminales, la sociedad civil cuestiona la impunidad del poderoso y la cárcel de los presos políticos.
Mientras el poder impone brutalmente un
modelo económico asesino, la sociedad civil se manifiesta por una nueva política económica.
Mientras el poder "achica" mediaciones, se burla de legisladores, ataca liderazgos intelectuales y persigue honestidades, la sociedad civil trabaja para construir una comisión de intermediación y concordia para toda la nación.
Mientras el poder destruye, la sociedad civil construye. Mientras el poder hace la guerra, la sociedad civil busca la paz. Mientras el poder mata, la sociedad civil vive.
Los partidos y organizaciones políticas, armados y no armados, legales e ilegales, abiertos y clandestinos, regionales y nacionales, tendrán que escoger, tarde o temprano, de entre estos dos proyectos de nación.
El EZLN ya escogió.
Que viva la patria de los mexicanos, la nueva.
Ya no la patria acartonada de desfiles militares ostentosos e inútiles que ni siquiera espantan a quienes debieran darse por aludidos. Ya no la patria difusa de grises discursos de funcionarios grises. Ya no la patria en venta de ocasión en el supermercado neoliberal. Ya no la patria muerta en libros y museos.
Que siempre mueran el poder y su guerra.
Que vivan siempre los hombres y mujeres de la sociedad civil.
¡Democracia! ¡Libertad! ¡Justicia!
Desde las montañas del Sureste Mexicano
Por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Subcomandante Insurgente Marcos
Nuevas formas organizativas: Universidad: Experiencias delmovimiento estudiantil
En el número 2 de
Umiña, habíamos intentado incursionar en el terreno de los problemas y los desafíos de la universidad. Caracterizamos la política del gobierno para el sector, que ahora se va mostrando más concretamente, y analizamos la situación del movimiento estudiantil. Más que una actualización de aquella situación, lo de esta nota es un intento de profundizar en torno de lo organizativo-estudiantil. Aquí se aborda, sobre todo, el análisis de las experiencias de organizaciones independientes.Nos interesan las nuevas experiencias organizativas, de los sectores que se han dado en llamar "independientes", en el marco de muchas otras que se desarrollan en las universidades. Creemos que estas experiencias son de suma importancia para entender muchos aspectos de la lucha estudiantil. Entre otras cosas, la capacidad de movilización estudiantil en las calles, aunque también el día a día de las universidades, así como los canales de expresión y participación de los estudiantes y, sobre todo, las posibilidades de articulación de un proyecto más amplio.
por dónde pasa el ajuste
Nos detenemos apenas en el marco político-universitario, uno de los espacios donde se desarrollan las luchas estudiantiles.
El recorte presupuestario y la reconversión del modelo de universidad están en marcha. Nos encontramos con medidas orientadas a restringir el ingreso de estudiantes, bajo apelaciones al mérito. Florecen cursos de posgrado, en general pagos, que descalifican la formación de grado (licenciaturas, etc.). La formación de grado, además, se pretende sea de sólo cuatro años, en virtud de la nueva lógica de producción y empleo. Oleada de reformas de planes, aggiornándolos a la lógica de la importación del saber proveniente de los países centrales. Flexibilidad de los planes y propuestas de carreras a término (que desaparecen al graduarse una o dos camadas de estudiantes). Intento de flexibilización salarial. Premios presupuestarios a las universidades que hacen, mejor, los deberes. La lista puede ser interminable. En suma, mercantilización del "servicio" bajo la consigna de que, compitiendo en el mercado, la calidad de la educación irá en aumento. Se pretende fomentar una universidad que responda al mercado, ésto es, a los poderosos.
respuestas desde la oposición
En general, la respuesta de la FUA, la CONADU (asociación de docentes) y del arco de rectores que no responden al menemismo, tienen que ver con la lógica del atrincheramiento en posiciones defensivas de los espacios de poder internos a las universidades. Mientras CONADU se concentra en las paritarias, los rectores y estudiantes radicales aseguran sus plazas de poder aún a riesgo de ser, ellos mismos, quienes implementen las políticas de ajuste, en virtud de una doble lógica: creen que el ajuste es necesario aunque debiera ser más criterioso; creen que pueden ser ellos portadores de criterios más justos de ajuste. Como consecuencia, tenemos el abandono del objetivo de trasladar la problemática a toda la sociedad y, sobre todo, dejar de apoyarse en el estudiantado para llevar adelante las reivindicaciones. Estudiantado que ya mostró no ser fácilmente controlable.
nuevas experiencias
Aislados, en general, de los mecanismos de poder internos de la universidad, copados por los partidos oficiales, los estudiantes han ensayado una serie de instancias organizativas, de tipo diverso, que aparecen bajo la forma de las ya folclóricas agrupaciones independientes, grupos de estudio e investigación, grupos de extensión, grupos más esporádicos, convocantes a actividades concretas, trátese de congresos o movilizaciones.
Resulta muy difícil encarar un análisis de estas experiencias como si fueran homogéneas.
Aquellas que son menos orgánicas, y por razones que van desde el descrédito de los mecanismos de representación a la incapacidad de articulación política, no tienen intenciones de poder respecto de la universidad, el claustro o el recorte sobre el que actúan. En general, se definen por la participación de compañeros en actividades acordadas, concretas, suficientemente claras, sin pretensión estratégica, poniendo en discusión, a más largo plazo, los problemas organizativos y de poder en terreno universitario y nacional. Participan allí estudiantes con escasa o ninguna experiencia en organizaciones, y otros que descreen de aquellas donde han participado. Comparten con las agrupaciones independientes, y con el común de los estudiantes que allí militan, la desconfianza íntegra a los aparatos partidarios, a los acuerdos nacionales y a los "cinco puntos de unidad" que se pretenden generalmente como base de acuerdos para frentes inviables.
desconfianza de la política y política de la desconfianza
Rasgo generalmente compartido, es el ejercicio cotidiano de la desconfianza, sabiendo e intuyendo el uso que pueden merecer de organizaciones mejor paradas, con mayor capacidad de maniobra. Por otra parte, desconfianza hacia algo que casi no existe, en virtud de la escasa operatividad de las orgánicas partidarias. Operatividad que decae todavía más en momentos en que disminuyen los enfrentamientos reivindicativos, luego de picos de movilización como el de 1995.
En el marco de esta mirada desconfiada entra todo tipo de acuerdos que implique trabajo conjunto a mediano plazo con otras fuerzas políticas, sobre todo en la medida de que estas fuerzas se vayan alejando de los estrechos marcos del claustro universitario. En este sentido, pueden encontarse prácticas que a primera vista podrían tildarse de corporativas si no se comprenden en el contexto de la fragmentación más general del campo popular.
En general, nos encontramos con organizaciones que, si bien reconocen (y reivindican) el carácter político de su trabajo, entienden esta politicidad sólo en el terreno ideológico o discursivo, y que encuentran serias dificultades para plasmar ese discurso en prácticas concretas. En el terreno de las prácticas, la comunión ideológica estalla y sobreviene el sectarismo, la fractura (o la disolución) y/o la inoperancia. Aquí es donde aparece con más fuerza la desconfianza por la política, cuando ésta debe hacer concreta la práctica de un grupo nucleado en torno casi únicamente de acuerdos ideológicos "abstractos". Desconfianza por la política si entendemos a ésta como concresión, como actuación sobre la realidad, como ampliación de los horizontes de elementos a cambiar, a transformar, y no sólo como denuncia radicalizada, fin en sí mismo, autocomplacencia.
La otra cara de este movimiento, es la conformación de organizaciones volcadas a prácticas concretas sin pretensión de unidad ideológica (y que más arriba definimos como "menos orgánicas"). Otra cara por significar una lógica opuesta, y por ser resultado de la oposición a la lógica anterior. La participación en experiencias de ese tipo, o simplemente, la observación de su incapacidad política, lleva a los militantes, y a sus grupos de pertenencia a alterar completamente la lógica, a acordar acciones, que a pesar de percibirse progresivas en sí mismas, carecen de continuidad, de unidad estratégica, y contribuyen a la fragmentación.
En uno y otro caso, la política queda fuera, sea por no renunciar a patrones unicamente ideológicos (discursivos), que no permiten entender y actuar sobre la realidad; sea por el renunciamiento a dar continuidad estratégica a acciones consensuadas.
para aprender de los estudiantes
Hasta ahora, pusimos énfasis en la crítica de estas experiencias. Así mismo, forzamos el análisis de modo que las generalizamos, perdiendo de vista las singularidades de cada espacio, como si la lógica que describimos estuviera presente en todas ellas.
Ahora bien, consideramos que la revalorización de los aciertos de estas organizaciones, que son muchos, puede servirnos de punto de partida para ir proyectando alternativas.
La necesidad de acuerdos concretos, la búsqueda de prácticas unificadoras tiene una punta de resolución en la "salida hacia afuera" de la universidad. El compromiso asumido con los sectores populares, que se hace difícil de concretar en el terreno universitario, se comienza a expresar en el trabajo solidario y la vivencia con los sectores más golpeados por el sistema, trátese del trabajo en villas y asentamientos, con algunos espacios sindicales, como con pequeños productores rurales. El trabajo hacia afuera es nuevo en muchas organizaciones, y en otras está en proceso de consolidación y crecimiento. Además del ejercicio de la solidaridad, éstas prácticas permiten ampliar la mirada sobre muchas problemáticas sociales, y redefinir la lógica y los para qué de la militancia. Genera además no pocos revuelos hacia adentro de los claustros, instalando la discusión sobre la orientación de la política académica y evidenciando la mezquindad de un modelo universitario que, cuando no mira hacia adentro, aislándose de su rol social, se compromete decididamente con los dueños del poder.
El énfasis en la autonomía, es otro de los puntos más rescatables de las nuevas prácticas con las que nos encontramos. Plantea un nuevo esquema de prácticas donde la autonomía no significa renunciamiento a la posibilidad de accionar sobre la realidad social más general. La autonomía pone en cuestión la verticalidad de las estructuras políticas y la centralización del poder y las decisiones. Pone en duda la necesidad de una organización vertical para que el horizonte de la práctica de los estudiantes se amplie, a la vez que presenta un enorme desafío. Recupera la unidad entre acción-militancia y planificación, ésto es, democratiza el poder, obliga a la necesidad de formación y reflexión de las organizaciones, recupera la imagen del militante que piensa, disiente y propone, que es gestor intelectual (y por tanto responsable) de su propia tarea. La autonomía requiere de esfuerzos y energías muy grandes, pero va marcando una camino más acertado, operativo y democrático (sobre todo, si la evaluamos desde criterios de mediano y largo plazo).
Entendemos, además, como uno de los mayores aciertos de este tipo de experiencias, la capacidad de autocrítica, que se expresa en el replanteo permanente de las prácticas, en la incertidumbre que se asume. Los límites de esta autocrítica, a nuestro juicio están dados sobre todo por la dificultad para que se reflejen en mejores prácticas y modalidades organizativas, es decir, en que la capacidad de crítica se materialice en trasformaciones organizativas y de práctica militante. Pero a pesar de estos límites, la preocupación permanente por analizar qué y cómo se actúa, por imprimir coherencia a la militancia, por revisar el vínculo que se establece con los compañeros y con otras organizaciones, son aspectos sumamente importantes y prometedores.
algunos desafíos
El lugar de la práctica, así como el de la ideología y la teoría, son centrales para definir y analizar cualquier modalidad organizativa. Tenemos nuevas prácticas organizativas, porque son siempre nuevas, aunque incorporen mucho de prácticas anteriores. Y son nuevas porque se desarrollan en nuevos contextos y respondiendo a nuevas demandas. Recuperan elementos de prácticas anteriores porque persiguen fines similares, irrenunciables.
El déficit teórico, para entender lo nuevo en estas experiencias, es marcado, y también lo es para guiar las prácticas de las organizaciones estudiantiles ( y de otro tipo), que se proponen la transformación del orden.
Pero también sabemos que la práctica social va primero, y que debe ser acompañada por el cuestionamiento y la reflexión permanentes.
Vamos a analizar, ahora, algunos de los puntos centrales, que se plantean definir las organizaciones estudiantiles y que hacen a su organización y proyección política.
La autonomía que antes revalorizábamos aparece en el centro de la discusión. Se plantea la necesidad de conciliarla con la operatividad, ésto es, con la capacidad de acción. La autonomía significa democratización y horizontalidad, y es por eso destacable y necesaria. Operatividad y autonomía se presentan como necesarias, a la vez que en una tensión importante, la de perder en capacidad de acción y ganar en democratización, o lo contrario. La conciliación entre estos dos elementos requiere de amplios márgenes de consenso hacia dentro de las organizaciones, para no arriesgarse a perder una u otra. Requiere procesos democráticos y sistemáticos de reflexión y planificación, que garanticen participación y consenso en la formulación de objetivos para la organización, en la definición de políticas, en lo estratégico y en lo táctico.
La capacidad de articulación, emparentada con el problema de la autonomía, reclama además la diversificación de los frentes de acción, y ésto, a su vez, necesita de formación, autonomía y flexibilidad en cada militante para afrontar distintas tareas, sin por ello perder coherencia en la práctica de la organización como un todo.
Todo parece indicar que el problema de la autonomía, de la democratización y de la articulación, es uno, el de ampliar la capacidad de diálogo interno, de reflexión sobre la práctica y de unificación de criterios estratégicos y tácticos.
El diálogo interno, definido y limitado por la capacidad de la organización de evaluarse y modificarse permanentemente, permitiendo la crítica. La reflexión sobre la práctica, definida por la existencia o no de espacios que permitan replantear y repensar, incorporando elementos teóricos y experiencias de otros sectores en lucha. La unificación de criterios, que depende de la capacidad de la organización para que cada militante se exprese, proteste, diga, reniegue, haga, sienta, se cargue en hombros a la organización.
fortalecer las organizaciones
conciliar autonomía y operatividad
darse estrategias organizativas y acuerdos
Memoria Histórica: 20 de noviembre de 1695, asesinato de Zumbi de los Palmares
Repúbica Libre de los Palmares
No fue sólo por medio de la resistencia cultural con lo que el negro enfrentó la opresión. El también fue rebelde en los quilombos, donde reconstruía la vida en comunidad a la manera de su tierra de origen, su Ilê Aiê (tierra de la vida), el Africa distante.
Saravá, aiê-abá, la paz que el pueblo hará.
Donde hay opresión, hay resistencia. Los negros resistían, luchaban mucho. Donde habían negros trabajando, ¡explotaba la revuelta!
- ¡Esa es nuestra tierra! Resta conquistar un canto para vivir en paz y libertad. ¡Nuestra pequeña Angola!
Era preciso acabar con la muerte día a día, sol a sol, paso a paso, que hacía que los negros esclavizados aguantaran apenas siete u ocho años en el trabajo pesado.
- ¡Vamos a cortar el mal de raíz! ¡Vamos a huir de las haciendas, salir de ese infierno!
Salían hacia el mundo de afuera, armados como fuera posible: palo, facón, machete, arma de fuego.
- ¡No se resuelve no teniendo más hijos! ¡El siucidio es cobardía! ¿La esclavitud no continúa de todas maneras?
Los negros guerrilleros no sentían ya tanta nostalgia de sus antiguas aldeas. Su tierra era ahora el Brasil. Ellos no querían dejar de procrear, ni buscaban la cachaça como forma de olvidar el sufrimiento. ¡Ellos preferían matar para no morir!
"La guerra es de la naturaleza del mundo" - dice un proverbio africano.
Era preciso guerrear, la guerrilla contra los dominadores blancos era inevitable. Así nacieron muchos quilombos, aldeas organizadas por los negros que luchaban contra la esclavitud.
Bahía, siglo XVII; Minas Gerais, siglo XVIII, Mato Grosso. El quilombo más conocido, entonces, surgió en el segundo siglo de la colonización, fue el quilombo de los Palmares.
Fue formado por los esclavos huidos de Pernanbuco, la más importante de las capitanías. Las enormes cantidades de cajas de azúcar que salían del puerto de Recife revelaban que allí trabajaban millares de esclavos. "Sin negros no hay Pernambuco", se decía en esa época.
Desde 1605, por casi 70 años, millares de negros esclavizados vivían un sueño que se había tornado realidad, la vida libre en la sierra de la Barriga, en el actual estado de Alagoas. Bastaba con internarse en el mato y seguir para aquella región de selva cerrada, que dificultaba la persecusión de los capitanes de la muerte, al servicio de los señores.
La naturaleza colaboraba con la República Libre de Palmares.
El quilombo llegó a reunir más de 20 mil habitantes, en un área de 24 mil quilómetros cuadrados.
Los negros han construido una vida diferente de la de las grandes haciendas. La tierra, las matas, los ríos, eran un bien común, pertenecían a todos. Cada familia tenía un pedazo de tierra para sus plantaciones. Cuando los enemigos las destruían, la tristeza era general. Cuando ellas brotaban, fruto del trabajo de hombres libres, la fiesta era general.
Hasta los soldados de las tropas coloniales desertaban para buscar la vida libre del quilombo.
Los señores de tierra temían el quilombo
- ¡Necesitamos acabar con ese ejemplo subversivo!
Una vez terminado el enfrentamiento con Holanda, el Gobierno General larga su ofensiva contra la República, recurriendo a ejército y a los baindeirantes, a quienes se les prometían las tierras libres conquistadas.
Bartolomé del Prado, luego de atacar un reducto negro, retorna a Vila Rica con 3900 pares de orejas de los quilombos del Río das Mortes.
Debilitada militarmente, la defensa del quilombo acepta una tregua.
Resiste todavía el grupo de Zumbi de los Palmares, a pesar de la debilidad de los quilombolas.
Finalmente, en 1694, los cañones de Jorge Velho destruirán la Cerca Real de Macaco, capital de los Palmares, pero Zumbi no fue encontrado entre los 400 muertos y 500 presos.
- Saravá, aiê-abá, ¡Zumbi no muere! ¡Zumbi es inmortal!
Un gran ejército fue organizado para acabar de una vez con el líder negro.
Fuente: Adaptación del texto Brasil Vivo, de Chico Alencar, Marcus Ribeiro y Claudius Ceccon
Debates: Encuentro Continental de América Libre
América Latina Debate
Durante los primeros días de octubre se realizó, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, el seminario continental Crisis del neoliberalismo y vigencia de las utopías en América Latina, convocado por la revista América Libre.
Umiña estuvo allí y en esta nota se intenta hacer una síntesis de algunas de las principales ponencias.(Algunas cosas de las que se escucharon en Buenos Aires)
Entre los días 8 y 13 de octubre se realizó, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, el seminario continental Crisis del neoliberalismo y vigencia de las utopías en América Latina, convocado por la revista América Libre.
Participaron de él militantes de diferentes organizaciones populares latinoamericanas. Justamente ésto es lo que da riqueza al seminario, que fue organizado en torno a tres ejes: crisis del neoliberalismo; análisis de la experiencia de lucha por el socialismo; construcción de alternativas populares.
Aquí destacaremos elementos de algunas intervenciones en las mesas de debate, sin pretender con ello agotar las discusiones que allí se dieron. Todo lo contrario, muy por arriba nos detendremos, sólo, en algunos puntos que pueden marcar, a quien no haya tenido oportunidad de participar, el espectro de cuestiones que se abordaron.
La intervención de Schafic Handal, dirigente del FMLN salvadoreño, fue una de las más extensas del seminario, sobre todo en virtud de los interrogantes de los participantes. En ella realizó un reconto histórico de la experiencia de lucha salvadoreña desde los inicios de los sesenta hasta los acuerdos de paz que dieron fin a la experiencia de lucha armada. Realizó un balance de esos acuerdos y de las condiciones que los permitieron.
Desarrolló, entre muchos, algunos puntos de discusión que nos parecen importantes de resaltar: Por una parte, la importancia de no separar la lucha política de la lucha armada, lo que fundamentó desde la experiencia salvadoreña. Para Handal, esta separación constituye un error teórico-político muy importante experimentado repetidas veces por la izquierda latinoamericana. A su vez, destacó la importancia de la lucha diplomática del Farabundo Martí. Por otro lado, puso en discusión la cuestión del sujeto revolucionario, proponiendo una reflexión sobre el protagonismo del proletariado, muchas veces considerado el centro de las luchas libertarias, pero, a la vez, muchas veces ausente, dada la estructura productiva, en la mayoría de los países latinoamericanos. Para el caso de países latinoamericanos con proletariado desarrollado, cuestionó el comportamiento de las organizacines obreras y relativizó la incidencia histórica del mismo en el marco de las luchas populares.
Manuel Monereo, de la Izquierda Unida española también realizó una intervención interesante. De ella destacamos otros dos puntos. La importancia del trabajo sobre los factores subjetivos, lo que fue planteado luego de un análisis de las condiciones objetivas populares, no tanto en el clásico sentido de las necesidades linealmente entendidas, sino de los patrones de organización de la producción. Su análisis sostiene que, así como el modelo taylorista de producción favorecía la organización de la clase trabajadora, los nuevos modelos lo impiden, disciplinando la fuerza de trabajo. Este es para él el factor que obliga a poner en consideración lo subjetivo, en tanto lo objetivo no colabora. Por otro lado, exortó al análisis de las formas organizativas revolucionarias, que de alguna manera, debieran reflejar la sociedad que se quiere. No sería extraño sostuvo, que si las organizaciones son duras e inmodificables, y, si alguna vez tuvieran el poder, que lo único que se invirtiera entonces fueran "los términos de la acumulación". Este punto nos parece del todo central, a la vez que poco asumido, a no ser discursivamente, por varias experiencias latinoamericanas.
Nos parece destacable la intervención de Emir Sader, del PT. Comparte, con la de otros compañeros brasileños, un alto grado de reflexión sobre experiencias inéditas, que conbinan la lucha sindical, institucional y social de las organizaciones populares del Brasil. Sader sintetizó, en su comunicación, lo que para él eran indicadores de nuevas formas de hacer política en Brasil, y de ir concretando, en la lucha, un programa socialista, del "embrión de socialismo". El primero, es la experiencia del MST (Movimiento de Sin Tierra) que involucra la cuestión de la propiedad, de la subsistencia, de la organización y que, a la vez, trasciende las fronteras sectoriales avanzando sobre programas nacionales y no únicamente agrarios. En segundo lugar, la experiencia de democratización de los medios financieros, practicada en la administración pública del PT en diversos sitios, por medio de la discusión colectiva de los presupuestos municipales. Como expresión de la magnitud de este fenómeno, planteo la posibilidad de realizar control público sobre los fondos de pensión, una de las modalidades de acumulación financiera más destacable. En tercer lugar, ubico en su exposición a la experiencia del canal Cultural en San Pablo, una experiencia de pluralismo en medios de comunicación, con amplia presencia de las organizaciones populares y con mucha aceptación de la población paulista.
Carolina Aguilar, de Cuba, intervino en el sentido de recuperar la importancia de las formas organizativas de la sociedad civil, a las que habitualmente se les confiere un carácter corporativo, lo que entra en contradicción con variadas experienias del continente, donde asumen programas y reivindicaciones nacionales y populares.
En el mismo sentido se expresó Fernando Martinez Heredia, quien sostuvo la importancia de reparar en la experiencia cubana pre-revolucionaria, en la que existía una sociedad civil organizada, que favoreción el proceso. A menudo, según Martinez Heredia, ésto es desconocido y poco analizado. Sostuvo, entonces, la necesidad de no dicotomizar las luchas sociales de las políticas, y, más aún, de otorgarles sólo a las segundas la posibilidad de traspasar lo corporativo.
Para el año próximo se convoca a un nuevo seminario, a desarrollarse en Rosario, coincidiendo con la conmemoración de los treinta años del asesinato del Che Guevara.
Educación Popular: Charla Debate: Irene Manfio y Rubens Paulucci en la Universidad Nacional de Luján
Movimientos Populares y Formación Política en Brasil
El 11 de Octubre SUR, Centro de Educación Popular Asesoría e Investigación junto al Centro de Estudiantes de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Luján, organizaron una charla debate. En ella participaron los compañeros Irene Manfio, dirigente del Movimiento de los Sin Tierra (Brasil) y Rubens Paulucci dirigente del Centro de Educación Popular del Instituto Sapientitae (Sao Paulo/Brasil), quienes militan en expresiones novedosas del Movimiento Popular Brasilero.
Irene Manfio
La situación en nuestro país es de mucha tierra para pocos y muchos sin tierra. Tenemos 32 millones de brasileros que pasan hambre todos los días y con tanta tierra mal utilizada, concentrada. Los latifundistas se preocupan por exportar y no por acabar con el hambre del pueblo.
Nosotros participamos hace quince años más o menos en el Movimiento de los sin tierra (MST). Para eso son necesarios dos criterios, que no tengamos tierras y que estemos dispuestos a luchar. Somos un movimiento presente en 22 provincias del país, ya conquistamos 1.200 latifundios, conseguimos asentar 140.000 familas. Somos un movimiento que lucha por la tierra, por la Reforma Agraria y por los cambios en la sociedad.
Creemos que para hacer la reforma agraria que todos necesitamos, hay un conjunto de medidas que deben cambiar la estructura de la concentración de la tierra, desarrollar el medio rural, resolver la educación, la salud, el crédito, los recursos. Nosotros entendemos la reforma agraria también en sentido cultural, en diversos aspectos, que modifiquen la estructura de nuestro país.
Somos un movimiento independiente, autónomo como decimos. No tenemos ninguna orientación política de partidos ni de otra organización, aunque si establecemos relaciones con muchas.
Las formas de lucha que nosotros usamos han sido asambleas masivas, tomas o ocupaciones de tierras, marchas, incluso en las capitales, ocupación de predios del gobierno.
La lucha por la tierra en nuestro país es muy violenta. Deben haber sentido por la prensa que el 17 abril de este año que en la provincia de Pará fueron asesinados, matados, 19 compañeros, por orden del gobierno, donde estuvo la policía junto a personas pagadas por los latifundiastas para matarnos.
Además de sufrir la violencia nosotros no tenemos garantizadas condiciones mínimas de sobrevivencia, con problemas de salud y alimentación, y sufriendo la violencia del latifundio, el mal trato del gobierno, que intenta controlarnos y difamarnos.
Una vez que hacemos las tomas de tierras buscamos la forma de resistir. A pesar de que el capitalismo de tipo neoliberal sostiene que la agricultura es inviable, que está fracasada, nosotros buscamos organizarnos a traves de las cooperativas de trabajo colectivo. Organizar la producción es lo que nos permite resistir y tener una vida más o menos digna. Es necesario un desarrollo mínimo para poder sobrevivir. Hoy tenemos más de treinta coopertivas a nivel nacional, también una connfederación nacional para poder organizarnos, conducirnos y resistir la situación en que hoy vivimos.
También tenemos logros en el área de educación. Nosotros hoy tenemos una propuesta de educación para los niños y tambiém para jóvenes y adultos. Creemos que ningún chico debe estar fuera de la escuela, es un lucha que debemos desarrollar porque esa es nuestra base. En el nordeste un 90% de compañeros son analfabetos, y en el sur cerca de 40 o 45 por ciento. Estamos organizando una campaña de alfabetización de jóvenes, adultos y niños. Nuestro método se basa el la idea de práctica-teoría-práctica, parte de la realidad de vida que tenemos en nuestros asentamientos. Queremos que las escuelas estén dentro de los asentamientos pero que también los asentamietos estén dentro de las escuelas.
Tenemos también un trabajo con mujeres, con nuestras compañeras, porque cuando hacemos las tomas de tierras la mujeres están muy presentes, luchan, son muy valientes, y después que tenemos las tierras las mujeres se quedan dentro de las casas, participan poco. Por eso estamos haciendo un trabajo con ellas sobre la cuestión del género, buscando la liberación de nuestras compañeras.
En el área de formación, de capacitación, hemos logrado contar con escuelas que dan títulos formales de segundo grado (secundaria) donde podemos recibir formación técnica profesional, y también política ideológica, para que podamos avanzar en nuestra propuesta de cooperación agrícola. Este es un breve panorama que después podemos revisar en el debate.
También es importante decir que, debido a nuestros 15 años de luchas, hemos logrado el apoyo del pueblo brasilero. Hay pesquisas que marcan que el 85 % de la población apoya la reforma agraria. Además, un 54 % apoya las tomas de tierras, que si bien son legítimas para nosotros, son ilegales.
Eso es parte de nuestra lucha, sin tregua, para ver si acabamos con los latifundios en nuestro país.
Preguntas del público
Relación movimiento sistema educativo estatal. ¿Hay otra escuela no oficial? Relación con el estado
Nosotros entendemos que la educación es responsabilidad del estado y luchamos porque la escuela y los profesores sean financiados por el estado. Aún así definimos un perfil de nuestros educadores y escuelas, estamos avanzando en la lucha por el segundo grado. Sabemos que la educación no es una prioridad del gobierno, y a partir de allí la lucha se hace muy difícil. En muchos distritos conseguimos convenios con el gobierno para poder hacer nuestro trabajo de alfabetización de jóvenes y adultos, colocando nuestros monitores para que hagan el trabajo.
Nosotros tenemos una representación jurídica que nos permite realizar convenios para conseguir fondos para la educación. También hay convenios para capacitación técnica, pero como se imaginan, ésto lo conseguimos no por concesión jurídica sino cuando llevamos adelante luchas.
Sobre la reforma agraria. ¿Cómo se haría? Sistema de propiedad de la tierra en el MST
Nosotros seguimos luchando, organizándonos, movilizándonos, tomando tierras, haciendo las caminatas. Hay algo llamado reforma agraria en brasil desde el golpe militar, y está presente en todas las campañas electorales. Hay mucho discurso. Hoy se le han tomado tierras por un poco más que el tamaño del estado de Río de Janeiro a la burquesía (risas).
Nosotros estamos tomando los latifundios improductivos, pero comprendemos que la concentración de la tierra es muy grande. Al tomar tierras improductivas estamos trabajando sobre la linea ideológica también, porque mostramos incluso que nosotros somos eficientes, producimos lo que ellos no produjeron. En un latifundio de seis cabezas de ganado nosotros colocamos trescientas familias, producimos granos, mostramos que somos trabajadores, sabemos trabajar la tierra. La sociedad ve los resultados que estamos consiguiendo.
Nosotros luchamos contra la propiedad, luchamos para producir, para poder alimentar a los niños, para acabar con el hambre del pueblo. La propiedad de la tierra es colectiva, no personal, está en nombre de todas las familias. La propiedad de la tierra es independiente de la forma de trabajo. En un mismo asentamiento podemos tener familias que trabajan de forma individual, de forma cooperativizada. Esto en el marco de las dificultades de la agricultura en este contexto. Estamos desarrollando agroindustrias, tenemos más de treinta, como forma de aumentar los recursos y garantizar el trabajo.
No existe propiedad individual. Recibimos acusaciones de la prensa, que los sin tierra se asientan y luego venden. De esta forma garantizamos que la tierra no sea vendida. Pero defendemos ésto, sobre todo, porque la tierra es conquista del colectivo y no de las personas. También puede ser importante aclarar que no buscamos competir con el capital, ni enriquecernos, sino sobrevivir.
Sobre la organización del MST y la proyección a nivel nacional
Nosotros sabemos que la unidad es muy difícil de ser construida, que el corporativismo es muy grande. Trabajamos la consigna "reforma agraria: una lucha de todos". Con eso conseguimos trabajar con organizaciones de derechos humanos, pensando que la reforma agraria no sólo resolvería los problemas del sector rural, sino también los urbanos, de violencia, marginalidad, etc. Intentamos siempre participar de la lucha de otras organizaciones. También buscamos organizar la lucha del conjunto, por ejemplo de las organizaciones del campo. Sabemos de nuestras limitaciones para cambiar las estructuras de nuestro país, por eso buscamos la unidad con otros sectores.
Vínculo con la iglesia
El origen del movimiento sin tierra, el trabajo, las tomas, comenzaron a partir del trabajo de la iglesia, de la pastoral de la tierra. La mayoría de los dirigentes del MST, venimos de la experiencia de la pastoral, y el origen del movimiento, antes de tornarse movimiento, es la pastoral. Entonces, tenemos una relación muy buena con la iglesia, pero no con toda la iglesia, es la iglesia de la Teología de la Liberación, que hizo un trabajo muy amplio en capacitación de dirigentes. Muchos curas y monjas comprometidos. Tenemos casos de monjas que acamparon con nosotros. Tenemos una relación muy buen a con esa parte de la iglesia. Además no se deja de lado la relación con la fracción más consevadora. La iglesia brasilera ha contribuido mucho con el movimiento popular durante y luego de la dictadura. Hizo un trabajo muy bueno en los años ochenta en el terreno de la concientización.
Rubens Paulucci
Trabajo en el Centro de Educación Popular del Instituto Sedes Sapientiae, que llamamos, más fácil, Cepis, por la sigla. Nuestro centro se fundó en 1978, se forma dentro de la dictadura, y tiene básicamente dos objeticvos. Uno, luchar contra la dictadura, buscando una sociedad democrática. El segundo, apunta al proceso de conocimiento, porque durante la dictadura en las universidades y escuelas no se permitía que se discutiese, hablase o estudiase muchas cosas.
Hacíamos además un análisis del tema de la guerrilla. Como aquí, en Brasil sufrimos una derrota político militar. Perdimos en lo político, pero también perdimos en lo militar.
A nuestro grupo viene gente de varios lugares, de la universidades, gente que volvió del exilio, gente que venía de experiencias sindicales, barriales, y se fue acumulando conocimiento a partir de sus experiencias.
Y hacíamos un análisis político que dice que nuestra derrota fue debida a que no había pueblo. Muchos compañeros murieron en la lucha pero el pueblo no lo sabía, el pueblo apoyó el golpe. Tenía una vanguardia pero no una retaguardia, el pueblo no lo sustentó. A partir de esos análisis viene la necesidad de reconstruir las organizacionezs populares, y sobre todo hacer un trabajo de concientización política. Por eso se forma el centro de educación popular, pero rompiendo un modelo clásico de formación política, la de los partidos por ejemplo, donde vas a un curso tres, cuatro o cinco días, te meten marxismo en la cabeza y ya está, listo, un cuadro preparado.
La experiencia mostraba que teníamos compañeros preparados ideológica y teóricamente, pero no sabían trabajar con el pueblo, no tenían la práctica. Entonces, si se quiere romper con el modelo clásico hay que buscar una nueva manera de hacer un trabajo de concientización política. Dentro de este contexto se llega a la educación popular.
Se forma un grupo de gente. Eramos pocos pero con muchas pretensiones. Salimos a meternos por el país, a preparar y a trabajar.
Nosotros teníamos claro que la lucha contra la dictadura era el proceso de reorganización de la lucha popular. Salimos por todo el país, por todos los barrios donde había espacios. Empezamos con el proceso sindical, con los trabajadores para hacer las tomas de los sindicatos. En la dictadura todos los sindicatos sufrieron una intervención, los milicos sacaban a la dirrección legítima y metían a un funcinario. Nosotros participamos de procesos de organización de trabajadores donde se tomaron los sindicatos, donde se "retomaron" los sondicatos.
En aquel entonces aparecía otro movimiento fuerte, el de la Teología de la Liberación. Había muchos espacios dentro de la práctica de las iglesias, no de todas claro, teníamos curas muy buenos pero también reaccionaros, como acá. Había toda una preocupación en torno de las comunidades de base.
Ya para ese tiempo se va reconstruyendo el campo popular, a partir del 80. El hecho más importante es la construcción de la central de los sindicatos, la CUTi, Central Unica de los Trabajadores. También hubo movimientos muy importantes en el inicio la década del 80 en la región de San Pablo, un centro industrial muy importante, que llamamos región del ABC, de donde viene Lula.
Hay muchos otros factores que se fueron acumulando. Los procesos de educación fueron tomando más fuerza, en muchas partes del país fueron surgiendo otros centros. Para nosotros era "cuanto más mejor". No hay que olvidar que las distancias son enormes en Brasil, así que incentivábamos la formación de otros centros en otras partes. Eso deviene en un debate teórico de la educación popular.
¿cuáles son entonces los principios fundamentales de la educación popular?
Bueno, que el proceso de organización, no es un proceso voluntarista. Creemos que las necesesidades solas no bastan para pelear. Se tiene como principio claro que la educación popular es un trabajo ideológico, distinta de la escuela formal. Tiene como objetivo central a la clase tabajadora, es decir, tiene un contenido clasista muy determinado. Pero no son todos ni cualquier trabajador, son aquellos que quieren pelear, porque hay también trabajadores reaccionarios, hacia aquellos que tienen la perspectiva, la intención de pelear, la intención de cambiar las cosas, se dirige la educación popular. La educación popular tiene ese contenido clasista.
También se va a discutir en todo ese proceso, de qué manera se va a transmitir conocimiento. Hay maneras y maneras de hacerlo. En la escuela formal nosotros decimos que hay un proceso bancario, donde te meten las cosas en la cabeza, como un depósito bancario. La educación popular, en cambio, es un proceso que desarrolla el sentido crítico, pero un sentido crítico que parte de una realidad concreta, de la realidad de la gente. Nuestro punto de partida son las necesidades, en un proceso donde los trabajadores se apopian de conocimiento. Y tenemos como preocupación y crítica a experiencias pasadas, que se habla de teorías y sin conocer la realidad. Claro que sólo el conocimiento empírico no basta. Hay que encontrar la práctica política, la práctica social con el conocimiento teórico, con el conocimiento científico, buscar un puente para que se pueda sufrir un salto de calidad.
Otro punto importante desde el punto de vista político ideológico es que quien dirige el proceso son los trabajadores. En nuestro caso (hay otros centros de educación popular que tienen una concepción distinta) lo fundamental es que el trabajador, sea campesino, obrero, se apropie de los conocimientos, pero que también sea el que dirige el proceso. Es él y su organización quienes tienen que hacer política, que elaborar política. Nosotros somos sociólogos, filósofos, economistas, nuestra tarea es apoyar la dirección de la organización por los trabajadores, no dirigirla. Que vaya a salir bien o mal ese es otro problema. Ellos tienen que apropiarse de su historia, de su realidad y luchar para cambiarla. Y no se cambia la realidad que no se conoce. Hay que conocerla para transformarla.
Entendemos también que el proceso de liberación también pasa por las conciencias. No hay liberación si no hay conciencia. Muchos procesos se perdieron por falta de conciencia. Estamos ante el derrumbe del socialismo ruso, la crisis que estamos viviendo, y puede verse que en muchos de los lugares donde se tomó el poder se pierde a causa de la falta de conciencia.
Además, entendemos la formación como un proceso y no como momentos. El caso del movimiento sin tierra es un ejemplo. Hasta el momento de preparar la toma de la tierra es un proceso de formación política. Formación no es leer libros, hay que luchar, hay que discutir, hay que preparse, y también leer libros.
La preocupación nuestra es buscar, desde estos principios, una metodología que sea lo más eficiente posible y que pueda responder a estos principios que estamos planteando. Como decimos, no se pueden discutir contenidos separados de la forma, como tampoco la forma se parada de los contenidos. Las dos cosas caminan juntas. No hay contenido bueno si las formas son malas y tampoco funciona a la inversa. Esto es, no debe haber metodología buena con contenido malo, no corren las buenas intenciones en ésto. Es necesaria entonces la reflexión metodológica.
Para nosostros ésto se resuelve a partir de (voy a usar una palabra muy usada) un proceso dialéctico. De relación teoría - práctica - proceso de formación - lucha. Esta es una gran preocupación. No tenemos una visión cartesiana ni trabajamos desde la lógica formal. No ocurre en realidad lo deductivo, aunque podamos hablar de muchas cosas, la práctica es siempre más complicada. No se trata de un proceso enciclopedista, donde se recibe información "¿y bueno, ahora qué vamos a hacer con ella?"
Se trata de buscar metodologías coherentes con esta lógica (dialéctica) y técnicas adecuadas. Producir instrumentales pedagógicos. Muchas veces se plantea un proceso formativo y no están las condiciones materiales, hay que producirlas. Por ejemplo, en nuestro caso no hay cursos predeterminados. Organizamos los contenidos a partir de las necesidades de cada grupo, de cada lugar.
Algo para aclarar. No nos proponemos sustituir la escuela, ni sustituir la universidad. El objetivo central es el proceso organizativo y de lucha de los trabajadores.
Se que en Argentina como en Brasil hay muchas interpretacones, estoy hablando de cómo entendemos la educación popular en el Cepis. Popular no solamente indica estar en un barrio. Allí también pero con sentido, con ideología, con principios, con metodología.
Esos son los principios con los que nos manejamos, y con ellos estamos en la lucha diaria. Entendemos la educación popular como un proceso de ayuda, de apoyo al proceso mayor de transformación real del país.
Preguntas del público
Sobre la autonomía de los grupos
Te pongo un caso concreto, un barrio, o un sindicato, el movimiento sin tierra, hace una solicitud, a partir de sus demandas, se establece un acuerdo, se hace un plan de trabajo, que tienen un inicio y un fin. No son planes de los que se sabe el inicio y no cuándo va a termnar. De la misma manera cuando se da un proceso en un barrio hay que tener muy claro el objetivo de por qué se está ahí. A partir de eso se planifica y el la planificación tiene que salir una postura política. Lo que se hace tiene que contar con un objetivo muy claro, la división de responsabilidades que tocan a cada uno. El trabajo de evaluación consiste en ver si salió bien o mal, y de quién son las responsabilidades. En el caso de nosotros hay lugares donde los trabajadores tienen que pagar, por más pequeña que sea la cantidad. Como dicen los capitalistas, establecemnos un contrato, para que las cosas se queden muy claras, muy transparentes.
Por otra parte, hay muchos ejemplos de voluntarismo. En algunos casos, el asesor se convertía en dirigente. Para eso es que se establece un contrato bien claro. En el caso del MST, en la escuela de formación de cuadros, a ti te toca trabajar tal cosa, durante tantos días y das cuenta de eso.
Nosotros trabajamos con gente de organizaciones, que quiere organizarse o que ya está organizada. Y la formación de a gente que participa de las actividades sirve a esas organizaciones.
Distintas perspectivas en educación popular
Básicamente se puedan distinguir dos bloques en la educación popular de Brasil. Uno que tiene una visión más tecnicista, con una preocupación más metodológica, por los instrumentos, concibe a la enseñanza como una técnica. Una preocupación por las dinámicas y no por la política. Y otro sector que vincula a las dos. El tema es cómo llevar el conocimiento científico, no estamos hablando de teoría en el aire, hay una acumulación histórica, de producción en las universidades, por más problemas que tengan, hay producción teórica. Y ésto implica todo un problema ideológico y político. La ciencia, como todos saben, su neutralidad es realmente relativa. Ese es un punto.
El otro, es a quién se va a llevar esos conocimientos y en qué marco. Por ejemplo, ustedes saben que Fernando Cardozo es sociólogo, y pasó mucho tiempo cerca de la izquierda. Entonces se da una confusión y un debate sobre la propuesta de innovar metodológicamente en las escuelas en este marco. Y nosotros decimos "bueno, pero es el estado el que va a financiar ésto". Y nosotros queremos hacer articulaciones con el goblerno, pero con uno democrático y popular. No pensamos en hacer trabajo popular para un gobierno de extrema derecha. Hay toda una discusión en torno de los planes del banco mundial y todo eso, hay mucho dinero, y muchas organizaciones no gubernamentales.
Nosotros decimos que no somos ONG, ese es un apellido que puso el banco mundial. Me hace recordar a un ovni, venido de otro planeta. "No" ¿por qué se dice "no"?. Nosotros entendemos que quien financia pone condiciones. Hay quien dice, "los fondos públicos son de los trabajadores, los recojo y los pongo a beneficio de los trabajadores", y decimos, "bueno, está bien, pero por qué no las organizaciones representativas de los trabajadores, las organizaciones barriales, sociales, sean las que reciban esos fondos y que contraten a las ONG", porque el control político es lo que debe ser de los trabajadores.
Hay entonces un problema de concepción, metodológico, y también de práctica concreta.
El otro item, educación popular no es asistencialismo, ni paternalismo, es ayudar a la gente a pelear por sus derechos. El puntero político (como ustedes dicen) hace trabajo popular, pero no es eso lo que llamamos educación popular.
Aquí debiera haber una nota que no pudo ser recuperada electrónicamente, del compañero Andrés Rojas, segunda parte del artículo de Umiña 4: "La salida socialista ante la violencia instalada en elñ mundo de hoy". Se encuentra a disposición de los compañeros por medio de fotocopias. |
Educación Popular:
TÉCNICAS PARTICIPATIVAS DE LA EDUCACIÓN POPULAR
T
oda acción educativa significa creación y re-creación de conocimientos por parte de los sujetos que en ella intervienen. Esto nos plantea la elaboración de proyectos con objetivos a corto, mediano y largo plazo; que permitan, por un lado, la apropiación, construcción y circulación de conocimientos y , por otro, de las técnicas, instrumentos y herramientas para el análisis crítico de la realidad social, política e ideológica, como así también de la propia experiencia y de la práctica cotidiana.La Educación Popular, es precisamente eso, generar procesos de formación y capacitación, para que a través de la acción intencionada, organizada y planificada, los sujetos y los grupos logren construir sus propias mediaciones y articulaciones con el conocimiento y la realidad, desde una opción crítica.
En este sentido, las técnicas deben ser siempre elegidas garantizando una coherencia con la Concepción Metodológica que guía el trabajo de formación. Las técnicas, según nuestra concepción metodológica, deben tener como punto de partida lo que el grupo hace, siente y vive, en otras palabras, su realidad cotidiana y su práctica social.
"Este punto de partida es el inicio de un proceso de teorización que se puede definir como la reflexión sistemática, ordenada y progresiva que permite ir pasando de la apariencia exterior de las cosas y de los hechos, a sus causales reales, lo cual nos ayuda a ubicar lo cotidiano, lo inmediato, lo individual y lo parcial dentro de lo social, lo colectivo, lo histórico y lo estructural, llegando paulatinamente a adquirir una visión totalizadora de la realidad.
Este proceso permite entender cada hecho particular en su relación con la totalidad social en un momento histórico concreto, a la vez que se propicia la adquisición de una visión crítica y creadora de la práctica social.
El proceso (...) se completa con el regreso a la práctica para transformarla y mejorarla, poniendo en juego los elementos adquiridos que suponen una mayor compresión de la realidad y de la práctica del grupo (transformándose ésta práctica en un nuevo punto de partida y así sucesivamente)" (Bustillo, Vargas *).
Por lo tanto, es necesario elegir y crear técnicas que garanticen y favorezcan la participación de la mayor cantidad posible de miembros del grupo con el cual se trabaja o se va a trabajar; que permitan al grupo explicitar y socializar el conocimiento que se tiene sobre un determinado tema (el que se va a trabajar); que permita al grupo preguntarse siempre más sobre sus conocimientos y prácticas cotidianas y por último, que permitan al grupo apropiarse efectivamente de las herramientas de análisis de la realidad, de conducción, organización y sistematización.
Las T. P. nos ayudan a realizar de manera participativa, análisis y diagnósticos de la realidad integrando las diferentes dimensiones que la componen (social, política, educativa, cultural, económica, ideológica, etc.). Pero su valor depende de cómo se las contextúe.
Una limitación que muchas veces aparece en su utilización es la exagerada ponderación de la práctica en la construcción de conocimiento, cayéndose de ésta forma en un "practicismo" peligroso. El conocimiento que se va construyendo, como así también los análisis, diagnósticos e interpretaciones deben ir acompañados en el momento de la teorización, con materiales teóricos (existentes o construidos expecíficamente), los cuales deben adaptarse (sin que ésto signifique perder rigurosidad) a las características del grupo con el cual se trabaja; buscando a través de ellos dar una fundamentación más crítica, racional y científica a las mediaciones, articulaciones e interpretaciones que se realizan.
Es importante que los integrantes del grupo vayan creando e investigando permanentemente, para que las técnicas no se conviertan en "recetas mágicas" que todo lo pueden. Es importante crear y elegir dichas herramientas siempre a partir de los objetivos definidos, del tipo de contenido que se quiere tratar y de la Concepción Metodológica que guía nuestro trabajo. No existen técnicas "buenas o malas" por sí mismas, que puedan ser aplicadas en cualquier situación.
Es preciso explorar el uso de diferentes T.P. que permitan a los actores sociales utilizar e integrar diferentes formas de expresión y comunicación (orales, escritas, corporales, musicales, plásticas, visuales, etc.).
Un punto importante a tener en cuenta es que existen T.P. que funcionan como "disparadores" o "decodificadores" que permiten la participación, recogiendo lo "objetivo", como así también "lo subjetivo"; estas pueden o no agotar el tema en cuestión. Por ello, muchas veces la utilización de una sola técnica no es suficiente para agotar el abordaje o discusión de un tema o contenido "(...) por lo que debe(n) estar acompañada(s) de otras técnicas o recursos didácticos, que permitan un proceso de profundización (teorización) ordenado y sistemático" (Idem cita anterior).
Como el uso de las T.P. generalmente va enmarcado dentro de un proceso de formación u organización, algunos aspectos de evaluación deben ser tenidos en cuenta:
a) es importante que la evaluación se realice a cada paso, para que se pueda rever o redimensionar los pasos siguientes, para ello se necesita una gran flexibilidad en la planificación y sobre todo un buen diagnóstico previo del grupo o sector y de su realidad.
b) es importante que la evaluación sea realizada en forma colectiva, involucrando en la misma a todo el grupo participante, siendo importante que el coordinador también se posicione en la misma.
c) es importante que sea global, incorporando todos los aspectos y condiciones que estén presentes en el trabajo realizado. Por ello es necesario elaborar una guía de lo que se pretende evaluar, que de cuenta de todos los aspectos que serán evaluados. Dentro de dicha guía, es importante tener en cuenta un eje de evaluación que permita medir hasta que punto la propuesta realizada responde a las expectativas y dificultades marcadas por el grupo inicialmente; como así también hasta que punto la tarea responde a los objetivos definidos por el grupo y si la tarea ofrece elementos que pueden hacer avanzar al grupo.
d) es importante que la evaluación sea realizada con una dimensión crítica y auto-crítica, este punto es de gran importancia, ya que es una herramienta que utilizada en forma permanente favorece al crecimiento del grupo.
ALGUNOS CRITERIOS PARA SU SELECCIÓN Y UTILIZACIÓN.
Las T.P. no son de por sí y por su simple uso Educación Popular. Debemos tener en cuenta que son un medio "para" y no un "fin en sí mismo". Deben ir enmarcadas dentro de un proceso más general, que busca favorecer la apropiación, construcción y circulación de conocimientos desde una lógica diferente a la dominante; donde el mediador e interprete con el objeto de conocimiento es el sujeto y no un agente externo a él. Se enmarcan en un proceso que apunta a fortalecer la organización y conciencia de los grupos o sectores, en oposición a las visiones dominantes de la sociedad, donde los sujetos son vistos como "objetos a modelar".
Las T.P. han sido usadas en diversos contextos: capacitación laboral, proyectos gubernamentales, etc. Su uso no garantiza que se esté haciendo educación popular per se. Se enmarcan en un proceso, y eso le puede dar, o no, un carácter popular, alternativo y democrático.
Por lo tanto seleccionarlas y utilizarlas debemos tener en cuenta:
* el contexto y la coyuntura en que se está actuando;
* las características del grupo;
* su forma de relacionarse con el conocimiento;
* deben ir ligadas al proceso de organización y formación del grupo con el cual se trabaja;
* su base debe ser la Concepción Metodológica Dialéctica de la Educación Popular, la cual apunta a cambiar radicalmente las mediaciones, articulaciones e interpretaciones que los sujetos establecen con el conocimiento y la realidad.
¿QUÉ TÉCNICA UTILIZO?
Nosotros partimos del supuesto que:
1) la metodología (Concepción Metodológica) es nuestra línea más general, nuestra estrategia, nuestro horizonte o marco conceptual (político-ideológico-educativo); la que da sentido y unidad de conjunto a todo el proceso, haciendo coherente los fines, las metas y las técnicas a utilizar.; 2) que el método es la modalidad específica de como vamos a plasmar nuestra Concepción Metodológica, a través de un conjunto de técnicas y herramientas interrelacionadas con nuestro diagnóstico y marco conceptual, y ; 3) que la técnica es nuestro recurso didáctico para ser utilizada en un contexto y con sujetos determinado.
Entonces, una vez realizado un diagnóstico de la situación concreta, las preguntas que nos formulamos, son las siguientes:
* ¿Qué?... el tema que se va tratar.
* ¿Para qué?... el objetivo a lograr.
* ¿Con quién?... los sujetos sociales a los que va dirigida y tipo de práctica que realizan.
* ¿Cómo?... los pasos a realizar para el logro de los objetivos y metas propuestas (métodos y técnicas).
* Bustillo, Graciela / Vargas, Laura; Técnicas Participativas Para la Educación Popular, IMDEC, México, 1994, p: 8/9.
Contratapa:
Adagio a mi país,
Alfredo Zitarrosa
En mi país, que tristeza
la pobreza y el rencor.
Dice mi padre que ya llegará
desde el fondo del tiempo, otro tiempo
y me dice que el sol brillará
sobre un pueblo que él sueña
labrando su verde solar.
En mi país que tristeza,
la pobreza y el rencor.
Tu no pediste la guerra,
madre tierra, yo lo se.
Dice mi padre que un solo traidor
puede con mil valientes;
él siente que el pueblo en su inmenso dolor
hoy se niega a beber en la fuente
clara del honor.
Tu no pediste la guerra,
madre tierra, yo lo sé.
En mi país somos duros:
el futuro lo dirá.
Canta mi pueblo una canción de paz.
Detrás de cada puerta
está alerta mi pueblo;
y ya nadie podrá
silenciar su canción
y mañana también cantará.
En mi país somos duros:
el futuro lo dirá.
En mi país, que tibieza
cuando empieza a amanecer.
Dice mi pueblo que puede leer
en su mano de obrero el destino
y que no hay adivino ni rey
que le puedan marcar el camino
que va a recorrer.
En mi país que tibieza
cuando empieza a amanecer.
En mi país somos miles y miles
de lágrimas y de fusiles,
un puño y un canto vibrante,
una llama encendida, un gigante
que grita: ¡Adelante, adelante!
En mi país brillará
yo lo sé
el sol del pueblo
arderá
nuevamente
alumbrando mi tierra.