Umiña 9 - Noviembre / Diciembre de 1998

 Umiña: Deidad Inka de dos cabezas, con la de adelante mira el pasado, al que fue,

con la de atrás mira al futuro, a lo que vendrá

Es una publicación de SUR, Centro de Educación Popular, Asesoría e Investigación.

Sumario

 editorial: "la contradicción es la única prueba de la libertad (Artigas)"

 movimiento popular: Silvia Gonzalez y Stephane Cuisiniez:"1er. Encuentro-Taller de Organizaciones Indígenas y campesinas"

"MST: Presente en el encuentro".

 prólogo: Cesár Po: "coyuntura con fractura expuesta"

"Yo no sé lo que quiero, pero sé lo que no quiero..."

 encuentros: Antonio Aristizabal: "Desde la Heterogeneidad, construir una Identidad Colectiva".

"... las caras eran parecidas, descendientes de indígenas, de inmigrantes o de una mezcla de los dos..."

 intelectuales, política, cultura y alianza: Gregorio Maximoff: "La Era del Vacio"

"... No importa la discusión colectiva de los presupuestos, sino su uso adecuado en el marco de una nueva cultura política para gobernar de un modo eficiente... y sabemos que eficiencia y democracia son dos preocupaciones diferentes... ¿la primera es la progresista?"

 educación: Uno del Ramo: "La Violencia Escolar"

"...el mercado lo es todo y hay que ser su fiel y sumiso empleado, la propiedad privada es eterna y ajena, la ley es justa y sagrada, dos más dos son siempre cuatro y San Martín cruzó los Andes...."

 Hallazgos: Manuel Vazquez Montalban: "Panfleto desde el Planeta de los Simios"

"...cuando hablamos de intelectuales solemos referirnos a esa casta corporativa de especialistas en pensar y en decir lo que piensan, con el valor añadido de que piensan más y mejor que los demás..."

 religión: Luis Domínguez.: "Religión en Tiempos de Pobreza y Miseria"

"...la producción religiosa de los especialistas es destinada al todo social, lo que les asegura una autonomía relativa delante de la clase dominante, mientras que la autoproducción religiosa queda restricta a las clases dominadas y subalternas..."

 educación popular: Javier Di Matteo: "Educación Popular, Política, Barrio..."

"...La comunidad, en general, es una expresión que hace referencia a una realidad demasiado compleja, mucho más compleja que la noción paralela que transmite: comunitario, común, lugar de iguales..."

 cultura: Sope:"Pluma, Fusil, Pincel".

"...es fundamental reconocer un arte distinto... un arte que es comunicación, que es una de las funciones del lenguaje..."

 resistencias: Sup Marcos: "Historias de Arriba y de Abajo: Mascaras y Silencios..."

"...hay silencios que callan la muerte, la miseria, en los de arriba y silencios que gritan rebeldía, en los de abajo..."

E.Z.L.N.: "V Declaración de la Selva Lacandona"

"...es ya el tiempo de que hable la paz, la paz con justicia y dignidad..."

 aniversarios: SUR c.e.p.a.i.

 reflexiones: Cornelius Castoriadis: "La democrácia como procedimiento y como régimen"

"...el estado es una creación histórica fechable y localizable. Una sociedad sin tal estado es posible, concebible, augurable..."

 debates: Martín Spinosa: "Educación y Trabajo para los Sujetos del Pueblo (parte II)"

".la popularidad de cualquier fenómeno debe ser establecida por su uso y no por su origen..."

 resistencias II: Tibu, Mariano, José, doña Elsa: "De piquetes y fogones (parte II)"

"...Se reproduce en los cortes de ruta lo que está pasando en la sociedad. Salieron algunos líderes en algunos cortes, que ahora se acomodaron con los distintos sectores, ante las elecciones..."

 historieta: Sope: Bestiario...

 violencias: Uno del Ramo: "Violencia Abstracta y Poder Real: Agarrando la Piedra sin esconder la mano..."

"...gran parte de nuestros calendarios, calles, escuelas, billetes de banco, plazas, etc. recuerdan a asesinos de masas elevados a la categoría del procerato..."

 ombligo: SUR c.e.p.a.i.: "Qué. quién, cuándo, dónde. cómo y porqué..."

 educación popular II: Jorge Medina: " Nuevas Perspectivas de la Educación Popular"

"...Se dice: si su situación de clase es la actual, deberían ser socialistas... no es algo natural que la ideología de los obreros sea progresista... no hay nada natural..."

 contratapa:

Rosa Rey: "Exilio

Staff:

Colectivo de Redacción: Javier Salicrú, Javier Di Matteo, Jorge Medina, Sonia Rodríguez, Gustavo Zapata, Pablo César B., Martín Spinosa, Marcelo López, Fernando Marciano, Esteban Cuisiniez, Silvia González, Antonio Aristizabal, Gustavo Abadía, Graciela Nuñez, Sope, Rosa Rey.

Ilustraciones: Lizandro Aguilera Historieta: Sope

Agradecimientos: Uno del Ramo, Gregorio Maximoff, César Po, El Sup, Luis Domínguez, A.Gramsci, M. Vazquez Montalbán, Ko`eju, Emiliano Cucciufo, Cornelius Castoriadis, Mariano, Tibu, doña Elisa, José N. Serna Toledo, J. López Faundes.

 

Editorial: La contradicción es la única prueba de la libertad. (Artigas.)

Siempre y Nunca contra A veces

Había una vez dos veces. Una se llamaba una vez y la otra se llamaba otra vez. Una y otra vez formaban la familia A veces, que vivía y comía de vez en vez. Los grandes imperios dominantes eran siempre y nunca que, como es evidente, odiaban a muerte a la familia A veces. Ni siempre ni nunca toleraban que los A veces existieran. Siempre no podía permitir que una vez viviera en su reino porque entonces siempre dejaba de serlo porque si ya hay una vez entonces ya no hay siempre. Nunca tampoco podía permitir que otra vez apareciera otra vez en su reino porque nunca no puede vivir con una vez ni menos si esa vez es otra vez, Pero una vez y otra vez se la pasaban molestando una y otra vez a siempre y a nunca. Y así fue hasta que siempre las dejó en paz para siempre y nunca nunca las volvió a molestar. Y una vez y otra vez se la pasaron jugando una y otra vez. «¿Qué me ves?» preguntaba una vez, y otra vez contestaba: «¿Pues qué no ves?» Y así se la pasan felices de vez en vez, ya ves. Y siempre fueron una y otra vez y nunca dejaron de ser A veces. Tan, tan.

Moraleja 1: A veces es muy difícil distinguir entre una vez y otra vez.

Moraleja 2: Nunca hay que decir siempre (bueno, a veces sí).

Moraleja 3: Los «siempres» y los «nuncas» los imponen los de arriba, pero abajo aparecen «los molestos» una y otra vez que, a veces, es otra forma de decir «los diferentes» o de vez en vez, «los rebeldes».

Moraleja 4: Nunca vuelvo a escribir un cuento como éste, y yo siempre cumplo lo que digo (bueno, a veces no).

Vale encore. Salud y, a veces, el siempre y el nunca nacen abajo (del vientre, por ejemplo).

Sup Insurgente Marcos.

Hay veces, y reveses. Sino, pregúntenle a Pinochet que creía que nunca...o que siempre...

Hay veces que esta revista, sale. El presente número de Umiña incluye una serie de notas que más o menos caracterizan lo que viene siendo nuestra iniciativa desde el comienzo( ¿o desde siempre?). Algunas referidas a experiencias organizativas latinoamericanas y nacionales; otras, que buscan comprender al poder, la hijaputez en su variedad de formas y espectros. Unas otras que hablan de educación popular, que viene a ser lo que nosotros hacemos, o como decimos elegantemente, nuestra especificidad. Hay un espacio para la cultura, con perdón de la palabra. Hay de todo (por dos pesos), lo que habla de nuestra nueva estrategia de mercadeo.

Hay una ampliación del staff (otros molestos), que creemos, colabora para la mejora en la calidad de la publicación. Aunque eso es sólo una cara de la cuestión. La otra es el entusiasmo (rebelde) de compañeros que se prenden a la experiencia y la hacen suya.

Puede ser que a veces estemos de acuerdo... eso es bueno. Puede ser que otra vez no lo estemos... y eso es bueno también... Ya va siendo hora de que, por lo menos una vez ( ¿o será otra vez?) , comecemos a molestar...

 

 

Prólogo a la novena edición(variante literario-periodística)

A modo de Catarsis(variante psicoanalítica)

Coyuntura con fractura expuesta(variante medicinal) Por: Cesár Po

Tema 1: Hacer posible lo imposible...

"Yo no se lo que quiero, pero se lo que no quiero..." Andrés Calamaro. Alta Suciedad.

Hay una famosa frase que dice que la política es el arte de lo posible y que contiene una gran contradicción: el arte no se ocupa de lo posible, sino de todo lo contrario.... Hay otra famosa sentencia que dice: en política, y sobre todo en economía, hay que ser "pragmáticos". Y es de uso corriente que ser pragmáticos excluye (siguen las contradicciones...) cualquier contacto con la realidad (praxis, diría el doctor Grondona...) social . Estas dos frases, o mejor dicho sentencias, junto con el no menos famoso teorema de "Baglini" (que no es un gordo bueno, ya que estamos en desmitificar dichos de uso corriente...) de que la cercanía al poder es inversamente proporcional a la radicalidad de las propuestas políticas (o sea: más cerca del poder menos radicalidad, y viceversa) son hoy por hoy la guía Peuser (o Filcar) de todo político conservador o progresista (si se me permite la licencia poética) nativo.

Y es dentro de estos límites, con estos horizontes escasos, que se discute la posibilidad del cambio por medio de la política. Y es fuera de estos limites, más allá de estos horizontes, dónde circula la realidad social, económica, laboral, educativa, científica, sanitaria, cultural, deportiva... (siguen las firmas).

Hay que bajar el costo laboral para poder crecer como potencia industrial... y bajan los salarios, que se gastan en el país y suben las ganancias, que se remiten a casas matrices del exterior o inversiones en mercados emergentes. Y se flexibilizan (basurean) los contratos de trabajo (reconversión del asalariado en esclavo...). Hay que racionalizar el gasto en servicios improductivos... y se vuelve eficiente (menos inversión, menos maestros, menos contenidos, mas pobreza) la escuela pública amontonando 30 o más alumnos ( o sería mejor decir pacientes) en aulas de materiales rígidos no flexibles, y se cancelan las becas del Conicet (fin de los privilegios de la casta intelectual, del piensa y no trabaja). Hay que modernizar las viejas relaciones pre-capitalistas y románticas en el deporte y la cultura y se pagan miles de dólares a empresarios intermediarios (patrones en el lenguaje pre-caída del muro) por chicos de 9, 10 y 11 años para ficharlos en un club (empresa) deportivo y se desvía el impuesto (subsidio) de $0,63 que se paga con las entradas de cine a las arcas Maharbianas para destinos más gloriosos (como una festival de cine argentino sin cine argentino). Hay que adoptar actitudes solidarias con los más necesitados y se impone la auto-gestión (o sea el arreglate como puedas) en los hospitales públicos junto con el subsidio (mediante el no pago de impuestos) a las clínicas privadas... y se deriva el plan Trabajar II a los punteros, pintores y matones oficialistas en desmedro de los desocupados ya que sólo una mínima parte de los necesitados recibió efectivamente un plan trabajar de $200 mensuales, (o sea la mitad del costo de 1 (un) peinado de perro presidencial). Y hay que reforzar la seguridad (de la propiedad) persiguiendo negritos ladrones y prostitutas inmorales (y pizzeros austeros) y garantizar las libertades individuales de los dueños de bancos Mayo, directores de Bancos Centrales, Fabricaciones Militares, Bancos Naciones, Big Blues (IBM), Ministros varios, Presidente único, etc. Y hay que garantizar los derechos humanos de los presos (Branca, Oyarbide, Wowe, Videla, Fazzi Lavalle, etc) y respetar el debido proceso de la justicia (miles de presos hacinados sin sentencia, periodistas condenados por real malicia...) y garantizar el honor de las "personas" (Etchecolatz, Corach, ...). y la privacidad de la gente (Teléfonos de De la Rua, Ingresos de Presidentes y ministros) y recaudar impuestos a los que pueden pagarlos (los trabajadores) y dejar de perseguir a quienes trabajan por el país con impuestos injustos que frenan las inversiones (Amalita, Pérez Companc, etc).

Esto es lo posible.

Tema 2: Cambiar el modelo.

Hoy el cambio pasa por cambiar el modelo. De la marca ni hablar. Es que cuando uno se encariña con el fierro, no hay infidelidad posible. Y es que esta marca nos ha dado muchas satisfacciones, aunque el modelo que tenemos esta un tanto viejito y machucado. Cómo olvidarnos las victorias de Ronnie Reagan y Bush en Indianapolis, de la tía Margaret en Silvestone y del viejo Helmut en Nuburgreen, todas con esta marca y modelo. Y ya con el modelo siguiente, con alerones y air-bag, los podios, regados de champagne, fueron ocupados por el simpático "Felipillo" en Jerez de la Frontera, el dulce William, otra vez Indianapolis y la leyenda viva Fracois en su vecina Mónaco.

Pero tampoco es cuestión de quedarse en el tiempo, no seamos conservadores como mi abuelo que todavía añora los modelos "Marshall", "Keynes E-B" e incluso el "Pocho 45" del cual hoy todavía vemos andar por nuestras calles joyitas que parecen recién salidas de la concesionaria.

La semana pasada estuve leyendo, en internet, que el año próximo se largan acá los nuevos modelos: el "3ra vía-Alianza" y el "Volvamos a lo Social", ambos full-full, con todos los accesorios.

El "3ra vía" anda muy bien en Europa este año, está peleando la copa de constructores para la marca en Inglaterra, Italia, Francia y Alemania , en España todavía usan el modelo anterior, aunque empezaron a preparar un muletto que dicen que...

El "Volvamos a lo Social" es un modelo que se fabrica en la filial que está en Brasil y se adapta a las exigencias del mercado Sudamericano. Este año anduvo muy bien allá, en la versión "Fernando Henrique-FHC", dicen que acá va a salir con unos accesorios que hacen a la seguridad del conductor: el "Patty-Stop" y el "Warning-Rico". Uno impide que, en caso de colisión, salgas despedido por la puerta trasera y el otro es un sistema automático que limpia cualquier basura que caiga sobre la alfombra, aunque no es recomendable para familias con bebes que todavía no piden ni pis ni caca.

Tema 3: Pin1, Pin2, Pin3, Pin4, Pin5, Pin6, Pin7...Pin8.

"Me arde, me arde, me arde, como me arde" Andrés Calamaro, Alta Suciedad y Hector Panigazzi, Gasoleros.

El tema Pin8 conmocionó a todo el mundo. Algunos no lo podían creer, otros tampoco. Algunos se entristecieron, asombrados, otros se alegraron infinitamente.

Más temprano que tarde... había dicho Chicho (el compañero presidente) hablando de otros temas y en otros tiempos, y fue más tarde que temprano... en estos tiempos y en este tema, que se le va a hacer.

Pero entre unos y otros, entre ellos y nosotros, estan "esos". Los que se alegraron "intimamente" pero que temen la globalización de la justicia, y hacen mutis por el foro con la globalización de la injusticia. Los que reclaman soberanía para juzgar por sí mismos al genocida, cuando no supieron defender como hombres lo que hoy lloran como cagones. Problemas de la "transición", dicen por alla, el "costo de la reconciliación" dicen por acá. Lo juzgaremos nosotros caundo vuelva, insisten por allá, y todavía no saben soplarse los mocos solos. Los juzgamos, dicen por acá, y los indultaron, pusieron punto final y obedecieron debidamente para que se paseen impunemente por la calle con custodia policial.

Hoy se indignan por el "avance sobre la territorialidad" de un juez español con algunos principios pasados de moda. Sin embargo cualquier pleito con Telefónica, Telecon, Aguas Argentinas, GasBan, etc deberá dirimirse en tribunales italianos, españoles, franceses con jueces italianos, españoles o franceses y la Alianza dice que eso ya fue, que no hay nada que hacer, que hay que respetar la continuidad jurídica (la española, la italiana y la francesa?). Y la moneda que soporta la convertibilidad es el dólar yanqui y las reservas en oro están a ¿buen? resguardo en Washington (que no es una provincia argentina ni tampoco la famosa pomada). Los genocidas son nuestros, los negocios son de ellos.

Se acuerdan cuando la mother patria invadió (invadió!!!) Panama para secuestrar (secuestrar!!!) a Noriega y de paso asesinar (no juzgar) a varios miles de panameños. Silencio de radio. Y cuando secuestraron a Gorriarán en México. Se hizo justicia. Y cuando bombarderon Sudan. Apoyo incondicional al gran gendarme.

Me alegré cuando juntaron con cucharita a Tachito Somoza en Paraguay y me alegro que Pinocho pueda pudrirse en una carcel europea. Y no veo la hora que le llegue el turno a Videla, Massera & Co. Y festejé cuando el cancer liquido a Camps. Y reí cuando trompearon a Astiz. Y me emborracharé de alegría cuando el turco vaya en cana. Que se le va a hacer, es un sentimiento, no lo puedo parar...

Tema 4: "...así como nosotros perdonamos a nuestros acreedores"

Nuevo Evangelio, según San Roque.

(de próxima publicación...).

Nada más, pasen y vean señores...

 

Intelectuales. Política, Cultura y Alianza

La Era del vacío o El Tiempo pasa... (sigue la música) por: Gregorio Maximoff

Para Gramsci, un intelectual no es un erudito. Eso es sabido. Es un tipo que piensa y es escuchado por alguien, y erigido como pensador por algún grupo social. De acuerdo a quién le hable ese intelectual, y quién lo erija como tal, se sabrá si su función es conservadora o revolucionaria. Más aún en tiempos de crisis.

Se destacan en la figura intelectual de Gramsci algunos rasgos.

Una lucidez, vista su capacidad para interpretar algunas cuestiones (las artimañas de los grupos de poder, los procesos de hegemonía, etc);

Una practicidad, si podemos así decirlo, vistas su creatividad para la articulación y construcción política (consejos de fábrica, internacional) y su inmersión en la realidad de su tiempo;

Un sentido de lo ético. Si así puede llamarse a la actitud de un preso que, sufriendo convulsiones a ritmo cotidiano, rechaza los indultos de Musolini.

Y la eticidad es importante: porque Gramsci empeña su palabra que ha sido escuchada por otro, en quien deposita sus esperanzas. Para el caso, el proletariado italiano.

GRAMSCI (Antonio). Político y teórico italiano (1891-1937), miembro del PC italiano, muerto en la cárcel fascista, luego de rechazar sucesivas ofertas de indulto de parte de Mussolini. Reconocido por su participación en los consejos de fábrica en Turín y por su rica teorización de los procesos históricos de la Europa occidental de entreguerras.

GRAMSCIANO: adj. calif. De Gramsci, seguidor o perteneciente a Gramsci // arg. (del latín gramsci ano, hijos de Gramsci que salieron para el culo).

Diccionario ampliado

Un diccionario que explica lo inexplicable.

Gramsci, Antonio: Es y será siempre un tipo permeable a las controversias. Al menos mientras quede alguna intención y alguna necesidad de buscar cambios de los grandes. Y es un tipo discutible por ser, justamente, eso de lo que tanto habló: un intelectual.

Estar metido en los problemas de su época es uno de los elementos que generó discusiones acerca de sus posiciones, habiendo entre la izquierda, críticos fuertes a su trabajo.

Muchos conservadores son gramscianos, pero nadie puede decirnos que Gramsci haya sido conservador.

gramsciano/ a: Los intelectuales (70 u 80) reunidos el miércoles 29 de julio en el Hotel Castelar para apoyar a la Alianza, cuentan con un grupo de gramscianos, o por lo menos, así reconocidos, sujetos de trayectoria académica. José Nun, Juan Portantiero, se destacan. Pero también están Fortunato Mallimachi, Beatriz Sarlo, Hilda Sábato, Oscar Oszlak, Marcos Novaro, Torcuato Di Tella. De todo un poco. Además, no hace falta haber estado en el Hotel Castelar.

Más o menos seguidores de Gramsci (eso lo puede decir usted), los intelectuales se internan en la política. ¿Para hacer qué? ¿para decir qué cosas?

en la versión de Marcos Novaro (en adelante M.N.)

"...(la alianza) debe ser capaz no sólo de imponerse en los comicios sino, sobre todo, de ganar la batalla cultural al conservadurismo que hoy se encarna en el gobierno de Carlos Menem. Se trata de crear una nueva cultura política para gobernar de un modo más eficiente, construyendo amplios consensos en torno a ideas progresistas que modifiquen el cuadro institucional y reparen los déficit existentes en el terreno de la justicia, la moralidad pública, la transparencia en el manejo de los recursos, la distribución del ingreso y de las oportunidades"

Veamos esas ideas progresistas funcionando en el discurso de los proaliancistas.

democracia: "Nuestro sistema educativo necesita ser radicalmente modernizado y democratizado, y la Alianza cuenta con un esquema de los cambios necesarios en un libro publicado recientemente por la diputada nacional Adriana Puiggros." Ernesto Laclau (en adelante E.L.)

La batalla cultural cuenta con nuevas ideas progresistas. Aquí, por ejemplo, la democracia ya no es más la farsa de "todo el mundo decide", "poder del pueblo", etc. La democracia, como idea progresista, cabe en un esquema, que está en un libro, que escribió una sola persona...

distribución de oportunidades: Como vimos, M.N. propugna la "distribución del ingreso y de las oportunidades". ¿Qué será ésto?

La primera idea progresista que se nos cruza (usted puede detectarla si, cuando se le cruza, usted siente ganas de decir ¡epa!) es que todos vamos a tener oportunidaes ¿de "triunfar en la vida"? ¿de ser candidatos?. Pero guarda. Así como alguien triunfa, alguien pierde, no hay otro modo de triunfar. ¿Oportunidad de qué? Podríamos empezar a aceptar esta idea progresista bajo el siguiente esquema. Supongamos que nacen, el mismo día, mi hijo y el hijo de Macri. Entonces la Alianza le va a dar la oportunidad a cada chico de que sea, si quiere, presidente de Boca y dueño de una parte del país. Pero eso requeriría un desplazamiento de divisas de la familia Macri hacia la familia Gutiérrez, en concepto de crianza, superior a lo que Gutiérrez puede cobrar en toda su vida trabajando 80 horas por día. Y ese desplazamiento es inaceptable para Machinea, economista de la Alianza.

Aunque el subsidio llegue, y el chiquito Maximoff se convierta en explotador al estilo Macri, el criterio de las oportunidades no alcanza a objetar la injusticia en que vivimos, porque presupone un triunfador, o, literalmente, un oportunista. Las oportunidades son parte de un discurso encubridor.

Por todo eso: la repartija de oportunidades no es una idea progresista. Es la traslación del concepto de casting al plano de la política. Y además:

¿Quién quiere tener un hijo enemigo de clase?

afianzamiento-de-las-instituciones: "(la re-re-elección hubiera sido) una violación cuya consecuencia ineludible hubiera sido la pérdida de la fe del ciudadano corriente en el sistema de derechos y deberes en que la ciudadanía de funda." (E.L.)

A buen tiempo nos enteramos que el profesor de Instrucción Cívica del secundario era progre, parecía malo pero era bueno. Derechos y deberes...

Con este concepto Laclau demuestra haber llegado tarde: ¿cuáles derechos? ¿cuál fe?

anti-corrupción: El turno de M.N.

"la moralidad pública, la transparencia en el manejo de los recursos".

Como si la pista de Anillaco, y sus gastos, no hubieran sido transparentes...

Esta idea progresista es subsidiaria de la idea de democracia por esquema. No importa para qué se usan los fondos públicos, sino la transparencia en el manejo. No importa la discusión colectiva de los presupuestos, sino su uso adecuado en el marco de "una nueva cultura política para gobernar del un modo más eficiente".

Y sabemos que eficiencia y democracia son dos preocupaciones diferentes. ¿La primera es la progresista?

costo social: "Aunque los lineamientos generales de la política económica llevada a cabo no pueden estar en disputa, la rigidez de sus lógicas y su costo social no son necesarios para su eficacia plena. Las formas crudas de neoliberalismo están en retirada en todo el mundo" Dice E.L.

Aquí hay una situación gramatical que requiere la ayuda de un lógico, un matemático, o un profesor de lengua, que es lo que más cerca pudimos encontrar.

Afirmación 1: los lineamientos generales de la política económica (LGPE) no pueden estar en disputa. ¿No pueden? ¿por qué? Demasiadas preguntas. No se olvide que se trata de un intelectual.

Afirmación 2: la rigidez de sus lógicas y su costo social, no son necesarios. Es decir, formas menos rígidas y menos costosas y menos crudas (¿más cocinadas?) de neoliberalismo, se avecinan.

Afirmación 3: ...no son necesarios para su eficacia plena. Es decir: los LGPE cumplen con sus objetivos (ésto y solamente ésto es la eficacia), son eficaces y no pueden ser otros.

Adan Smith, jefe liberal y teórico, era más progresista. Por lo menos de discurso. Él, y los liberales sostienen que la ganancia no es el objetivo. El objetivo es "el progreso", "el bienestar general". Para Laclau el objetivo está cumplido. Los LGPE son eficaces, cumplen su cometido, son incuestionables, "no pueden estar en disputa".

La economía, para el neo-progresismo, es un fin en sí mismo.

Política: Recurrir a Torcuato Di Tella es un abuso, pero el caso lo amerita, ya que se abre paso un nuevo paradigma para la concepción de la política: Aristóteles, Cicerón, Maquiavelo, Hegel, Lenin, no pudieron ver lo que ahora nos hace ver D.T.: la política concebida como electrodoméstico: "La Alianza es parte de la modernización del sistema político argentino." dice D.T. La idea de lo "moderno" no debe confundirse con ninguna discusión del tipo moderno-posmoderno. Para los intelectuales de la alianza se abre una nueva forma de pensar el tiempo y la política, donde "moderno" equivale a "nuevo", "novedoso", "actualizado", "innovador", "fashion", "copado" y "recopado". Esta serie se contrapone con otra que viene a ser: "viejo", "malaonda", "triste", "opaco", "out", "quedado-en-el-45", "quedado-en-el-17", "quedado-en-el-59", "quedado-en-el-73", "desactualizado".

Afirmada la novedad como valor, queda por ver, todavía, respecto de qué se actualiza la política.

Bipartidismo y sistema de alternancia: Dice E.L. que"hoy en día necesitamos la consolidación de un sistema bipartidario. Pero ésto requiere no sólo el afianzamiento de la Alianza sino también la reforma interna del justicialismo..."

La vieja disputa entre conservadores y liberales, federales y unitarios, blancos y colorados: he ahí la panacea de un sistema político a consolidar: sistemas de recambio para cuando la gente se enoja... Y una segunda contribución: reformar el peronismo: así se sigue una trayectoria que ya tiene 50 años, y se erige el apoyo de miles de conciudadanos, entre ellos, Rodriguez Saa, El Malevo Ferreira, Duhalde y Palito, Fillol y Gati, Reuteman y Scioli, Béliz, Cavallo y Alfonsín, Galimberti, Patti y Borocotó, Gostanián y Riqui Maravilla. Tratándose de una reforma novedosa, quienes tengan alguna idea deberán presentarla por carta dirigida al Partido Justicialista, Av. La Plata, Concurso "Jugate con la Reforma Interna". En el reverso no olvidar poner número de CUIL y de ficha de la SIDE, y dirección por si les toca cobrar...

Para cerrar, un balance de los últimos diez años:

"Cualquiera sea nuestra opinión sobre el proceso político de los últimos diez años -y conste que yo nunca he sido un defensor del menemismo (sic)- es indudable que en ellos se han logrado dos avances importantes: el primero es la estabilidad económica; el segundo, lo que parece ser la solución definitiva del problema militar" Ernesto Laclau

Y una autocrítica:

"Las ideas tienen una función central en esta etapa de la vida política del país" Marcos Novaro

Ernesto Laclau es Profesor de Teoría Política en la Universidad de Essex, Inglaterra. Escribió Hegemonía y Estrategia Socialista (Siglo XXI) y Emancipación y Diferencia (Ariel), entre otras cosas. Los textos citados son de Clarín del 29/7/98 igual que los de Di Tella.

Marcos Novaro es profesor de Ciencias Políticas de la Uba. Se cita texto de Página 12, del mismo día.

Torcuato Di Tella es Torcuato Di Tella.

 

- Manuel Vázquez Montalbán - Abril de 1995.-

PANFLETO DESDE EL PLANETA DE LOS SIMIOS

Hace muchos años (tres) en un lejano reino (España) vivía un señor calvo y regordete, (Ver daguerrotipo N° 1) amante del buen vino y del buen comer que entre copa y copa, entre bocado y bocado reflexionaba sobre los tristes tiempos en los que le había tocado en desgracia vivir. Gobernaba el mundo el Gran Hermano de Occidente y tras un supremo acto de irracionalidad humana, de adoración al dios del mercado, de perdida de la memoria y la utopía sus súbditos se habían convertido en tristes simios, en malos actores que interpretaban siempre el mismo papel en un obra de un único acto. Han llegado a nuestras manos, por avatares del destino, fragmentos de un manuscrito titulado "Panfleto desde el Planeta de los Simios". Reproducimos, en su idioma original, la totalidad de los mismos.

Nota: Antes de que el avezado lector se interne en la fantásticas descripciones y reflexiones del calvo pensador pre-post-moderno (ver daguerrotipo N° 2) convendría hacer algunas aclaraciones. Si bien el idioma original es muy similar al nuestro, presenta algunas diferencias de vocabulario, y algunas palabras tienen significados distintos a los vulgarmente utilizados por nosotros. Por ejemplo cuando dice "Cerillas" en realidad se refiere al viejo fósforo "Ranchera" conocido hoy popularmente como cricket, Cuando dice "pillar" quiere decir agarrar y cuando dice "coger" quiere decir tomar, a la inversa, cuando dice "follar" quiere decir coger. Cuando dice "socialista" o "socialdemócrata" se refiere a unos señores de muy buen hablar y mejor vestir que convivieron con los simios y que les enseñaron los rudimentos de la vida en sociedad con un hermoso lema "bien me quieres, bien te quiero. No me toques el dinero", y cuyos descendientes, buscando nuevos horizontes, bajaron a estas américas engendrando los hoy populares "frepasos" y los antiguos (también muy populares, en su momento) "alfonsines". Cuando dice "comunista" se refiere a una especie extinguida, allá por 1990, que habitaba en cuevas y zocavones y que perecieron cuando el muro de la cueva en la cual pernoctaban se derrumbó sobre sus cabezas. Muy pocos sobrevivieron y estos, según parece a consecuencia de los hematomas cerebrales sufridos en la desgracia, lograron desarrolar una capacidad de adaptación superlativa al mundo exterior. La posterior cruza con machos y hembras simias mutó sus carácterísticas genéticas y hoy es casi imposible rastrear los rasgos originales de esta estirpe.

Introducción:

Los espejos se han roto, los imaginarios se han esfumado y las razones que generaron las ideas sobreviven, pero desorientados entre puntos cardinales trucados, ninguna respuesta nos cabe esperar de los horizontes donde en otro tiempo permanecían las siluetas que habían dado sentido a la Historia y a nuestra historia… (Pág. 10).

No ha habido guerra nuclear; pero sí una tercera guerra mundial fría, y se nos está transmitiendo el mensaje de que el racionalismo ultimado por el cordón umbilical que una la Revolución Francesa con la soviética, nos obliga a expiar las quimeras utópicas e instalarnos en el planeta de los simios resignados y culpabilizados, resecos, al parecer, los océanos de sangre vertidos por la civilización liberal-capitalísta, ahora dedicada a llenar la tierra de hamburguesas y pollo frito de Kentucky portados por mensajeros cascos azules de la ONU (Pág. 11)

Los Sacerdotes:

La coartada de que el poder en manos socialistas tendrá mayor sensibilidad social que en manos de la derecha ha justificado todas las concesiones que se han hecho para que la base social y los poderes económicos e ideológicos de la derecha no se sientan amenazados si gobiernan los socialistas, y en la medida en que los han conseguido, ha provocado el fenómeno complementario de que la opción liberal-conservadora ofrece mas legitimidad que la opción socialdemócrata, fuertemente marcada por la liberal-conservadora. (Pág. 20).

Previamente a descodificar el fracaso de la oferta comunista, habría que instar a los socialdemócratas de toda la vida y toda la Historia a que asuman una fase autocrítica de lo que ha sido y es la socialdemocracia ahora que desaparecen todas las coartadas internacionales que han llevado en algún momento a falsificar la propia verdad o a vivir una doble verdad. Hasta que punto las formaciones socialdemócratas, apuntalando un sistema capitalista a la defensiva frente a los riesgos del expansionismo soviético, no han caído, simplemente, en hacer un juego en defensa de intereses identificados con la visión de la historia y de las relaciones sociales y de producción del capitalismo. (Pág. 21).

Partiendo del principio de que la política es igual a poder y que el poder se ejerce a través del Estado, se deposita en él toda posibilidad de gestión, modificación, conducción y estructuración de la sociedad, y la aspiración de cualquier político enfermo y corrupto de funcionalismo es morir de éxito engullido por las cañerías del Estado, tanto las visibles como las subterráneas. (Pág. 26).

¿Y los intelectuales ?

Me refiero a esos intermediarios sociales dotados de saberes específicos y del don del lenguaje para poderlos transmitir. Un político, por más que se resista a ello desde la mas insuperable angustia metafísica, también es un intelectual, y cualquier persona, con capacidad de comprender donde está y adonde vá, es un intelectual, aunque sea analfabeto., si bien cuando hablamos de intelectuales solemos referirnos a esa casta corporativa de especialistas en pensar y en decir lo que piensan, con el valor añadido de que piensan más y mejor que los demás. (Pág. 33).

Audaz cobardía … profunda banalidad … cualidades visibles hoy entre buena parte del intelectualado integrado en el planeta de los simios, cumpliendo el papel de prestamistas de horror del pasado y la sensación de inutilidad de repensar el presente, habida cuenta de que los futuros son siempre imperfectos. (Pág. 34).

Los que han cuestionado lo establecido a veces han funcionado según los topismos de la radicalidad por la radicalidad, pero en su mayoría, cumplen una función dialéctica fundamental para que la historia exista; y es que las verdades instaladas y que gozan de poder político para autolegitimarse merecen siempre, al menos, la duda, la fiscalización crítica y la sospecha de que puedan ser mejoradas y no tan verdaderas (Pág 35).

… así en política como en estética. Ni lo nuevo ni lo viejo. Lo inevitable. (Pág. 41).

Un político comunista muy dialéctico (…) dijo: "Estoy harto de ideología, estoy harto de doctrinas, ha llegado el tiempo de hacer política". (…) dejo de ser eurocomunista para hacerse socialista peso gallo y acceder a ese "… tiempo de hacer política" que al parecer quiere sólo decir "hacer política desde el poder". (Pág. 45).

Y puestos a mutilar a fondo, no interesa salvar la Memoria ni la Historia (presencia obscena de los referentes causales del desorden actual del mundo) ni repensar la realidad para acceder a un futuro diferente. Ni Memoria ni Utopía. Presente. El Presente como inquisición, según la sospecha de Sciascia. (Pág. 46).

El Gran Circo de Intelectuales Neoliberales Químicamente Puros o Ex Marxistas Arrepentidos o la Trilateral pueden ser mesiánicos cuando prefiguran la fatalidad de un universo basado en la verdad única, el mercado único y el ejercito único vigilando el fogonazo de flash que acompaña la foto final de la Historia, pulsado ante los mejores paisajes de las mejores sociedades abiertas. Una foto fija en la que evidentemente cada uno de los miembros de esa fotografía tendrán por los siglos de los siglos un imaginario determinado, puesto que la historia ha terminado y hemos entrado en la Eternidad Limbo Gran Liquidación Fin de Temporada. Aquel al que la foto lo haya pillado rigiendo Wall Street, por toda la eternidad regirá Wall Street, y aquel al que lo haya pillado siendo etíope y muriéndose de hambre en Etiopía, toda la vida será etíope y se morirá de hambre en Etiopía. (Pág. 47).

El intelectual tiene que aceptar que su actividad interviene históricamente. Al intervenir históricamente tiene que plantearse si controla esa intervención. Esa capacidad de control se le escapa, ya que no suele ser propietario del medio de intervención, sea un medio de comunicación, un sistema de enseñanza, la industria cultural en general, sea la investigación científica o la tecnología. (Pág. 49).

Porqué aunque se tema que Dios ha muerto, el Hombre ha muerto, Marx ha muerto, que yo no me encuentre muy bien y ni siquiera los profetas de lo ya ocurrido saben a ciencia cierta qué ha ocurrido, en algo hay que creer; más allá de la existencia del colesterol. (Pág. 53).

Los Dioses.

Obligada la ciudadanía a aceptar la hegemonía del político como especialista y de creer a los intelectuales integrados e integradores y a no plantearse problemas de segundas intenciones por parte de los poderes dominantes, se vive entre la inutilidad o la necesidad de dar un sentido a la conducta individual y social que vaya más allá de no contraer el SIDA y de suscribirse a la televisión por cable. Declarar la inutilidad de la finalidad significa la instalación el presente, en las cosas tal como vienen, y llegar a creer que son tal como están. (Pág. 55).

A lo largo de los últimos cien años, hemos asistido a dos coartadas fundamentales para justificar el papel del Estado como sustituto de Dios: la primera es el depositario del bien común; la segunda es el instrumento para instaurar la hegemonía de la clase social que la impone sin merecerla o mereciéndola. (Pág. 59).

Hemos constatado la muerte del hombre como una segunda defunción que nos ha dejado aparentemente sin sujeto a la hora de reflexionar y de adquirir una conciencia sobre qué somos, adónde vamos y de dónde venimos… Muerto Dios, muerto el hombre, al parecer se han muerto o se están muriendo al mismo tiempo el Estado y Marx, porque la nueva derecha neoliberal piensa que mientras sobreviva el Estado, Marx tiene posibilidades de resucitar. (Pág.).

De momento (vemos) la derrota del Gran Hermano que iba a venir del Este y aparece, con toda su evidencia, que el Gran Hermano, ese poder capaz de inculcar la unicidad de la conciencia, del sentido histórico y una finalidad para nuestra conducta individual y colectiva, ya está entre nosotros, es uno de los nuestros e instaura la imagen placebo de la nada sustitutoria de todos los imaginarios que habían estimulado la virtud nada teologal de la esperanza aquí en la tierra.(…) No se puede renunciar al sueño hacia adelante. Nunca. Aún sabiendo que todo futuro será imperfecto. (Pág. 66).

La teología liberal

La nueva derecha se parece como una gota de agua a la derecha de siempre cuando le sale del alma que el desorden es peor que la injusticia. (Pág. 74 -).

La inutilidad de la Historia como instrumento de enseñanza y de conocimiento de cara al presente ha sido una de las confabulaciones teóricas e ideológicas más constantes y utilizadas en las últimas dos décadas. Se desacredita al mismo tiempo la memoria y la utopía, y no se trata de dos polos antagónicos; el negar lo uno y lo otro tiene la misma intención. El descrédito de la memoria significa que es innecesario recordar las causas de los actuales efectos. Lo importante son los efectos. (…) No interesa ni la memoria ni el papel de la historia, ni tampoco la utopía, porque en nombre de un futuro imperfecto desvela las imperfecciones del presente… (Pág. 79).

El presente como lo único aceptable concierta con el proyecto de construir un mundo en el cual los centros de decisión ya están predeterminados por los guardianes del apocamiento simio. El nuevo hombre total, dios menor, es esa Gran Consumidor y, bajo una apariencia de pluralidad y de diversidad, se instalan verdades, principios y objetivos únicos como dominantes dentro de las reglas del juego del mercado. (Pág. 81).

…la diferencia entre izquierdas y derechas sigue existiendo y hace bueno aquel chiste de que cuando alguien pone en duda la diferencia entre ser de izquierdas y de derechas, es que es de derechas. (Pág. 140).

No, no hay verdades únicas, ni luchas finales, pero aún es posible orientarnos mediante las verdades posibles contra las no verdades evidentes y luchar contra ellas. Se puede ser parte de la verdad y no reconocerla. Pero es imposible contemplar el mal y no reconocerlo. El Bien no existe, pero el mal me parece o me temo que sí. (Pág. 145 ).

 

Educación Popular, Política, Barrio...

Política, Barrio, Educación Popular...

Barrio, Educación Popular, Política......

Por: Alvaro Javier Di Matteo

Esta nota aborda tres cuestiones principalmente. Uno: qué significa lo popular contenido en la concepción definida como educación popular; dos: cómo entra en juego la política cuando se hace educación popular y especialmente, cuando se hace militancia barrial; y tres: si la educación popular es una técnica efectiva de transmisión o alguna otra cosa.

Estas tres cuestiones se entrelazan. Nuestra línea de argumentación será la siguiente:

Uno: hay en nuestro medio, dos formas (al menos aquí nos interesan dos) de entender la educación popular: educación para el sector del pueblo que es expulsado de la educación convencional; o bien, educación para el proyecto popular.

Dos: el posicionamiento sobre ello habla de dos maneras de ir a hacer las cosas en los barrios y comunidades, uno de los espacios donde se habla de educación popular en Argentina (y donde más se lo hace). Y claro está, esa forma de hacer las cosas conlleva un criterio político que intentamos analizar a la luz del rol que juegan las organizaciones barriales en la mirada de lo popular.

Tres: Los criterios en juego para ir a militar a los barrios determinarán si la educación popular será definida técnica o políticamente.

Dos perspectivas sobre el lugar del pueblo en la educación popular

En nuestro país, muchos grupos explican su militancia recurriendo a la expresión "educación popular". Generalmente, se trata grupos de militantes barriales, o grupos que realizan o piensan realizar algunas de sus actividades en barrios o "comunidades". No es necesariamente el caso de otros países latinoamericanos, pero en Argentina, educación popular es un concepto utilizado, sobre todo, por grupos que militan en barrios.

Más precisamente, barrios y comunidades pobres, definidos por carencias materiales fuertes, y por otras carencias en el plano de derechos: educación, salud, vivienda, etc. Se trata de los sectores excluídos del llamado "mercado de trabajo" y cuya relación con las prestaciones sociales de Estado es cada vez más difusa, escasa (salvo que consideremos a la represión policial como una prestación social de Estado) y vinculada a mecanismos de control de "desbordes".

Exclusión del mercado de trabajo y redefinición de la relación con el Estado son los signos que caracterizan a los espacios sociales donde se desarrolla la "militancia barrial", y entre ellas, prácticas que muchas veces se denominan de "educación popular". Por algún motivo, la educación popular aparece vinculada a esos sectores. Precisar ese vínculo puede ayudarnos a comprender algunos de los problemas con los que nos enfrentamos para reflexionar sobre nuestra práctica.

Sobre ese espacio, el de lo barrial, nos interesa hacer jugar dos perspectivas acerca del pueblo, o mejor, sobre la referencia al mismo contenida en la expresión "educación popular". Una de esas perspectivas puede explicarse así: educación del pueblo, es decir, educar a ese sector del pueblo. El sector de los marginados, que, por serlo, y en el mejor de los casos, ha recibido una educación deficiente.

En este sentido, la expresión educación popular hace referencia a la transmisión de saberes hacia sectores sociales excluídos de las instituciones "naturales" a las que se les asigna tal tarea de transmisión (fundamentalmente, claro está, la escuela).

La educación popular aquí es, entonces, compensatoria. Esto quiere decir que la educación popular busca compensar una situación de injusticia, poner en su lugar una situación que se percibe como no deseada.

La efectividad de la trasmisión de saberes estaría garantizada por métodos dinámicos y certeros que son justamente, los que terminan de definir a la educación popular desde esta perspectiva: un conjunto de técnicas y métodos no convencionales para trasmitir saberes de una manera mucho más participativa y efectiva a aquellas personas que no los han recibido por la vía de los mecanismos esperados.

Se trataría de una práctica novedosa, participativa y efectiva, para dar educación allí donde el sistema social no se ocupa de hacerlo; por eso una práctica solidaria. Tratándose de una educación del pueblo, y dado su carácter compensatorio o solidario, no es de extrañar que se ejerza entre los sectores marginados. Dentro de los sectores populares, que se definen más ampliamente, se focaliza en uno de ellos: el sector de los excluídos.

Además del ejercicio de la solidaridad, esta perspectiva lleva implícita la sospecha de que la dominación, en América Latina se ejerce gracias a la "ignorancia" popular. La gente "no entiende" y la falta de escuelas tiene que ver con ello. La educación popular sería reemplazante de la escuela, y tendría el objetivo de que la gente de una vez entienda, por fin entienda, se de cuenta, tome conciencia, etc..

Han habido otras formas de concebir esta relación: la relación entre educación y pueblo. Aquí destacamos una segunda, a la que adherimos. Preferimos hablar de "popular" como expresión de un proyecto político caracterizado por la existencia de un protagonista amplio, más o menos definido: el pueblo.

En este marco, y tal como lo han planteado muchas organizaciones y teóricos latinoamericanos, la educación popular es la práctica pedagógica que colabora con el proyecto popular. Sobre ese proyecto, no conviene aquí avanzar en la discusión ni delimitarlo estrictamente, sino en un sólo sentido: afirmar que el proyecto popular es un proyecto basado en el protagonismo de amplios sectores del pueblo y que apunta a superar la opresión política y económica que padecemos (1).

Definimos, a partir de allí, la educación popular como el conjunto de prácticas pedagógicas que se orienta a fortalecer ese proyecto de protagonismo popular por medio del fortalecimiento y la democratización de las organizaciones populares.

En el marco de esta, nuestra perspectiva, los sectores marginados serán protagonistas de la educación popular en tanto sectores componentes del pueblo, y lo serán en distinta medida, de acuerdo a que alcancen tal o cual preponderancia en el desarrollo del proyecto político popular.

Para un análisis del protagonismo de los espacios comunitarios cabe considerarlos en relación a la ausencia y desavalorización de otros espacios tradicionales de aglutinación, representación e identidad como los sindicatos, los partidos, etc., en el marco de la desocupación y la llamada "crisis de legitimidad". Claro que esta nota se exime de ese análisis. Sólo observamos que el mismo puede colaborar en la definición de cuánto podemos esperar de las prácticas de militancia barrial. Y observamos de paso, una segunda cosa: que es un debate ausente en la mayoría de los grupos que militan en barrios.

Hay algo que hacer en los barrios. Algo que hacer en las comunidades, en villas y asentamientos. Qué, de lo que hay para hacer, puede colaborar con el proyecto popular, proyecto sobre el que aún no hemos avanzado, salvo en lo que dijimos respecto de su carácter democrático y opuesto a las formas diversas de la opresión.

Sospechamos que hay algo que hacer en los barrios en relación a ese proyecto. Las dos miradas que antes analizamos no son necesariamente opuestas. El ejercicio de la solidaridad, característica inherente a la concepción de educación popular que analizamos primeramente, es un punto de contacto entre esa y la otra concepción. Pero, ¿dónde y para qué se ejerce la solidaridad en las comunidades?. ¿Por qué nuestra práctica, basada en móviles solidarios, debiera diferenciarse de la práctica de las organizaciones estatales o paraestatales basada en otros móviles (2)?.

La mirada sobre lo comunitario

Dónde, para qué, cómo, son preguntas a responder mejor, creemos, si revisamos algunas de nuestras concepciones más arraigadas sobre "las comunidades". Cómo analizamos lo que pasa en las comunidades, qué estrategia nos planteamos para militar territorialmente, qué objetivos perseguimos, son cuestiones estrechamente vinculadas.

"La comunidad", en general, es una expresión que hace referencia a una realidad demasiado compleja. Mucho más compleja que la noción paralela que transmite: comunitario, común, lugar de iguales, muchas veces connota incluso armonía, objetivos comunes, códigos comunes, etc. Sean cuales fueran los determinantes que nos llevan a establecer una conexión entre un concepto que nos habla de armonía, igualdad, etc., y la realidad de los espacios barriales, lo cierto es que es una conexión por lo menos arbitraria. O abstracta.

Cuando decimos "comunidad" o "barrio", en el sentido en que aparece en nuestra definición espontánea de "militancia comunitaria", "militancia barrial", pasamos por alto al menos dos cosas. Primero, los conflictos inherentes a cualquier relación humana más o menos estable, como lo es la territorial. Segundo, los conflictos de intereses políticos: las avanzadas de aparatos políticos, religiosos, etc., sobre las "comunidades"; la existencia de espacios que definen relaciones de poder, clientelas, subsidios, fidelidades más o menos transitorias; la existencias de redes de relaciones económicas con diversos niveles de explotación y jerarquía, incluso internas a lo que nosotros alegremente denominamos "comunidad"; las formas organizativas presentes en general en cada espacio territorial, junto a una variedad intensa de experiencias organizativas previas de los individuos y grupos que componen la comunidad. Experiencias en las luchas de resistencia, en las luchas de poder, en las luchas por sobrevivir (Gutierrez), en las luchas por la apropiación y la producción cultural (3).

Así es como nos encontramos con que la militancia barrial, como resultado de obviar esta realidad, dice tener como objetivos, "vehiculizar los intereses comunitarios", trabajar sobre las "necesidades concretas de la comunidad", y otras abstracciones similiares. Objetivos que parten de un análisis abstracto de lo que es la comunidad, ¿o a la inversa, abstracciones intencionales para objetivos poco claros (o para criterios de práctica política poco claros)?. Esto es: a) se formulan objetivos confusos y abstractos debido a que el análisis de la realidad realizado es equívoco; o b) unos criterios de acción política y unas intenciones también políticas no permiten ver la conflictiva realidad del espacio barrial. Los siguientes son casos en que esos criterios e intenciones inhiben un análisis político más serio. En ellos, estas abstracciones del análisis pueden ser comprensibles.

Quienes quieren asistir a "la comunidad" es lógico que definan por fuera de ella sus necesidades e intereses y los pongan en práctica. La actitud/intención de asistencia es inseparable de una definición externa de determinadas carencias a subsanar independientemente de la situación particular de cada grupo social "beneficiario": de sus conflictos, instancias organizativas, etc., es decir, independientemente de lo político de ese grupo.

Desde un perspectiva voluntarista, para la cual la comunidad es una unidad armónica de intereses comunes y necesidades consensuadas, sólo hace falta la presencia del militante para esclarecer, dar una mano, ya que la realidad es nítida y clara, y el público, uniforme. Desde esta perspectiva no se está en condiciones de ver ningún conflicto: "el único problema de los barrios es que todavía no fuimos", podríamos decir.

Una perspectiva vanguardista podría, incluso, ejercer solidaridad sin proponerse propiciar ni favorecer experiencias de poder entre los grupos marginados, para los que no existe un lugar protagónico en las propuestas lúcidas de vanguardia (4). En esta mirada, la armonía también es parte de la explicación, y está dada por la consideración de que nada puede esperarse de quienes son los grupos más alienados de la sociedad. Desde semejante análisis sólo queda la práctica solidaria, la de propaganda y la de captación de algún nuevo militante para alimentar algún frente menos alienado; prácticas que a menudo se complementan (5).

Muy al contrario, el objetivo propio del proyecto popular, de revertir las condiciones económicas y políticas de explotación y dominación, implica como necesario fortalecer o crear experiencias organizativas y potenciar la criticidad y democracia interna de los grupos. Quienes pretenden llevar adelante ese objetivo no pueden sostener nunca la abstracción de una comunidad libre de conflictos. Cualquier intento de acercamiento a organizaciones populares (más allá incluso de las barriales), y cualquier trabajo con ellas pone sobre la mesa conflictos, dinámicas organizativas de diversa variedad y grados de alienación, presencia de memoria histórica y organizativa a menudo sorprendente. Y un acercamiento a lo organizativo, buscando afianzar la organización, nos insta, nos coloca frente a un análisis de lo comunitario que nunca puede partir de la premisa de la armonía y los intereses afines.

Ahora bien, la militancia barrial que no tiene como móvil "lavar culpas", asistir, sino colaborar con las luchas populares por protagonismo político y justicia económica debiera de hacer uso de la solidaridad y de las prácticas solidarias que se siguen de la primer definición de educación popular que manejamos antes, sólo en el sentido de colaborar con la organización popular.

Y desde aquí, desde esta segunda mirada, se abren dos tipos de prácticas educativas complementarias. Por una parte, programas educativos dirigidos a chicos, jóvenes o adultos de carácter democrático, no sólo por las relaciones que se establecen en su seno, sino porque en la definición de sus objetivos y criterios así como en la convocatoria y evaluación, interviene la organización barrial con la que se trabaja. Por otra parte, instancias pedagógicas de análisis participativo de la práctica dirigidos a los grupos nucleados en organizaciones barriales. En uno y otro caso, se milita junto a una organización barrial, y no en un barrio.

Evidentemente, quienes, desde fuera deciden militar en el plano de lo barrial buscando cambios sociales sustanciales, lo hacen en el marco de organizaciones barriales que se manejan con criterios democráticos.

Hasta aquí una delimitación: dos determinadas tendencias de actividad en barrios y comunidades. Estas tendencias se caracterizan según sus objetivos y criterios políticos y según su análisis de "lo comunitario". Las que realizan actividades dirigidas a la gente de las comunidades, en un sentido amplio, y las que trabajan con organizaciones comunitarias que definen qué y cómo podrían actuar los grupos externos, y cuya práctica adquiere sentido en el diálogo que van estableciendo con cada organización.

Metodología y concepción política

El replanteo de nuestra mirada de lo organizativo en las comunidades, es un replanteo que incumbe a decisiones políticas. Un replanteo que hace a cómo se ejerce la militancia, y que atañe a un terreno particular de las decisiones políticas: el de las decisiones políticas en sentido estricto, a diferencia de las decisiones técnicas. Éstas últimas son decisones acerca de medios orientados a fines; decisiones en planos no sustantivos, sino en planos instrumentales. Con ésto decimos que fortalecer y democratizar la organización es un hecho político. Usar la organización para otra cosa, es un hecho técnico o instrumental.

Actuar o no junto a organizaciones barriales no es una decisión "técnica", que busque favorecer y hacer más efectiva la presencia de grupos externos en las comunidades. Muchas veces lo ha sido en el caso de la izquierda, pero no es el caso desde nuestra perspectiva de la educación popular.

Actuar junto a organizaciones comunitarias habla de nuestro interés por potenciar la democratización de la sociedad.

Ese desplazamiento de lo técnico a lo político debe también jugarse en el plano de esa práctica pedagógica que recibe el nombre de educación popular.

El carácter político de la educación popular no está definido por su eficacia para transmitir un "mensaje". Tampoco lo está por las relaciones comunicativas de tipo participativo que entran en juego, ni por su carácter afectivo, lúdico, relacional, propio del proceso pedagógico y de las "dinámicas" de educación popular. Ninguno de estos aspectos es ajeno a la definición política de la práctica pedagógica, pero hay una serie de otros aspectos que se salen del marco de lo técnico y que nos parecen más sustanciales:

* cómo la práctica pedagógica colabora con la democratización y fortalecimiento de la organización popular;

* cómo contribuye al desarrollo de un pensamiento lúcido, antidogmático, crítico de la realidad y de la práctica;

* cómo permite que los participantes sean protagonistas de los avances que van realizando en el proceso.

Estos elementos definen el carácter político de la educación popular, entendida como concepción política, como modo de relación sustancial, y no como técnica, no como modo de cumplimiento de objetivos que se definen por fuera de las relaciones entre sujetos sociales. (6)

Así, la práctica pedagógica se define como de educación popular toda vez que hace eje en la búsqueda de lucidez y criticidad en el conocimiento de la realidad; en la potenciación de experiencias político-organizativas; y en el protagonismo de los sujetos.

Oscar Jara (7) ha definido el problema de la relación entre lo político y lo técnico en el proceso pedagógico de educación popular, a partir del recurso a la categoría de Concepción Metodológica Dialéctica de la Educación Popular (CMD).

Para Jara, las decisiones técnicas aparecen subordinadas a la concepción política de la práctica pedagógica y militante (práctica que es relación social). Subordinadas a cómo se entienda que deban ser esas prácticas. En su perspectiva, la instrumentación de un proceso pedagógico debe regirse por una concepción global del proceso, donde intervienen criterios políticos, sin que esa perspectiva quede ausente de cada actividad instrumental.

NOTAS:

(1) Otras notas publicadas antes por nosotros, consideran el tema del proyecto político de liberación. Es un tema que SUR ha intentado profundizar y trasladar a planos concretos. Lo dicho sobre él, con nuestros límites, puede verse en otros artículos de Umiña, en especial, Nº2, J. Medina, Educación popular y alternativa política; Nº3, J. Di Matteo, Pedagogía y política; Nº7, G. Maximoff, Autonomía y política.

(2) En nuestro diálogo con militantes barriales nos encontramos repetidas veces, con una explicación caprichosa: la práctica que se realiza es alternativa porque está motivada por intenciones diferentes a las prácticas conservadoras.

(3) Al respecto véase Guillermo Gutiérrez, Los nuevos movimientos populares: respuesta a una situación estructural, ICEPH, 1887.

(4) Una cierta "ortodoxia", así autodenominada, dice que los sectores de vanguardia no pueden ser otros que los "más dinámicos" en términos productivos: el proletariado industrial, en cierta época, u hoy, el ploletariado vinculado al capital internacional, por ejemplo.

(5) En esta mirada confluyen con los sectores clásicos vanguardistas de izquierda, algunos grupos académicos que definen la alienación de los grupos excluídos en términos esencialistas. Véase al respecto: Jelin

"Para poder luchar...se necesita conformar actores colectivos, se necesitan recursos y capacidades. En situaciones de pobreza extrema, estas capacidades y potencialidades están ausentes (...) no es de estos sectores de donde se pueda esperar la emergencia de una fuerza social nueva".

Jelin, E., ¿Ciudadanía emergente o exclusión? Movimientos Sociales y ONG en América Latina en los años 90 en Sociedad no.8, 1996.

(6) Para profundizar en en este enfoque de lo técnico y lo político, véase Castoriadis, La institución imaginaria de la sociedad, Tusquets, Buenos Aires, 1993, capítulos II y V.

  1. Jara, Oscar, Concepción metodológica dialéctica de la educación popular, en Umiña Nº1.

 

Sup Insurgente Marcos

Historias de Arriba y de Abajo: Mascaras y Silencios...

Luego de más de tres meses de silencio el Sup vuelve a hablar… En el medio hubo muertes reales (Acteal, Unión Progreso,etc.), muertes ficticias (la del Sup por la Malaria) y muertes anunciadas (la de la CONAI y la COCOPA). Hubo silencios reales (de los medios y del poder) , silencios ficticios (de los zapatistas construyendo los Municipios Autónomos) y silencios anunciados (el de la "progresía" posibilista de aquí y acullá). También hubo máscaras que se cayeron y máscaras que se levantaron…

El Sup nos dice hoy (aunque más bien deberíamos decir que nos recuerda) que hay memorias y memorias y olvidos y olvidos. Que hay máscaras para develar, en los de arriba y por despejar, en los de abajo… Que hay silencios que callan la muerte y la miseria, en los de arriba y silencios que gritan rebeldía , en los de abajo.

En definitiva nos recuerda que hay arriba y abajo. Y nos dice (o nos recuerda) donde está la razón y donde está la fuerza. Pero… nos dice (o nos recuerda) acaso donde estamos nosotros…?

El que sigue es un resumen hecho por Umiña(donde dice lo que dice y no dice lo que no dice) porqué no estamos dándole la palabra al Sup, la estamos haciendo nuestra.

Hablemos de Chiapas, pero también hablemos de nosotros… hablemos de Jujuy, del Gran Buenos Aires…; hablemos de Zedillo y de Cahuatemoc, pero hablemos también de Menem, de la Alianza y de nuestra izquierda… hablemos de la globalización, de la fragmentación, del discurso único,... hablemos de a memoria (nuestra memoria) y del olvido (nuestro olvido)...

Quizas podamos alguna vez (otra vez ?) "hablar nuestro barco" o al menos recoger esa botella arrojada con fuerza y voluntad, leer su mensaje, reconocernos en esas palabras...

Pintemos nuestra Aldea…

Arriba y abajo: máscaras y silencios

«Al hombre público, muy especialmente al político, hay que exigirle que posea las virtudes públicas, todas las cuales se resumen en una: fidelidad a la propia máscara (...), reparad en que no hay lío político que no sea un trueque, una confusión de máscaras, un mal ensayo de comedia, en que nadie sabe su papel.

Procurad, sin embargo, los que vaís para políticos, que vuestra máscara sea, en lo posible, obra vuestra, haceósla vosotros mismos, para evitar que os la pongan —que os la impongan— vuestros enemigos o vuestros correligionarios; y no la hagais tan rígida, tan imporosa e impermeable que os sofoque el rostro, porque más tarde o más temprano, hay que dar la cara.»

Antonio Machado, «Juan de Mairena».

I.- México, mitad de 1998...

En el espectáculo de la «gran» política mexicana, la confusión de máscaras y parlamentos impide saber a ciencia cierta quién es el juez y quién el criminal, quién el fraudulento y quién el defraudado.

Pareciera evidente que las máscaras ocultan y los silencios callan.

Pero es verdad que las máscaras también muestran y que los silencios hablan.

Ocultar y callar, mostrar y hablar máscaras y silencio. Estos son los signos que ayudarán a entender este fin de siglo en México.

II.- Las máscaras y los silencios de arriba.

«Ya he oído hablar de sobra de vuestros maquillajes: Dios os ha dado una cara, y os hacéis otra; andáis a brincos, os contoneáis, pronunciáis mal, ponéis apodos a las criaturas de Dios, y hacéis de vuestra ignorancia vuestra lascivia.»

«Hamlet», William Shakespeare.

¿Cuál es el papel del gobierno en una sociedad? ¿Cuál debe ser su papel?

Faltos de la legitimidad que sólo se obtiene de los gobernados, la suplen con una máscara hecha ex profeso, la del Estado de Derecho. En nombre del «Estado de Derecho» se imponen medidas económicas, se asesina, se encarcela, se viola, se destruye, se persigue, se hace la guerra.

Sin argumentos racionales, sin legitimidad, sin moral, el gobierno de México echa mano de su único recurso: la violencia. Pero no es contra el crimen organizado o contra la delincuencia que el gobierno dirige esta violencia (es decir, no la usa contra sí mismo), es contra los más empobrecidos, es decir, una mayoría ya inmensa, pero que sigue creciendo al mismo ritmo que se derrumba el país.

Pudiera parecernos que un derrumbe tiene un sonido atronador, pero, en este caso, un silencio lo cubre y lo presenta, el silencio de la desmemoria.

Para suplir la falta de legitimidad con la legalidad, debe realizar una complicada operación quirúrgica en el todo social. Es decir, debe extirpar la memoria histórica de los gobernados. Y trata de hacerlo supliendo la historia real (con minúsculas) con la Historia Oficial (con mayúsculas). Así la Historia Oficial llega tan lejos como los índices de crecimiento económico y, en un mundo que padece ya el terror financiero de la globalización, éstos tienen la constancia de una veleta de viento en medio de una tormenta. Así que el presente es la única historia. Si la constancia y el pesado y trabajoso andar son las características de la historia de abajo, lo efímero es el lugar predilecto de la Historia Oficial, la desmemoria renombrada. La Máscara de la «Modernidad» ¿Le parece atractiva? ¿Funcional? ¿Aerodinámica? ¿Biodegradable? ¿»Cool»? ¿»Light»? No es nada de eso, pero se vende y se consume con argumentos parecidos.

Con la «modernidad» como columna vertebral, una serie de argumentos (máscara sin duda) se esgrimen para justificar (en el doble sentido de «hacer justa» y «dar razón de ser») la vertiginosa destrucción de todo aquello que le permite a un país hacer que la «soberanía nacional» no sea un mero recurso retórico.

Con las máscaras de la «reconversión industrial», la «adecuación a los tiempos modernos de globalización», la «racionalización del gasto público», la «eliminación de subsidios que impiden la libre competencia y el desarrollo económico», la «lucha internacional contra el narcotráfico» y el «fin del Estado populista han operado una verdadera campaña de exterminio en contra de los sostenes fundamentales de la soberanía nacional.

Malbaratando empresas estatales, cediendo a las presiones de los mercados internacionales, abandonando sus funciones de servicio social (o permutándolas en funciones de compra votos), liberando precios de productos básicos y controlando salarios, enganchando el futuro de la moneda nacional al arbitrio de los grandes centros financieros, plegando sus acciones de gobierno a las campañas publicitarias que el mercado de venta de naciones exige, adjudicándole a las fuerzas armadas nacionales el papel de policías de barrio en la aldea global, reescribiendo (y borrando) la historia nacional, pensando en dólares, en fin, de muchas formas han conseguido que este país cada vez sea menos nuestro y menos país.

Bueno, para esto se echa mano del Olvido. Otro silencio...

Sí, olvidar lo que fuimos, lo que nos trajo hasta acá. Olvidar todo el pasado, sobre todo, el de luchas y rebeldías. Pero la peculiaridad de este olvido es que no se trata de borrar lo anterior, sino de condenarlo, avergonzarse de él, lamentarlo.

La Máscara de la Macroeconomía. «¡Ah los logros macroeconómicos!» Pero, ¿dónde están? ¿En las fortunas de los hombres más ricos de México y el lugar que ocupan en la «lista de Forbes»? ¿En los salarios? ¿En los precios? ¿En el empleo? ¿En la seguridad social? Busque usted, busque y encuentre. Pero el hecho real es que hay otra «macroeconomía», la de los de abajo, menos salario, menos y peor educación, menos y peor vivienda y servicios, menos y peor salud, menos y peor alimentación. Sí, detrás de esa máscara hay una catástrofe.

Indignante, es cierto. Pero.

¡Silencio! Nada se puede hacer, es la fatalidad de la globalización imponiéndonos un silencio inapelable y un religioso conformismo. No debe preocuparnos el que esta resignación haya llegado hasta La Habana, sino que la destrucción de las Naciones (que va aparejada, esa sí remediablemente, a la globalización) se nos presente como algo evidente, es decir natural, incuestionable y sin contradicciones.

Sin embargo, este proceso de globalización total (económica, política y cultural) implica una verdadera imposición de un, y sólo uno, pensamiento: el del capital financiero. En esta guerra de conquista todo y todos deben subordinarse al criterio del mercado, lo que se oponga u obstaculice será eliminado. Pero, además, implica la destrucción de la humanidad como colectivo sociocultural y la reconstruye como pieza del mercado. Oponerse al neoliberalismo, combatir en contra de él no es sólo una opción política o ideológica, es una cuestión de supervivencia de la humanidad. Alguien advirtió que ir contra la globalización era como ir contra la ley de gravedad. Así que ni modo, ¡abajo la ley de gravedad!

La destrucción de México como Nación debe ser ocultada. Así que es necesaria otra máscara, la del Chauvinismo. De pronto, con explicaciones a cual más de estúpidas, el principal vendedor de la Soberanía Nacional tuvo un arranque de patriotismo y, al grito de «¡el extranjero bueno es el extranjero mudo y ciego!» se dio en perseguir, hostigar y expulsar a todos aquellos nacidos en otros suelos que suman su corazón a la lucha por una paz con justicia y dignidad.

Y, como grotesco adorno de esta máscara, viene el silencio de la Traición. Sí, traición a la palabra empeñada en San Andrés. Traición a quienes creyeron en el camino del diálogo. Traición a los que lucharon por la paz. Traición a quienes pensaron que era posible que el gobierno reconociera los derechos de los pueblos indios. Traición a quienes esperaron que se detuviera la guerra en el sureste mexicano. Y la traición, la destrucción, el olvido, necesitan un soporte ideológico, una «teoría» que le dé a los crímenes la razón que la historia les niega con empecinamiento.

Así que aquí viene la Máscara de la «Objetividad Intelectual». La portan algunos personajes de la vida cultural. Su primer escalón fue ponerse críticos contra los críticos del sistema político.

Con la supuesta «autoridad moral» que da el arrepentimiento, esos intelectuales arremetieron contra los colegas que no los siguieron en su frenética carrera con rumbo a la claudicación.

En algún momento, estos profesionales de la apostasía pasaron, de ser bufones de la corte con estudios profesionales y/o obra publicada, a convertirse en «consejeros». Claro que no siempre las cosas salen como las suponen los asesores y asesorados. Y no sólo por el continuo vaivén de sus posiciones políticas y «serios» análisis, también (y sobre todo) porque la realidad no es entendida como es sino que se aconsejan decisiones partiendo de que la realidad debería de ser lo que el Poder desea que sea.

Hay una larga lista de fracasos, pero con sólo mencionar «Chiapas» tenemos uno en el que se representan los demás. Los ex intelectuales independientes y hoy pendientes asesores, aconsejaron «mano dura» y «firmeza» en el trato gubernamental a los rebeldes indígenas del sureste mexicano. Aconsejaron también una «nueva política de medios» que fuera congruente con la «política de hechos» (c’est a dire de guerra). Resultado: ladridos, consignas, regaños, bravatas, amenazas, dichos y contradichos .

Con su campaña militar y de medios, el gobierno sólo ha conseguido adelgazar más el ya estrecho pasillo de las posiciones intermedias.

Los intelectuales del aniquilamiento indígena «por razones de Estado» se incomodan por la tardanza gubernamental en poner «punto final» a la piedra en el zapato.

Perdida la razón, la historia, la legitimidad y la Nación, poco le queda al sistema político mexicano. Piensa que ya sólo una máscara podrá salvarlo y llevarlo vivo (aunque ya no sano y completo) a la otra orilla de este siglo: La Máscara de la Guerra.

III.- 1998. El Ejército Federal Mexicano: Entre Angeles y Huertas.

Vea usted a los soldados federales: ¡Cuánto compromiso en la defensa de la soberanía nacional!

Esto es patriotismo. No importa que del otro lado, del lado del «enemigo», sólo haya machetes, piedras, palos, manos, uñas, dientes. No importa que del otro lado, del lado del «enemigo», estén indígenas mexicanos, los que pelearon contra los gringos en 1847.

No vea las violaciones, los golpes, las ejecuciones, el exterminio de hombres, mujeres, niños y ancianos. No vea el éxodo de decenas de miles de desplazados.

No vea. No escuche.

Vea y escuche lo que le mandamos que vea y escuche.

No vea ni escuche el silencio de esos indígenas mexicanos que luchan por democracia, libertad y justicia.

No vea ni escuche ese anacrónico «Para todos todo, nada para nosotros». ¿A quién se le ocurre en estos tiempos de «sálvese quien pueda»?

No vea ni escuche la realidad.

¡Ahí están nuestros bravos soldados matando al oscuro enemigo (el color de su piel los delata)!

Vea y escuche a estos valientes soldados, aplauda a sus preclaros jefes.

No vea ni escuche a los soldados que cayeron, esos sí, en el cumplimiento de su deber.

Para estos soldados sólo hay un silencio, el del olvido.

No vea, no escuche. Tome su máscara y su silencio. No vea, no escuche. No elija...

General Felipe Angeles. Oficial del Ejército federal en tiempos de la Revolución Mexicana, se pasó a las filas rebeldes. Combatió bajo las órdenes de Francisco Villa. Sus compañeros de armas en el ejército gubernamental de entonces lo tacharon de traidor a la patria.

La historia lo recuerda como un militar patriota.

General Victoriano Huerta, se puso bajo las órdenes del embajador de los Estados Unidos de Norteamérica y ejecutó al entonces presidente Francisco I. Madero. Encabezó la contrarrevolución y organizó matanzas de indígenas y destrucción de poblados en su campaña militar contra un transgresor de la ley autodenominado «Emiliano Zapata». Sus compañeros de armas en el ejército gubernamental de entonces lo enaltecieron y alabaron como patriota.

La historia lo recuerda como un traidor a la Patria.

1998, el Ejército Federal Mexicano: tan cerca de los Huertas y tan lejos de los Angeles.

La máscara de la guerra, con ella viene el silencio de la muerte. Y con la muerte vienen...

IV. Las máscaras y los silencios para los de abajo

«La noche pasará,

Pueden escupir las aguas,

Pueden fusilar a los gorriones,

Pueden quemar los versos.

Pueden degollar al dulce lirio.

Pueden romper el canto y arrojarlo a una ciénaga.

Pero esta noche pasará.»

Manuel Scorza

El modelo neoliberal exige, para mantenerse y crecer, perpetrar un crimen que se concreta en millones de pequeños y grandes crímenes, y el Estado es el encargado del cobro efectivo y eficaz de víctimas de abajo.

Para que esta complicada (e inútil) tramoya que sirve de escenario a la muerte del sistema político pueda funcionar, es necesario distribuir grandes cantidades de máscaras y silencios para los de abajo. Con la apariencia de consumo gratuito, los silencios y las máscaras que de arriba llegan a los de abajo suelen resultar muy costosos. Las pérdidas son estratosféricas, pero no se miden en términos monetarios sino humanos.

Las máscaras del anonimato y el individualismo que la frenética globalización trata de imponer a hombres y mujeres ocultan no la singularidad de cada ser, sino la concreta pesadilla de malvivencia de los de abajo. La injusticia cotidiana que el sistema opera en contra de los mexicanos diluye su impacto precisamente en la magna multiplicación de sus pequeños crímenes: un despido por aquí, una violación por allá, un preso injustamente acullá, un robo más allá, un desaparecido político de aquel lado, un fraude en este lado, hambre y miseria encerradas entre cuatro paredes de cualquier allá de acá. Víctimas anónimas e individualizadas del sistema, millones pierden (en la alquimia neoliberal que convierte su explotación en un secreto multiplicado), la oportunidad de rebelarse contra una pesadilla que los individualiza para el terror porque es anónima en la agresión que perpetra.

Y las máscaras se acompañan de máscaras, la apatía y el cinismo se quieren multiplicar entre los de abajo. Se trata de hermanar el «no me importa nada» con el «me importo sólo yo y qué» y el poder cumpliría así uno de sus principales objetivos: imponer la inmovilidad e impedir la fraternidad.

Vienen entonces los silencios. El del rencor en contra de todo o de nadie, que se concreta en el que está al alcance. El de la impotencia de sentirse demasiado pequeño ante una máquina avasallante, inasible y, sin embargo, omnipresente. El de la desesperación de verse y saberse solo, sin una sospecha siquiera de que las cosas podrán ser mejores mañana. El de la resignación que asume lo inevitable de la injusticia y del papel de víctima mientras el victimario borra su rostro al concretarse en el patrón, el policía, el varón, el mestizo, el ladrón, el vecino, el otro-siempre-el-otro.

Y el silencio de la rabia explota en cualquier momento, un silencio que se acumula y crece en situaciones absurdas, inesperadas, incomprensibles: el hombre con la mujer, el banda con el transeúnte cualquiera, el trabajador con el trabajador, el indígena con el indígena, el uno con el otro, el rencor con el rencor.

Nuevas formas de lucha van creando sus propias máscaras y van forjando sus silencios. Poco a poco crece y se multiplica la digna máscara de la resistencia, el «no me dejo», el «no me rindo», el «sigo luchando», el «no claudico», el «¡órale!»

Y con la resistencia camina y se levanta un silencio terrible: el silencio que acusa y señala.

VII. La séptima máscara y el séptimo silencio

«Claro es que en el campo de la acción política,(...) sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela».

«Juan de Mairena», Antonio Machado

Mientras el supremo gobierno pone rumbo hacia la guerra y trata desesperadamente de juntar vientos de arriba, gruñidos de bestia y sortilegios para empujar el pesado velamen de la nave de la muerte, estos indígenas mexicanos, que sumaron el nombre de Emiliano Zapata a su historia, en silencio preparan la justicia y la dignidad que habrá de llegar a pesar de su muerte (o tal vez por ella).

En silencio, estos indígenas ven los cielos y los suelos para adivinar los vientos de abajo que corren por los campos de México y del mundo, de este mundo despertando, ya tarde es cierto, pero despertando.

En silencio sienten para dónde soplan los aires de los mundos de abajo.

En silencio terminan esta nueva y absurda arca de Noé y, sabiendo que el aire sopla para la democracia, la libertad y la justicia, plantan bien alta la doble vela de la esperanza, motor y luz para este navío, el barco de los de siempre, la nave de la vida.

Con arte y ciencia construyeron el arca y eligieron a miles de los suyos para tripulación.

El resto esperará en puerto lo que venga.

Si llegan la guerra y la destrucción, resistirán como han aprendido a hacerlo en la dura escuela de los siglos, es decir, con dignidad.

Si llegan la democracia, la libertad y la justicia, sabrán repartirla como han sabido hacerlo a través de su historia.

Después de un largo silencio estos indígenas hablan un barco y convocan a todos a abordarlo.

Por si hubiera duda de quién lo tripula y dirige, el mascarón de proa luce ¡un pasamontañas! Sí, un pasamontañas, la máscara que devela, el silencio que habla. Un «Para todos, todo, nada para nosotros» viste la bandera de la estrella roja de cinco puntas sobre un fondo negro que brilla sobre el palo mayor. En letras doradas, a babor, estribor y en popa, el «Votán Zapata» nombra el origen y destino de este navío, tan poderosamente frágil, tan estruendosamente callado, tan visiblemente ocultado.

«¡Todos a bordo!», se oye que grita-ordena-invita la voz del capitán. El único boleto necesario es la honestidad. Varios miles de remeros esperan, ¿listos para partir? No, falta...

Con esa extraña y reiterada tendencia a complicarse la vida que tienen, estos hombres y mujeres de máscaras y silencios construyeron su nave... ¡en medio de la montaña!

«¿Y ora?», les pregunto.

Como era de esperar, un silencio es la respuesta. Pero detrás de sus máscaras hay una sonrisa cuando me entregan un mensaje y una botella.

Yo hago lo que de por sí hago en estos casos: meto el mensaje dentro de la botella, la tapo bien con un chicle con algo de chamoy que la mar me da, me planto con firmeza en una orilla de la ceiba y, con toda mi fuerza, lanzo muy lejos la botella con el mensaje. Un rabito de nube la recoge y, navegando, la lleva a-saber-dónde-la-lleva. Allá va la botella. Quien la encuentre podrá, al romperla, romper el silencio y encontrar algunas respuestas y muchas preguntas. También podrá leer la...

V. ¿Declaración de la Selva Lacandona?

Bueno, es todo.

Vale. Salud y estad listos. ¡Aprestad paraguas, impermeables y salvavidas! ¿Quién negará ahora que la palabra puede convocar humedades?

Desde las montañas del sureste mexicano

Subcomandante Insurgente Marcos

En nombre de los «300»

17 de Junio de 1998

Francia 98: El Show debe continuar...!!!

Lejos de aquí el Mundial de Futbol concentra y convoca sentimientos. El sortilegio que se echa a andar cada vez que la pelota rueda ha sido bien entendido por dos sudamericanos, el uno para describirlo y el otro para ejercerlo. Eduardo Galeano, el recogedor de esas lluvias cotidianas que algunos llamamos «la historia de abajo», y Diego Armando Maradona, el que usaba el balón para cantar y demostrar que la magia no tiene necesariamente que ver con alambiques y fórmulas esotéricas.

Pero desde acá arriba no veo ni a Don Galeano ni a Don Maradona. Tampoco alcanzo a ver al Olivio ejerciendo su vocación de romperredes («y de cabezas», dice la mar mientras trata de esconder, inútilmente, la tiradora que el Olivio abandonó en su huida, después de descalabrar al Marcelo). Veo, eso sí, a millones de mexicanos en el papel en el que siempre quisieran verlos los poderosos el de espectadores.

Detenida la historia nacional cada vez que el equipo de futbol mexicano se enfrentaba a otro, los gobernantes de este país obtenían el respiro que la realidad les negaba implacablemente. Millones de ojos puestos en tierras galas le permitieron al Poder un breve descanso. Poco duro el gusto, la derrota llegó y el impasse que el papel de espectadores permitía tocó a su fin.

En este lado del mundo, la tragicomedia de la vida política nacional se convirtió también en espectáculo, y la desordenada mascarada que se presenta a diario en los pasillos del poder en México no obtuvo aplauso alguno. Tiene tiempo que la mayoría de los mexicanos dejaron de asistir como espectadores a los escándalos con los que la clase gobernante se prepara para terminar con el siglo... y con el país. Millones de nacionales son ahora víctimas de mega crímenes y jumbo fraudes.

Si para los poderosos medios de comunicación electrónica los actos desvergonzados de la clase política mexicana son una mercancía cuyo éxito de exhibición se mide en puntos de «rating», para la inmensa mayoría de los que malviven y mueren entre el río Bravo y el Suchiate no son sino la continuación de un crimen de Estado que abarca casi la totalidad de la centuria.

Empeñados en alertar a la ciudadanía sobre el crecimiento de la delincuencia y la violencia, algunos medios de comunicación (aquellos ligados al gobierno) ocultan lo fundamental: los delincuentes más sanguinarios y brutales ostentan puestos gubernamentales (o tienen fuertes ligas con ellos), y la violencia encuentra en el gobierno federal su principal ejecutor, su más grande promotor y su apologista por excelencia.

  1. El viejo Antonio contra el maoísmo trasnochado

Aviso importante, es decir, advertencia urgente, o como se diga: La sección Cuentos del Caballito de Mar interrumpe arbitrariamente este muuuy serio análisis político y, sin más, nos deja mareados como la marea que marea a la mar. A manera de medicina, el hipocampo nos receta un cuento (¡qué otra cosa podía hacer!).

Cuenta el viejo Antonio que cuando era joven su padre don Antonio le enseñó a matar al león sin arma de fuego. Cuenta el viejo Antonio que cuando era joven Antonio y su padre era el viejo Antonio le contó la historia que ahora me dicta al oído para que la mar la conozca de mis labios. El viejo Antonio me la cuenta así nomás, pero yo llamo a esta

La historia del león y el espejo

«El león primero descuartiza a su víctima, después bebe la sangre comiendo el corazón y deja los restos para los zopilotes. Nada hay que pueda contra la fuerza del león. No hay animal que se le enfrente ni hombre que no le huya. Al león sólo lo puede derrotar una fuerza igualmente brutal, sanguinaria y poderosa.»

El entonces viejo Antonio del entonces joven Antonio, forjó su cigarrillo con doblador y, fingiendo que ponía atención a los troncos que convergían en la luminosa estrella de fuego de la fogata, miró de reojo al joven Antonio. No esperó mucho porque el joven Antonio preguntó:

-¿Y cuál es esta fuerza tan grande para derrotar al león?

El viejo Antonio de entonces le tendió al joven Antonio de entonces un espejo.

-¿Yo? -preguntó el entonces joven Antonio mirándose en el redondo espejito.

El viejo Antonio de entonces se sonrió de buena gana (eso dice el joven Antonio de entonces) y le quitó el espejo.

-No, tú no -le respondió.

«Al mostrarte el espejo quise decir que la fuerza que podía derrotar al león era la misma del león. Sólo el propio león podía derrotar al león.»

-¡Ah! -dice el entonces joven Antonio que dijo por decir algo.

El entonces viejo Antonio entendió que el entonces joven Antonio no había entendido nada y siguió contando la historia.

«Cuando entendimos que sólo el león podía derrotar al león empezamos a pensar en cómo hacer para que el león se enfrentara consigo mismo. Los viejos más viejos de la comunidad dijeron que había que conocer al león y nombraron a un joven para que lo conociera.»

-¿Tú? -interrumpe el entonces joven Antonio.

El entonces viejo Antonio asiente con su silencio y, después de reacomodar los troncos de la hoguera, continúa:

«Subieron al joven a lo alto de una ceiba y al pie de ésta dejaron una ternera amarrada. Se fueron. El joven debía observar lo que el león hacía con la ternera, esperar a que se fuera y regresar a la comunidad a contar lo que había visto. Así se hizo, el león llegó y mató y descuartizó a la ternera, después se bebió su sangre comiendo el corazón y se fue cuando ya los zopilotes rondaban esperando su turno.

«El joven fue a la comunidad y contó lo que vio, los viejos más viejos pensaron un rato y dijeron: ‘Que la muerte que da el matador sea su muerte’, y le entregaron al joven un espejo, unos clavos para herraje y una ternera.

«Mañana es la noche de la justicia», dijeron los viejos y se regresaron a sus pensamientos.

«El joven no entendió. Se fue a su champa y allí estuvo un buen rato mirando el juego. Allí estaba y llegó su padre de él y le preguntó qué le pasaba; el joven le contó todo. Su padre del joven quedó en silencio junto a él y, después de un rato, habló. El joven sonreía mientras escuchaba a su padre.

«Al otro día, cuando la tarde ya se doraba y el gris de la noche se dejaba caer sobre las copas de los árboles, el joven salió de la comunidad y se fue al pie de la ceiba llevando a la ternera. Cuando llegó al pie del árbol madre, mató a la ternera y le sacó el corazón. Después rompió el espejo en muchos pedacitos y los pegó en el corazón con la misma sangre, después abrió el corazón y le metió los clavos de herraje. Devolvió el corazón al pecho de la ternera y con estacas hizo una armazón para mantenerla en pie, como si estuviera viva. Subió el joven a lo alto de la ceiba y allí esperó. Arriba, mientras la noche se dejaba caer de los árboles al suelo, recordó las palabras de su padre: ‘La misma muerte con la que el matador lo morirá’.

«Ya la noche era toda en el tiempo de abajo cuando llegó el león. Se acercó el animal y, de un salto, atacó a la ternera y la descuartizó. Cuando lamió el corazón, el león desconfió de que la sangre estuviera seca, pero los espejos rotos le lastimaron la lengua al león y la hicieron sangrar. Así que el león pensó que la sangre de su boca era la del corazón de la ternera y, excitado, mordió el corazón entero. Los clavos de herraje lo hicieron sangrar más, pero el león siguió pensando que la sangre que tenía en la boca era la de la ternera. Masticando y masticando, el león más y más se hería a sí mismo y más sangraba y más y más masticaba.

«Así estuvo el león hasta que murió desangrado.

«El joven regresó con las garras del león como collar y lo mostró a los viejos más viejos de la comunidad.

«Ellos se sonrieron y le dijeron: ‘No son las garras las que debes guardar como trofeo de la victoria, sino el espejo’.

Así cuenta el viejo Antonio que se mata el león.

Pero, además del espejito, el viejo Antonio siempre carga su vieja escopeta de chispa.

«Es por si el león no conoce la historia», me dice sonriendo y guiñando un ojo. Del lado e acá, la mar agrega: «Por si el león o el Orive».

Y hablando de ex maoístas y ex radicales de ex izquierda, hoy flamantes asesores de los criminales de derecha (que iniciaron hablando como cacatúas y ahora, para esconderse, imitan al avestruz, el viejo Antonio tenía su propia versión de aquello del revolucionario y las masas y el símil con el pez en el agua, además de la estrategia de contrainsurgencia de «quitarle el agua al pez» que hoy recomiendan los azorados asesores gubernamentales:

El pez en el agua

Cuenta el viejo Antonio una historia que le contaron los viejos más viejos de su comunidad. Cuenta la historia que había una vez un pez muy hermoso que vivía en el río. Cuentan que el león vio el pez y se le antojó para comerlo. Fue el león al río pero vio que no pedía nadar en el río y atacar al pez. Entonces el león pidió asesoría con la zarigüeya y ésta le dijo: «Es muy sencillo, el pez no puede vivir sin el agua. Lo único que tienes que hacer es beberte el agua del río y así el pez se quedará sin movimiento y entonces podrás atacarlo y comerlo». El león se mostró satisfecho con la asesoría de la zarigüeya y la recompensó con un puesto en su reino.

Fue el león a la orilla del río y empezó a beberse el líquido.

Murió reventado de agua.

La zarigüeya quedó desempleada.

Tan tan.

V. Las siete víctimas de la nueva estrategia gubernamental para Chiapas

Además de rellenar las cárceles chiapanecas, además de promover el uso de chozas indígenas como blanco en las prácticas de tiro del Ejército federal, además de practicar ejecuciones sumarias, además de haber ligado el nombre de «México» a los ensangrentados de «Acteal», «Chavajeval» y «Unión Progreso», además de haber traído el terror, la miseria y la mentira a las tierras indias de México, el comandante Zedillo y su equipo llevan siete condecoraciones por otras tantas víctimas cobradas.

Sí, siete son las víctimas de su guerra: la paz, el diálogo como vía de solución de los conflictos, los indígenas, la sociedad civil nacional e internacional, la soberanía nacional, el tránsito a la democracia, la Comisión de Concordia y Pacificación, y la Comisión Nacional de Intermediación.

Mención aparte merecen dos víctimas: una se arrastra moribunda, otra yace muerta irremediablemente.

El gobierno ha tratado a la Cocopa con burlas, zancadillas, golpes y sabotajes.

El EZLN no hará lo mismo.

Después de sufrir una intensa y larga campaña de ataques e infundios, la Comisión Nacional de Intermediación (reconocida por las partes, EZLN y gobierno federal, como el mecanismo de mediación en el diálogo de paz) fue disuelta.

¿Sus delitos? Imperdonables todos ellos: luchar por una paz con justicia y dignidad, representar a la sociedad civil nacional como mediadora en el conflicto, creer firmemente en el diálogo como solución de las disputas, no plegarse a las órdenes del gobierno, mantener autonomía e independencia respecto a las partes, constituirse en un obstáculo para la guerra.

Sin embargo, las siete víctimas de la guerra del gobierno se multiplican en otros combatientes que resisten.

V DECLARACION DE LA SELVA LACANDONA

"Vimos que callando, más fuerte habló la resistencia de nuestros pueblos en contra del engaño y la violencia".

El 19 de julio, dos días despues de la difusión del comunicado del Sup. sintetizado arriba, el EZLN expone la V Declaración de la Selva Lacandona, ya anunciada en él. Aquí se da cuenta de la lucha llevada a cabo "en silencio" durante los últimos meses, y se define un plan de lucha para lograr el "Reconocimiento de los derechos de los pueblos indios y por el fin de la guerra de exterminio" por medio de la la realización de una consulta popular sobre la iniciativa de la Co.Co.Pa., reivindica los Acuerdos de San Andrés y convoca "a todos los hombres y mujeres honestos del país" a acompañar al EZLN en esta lucha.

Entiende que la lucha por los derechos Indígenas es parte de una gran lucha por la Democracia, La libertad y la Justicia y que "desde hace más de cuatro años nunca la guerra ha venido de nuestro lado". El EZLN, junto con los pueblos indios, firmó el Acuerdo de San Andrés que incumplió el "Supremo Gobierno". El EZLN cumplió con su palabra de buscar una solución pacifica, no así el Supremo gobierno que profundizo empecinadamente la guerra y la violencia.

"Como entonces, hoy seguimos caminando junto a todos los pueblos indios en la lucha por el reconocimiento de sus derechos. No como vanguardia ni dirección, sólo como parte." Como nueva forma de lucha propone "Contra la guerra, no otra guerra sino la misma resistencia digna y silenciosa" haciendo "del silencio un arma de lucha". "Así como después de los combates de enero de 94 descubrimos en la palabra un arma, ahora lo hicimos con el silencio". "Nosotros pudimos aprendernos y enseñarnos y enseñar otra forma de lucha". "Silencio, dignidad y resistencia fueron nuestras fortalezas y nuestras mejores armas", "convertimos en soldados nuestros silencios, la dignidad en luz, y en muralla nuestra resistencia pese a que algunos se desanimaron por la falta de nuestra palabra y que otros aprovecharon su ausencia para simular ser voceros nuestros".

"Vimos que no peleando peleábamos".

"Vimos que ya no pudieron mantener callados a nuestros muertos" "Vimos a miembros de la sociedad civil caer presos por estar cerca de los indígenas y por creer que la paz tiene que ver con el arte, la educación y el respeto". "Vimos a la guerra venir de arriba" buscando "convertir nuestras respuestas en argumentos para aumentar su crimen". "Vimos al poderoso gobierno irritarse al no encontrar ni rival ni rendición, lo vimos entonces volverse contra otros y golpear a los que no tienen el mismo camino que nosotros pero levantan idénticas banderas". "Vimos al gobierno pegar a todos y, queriendo fuerzas restar, sumar enemigos lo vimos". "Callados nosotros, vimos que otras voces dentro de la máquina de guerra hablaron para decir no a su camino". "Vimos que, callando, mejor podíamos escuchar voces y vientos de abajo, y no sólo la ruda voz de la guerra de arriba". "Vimos a otros que antes no vimos. Vimos que la lucha por la paz sumó ella, y no nosotros, a gentes nuevas y buenas, hombres y mujeres que, pudiendo optar por el cinismo y la apatía, eligieron el compromiso y la movilización".

"A todos en silencio vimos, en silencio saludamos nosotros a los que buscaron y abrieron puertas, y en silencio les construimos esta respuesta". "Vimos a hombres y mujeres nacidos en otros suelos sumarse a la lucha por la paz". "Vimos que callando, más fuerte habló la resistencia de nuestros pueblos en contra del engaño y la violencia".

Ratificando su apoyo a la iniciativa de ley elaborada por la Comisión de Concordia y Pacificación el EZLN demanda que se eleve a rango constitucional, aclarando que "Una reforma constitucional en materia de derechos y cultura indígenas no debe ser unilateral, debe incorporar los Acuerdos de San Andrés y reconocer así los aspectos fundamentales de las demandas de los pueblos indios: autonomía, territorialidad, pueblos indios, sistemas normativos", y que la "ley Cocopa" se elaboró sobre la base de lo que produjeron los pueblos indios reconociendo un problema y sentando las bases para solucionarlo.

El EZLN reconoce tres enemigos para poder construir un camino hacia la paz: " la ausencia de mediación, la guerra y el incumplimiento de los acuerdos".

Resistir y seguir.

Sobreviviendo como organización a una de las ofensivas más feroces, conservando intacta su capacidad militar, expandiendo su base social y fortalecido políticamente al evidenciarse la justeza de sus demandas., reforzando su carácter indígena, el EZLN sigue siendo un importante impulsor de la lucha por los derechos de los pueblos indios.

"Los zapatistas hemos tendido un puente con otras organizaciones sociales y políticas, y con miles de personas sin partido". Además "hemos tendido puentes a todo el mundo contribuyendo a crear una gran red que lucha por medios pacíficos en contra del neoliberalismo y resiste luchando por un mundo nuevo y mejor". "Hoy, con todos los que caminan dentro nuestro y a nuestro lado, decimos: ¡Aquí estamos! ¡Resistimos!".

El EZLN no renuncia al compromiso hecho desde el primer día de su alzamiento el 1° de enero de 1994: el reconocimiento de los derechos de los pueblos indios. Y estos incluyen los derecho a la tierra, el techo, el trabajo, el pan, la medicina, la educación, la democracia, la justicia, la libertad, la independencia nacional y la paz digna.

"Es el tiempo de que hable la paz"

"… es el tiempo de la palabra por la vida. Es nuestro tiempo"

Por esto el EZLN llama a todos los hombres y mujeres honestos a luchar por el Reconocimiento de los derechos de los pueblos indios y por el fin de la guerra de exterminio reconociéndose como "la raíz de la Nación, su fundamento digno, su presente de lucha, su futuro incluyente". Su convocatoria es a la Sociedad Civil Nacional y de las organizaciones políticas y sociales independientes. Para el EZLN esta es la hora de la Co.Co.Pa. y está en sus manos y habilidades el detener la guerra y abrir la esperanza de una paz justa y digna.

Como parte de esta lucha el EZLN anuncia que realizará directamente y en todo México una "Consulta Nacional sobre la iniciativa de ley indigena de la Comisión de Concordia y Pacificación y por el fin de la guerra de exterminio". Convocando a: Los pueblos indios para que se movilicen y se manifiesten, al Congreso Nacional Indígena para que participen en la tarea de consulta a todos los mexicanos y mexicanas sobre la iniciativa de ley de la Cocopa y a los trabajadores, campesinos, maestros, estudiantes, ama de casa, colonos, pequeños propietarios, pequeños comerciantes y empresarios, jubilados, discapacitados, religiosos y religiosas, jóvenes, mujeres, ancianos, homosexuales y lesbianas, niños y niñas, para que, de manera individual o colectiva participen directamente en la promoción, apoyo y realización de esta consulta, a la comunidad científica, artística e intelectual para que se sumen en las tareas de organización, a las organizaciones sociales y políticas para que trabajen en la realización de la consulta, a los Partidos Políticos honestos y comprometidos con las causas populares para que le otorguen todo el apoyo necesario. Y finalmente al Congreso de la Unión para que asuma su compromiso de legislar en beneficio del pueblo y a la Comisión de Concordia y Pacificación para que allane el camino para su realización.

"Ha pasado ya el tiempo en que la guerra del poderoso habló, no dejemos que hable más. Es ya el tiempo de que hable la paz, la paz con justicia y dignidad".

 

Cornelius Castoriadis

La Democracia como procedimiento y como régimen.

Este texto recoge fragmentos seleccionados por Umiña de su intervención en el encuentro internacional «La estrategia democrática», Roma, febrero 1994, cuyas ponencias fueron recogidas en el libro La strategia democratica nella società che cambia, Ed. Datanews, Via S. Erasmo 15, 00184 Roma, mayo 1995.

Hay una concepción de la «democracia» que la reduce a un simple conjunto de «procedimientos», rompiendo así con todo el pensamiento político precedente, que veía en la democracia un régimen político, indisociable de una concepción sustantiva de los fines de la institución política y de una visión sobre el tipo de ser humano que le corresponde. Una concepción meramente procedimental de la «democracia» tiene su propio origen en la crisis de las significaciones imaginarias que se refieren a las finalidades de la vida colectiva, y pretende ocultar esta crisis disociando la «forma del régimen político» de cualquier discusión relativa a esas finalidades, o incluso llegando a suprimir la idea misma de éstas.

La Política.

Discutir sobre la democracia significa discutir sobre la política. Ahora bien, la política no existe siempre y en cualquier lugar; la verdadera política es la resultante de una creación histórico-social rara y frágil. Lo que existe en toda sociedad es el político: la dimensión -explícita, implícita o quizá casi imperceptible- que tiene que ver con el poder, esto es, la instancia o las instancias instituidas, que pueden emitir mandatos con autoridad. Pueden existir, ha habido y aquí se augura que habrá de nuevo, sociedades sin Estado, carentes de un aparato burocrático jerárquicamente organizado, separado de la sociedad y en posición de dominio respecto a ésta. El Estado es una creación histórica fechable y localizable. Una sociedad sin tal Estado es posible, concebible, augurable. Pero una sociedad sin instituciones explícitas de poder es un absurdo, en el que cayeron Marx y los anarquistas.

Sujeto, Sociedad e Instituciones.

No hay ser humano extrasocial; no existe ni la realidad ni la ficción coherente de un «individuo» humano como sustancia asocial, extrasocial o presocial. No podemos concebir un individuo sin lenguaje, por ejemplo, y no existe lenguaje más que como creación e institución social. Esta creación y esta institución no pueden ser vistas, a menos de caer en el ridículo, como resultado de una cooperación consciente de «individuos», ni tampoco de una suma de redes «intersubjetivas»: para que haya intersubjetividad es necesario que haya sujetos humanos y la posibilidad de que se comuniquen. La «filosofía política» contemporánea -cómo también el núcleo de lo que pasa por ser ciencia económica- está fundada sobre esta ficción incoherente de un individuo-sustancia, bien definido en sus determinaciones esenciales, fuera o frente a toda sociedad: sobre este absurdo se apoyan necesariamente la idea de la democracia como simple «procedimiento» y el pseudo-individualismo» contemporáneo.

El ser-sociedad de la sociedad son las instituciones y las significaciones imaginarias sociales que esas instituciones encarnan y hacen existir en la efectividad social. Estas significaciones son lo que da un sentido -sentido imaginario, en la acepción profunda del término, esto es, creación espontánea e inmotivada de la humanidad- a la vida, a la actividad, a las decisiones, a la muerte de los seres humanos, como también al mundo que crean y en el que los seres humanos deben vivir y morir.

La institución -y las significaciones imaginarias que ella expresa- no puede existir si no se conserva, si no se adapta para sobrevivir:

Desde su nacimiento, el sujeto humano queda cogido en un campo histórico-social, y es colocado simultáneamente bajo la influencia del imaginario colectivo instituyente, de la sociedad instituida y de la historia de la que dicha institución es su cumplimiento provisional. La sociedad no puede dejar de producir, en primer lugar, individuos sociales conformes a ella y que la producen a su vez. Incluso si se nace en una sociedad conflictiva, el terreno del conflicto, la puesta en juego y las opciones están predeterminadas; incluso si se va a llegar a ser filósofo, será esta historia de esta filosofía, y no otra, la que constituirá el punto de partida de la reflexión. Esto se encuentra mucho más acá, o más allá, de toda intención, voluntad, maniobra, conspiración, disposición de cualquier institución, ley, grupo o clase determinadas.

Al lado, o «por encima», de este infra-poder implícito, siempre ha habido y siempre habrá un poder explícito, instituido como tal, con sus dispositivos particulares, con su funcionamiento definido y con las sanciones legítimas que puede aplicar1 . La necesidad de existencia de tal poder deriva al menos de cuatro factores:

el mundo «pre-social» en cuanto tal, amenaza siempre el sentido instaurado de la sociedad;

la psique de cada ser humano no está ni puede estar nunca completamente socializada ni ser totalmente conforme a lo que las instituciones le exigen;

• la sociedad contiene siempre, en su institución y en sus significaciones imaginarias, un impulso hacia el porvenir, y el porvenir excluye una codificación (o una mecanización) preliminar y exhaustiva de las decisiones a tomar.

Las primeras dos funciones pueden estar ocultas en la estructura consuetudinaria del sistema normativo (y lo han estado, en la mayor parte de las sociedades arcaicas), pero no puede decirse lo mismo de las dos últimas. Este poder explícito es el garante instituido del monopolio de las significaciones legítimas en la sociedad considerada.

Lo político es todo aquello que concierne a este poder explícito (los modos de acceso a él, el modo apropiado de gestionarlo, etc.)

Este tipo de institución cubre la casi totalidad de la historia humana. Así ocurre en las sociedades heterónomas: crean ciertamente sus propias instituciones y significaciones, pero ocultan esta autocreación, imputándola a un fuente extrasocial -los antepasados, los héroes, los dioses, Dios, las leyes de la historia o las leyes del mercado-, en todo caso una fuente exterior a la efectiva actividad de la colectividad efectivamente existente. En tales sociedades heterónomas, la institución de la sociedad tiene lugar en el cierre del sentido. Todas las preguntas formulables en la sociedad considerada pueden encontrar respuesta en las significaciones imaginarias, mientras que las que no pueden hacerlo son, más que prohibidas, imposibles mental y psíquicamente para los miembros de la sociedad.

Autonomía y democracia.

Esta situación, por lo que sabemos, sólo ha sido rota dos veces en la historia: en la Grecia antigua y en Europa occidental. Y de esa ruptura somos herederos, es ella la que nos permite hablar como hablamos. La ruptura se expresa a través de la creación de la política y de la filosofía (de la reflexión). Política: puesta en cuestión de las instituciones establecidas. Filosofía: puesta en cuestión de los ídola tribus, de las representaciones comúnmente aceptadas.

En estas sociedades, el cierre del sentido se rompe, o por lo menos tiende a romperse. Esa ruptura -y la actividad de interrogación incesante que la acompaña- implica el rechazo de una fuente de sentido diferente a la actividad viva de los seres humanos. Implica, por tanto, la repulsa de toda «autoridad» que no rinda cuenta y razón, y que no justifique la validez del derecho de sus enunciados. De ello se derivan de forma casi inmediata:

• la obligación de todos de dar cuenta y razón (logon didonai) de los propios actos y de las propias afirmaciones.

• la repulsa de las «diferencias» o «alteridades» (jerarquía) preliminares en las posiciones respectivas de los individuos y, consiguientemente, la puesta en cuestión de todo poder que dé lugar a ellas;

• la apertura de la pregunta sobre las buenas (o mejores) instituciones, en la medida en que dependen de la actividad consciente y explícita de la colectividad; y, por tanto, también la apertura de la pregunta sobre la justicia.

Se nota fácilmente que estas consecuencias conducen a considerar la política como una tarea que afecta a todos los miembros de la colectividad respectiva, una tarea que presupone la igualdad de todos y trata de hacerla efectiva. Una tarea, pues, que también es de transformación de las instituciones en el sentido de la democracia. Podemos ahora definir la política como la actividad explícita y lúcida que concierne a la instauración de las instituciones deseables, y la democracia como el régimen de autoinstitución explícita y lúcida, tanto como es posible, de instituciones sociales que dependen de una actividad colectiva y explícita.

Casi no haría falta añadir que esta autoinstitución es un movimiento incontenible, que no pretende lograr una «sociedad perfecta» (expresión carente de sentido), sino una sociedad libre y justa, en la medida de la posible. A este movimiento le llamamos el proyecto de una sociedad autónoma y, llevado a su cumplimiento, debe establecer una sociedad democrática.

Es inmediato que semejante institución, en la que todas las preguntas pueden ser planteadas, donde ninguna posición ni status están determinados o garantizados de partida, define la democracia como régimen.

Autogobierno y autogestión.

Se ha objetado que esta visión comporta una concepción sustantiva de la felicidad de los ciudadanos

Pero nada de lo dicho hasta ahora alude a la «felicidad» de los ciudadanos. El objetivo de la política no es la felicidad, sino la libertad. La libertad efectiva (no me refiero aquí a la libertad «filosófica») es lo que llamo autonomía. La autonomía de la colectividad, que no puede realizarse más que a través de la autoinstitución y el autogobierno explícitos, es inconcebible sin la autonomía efectiva de los individuos que la componen. La sociedad concreta, que vive y funciona, no es otra cosa que los individuos concretos, efectivos, «reales».

Pero lo inverso es igualmente cierto: la autonomía de los individuos es inconcebible sin la autonomía de la colectividad. En realidad. No se puede ser libre bajo una ley si no se puede decir que esa ley es propia, si no se ha tenido la posibilidad efectiva de participar en su formación y en su institución (incluso cuando las preferencias propias no han prevalecido). La autonomía (la libertad) efectiva de todos, en una democracia, debe ser una preocupación fundamental de cada uno. Tengo un interés positivo fundamental (y también egoísta) en vivir en una sociedad más cercana a la del Simposio que a la del Padrino o a la de Dallas. La propia libertad, en su realización efectiva, es función de la libertad efectiva de los otros.

Libertad bajo la ley -autonomía- significa participación en el posicionamiento de la ley.

Articulación de lo privado y lo público.

La lengua griega antigua y la práctica política de los atenienses ofrecen una distinción preciosa -y, en mi opinión, de validez universal- entre tres esferas de la actividad humana, que, a su vez, la institución global de la sociedad debe separar y articular: el oikos, el agora y la ecclesia, que, traducidos libremente, serían la esfera privada, la esfera privada/pública y la esfera (formalmente y en sentido fuerte) pública, que correspondería con lo que más arriba he definido como poder explícito. Estas esferas no son netamente distintas (y precisamente articuladas) salvo en un régimen democrático. Bajo un régimen totalitario, por ejemplo, la esfera pública absorbe cualquier cosa, y, al mismo tiempo, en realidad no es pública en absoluto, pues constituye la propiedad del Aparato totalitario que detenta y ejercita el poder. Paradójicamente, las pseudo-»democracias» occidentales contemporáneas, de hecho, han transformado, en gran medida, la esfera pública en privada: las decisiones verdaderamente importantes se toman en secreto y tras los bastidores (del Gobierno, del Parlamento, de los Aparatos de los partidos).

· El oikos, la casa-familia, la esfera privada, es el campo en el que, formalmente y como principio, el poder ni puede y ni debe intervenir, aunque, eso ni puede y ni debe entenderse en sentido absoluto:

· El agora, el mercado-lugar de reunión, es el campo en el que los individuos se encuentran libremente, discuten, contratan recíprocamente, publican y compran libros, etc. Tampoco aquí, formalmente y como principio, puede ni debe intervenir el poder, aunque tampoco puede entenderse eso en sentido absoluto.

· La ecclesia, termino aquí utilizado metafóricamente2 , es el lugar del poder, el campo público/público. El poder incluye a los poderes, y éstos, a su vez, deben estar separados y articulados.

Si se considera concretamente la actividad de las diferentes ramas del poder, está claro que no existe un campo en el que se puedan asumir y adoptar decisiones sin tomar en consideración apreciaciones sustanciales.

Todo «procedimiento» debe ser aplicado por seres humanos. Seres humanos que deben poder, deber y estar obligados a aplicar este procedimiento según su «espíritu». ¿Pero quiénes son estos seres humanos, de dónde vienen? Esta pregunta sólo se podría eludir desde la ilusión metafísica del individuo-sustancia, preformado en sus determinaciones esenciales, para el que su pertenencia a un ambiente histórico-social definido sería accidental, como lo sería el color de los ojos.

Para el punto de vista procedimental, los seres humanos (o una parte suficiente de ellos) deberían ser puros entendimientos jurídicos. Pero los individuos efectivos son otra cosa muy distinta. Estamos obligados a tomarles como vienen, forjados ya por la sociedad, con su historia, sus pasiones, sus múltiples pertenencias particulares, tal y como han sido construidos en el proceso histórico-social y en la institución dada de la sociedad. Porque seríamos diversos, sería necesario que esta institución, en los aspectos sustanciales y sustantivos, fuese diversa. Incluso si suponemos una democracia caída del cielo, tan completa y perfecta como se quiera, esta democracia no podría durar más que algunos años a menos que produzca los individuos que le corresponden y que son, ante todo y sobre todo, capaces de hacerla funcionar y de reproducirla. No puede haber sociedad democrática sin paideia democrática.

La concepción procedimental, salvo caer en la incoherencia, está obligada a introducir subrepticiamente -o llevar hasta- al menos dos juicios de sustancia y de hecho:

• las instituciones efectivas, dadas, de la sociedad son, tal y como son, compatibles con el funcionamiento de procedimientos «verdaderamente» democráticos;

• los individuos, tal como son construidos por esta sociedad, pueden hacer funcionar los procedimientos establecidos en su «espíritu» y defenderlos.

Estos juicios tiene múltiples presuposiciones y comportan numerosas consecuencias. Hay siempre inadecuación entre la materia a juzgar y la forma misma de la ley, pues la primera es necesariamente concreta y específica y la segunda es abstracta y universal. Esta inadecuación no puede ser colmada más que con el trabajo creador del juez «que se pone en el puesto del legislador», lo que implica que tome en cuenta consideraciones sustantivas. Todo esto va mucho más allá del procedimentalismo.

La segunda es que, para que los individuos sean capaces de hacer funcionar los procedimientos democráticos según su «espíritu», es necesario que una parte importante del trabajo de la sociedad y de sus instituciones se dirija hacia la producción de individuos que se correspondan con esta definición, esto es, mujeres y hombres democráticos también en el sentido estrechamente procedimental del término. Pero entonces es preciso afrontar el dilema siguiente: o esta educación de los individuos es dogmática, autoritaria, heterónoma -y la pretensión democrática se convierte en el equivalente político de un ritual religioso-; o bien, los individuos que deben «aplicar el procedimiento» -votar, legislar, seguir las leyes, gobernar- han sido educados de manera crítica. En tal caso, es necesario que este espíritu crítico sea valorizado, en cuanto tal, por la institución de la sociedad, y entonces se abre la caja de Pandora de la puesta en cuestión de las instituciones existentes, y la democracia vuelve a ser movimiento de autoinstitución de la sociedad, esto es, un nuevo tipo de régimen en el sentido pleno del término.

Los periodistas y también algunos filósofos políticos que parecen ignorar totalmente las largas disputas de la «filosofía del derecho» de los dos últimos siglos, hablan constantemente del «Estado de derecho». Pero si el «Estado de derecho» (Rechtstaat) es una cosa distinta del «Estado de la ley» (Gesetzstaat)3  no es sino porque aquel va más allá de la simple conformidad con «procedimientos», planteando la cuestión de la justicia e implicando incluso a las reglas jurídicas ya existentes. Pero la cuestión de la justicia es la cuestión de la política, de cuándo la institución de la sociedad ha dejado de ser sagrada o tradicional. Desde entonces, el «reino de la ley» no puede eludir la pregunta ¿qué ley, por qué esta ley y no otra? Ni siquiera la respuesta «formalmente democrática» -la ley es ley porque representa la decisión de mayoría (omitimos evidentemente el saber si realmente lo es)- impide la pregunta: ¿y por qué debe ser así?

La idea de que el «derecho positivo» y sus procedimientos puedan separarse de los valores sustantivos es un espejismo. También lo es la idea de que un régimen democrático podría recibir de la historia, ready made [confeccionados], individuos democráticos que le harían funcionar. Tales individuos sólo pueden ser formados dentro, y a través, de una paideia democrática, que no brota como una planta sino que debe ser un objeto central de las preocupaciones políticas.

Los procedimientos democráticos constituyen una parte, ciertamente importante, pero sólo una parte, de un régimen democrático. Y deben ser verdaderamente democráticos, en su espíritu.

Libertades "formales"?

En verdad, las raíces de estas confusiones no son solamente «ideales», en el sentido de que no deben ser buscadas esencialmente o exclusivamente en «falsas ideas», en la misma medida en que no son solamente «materiales», en el sentido de que no deben entenderse como mera expresión, más o menos consciente, de intereses, pulsiones, posiciones sociales, etc. Se apoyan sobre el imaginario histórico-social de la edad «política» moderna, desde su prehistoria, pero ante todo sobre su carácter antinómico.

Es conocida la crítica habitual que el marxismo dirigía a los derechos y a las libertades «burguesas» (y que se remonta, sea lo que quiera que se diga, a Marx mismo): se tratarían de libertades y derechos simplemente «formales», establecidos más o menos en interés del capitalismo. Crítica incorrecta por muchas razones. Estos derechos y libertades no han nacido con el capitalismo ni han sido reconocidos por él. Reivindicados inicialmente por la protoburguesía de las comunas desde el siglo X, han sido arrancados, conquistados, impuestos a través de luchas seculares del pueblo. Además, estos derechos y libertades no se corresponden con el «espíritu» del capitalismo;. Igualmente falsa es la idea de que representarían la premisa política de la concurrencia en el mercado económico, pues ésta es solamente un momento, ni espontáneo (Polanyi) ni permanente del capitalismo, cuya tendencia interna conduce al monopolio, al oligopolio o a las coaliciones entre capitalistas. Y tampoco constituyen una precondición para el desarrollo del capitalismo (consideremos el ejemplo de Japón). Por fin, y sobre todo, estos derechos y libertades no son en absoluto «formales»: por el contrario, corresponden a rasgos de vital necesidad en todo régimen democrático. Sin embargo, son parciales y, esencialmente defensivos. Precisamente, una parte principal de la lucha por la democracia apunta hacia la instauración de las condiciones reales que permitan a todos el ejercicio efectivo de estos derechos.

Entre el Bien común y la felicidad.

El fin de la política no es la felicidad, que solamente puede ser un asunto privado4 , es la libertad y la autonomía individual y colectiva. queremos la libertad al mismo tiempo por sí misma y para hacer alguna cosa, para poder hacer cosas. Y bien, una inmensa parte de esas cosas no estamos en condiciones de hacerlas solos, o bien dependen fuertemente de la institución global de la sociedad, y, generalmente, las dos circunstancias se verifican simultáneamente. Eso implica necesariamente una concepción, aunque sea mínima, del Bien Común.

La distinción a restablecer es antigua (y su olvido por los teóricos modernos tiene aún menos excusa). Se trata de la distinción entre la felicidad, hecho estrictamente privado, y el Bien Común (o la buena vida), impensable sin referirse al campo público y al campo público/público (el poder). La realización del bien común es la condición del buen vivir.

¿Pero qué determina o define el buen vivir? En el marco del pensamiento heredado, esta determinación tenía que ser universal, válida para todo tiempo y lugar, y, al mismo tiempo, establecida de algún modo a priori. esta es la raíz del «error» de la mayor parte de los filósofos que han escrito sobre política, y del error simétrico de aquellos otros que, se han reducido a rechazar la pregunta misma, abandonándola al libre arbitrio de cada uno. La felicidad pertenece a la esfera privada y privada/pública. No pertenece a la esfera pública/pública en cuanto tal.: ninguna filosofía en ningún momento puede definir un «bien común» sustantivo, y ninguna política puede esperar para actuar a que la filosofía haya establecido semejante bien común 5 .

Pero las preguntas que se plantean en la esfera pública/pública (a la legislación, al gobierno) no pueden siquiera ser discutidas sin una visión del bien común. El bien común es, al mismo tiempo, una condición de la felicidad individual y también atañe a las obras y trabajos que la sociedad -feliz o no- querría ver realizadas.

Esto no afecta sólo al régimen democrático. El análisis ontológico muestra que ninguna sociedad puede existir sin una definición, más o menos segura, de los valores sustantivos compartidos, de los bienes sociales comunes. Un régimen político no puede ser totalmente agnóstico en cuanto a valores (o morales, o éticas)..

Pero estos valores y esta moralidad son creación colectiva anónima y «espontánea». Pueden ser modificados bajo la influencia de una acción consciente y deliberada, pero es necesario que esta última incida sobre otros estratos del ser histórico-social, no solamente por los afectados por la acción política explícita. La cuestión del bien común pertenece al campo del hacer histórico-social, no al de la teoría. La concepción sustancial del bien común, en cualquier caso, es creación histórico-socíal, y, evidentemente, se encuentra tras todo derecho y todo procedimiento. Esto no conduce al simple «relativismo», cuando se vive en un régimen democrático en el que la interrogación queda abierta efectivamente y de forma permanente, lo que presupone la creación social de individuos capaces de interrogarse efectivamente. Aquí encontramos, al menos, una componente del bien común democrático, sustantivo y no relativo: la ciudad debe hacer todo lo posible para ayudar a los ciudadanos a llegar a ser efectivamente autónomos. Esa es, ante todo, una condición de su existencia en tanto que ciudad democrática: una ciudad está hecha de ciudadanos, y ciudadano es aquel que es «capaz de gobernar y de ser gobernado» (Aristóteles). Pero es también, como ya he dicho, una condición positiva del bien vivir de cada uno, dependiente de la «cualidad» de los otros. Y la realización de este objetivo -ayudar a los ciudadanos para que lleguen a ser autónomos, la paideia en la acepción más fuerte y profunda del término- es imposible sin decisiones políticas sustantivas, que, por otra parte, no pueden dejar de ser tomadas en cualquier tipo de régimen y en cualquier caso.

La democracia como régimen es, por tanto, al mismo tiempo, el régimen que intenta realizar, tanto como resulta posible, la autonomía individual y colectiva, y el bien común tal como es concebido por la colectividad considerada.

Política, Filosofía y Praxis,

La política democrática es, en los hechos, la actividad que intenta reducir, tanto como sea posible, el carácter contingente de nuestra existencia histórico-social en sus determinaciones sustantivas. Ni la política democrática en los hechos, ni la filosofía en la idea, pueden suprimir aquello que, desde el punto de vista del ser humano singular y de la humanidad en general, aparece como el azar radical , haciendo así que haya un forma de ser, que esto se manifieste como mundo, que dentro de este mundo haya una forma de vida, y en esta vida haya una especie humana, en esta especie una cierta formación histórico-social y en esta formación, en tal lugar y momento, florezca en un vientre entre millones, aparezca este pedazo de carne que berrea, y no otro. Pero ambas, política democrática y filosofía, praxis y pensamiento, pueden ayudarnos a limitar, o mejor a transformar, la parte enorme de contingencia que determina nuestra vida a través de la libre acción. Sería ilusorio afirmar que ellas ayudan a «asumir libremente» las circunstancias que no hemos escogido y que no podremos nunca escoger. El hecho mismo de que un filósofo pueda pensar y escribir que la libertad es la conciencia de la necesidad (independientemente de toda consideración sustantiva sobre el sentido de esa frase) está condicionado por una miríada no numerable de otros hechos contingentes. La simple conciencia de la mezcolanza infinita de contingencia y necesidad -de contingencia necesaria y de necesidad en último análisis contingente- que condiciona lo que somos, lo que hacemos, lo que pensamos, está bien alejada de ser libertad. Pero es condición de esta libertad, condición requerida para emprender lúcidamente las acciones que pueden conducirnos a la autonomía efectiva tanto en el plano individual como en el plano político.

 1 Sanciones legítimas respecto al derecho positivo, no en absoluto.

 2 Términos que empleo simbólicamente (y por abuso del lenguaje). La Asamblea ateniense no ejercitaba el poder judicial y no hacía más que supervisar al «ejecutivo» en el sentido que se da a tal término (administración).

 3 No se trata evidentemente de las intenciones «históricamente establecidas», sino de la inserción necesaria -y problemática- de toda cláusula particular en el sistema jurídico en su conjunto, que evoluciona continuamente.

 4 Ver «Racines subjetivas du projet révolutionnaire» en la primera parte (1964-65) de mi libro L’Institution imaginaire de la Societé, París, Le Seuil, 1975, pp.126-127.

 5 Ciertamente, sería difícil para un filósofo sostener que una sociedad en la que la filosofía es imposible valga, a sus ojos, tanto como otra en la que es practicada. Pero, a falta de una aclaración suplementaria (y larga) del contenido del término filosofía, esto no define políticamente un tipo de sociedad. Ha habido una, o, al menos, una cierta filosofía en la India y en China (por no hablar del Islam y de la Europa medieval). Pero de ahí no se deriva que una sociedad de castas o con un mandarinato equivalga políticamente a una sociedad democrática.

 

Entrevista Jujuy 18/08/98 Con: el Tibu, Mariano, José, doña Elsa

De piquetes y fogones... (parte II)

SUR viene desarrolando actividades con compañeros de Jujuy que participaron del conflicto que se dio a conocer nacionalmente en 1997, con los cortes de ruta que siguieron a Cutral-Có y Tartagal y que se diseminaron por la provincia. Participantes de la comisión de desocupados de San Salvador en tiempos de los cortes, militantes barriales, desocupados, buscando ahora nuevas formas de organización y lucha, los que se sentaron frente al grabador son compañeros que aceptaron poner el balance de sus experiencias a nuestro alcance. Hablan del poder, del estado, de los partidos de diverso tipo, de las horizontalidades y verticalidades, de los procesos organizativos...del futuro.

Umiña: El tema es la experiencia a partir de los cortes de ruta... cómo se fueron dando los hechos.

Mariano: Hubo un corte en Alto Comedero. San Salvador esta dividido en dos grandes ciudades. Capital y Alto Comedero que es como un monstruo. Cada asentamiento que sacan lo mandan allá. Habían hecho un corte en la ruta nacional, nos fuimos a ver. En un primer momento no nos gustó porque había un muchacho de un partido de izquierda que trataba de ordenar todo, que lo conocíamos. Evaluábamos de este muchacho que no había hecho nunca nada. Dijimos, es una falta de respeto. Pero después conocimos gente bastante piola y volvimos al otro día. Al otro día había una marcha del frente del gremios estatales. Hablaron dos piqueteros de Alto Comedero, que después nos enteramos que eran radicales, pero en ese momento nos gustó como hablaron. Y ese mismo día hablamos con ellos y planificamos el corte de ruta en la ruta 66. Era como la ultima rutita que quedaba para encerrar San Salvador...

Umiña: ¿En qué fecha fue?

Fue en mayo del 97. Ese corte es producto del que empieza Ledesma, cuando corta la ruta Ledesma, acá en San Pedro. Después empieza todo el interior, Alto Comedero, y nuestro corte casi al final. Y ahí con estos dos compañeros y nosotros, más otros changos de este mismo corte que no les gustaba porque olían a políticos, nos cargaron una camioneta, las gomas y unos troncos que ya habíamos cortado. Hicimos el corte de lo que fue después el piquete 66. Y ahí nos hemos quedado hasta el 31 de mayo.

Tibu: EL 31 de mayo que es la noche en que se firma el acta de acuerdo con el gobierno y se levantan todos los cortes a partir de la mediación de la iglesia...

Como se generalizaron los cortes la iglesia empiezó a ver de qué manera intercedía en el conflicto. Porque se decía que el gobierno iba a seguir con la misma temática, de la misma forma que había actuado desde el primer momento, que fue la represión. Pero al generalizarse tanto los cortes en toda la provincia, se veía que si había represión iba a haber un conflicto muy grande, y bastante duro, entonces sale la iglesia a mediar. Propone la mediación y empieza a convocar a los distintos cortes para que manden representantes para conformar una comisión de negociación con ella. Y a partir de ésto empiezan a salir los delegados de los distintos cortes y se confluye en un grupo grandísimo de personas para empezar a discutir qué era lo que exigía cada uno, qué era lo que se pedía y empezar la negociación.

Umiña: ¿Cómo se eligieron los delegados en los cortes?

Se eligieron en el corte. En algunos cortes fue a partir de la participación, de la elección democrática, en otros cortes ya había un tipo de organización que estaba tratando de medir ésto y facilitar la elección de algunos delegados que querían que fueran. Pero en sí todo ésto fue una explosión sin ningún tipo de coordinación. Fue espontáneo, y después se fue dando lo que serían estas primeras reuniones de representantes de los cortes y se confluyó en una coordinadora de desocupados, que se funda esa noche, el acta fundacional se hace el 31 de mayo a la hora 20 más o menos. Ya habíamos tenido cuatro días de discusiones. Se confecciona el petitorio que se eleva al gobierno, que en un primer momento no era un petitorio, sino el acta que se hacia. Estaban los curas mediando y decían.. ofrecen tantos puestos de laburo y no aceptábamos... ofrecen tal cosa y no aceptábamos ... era una negociación casi como en un remate, yo pido tanto y yo ofrezco tanto... y en medio de eso, entre el ir y venir, entre que el gobierno ofrecía primeramente 4000 puestos de trabajo, que no se aceptaban, 5000, 6000, que no había más, salieron subsidios, que bueno se aceptó. Primeramente dijeron que iba a haber 200.000 pesos para subsidios, que después eran 800, y al final se aceptó que fueran 2 millones de pesos en subsidios para toda la provincia. Y se llegó a 12.500 puestos de trabajo.

Mariano: Con respecto a la estrategia yo lo que rescato de un primer momento, serían dos cosas: una, cuando es el quilombo de Ledesma, se discute mucho sobre qué debe hacer la gente de capital. El gremio de estatales (de capital) era un sector de vanguardia, eterno, perpetuo, parecía que nunca iba a aparecer nadie así, y en un momento era muy fuerte la posición de decir, o hacemos un corte simbólico en capital o nos vamos todos a Ledesma, como si fuera una guerra en un solo territorio. Creo que en ese momento, fue una estrategia, como pueblo, muy natural, no planificada, porque generalmente eran los partidos los que planificaban. Fue un lugar de conflicto único que socializó la experiencia para todos lados, eso marcó mucho a la gente que ya no se identificaba ni con el partido ni con el frente de gremios. La gente quería su propio corte. Le dolía Ledesma pero buscaba ese corte.

Y segundo, el tema de la horizontalidad en el corte de ruta, que después se rompe. En un momento se corre el rumor de que el corte era horizontal, que se había roto el tema de los partidos. No era tan así. Quizás el análisis fue errado porque se intentó como estrategia que todos los cortes fueran horizontales. Lo que por ahí hubo fue un mal diagnóstico, porque un tejido social tan politizado, a nivel partidario (porque acá para conseguir cualquier cosa tenés que recurrir al partido), no se iba a romper de un lunes al martes, y existía parte de ese tejido en el corte. Quizás no se intentó desintegrarlo con práctica de debate, y nada más era que "como todos decidimos, listo, acá ya solucionamos el conflicto". Y por ahí se cayó en lo de elegir como líder al que mas vozarrón tenía o el que más caudillo le parecía a la gente. Esas fueron dos estrategias que en un momento temblaron, pero que fueron bastante fuertes. Después estuvo el frente de gremios estatales que casi en ningún momento logró coordinar con los desocupados. Pero ahí cabe un poco de autocrítica, en eso tuvimos que ver los desocupados...

Me parece que hubo mucha soberbia de nuestra parte. "Si hemos logrado todo ésto casi solos, qué puta tenemos que hacer con estos tipos que no lograron nada". Y esos tipos que no habían logrado nada, mas allá que no ganaron elecciones, habían volteado cuatro gobernadores y habían luchado por los salarios durante casi tres años. Hubo intentos de coordinación, pero no todos lo que hubieran hecho falta para evitar el quiebre que después tuvimos.

Tibu: Se reproduce en el corte lo que está pasando en la sociedad. Salieron algunos líderes en algunos cortes, que ahora se acomodaron con los distintos sectores, ante las elecciones, y los que más proponían la independencia, la no coordinación con los gremios resultaron ser los que traicionaron toda la lucha del movimiento de desocupados, y terminaron, si no candidatos de algún grupo del peronismo, trabajando directamente para la campaña del partido del gobierno. Eso se ve después de haberse producido todo el proceso, pero en ese momento no se identificaba.

Mariano: El corte de ruta, a nivel pueblo, marca un hecho histórico que nunca había vivido como argentino, que es la iniciativa. Se marcaban los tiempos en todo momento, la iniciativa era totalmente de los desocupados. Cuándo reunirse, de qué hablar. Pero lo que el gobierno logró con esa cantidad de dádivas fue romper la iniciativa completamente. Uno ya empezaba a reunirse con el gobierno cuando él lo decía, a comer donde el gobierno decía, a reunirse donde el gobierno decía, más allá de que la iglesia participaba el gobierno comienza a tomar la manija y en un momento ya maneja todo de una manera terrible.

Tibu: La estrategia del gobierno fue usar esa misma bronca, esa misma chance de revancha de parte de mucha gente. Decíamos "éstos son unos ineptos de mierda, toda la vida se mandaron cagadas, ahora en este momento cuando nosotros tengamos la cosa, vamos a hacer la distribución de los subsidios, los planes de trabajo. Vamos a hacer nosotros los que los vamos a distribuir". Entonces se le da lugar al gobierno para que se saque el peso de encima. El peso recae sobre la iglesia y la coordinadora de desocupados. En lugar de ir discutiendo las políticas que se iban a dar como comisión de desocupados, pasamos a ser meros operarios de las tareas de distribución de trabajo, llenado de planillas, problemas por documentación que faltaba, y nos quedamos con la tarea operativa que tendría que haber hecho el gobierno. Era la gran diferencia que marcaba la iglesia que siempre decía que la tarea la haga el gobierno, "la comisión de desocupados tiene que ser el controlador", y se generaba la disputa ahí adentro, desde la discusión de decir que ahora nosotros les vamos a demostrar que somos capaces, que somos mejores que ellos si nos organizamos para realizar estas cosas.

Mariano: Haciéndose una autocrítica profunda, de alguna manera la flexibilización laboral, hoy en Jujuy tan dura, existía antes de nosotros, pero institucionalmente fue gracias a la coordinadora de desocupados. Quién te puede protestar ante un plan de 200 pesos sin obra social que después te lo bajan a 180, cuando la misma gente con machete que cortaba una ruta es la que te lo ofrece.

De alguna manera la flexibilización laboral, hoy la metimos en muchos casos nosotros, ayudados por "papá gobierno".

Umiña: ¿Cuando se planteó el plan de trabajo de esa manera ustedes notaron la precariedad de los empleos que se ofrecían?

Tibu: Lo que baja el gobierno son todos los planes nacionales por medio del Ministerio de Trabajo o sea el Plan Trabajar, servicios comunitarios, planes asistenciales, que se manejaban en forma de pasantías. Una salida económica de 200 pesos a cambio de brindar algún servicio. No eran puestos de trabajo, sino estos planes de ayuda económica, a cambio de realizar algún servicio. Entonces se tenían que encargar de decir quienes son las instituciones que necesitan hacer alguna cosa, cual es la repartición que está necesitando del gobierno de Jujuy... hidráulica que es la que hegemoniza en este momento los planes trabajar a partir de hacer defensas en los ríos, Aguas de los Andes, que es una empresa privada. Ellos dicen que ellos ponen el material y nosotros ponemos la mano de obra que era pagada por estos planes trabajar. Las empresas son subsidiadas a partir de utilizar la mano de obra que era subsidiada por parte del gobierno. Trabajo en negro, se estaba trabajando con fondos del Estado para empresas privadas. Pero al momento de discutir todo lo que se quería, era un lugar donde laburar, conseguir siquiera 200 pesos por mes seguros por cuatro, cinco o seis meses, que también es lo que tienen estos puestos, una duración de no mas de seis meses.

Mariano: Ellos tenían una estrategia contraria a la nuestra. La nuestra era socializar el reparto, como dicen las Madres, socializamos el conflicto y ahora tenemos que negociar con todos al mismo tiempo. Fue cuando se pusieron de rodillas. Creo que una de las pequeñas estrategias brillantes que ellos usan, es socializar el estado, es decir, usted ya no negocia con el Ministerio de gobierno, sino con la oficina A, numero 3 de Hidráulica. Va el dirigente o el vocero y esta toda la tarde pensando qué hacer con los plan trabajar.

Los primeros fueron una trampa. Se empieza a hablar de un porcentaje de otorgamiento a los piqueteros, como un privilegio, con lo cual todo se debilita, porque entra otro tipo de conciencia. Ya no alcanza la bronca. Si no se tiene una gran conciencia se cae en la que ya zafó... y las comisiones más fuertes se empiezan a debilitar. Buscaban, por un lado dividir la coordinadora, por otra parte juntarla en un caos, pero al mismo tiempo esa estrategia era decir "negocio con todos, ustedes negocian por partes. Pero yo voy viendo selectivamente en la negociación quiénes son los primeros en caer". Hicieron un trabajo de observación que en nuestro caso no lo había, porque laburábamos contra el estado y ahí no tenias internas justicialistas o radicales, tenías bloques monolíticos. No podíamos buscar la contradicción principal, o secundaria, ellos sí, buscaban el corte más fuerte, Ledesma, pero veían que ahí la composición del partido de izquierda no les iba a permitir meter la cuña, entonces crearon una comisión paralela. ¿Cuál es la otra comisión mas dura?, San Pedro, y encuentran al Quirós, que era el gran dirigente de ese momento, un tipo que había sido echado de un gremio estatal por manejos turbios, y empezaron a trabajar por ese lado. Creo que ellos por un lado manejaban la cuestión institucional, pero por otro hacían el laburo logístico de bajo plano, que cuando te diste cuenta tenías a tres cuartos de la gente totalmente comprada. Recuerdo una vez que estabamos durmiendo en el frío y el dirigente de San Pedro, que era el segundo corte de ruta más importante, Quirós, lo viene a buscar a Tibu para ir juntos, y fue muy fuerte la impresión de ver a este hombre que lo habíamos visto en televisión, en canal 4, llorando, reivindicando la cultura coya, y caer con una mujer de 1,90, minifalda roja, campera negra, Renault 18 y borracho, yendo a su hotel en capital. Creo que ahí fue cuando nos dimos cuenta en la que nos habíamos metido. Con comprar al dirigente ya después hacían lo que querían con esa comisión. Por esa cuestión de democracia trucha y el caciquismo jujeño que nos hace mierda.

Umiña¿Hubo formas de pararse frente a la estrategia del gobierno?

Tibu: La iglesia en ese momento estaba muy enfrentada con el gobierno. El gobernador, había tratado al obispo de subversivo, el nivel de conflicto iglesia-gobierno era bastante alto. La iglesia viabiliza un sector bastante dinámico y trataba de conducir, porque la iglesia era la que conducía las acciones de desocupados. Era una bajada de línea impresionante de parte de la iglesia hacia la coordinadora de desocupados. El problema se da cuando desde el gobierno ellos también ponen sus mediadores, y en ese caso viene un secretario de Menem, Martínez Longo, a charlar con la iglesia y la comisión de desocupados. Y bueno, con un curriculum impresionante y un verso terrible. El tipo venía a detectar como estaba la situación, qué era en sí la comisión coordinadora de desocupados, vió que no se podía organizar porque primaba el caciquismo, primaban las ansias de protagonismo individual, el individualismo terrible, y también lo que se daba era de parte de los delegados (que en el medio del conflicto, en el momento de la negociación, estaban todos), era que uno estaba discutiendo y constantemente tenías a todos los sectores del gobierno, sectores políticos de todos lados, tenías personalidades importantes encima tuyo, y resulta que de ser un vago que estabas en un corte, que venías cagado de hambre de varios meses, eras requerido por todos, y todos se te bajaban los calzones ahí al frente, en el momento de hablar. Eso produjo una situación bastante negativa para los representantes, que se les subieron los humos y los alejó prácticamente de las masas.

Mariano: El raconto de los hechos marca el análisis de las estrategias, pero uno a veces cae en la ingenuidad de creer que uno perdió porque la hizo mal, y de repente tenía un aparato terrible trabajando en contra, y no casualmente. Yo lo vi en varios momentos, en el corte de ruta se empezaba a ver caras que no eran de un policía o un gendarme, eran caras que daban miedo, que te dabas cuenta que estabas luchando contra enemigos tremendos, muy superiores a nosotros. Pero en ese momento éramos pura garra, era no transar. Aunque parezca mentira vos te podés bancar el miedo, lo que es mas difícil es usar la lógica política que ellos usan en contra de vos, y yo no dudo que acá había especialistas de todo calibre. El tema de los dirigentes "voceros", que nacen como voceros por la distancia, era una necesidad ya que venían todos de capital. Pero esos voceros pierden su sentido por como resuelven las consultas. Un muchacho de izquierda siempre se ufanaba de decir, yo antes de decidir llamo, ¿y qué puta vas a hacer?, llamas y ¿van a hacer asamblea cuando vos llamás a las tres de la mañana...? Uno de los principios de la derrota fue ese, primero separar a los voceros y transformarlos en dirigentes y en el caso de los honestos usaron otra táctica. Fue abrumarte de información, de trabajos, sacarte de tu objetivo central que era la lucha y vigilar y controlar el acuerdo de mayo, y abrumarte tanto que ya no supieras ni cómo te llamás. Salvo en el tema subsidios que nos dio mucha fuerza en un momento, después te volvían loco.

Tibu: Un ejemplo de la estrategia del gobierno. En el acta de acuerdo figuraban alrededor de 5000 puestos de trabajo para capital, que iban a ser implementados por distintas reparticiones del gobierno y que eran contratos con empresas privadas, por ejemplo, la construcción de una autopista proyectada por el 2004, y que nunca van a realizar. Y eso lo metieron ahí, como oferta de puestos de trabajo. En el caso de capital, tipo de tareas de 4 meses, y lo único que nos daban eran 30 puestos de trabajo, en capital donde había la mayor demanda de laburo. Acá tenían los punteros trabajando directamente y no era viabilizado por los desocupados...

En el segundo corte, ya se había dado una marcha grande, donde habían confluido los gremios (CGT, MTA, CTA) en la plaza de mayo, y desde ahí la propuesta para hacer un paro nacional con cortes de rutas, el 14/08/97. En Jujuy, había muchas posibilidades de confluir la lucha de los gremios estatales con la lucha de los desocupados en un gran corte para esta fecha. Pero, de adentro de la comisión (de desocupados), se rechazaba muchísimo la presencia de los gremios: "aquí somos nosotros los que mandamos, y los gremios que se callen". Los que más hablaban de negociar con el gobierno salen y proponen un corte de ruta: "el gobierno se hace el tonto, le vamos a demostrar que estamos organizados y que tenemos fuerza. Vamos a mandar un corte en toda la provincia a la misma hora para hacer un golpe de efecto, cortar y después salir nada más que para una demostración de fuerza". La comisión quedó de acuerdo en que iba a ser así. Pero hubo un agravante: "que la iglesia no se entere". ¿Por qué? La iglesia de Jujuy está dividida entre la diócesis de San Salvador y la de Humahuaca con sus cabezas visibles y que tienen dos formas de trabajar distinta. La de Humahuaca hace mucho trabajo de base. En La Quiaca hay un cura bastante rebelde, Jesús Olmedo, de mucho trabajo con el frente y los gremios estatales y que en todas las luchas en Jujuy estuvo. Por otro lado la diócesis de Jujuy es muy fragmentada; está el sector muy oligárquico de familias muy ricas, que mantienen todo el aparato de la iglesia en Jujuy, los colegios privados y Marcelo Valentín. Él hubiera tenido que ser el obispo de la diócesis de Jujuy pero ganó el otro sector. O sea que Valentin tiene mucha limitación dentro de su diócesis en cuanto a la acción. Además se había detectado en los cortes que querían sacar a los "zurdos", pero no se les podía sacar, siempre se quedaba un representante de un partido de izquierda. Entonces eran dos cortes que eran más o menos fuertes, intransigentes, y se ve que la estrategia fue de tirar la carnada para que mordieran y hacerlos mierda y esto fue lo que sucedió; entonces si se le proponía a la iglesia (de Humahuaca) el corte ...

Mariano: Es interesante agregar algo a lo que dice el Tibu. Tuvimos en un momento una charla en el patio de la catedral que había convocado el líder del Alto Comedero. El nos cuenta en ese momento está muy identificado con el movimiento socialista de los trabajadores, y medio diciendo que va a aplaudir la experiencia, nos dice "acá las comisiones se pueden dividir en dos: la comisión burguesa y la comisión revolucionaria". Le preguntamos dónde nos situábamos en eso, y él dijo: "las comisiones revolucionarias son las que pasan por el colador del partido". Primero lo miramos como un ridículo, y lo vimos con un grado de soberbia terrible: nos está llamando idiotas, o en todo caso semi-burgueses. Se veía que le daba una importancia a Ledesma, como un bloque, por ser la madre del quilombo, y ¿cuál era la política del partido? el quilombo. Cuanto más el conflicto se radicalice, más aportamos a la revolución. Es cierto que Ledesma tiene una política para coordinadora, construir algo a corto, medio y largo plazo; pero no era la discusión. Si este tipo era el máximo referente de los desocupados en la provincia, nadie lo podía dejar en este lugar.

Por no ser radical de un lado como del otro, digo eso porque tiene que ver con la falta de política de los partidos, la cosa era usarnos para hacer quilombo.

Umiña: ¿Y la idea de dejar la iglesia de lado en el segundo corte?

Tibu: La iglesia (del norte) no iba a permitir que se largue un corte antes del 14 de agosto. Lo que demuestra como veían lo los curas. Se produjo el corte, con la parte organizativa completamente acabada, y cuando los curas se enteran de los cortes por la televisión inmediatamente dicen que no tienen nada que ver con ellos. Incluso en Humahuaca, los curas salieron para levantar el corte. Entonces se da la división: "los curas están cortando la lucha, nos tiran la lucha atrás". Se potenció eso, la división entre los desocupados y la iglesia, y quedó una grieta bastante importante, terrible.

Entonces, van a la negociación los que hicieron este corte, como golpe de efecto. Fuimos a la negociación, toda la noche, con el gobernador y su equipo de ministros y se decide levantar el corte. Cuando se decide eso, quedan pegados el Libertador y el Alto comedero (dos piquetes) que por la política del partido decían que había que ir hasta las últimas consecuencias y que no se debía levantar. Se quedan. El gobierno ya había tenido bastante tiempo para infiltrarse en los cortes - otra de las cosas esa tarea de inteligencia impresionante-, y en el corte de Libertador, que era más fuerte, se llega al momento de la represión, es decir levantar el corte como sea. Durante la noche se habían organizado y por la mañana salió el cuerpo de infantería y la policía de la provincia y lo levantaron sin represión porque no hubo resistencia (en uno de los cortes se habían infiltrados policías, y se había armado una borrachera fuerte).

A partir de ese momento se cambió toda la lucha, porque era entonces luchar por los compañeros detenidos...

Es el tema de los que tenían una visión política y que se mandaron a los cortes con todos los sectores desorganizados pero con una mirada mucha más lejana. Entre nosotros hace falta este nivel de discusión. Cómo puede ser que se nos abrieran tantas puertas en este momento. Nos permite pensar que es válido de organizar algo que no tenemos. Nos queda una legitimidad total.

José: Yo participaba a la primera comisión, viví las experiencias de las reuniones, observé los principios que se manejaban. Era todo horizontal, no había un cacique, un jefe. La experiencia más fuerte para mí fue la del segundo corte de ruta, donde me metí al lado de un partido sin saber. Cuando me enteré, me fui. Después conocí a Mariano, y le pregunté si sus intenciones eran políticas o no. No me convenció mucho, pero me invitó a una reunión. Vi como se estaban manejando, y me llamó la atención que participaba toda la gente, no era como los políticos sectarios. Venía gente de todos lados y bien humildes, y podían expresarse en total libertad. De poco a poco me fui sumando a ellos, a participar a las marchas, después a la olla popular que se hizo. Compartimos en las discusiones los mismos principios de igualdad para todos. Toda mi vida estaba buscando eso, pero sin encontrarlo.

Participé de la huelga de hambre, me metieron preso. Pero para mi, no nos quebró esto. Si estoy acá, es porque quiero un cambio; es un proceso largo que nos va a llevar bastante tiempo. Se va originar por la generación que viene. Ahí tenemos que hacer hincapié. Hoy este sistema no te da la posibilidad de estudiar, este sistema injusto, con el tema de la desocupación.

Quiero luchar contra eso, para que todos tengan la posibilidad...

Umiña: ¿Cómo se tomó la decisión de la huelga de hambre, en la comisión?

José: Nos consultamos entre todos. La primera vez fue cuando nos preguntamos lo que íbamos a hacer, el día que fuimos a la capilla.

Tibu: Para entender la huelga hay que parar sobre el proceso del gobierno que no nos dejaba más delegación a nosotros, y nos echaba la presión encima. Había los que tenían todo: los subsidios, los puestos de trabajo, pero en capital no. Desde el 31 de mayo, hasta septiembre conseguimos 31 puestos de trabajo y nada más. Entonces, había presiones muy grandes de todos lados. Como comisión de capital la gente nos criticaba de no conseguir puestos de laburo. Entonces, ¿qué hacemos? De ahí surgió la idea de la marcha. En las reuniones de la comisión, se evaluó la coyuntura bastante terrible: si volvemos a los barrios, no hicimos nada y la gente nos van a matar; entonces no quedaba otra que hacer la apuesta de que el gobierno no nos va a dar por este lado ningún tipo de puestos de trabajo. En las asambleas, se presenta la situación que el gobierno no va a dar puestos; y por los subsidios, hicimos una experiencia muy importante, trabajada entre todos, sobre la forma de redistribuirlos; los subsidios eran destinados para la gente que lo necesitaba más. Teníamos 12.030 subsidios para todos los barrios de capital. Favorezcamos los barrios más podidos, y garanticemos que les llegue directamente a la persona. Esclarecíamos los criterios de elección delante de todos. Era duro eso de definir cuál era el más pobre.

Hacer una distribución igualitaria por barrio, no más de 10 subsidios por barrios, y tratemos de abarcar la mayor cantidad de los barrios. Se organizaron grupos de trabajo en los cuales participaban delegados elegidos por su barrio. Entonces salió una comisión que hacía la revisión con personas que no estaban cerca de eso. Eran grupos de personas que iban al barrio, hacían una forma de censo; era como ser asistentes sociales, que miraban las situaciones más criticas, los casos de desnutrición.

José: Habíamos llegado a un acuerdo de que dos delegados de otros barrios vengan a visitar, como una forma de control, y decidan el otorgamiento. Hacían las verificaciones, luego aprobaban y entraba el dinero.

Tibu: Pero con esa forma de trabajo, llegábamos con la otra noticia que no había puestos de trabajo. Teníamos otra forma de entrada en los barrios, y si no habían los puestos la gente sabía que era porque el gobierno no quería darles.

Entonces, en la comisión y en los barrios se decidió la marcha. Y la fecha. Después, en la parte organizativa, tal barrio se encargó de la leña, tal otro de la verdura para la olla popular. Fuimos a la marcha, hicimos la marcha, la facultad dio un apoyo logístico, con el espacio también. Queríamos hacerla en la plaza pero no nos permitieron. Las características de la marcha era que salieran una mayor cantidad de mujeres con chicos, estaba la duda de decir que hacemos frente a la opción de mantener la olla con la posibilidad de que haya represión; pero dijimos que no ibamos a provocar nada, porque ibamos sólo para negociar. Durante la negociación hubo un montón de promesas, otros acuerdos particulares para capital con el compromiso de que en 15 días estaba lo que se había prometido. A los 15 otra vez a volver porque no habíamos visto nada. Sabíamos ya por larga experiencia, desde mayo, que íbamos a negociar con los mismos, que no vamos a conseguir nada. Se propone otra vuelta. ¿Vamos con la comisión? ¿Vamos con los barrios? Vamos con todos en una nueva marcha; si están las cosas nos volvemos. Pero no quisieron recibirnos, habían cerrado la puerta.

José: Fue dura la cosa; la marcha con las madres y con los chicos; jugaron al desgaste. Lograron cansarnos.

Tibu: Fuimos a las diez, a las dos estabamos discutiendo, y a las cinco de la tarde nos dan la repuesta y se discutió de nuevo hasta las diez. Entonces, como vas a mantener la cantidad de madres con chicos tanto tiempo. De esta bronca salió la idea de la huelga de hambre. Empezamos a pensar si nos metiamos todos en esa huelga. En la segunda marcha se decidió cuales de las personas iban a participar de la huelga de hambre.

Buscamos una iglesia, porque sabíamos que iba a haber represión. El gobierno se maneja con un doble discurso.

La manifestación te la dejan. Ahora, si hay un cierto crecimiento con no sólo los que siempre movilizan sino también la periferia, los que apoyan, entonces si sale la represión para meter miedo. No tiene otra función. Replicábamos lo que movía el frente de gremios estatales, y el mismo conflicto. Sabíamos que ellos no se esperaban esto, que pudiéramos mover tanta gente, y que era posible la represión. Entonces largamos la huelga de hambre y nos jugamos porque no teníamos iglesias para meternos adentro; quedamos al frente de la iglesia, en una carpa.

José: Sabíamos todo, hasta las últimas consecuencias. Vinieron a las tres de la mañana. En este momento había gente de diferentes países por un congreso de periodismo. Por eso nos levantaron, para que no vieran todo lo que estaba pasando. A la segunda huelga ya no podían reprimir pero a la primera si; entonces nos levantaron.

Casi todos los que participaban en la primera huelga eran delegados de la comisión, y eso sirvió a la policía para tener un registro de todos nosotros. Sabían donde vivíamos, todo.

Tibu: Eso muestra como la policía mete mierda;

Mariano: con lo de la represión, no creo que sea sólo lo de Jujuy. Al lado de lo represivo, aparece algo nuevo que es lo jurídico, con este modo tan duro de contestación, el choque contra el choque. Por lo que vimos en Buenos Aires, en Cutral Có, en Neuquén, aparece el tema legal. Ya no es el que te reprime que es malo porque es malo, sino la ley. Eso generó mucha mierda dentro de la comisión, mucho temor, sobre todo mucha quebradéz, y el tema de lo subversivo lo trabajaron mucho.

Dentro de la comisión eso pegó, se generaron como distintas líneas, lo subversivo pegaba con ciertas actitudes, y eso tiene mucho que ver con nuestra actitud de piqueteros. Después seguía con el tema de dividir las comisiones, de aislar a los que podían mantener la unidad; fue una estrategia bastante sádica. En el conflicto nuestro el gobierno tenía dos o tres operadores de lujo adentro, se veía gente que anotaba hasta la última instancia la información que salía de ahí.

Después el conflicto de la personalidad jurídica fue un poco una forma de pena de muerte; porque ahí se empezó de hablar de dirigentes, presidente ...

José: Trataron de cambiar y después sucedió lo que sucedío; pasó de ser de horizontal a vertical.

Mariano: Y querían sacarse de encima el corte de ruta, porque de alguna manera si esa comisión funcionaba, se podía chorrear más que con ninguno por la cantidad de habitantes, y en el conflicto para el gobierno éramos la comisión que más le gustaba porque era más corruptible. Por los delegados, y particularmente porque tenían ellos muy mala opinión de la gente que hizo el primer corte. Pensaban: "si no nos sacamos de encima la gente del primer corte no vamos a poder corromper la comisión". Y en esto la jurídica fue una estrategia espectacular.

Umiña: ese quiebre terminó con la comisión...

Mariano: Yo ví que la coordinadora pierde algo de iniciativa, pero la comisión de capital la pierde totalmente. Habían unos que venían ya muy gastados, y por ahí no empezaron el segundo corte. Venían con el desgaste del primero, de haber vivido la presión, el miedo, y darse cuenta que no tienen manera de vencer. Por lo menos en mi caso, la autocrítica que me hice fue que en algún momento tuvimos que hacernos cargo de algo que nos superaba, y yo empecé como siempre con mucho entusiasmo, y en algún momento ya no daba más. Por ahí el grupo me dio un rol que ya no podía cumplir, el de mediatizador, el de más allá de todos. Mucha gente que hablaba no terminaba de hacerse cargo del conflicto, y eso era una comisión para pecharla, no criticarla. En cambio los otros si se hicieron cargo del conflicto.

Un tipo puede laburar de 8 a 10 y es un hijo de puta muy bien puesto, y era muy difícil decirles que eran corruptos y sacarlos de la comisión. Esas son criticas que no sólo tienen que ver con la estrategia del gobierno, sinotambién con el compromiso nuestro, el mareo, la poca planificación, poca discusión, poco análisis, ausencia de formación.

Tibu: La ausencia de formación se destacó cuando el nivel de conflicto se estaba viviendo durísimo. ¿Con quién se estaba discutiendo? Tienen años de experiencias, cayeron cuatro gobernadores en Jujuy, y el mismo partido gobernando. Tienen una experiencia enorme para resolver el conflicto, sino no seguirían gobernando. El nivel de control es impresionante. La lucha da crecimiento al campo popular, pero también le da al poder una experiencia impresionante, de manejos políticos para tener el control de la situación. Nos falta la discusión y la formación. Ser un grupo de gente muy honesta no era suficiente para alcanzar eso, pero permitió aguantar palos grandísimos.

Mariano: El diagnóstico es terriblemente raro. En un momento se planteaba qué tipo de comisión había ahí. Eran comisiones con grandes equipos, donde no importaba tanto el funcionamiento sino que el dirigente sobreviva, comisiones más a la izquierda, que en vez de ser eso para afuera, se convienen a sí mismos. Para mi no era importante ser sólo piquetero, sino piquetero y desocupado con una conciencia de desocupado, pero los piqueteros se presentaban como una categoría superior.

Y después vienen las comisiones como la nuestra que se armó con gente fuerte, una comisión muy de masa, y no se planificó por una cuestión más intuitiva. Esa comisión va a ser un super elefante, con una fuerza muy grande. Y a un momento saltó el tema de ir a donde están los desocupados. Creo que ese trabajo se hizo bien, se llegó a los barrios más marginales. Pero como lo dijo una vez la legislatura, "ustedes nos han formado los mejores punteros políticos, gracias por traer gente linda en la política". Después en las reuniones del radicalismo, del justicialismo se veía toda esa gente que participaban de nuestras reuniones.

No sólo fracasamos, sino que entregamos mucha gente al enemigo.

Umiña: ¿Cómo la gente de los barrios que no se ha beneficiado nada del conflicto perciben la situación ahora? ¿Qué postura tienen con la lucha que se dio? ¿y qué esperanza tiene?

Tibu: Con respeto a los que quedaron afuera, en todos se generó la necesidad de hacer algo. Salvo la ignorancia del primer momento, se dio una experiencia, una práctica de participación totalmente distinta a la que conocían, y que nos permite hasta el día de hoy poder seguir. La gente que quedaba del grupo se juntó para ver lo que se podía hacer, y decidimos juntarnos para hacer una guardería.

Mariano: está bueno que los viejos delegados pudieran así reunirse. Había un bajón terrible, no se veía la ganancia de todo eso. Era que nos habían derrotado ordenadamente y que había sido un derrota total, desmoralización, ganas de pasar al enemigo; nos habían cagado a patadas. En general creo que fue una derrota total.

Tibu: Decimos derrota total porque teníamos mucha bronca, mucha desilusión con lo que fue la comisión, entre el cómo había empezado y como terminaba. Pero ante la cuestión que había otra cosa alternativa, largamos, y por eso se reformó este grupo. Por eso no fue una derrota total.

José: Hay que rescatar un montón de cosas para la reflexión. La verdad es que nos hicieron mierda. Lo que resalto es que no hubo discusión política. Íbamos a las reuniones y era un desastre. No se planteó nunca el qué vamos hacer. Si hubiéramos mantenido una discusión política, hoy por hoy creo que estaríamos bien.

Mariano: Yo parto de la base de nuestra edad y de nuestra experiencia. Nos hemos afrontado con un bicho que tiene 500 años de experiencia que no hemos vivido. Esta experiencia se recicló. Y vos tenés una experiencia que no puede competir. Me parece que esas experiencias son tristemente necesarias para vivir el cambio. Algún día seremosviejos de 60 años, y habrá otra generación que nace, y vos podrás decirle, si el quiere hacer un corte de ruta, que lo tiene que pensar muy bien. Yo voy a estar con él, pero cuando vamos a negociar juntos, no le voy a decir qué hacer, le voy a contar que a mi me hicieron mierda. Yo no tengo esa generación encima que me pueda ayudar.

Tampoco teníamos el compromiso, hoy si me parece que lo tenemos. Son dos cosas: la falta de experiencia y la falta de compromiso.

Mariano: a mi no me sirve decir que la sociedad es mala, eso lo sabemos; lo que yo tengo que rescatar es: ¿Por qué ninguno de los delegados más piolas de los barrios resistió? Los barrios se fueron a la mierda, porque nadie sobrevivió, ¿qué no sabemos hacer? Ahí es la cuestión.

No es sólo que nos ganaron los de afuera, también lo perdimos nosotros. Eso lo que más me lastima.

Umiña: ¿Podría encontrarse de nuevo la fuerza para movilizarse?

Mariano: Este verano, el justicialismo hizo su campaña con cosas que nosotros habíamos conseguido: obra pública, defensa del Río Grande... Jujuy no recibía nada, y pasó a ser en proporción a la cantidad de habitantes la más rica en los beneficios sociales: subsidios, plan trabajar, plan forestal, obras públicas. Además, estos muchachos... esa elección en cierta medida la ganaron gracias a nosotros. O sea que perdimos lo político, pero lo social, los desocupados, sin quererlo de esa manera, consiguieron cosas.

En capital, la gente de los barrios nunca se levantó. Sólo se levantaron cuando fuimos a hacer el trabajo de organización, pero como piqueteros no existieron. En el primer corte cuando toda la provincia ardía, capital no se movilizó.

Tibu: Eran muchos los jóvenes en capital que se metieron en los cortes, porque veían linda la propuesta, iban a chupar alcohol. Después se lo tomó más en serio, se organizó una seguridad. Los que venían sólo para tomar fueron apartados.

Mariano: Hubo un momento que nuestro prestigio era muy grande en los barrios, porque los habíamos recorrido, y porque coordinadora fue la única que nunca peleó por plata; siempre peleamos por puestos de trabajo. En ese momento, si hubiéramos podido organizarnos quizás la historia sería distinta. Lo que pasa que no fue un corte real, el nuestro, era bancado por poca gente; con 3 o 4 meses más en los barrios hubiera sido otra cosa.

Umiña: ¿Cuál es el "cachito de esperanza" que tienen ahora?

Tibu: es de continuar trabajando, más allá de todo lo que acabamos de contar, pensamos que es posible. Hay que buscar la vuelta y por dónde seguir. No sabemos si es justo o no el nuevo camino, pero sabemos dónde queremos ir; hay muchos caminos con troncos. Siempre hay un camino posible de abrir y de transitar; no sabemos dónde va a terminar, pero sí.

José: para mí, con un poco de experiencia, no vamos a volver a equivocarnos. "Cachito de esperanza" es la voluntad de seguir, de no caerse. Hay que buscar la meta para no dejarse caer.

Mariano: Me acuerdo de una repuesta de un periodista a un militante que le dijo: "usted es el Rodolfo Walsh del presente, y quizás no se dio cuenta de eso". Me parece que todas esas experiencias desastrosas, si las logramos aguantar, esta generación nuestra se va a transformarse en la generación perdida. Me parece que nuestra importancia histórica se está todavía por ver.-

 

Violencia Abstracta y Poder Real

Agarrando una piedra sin esconder la mano... por: Uno del Ramo

Diariamente los servicios masivos de información nos intentan demostrar lo vano y absurdo de la violencia, sobre todo cuando es ejercida por las gentes comunes aparentemente desorganizadas, hábilmente enfocadas por camarógrafos de respiración agitada y lentes movedizos. Los calificativos que reciben los agentes del orden (social existente) suelen ser, sin embargo, mucho más leves y estereotipados: desde la concepción sistémica de los directores de noticias, cualquier cosa que impida la normal digestión de sus amados empresarios será violenta.

Algún charlista radiofónico noctámbulo rememora aquellas épocas en que agarrarse sanamente a trompadas por el honor, la palabra empeñada o alguna mina era un ejercicio de moral heroica. Para otros, en tanto, dar la vida (dañando semejantes en el intento) por un ideal, sea éste la patria, la bandera o la religión musulmana, puede ser equiparable a lavar con sangre el sistema métrico decimal.

En otros tiempos, un general de larga y plagiadora memoria, citaba la violencia de los pueblos como acto de justicia contra las dictaduras que los sometían. Fiel a su educación militar olvidó convenientemente sus principios a la hora de someter las fuerzas que ayudó a construir, cuando ya no eran útiles para su conquista del poder.

El Estado Nación se ha construido tras largas guerras y exclusiones: sin ir más lejos, gran parte de nuestros calendarios, calles, escuelas, billetes de banco, plazas, etc. recuerdan a asesinos de masas elevados a la categoría del procerato. Sin embargo se pasteuriza el contenido fuertemente cargado de sangre de revoluciones, independencias o unidades nacionales forzadas mediante rituales laicos escolares, coronas y homenajes públicos y/o desfiles militares. En estas caminatas castrenses se sacan a pasear, en un acto de sinceramiento conmovedor, las armas que luego se usarán contra huelgas y cortes de ruta, protagonizados por aquellos ciudadanos que no comprendieron las ventajas de vivir en una república representativa/ capitalista y globalizada.

Luego, bandas de pequeños empresarios sin CUIT (pero con automáticas) nos proporcionan la cuota diaria de balazos para la vidriera televisada o gráfica. Y por si no alcanzaran las movidas, ante cada partido de fútbol grupos de muchachones traviesos se propinan palizas, linchamientos de contrarios, daños a la sagrada propiedad privada y entrenamiento gratis para los uniformados que supimos mantener.

Uno de los juegos favoritos de los fabricantes de sofismas es emponzoñar cualquier debate sobre los usos de la violencia con una luminosidad ética que deja siempre a oscuras un lado del arma, la del brazo con galones.

Cómo entender el concepto violencia cuando abarca tantas cosas que no parece definir nada concreto? Puede ser calificada del mismo modo una piedra lanzada por un palestino caliente contra un soldado israelí protegido por la tecnología de la represión, que la bala de goma/plomo que le devolverá indefectiblemente el interpelado? Ejercen violencia de una misma categoría un desocupado neuquino cortando una calle que el inefable Gran Duque Vladimiro Corach ordenando su gaseado ? Si la violencia es tanto simbólica (llámese educación pública/estatal o bombardeo de información predigerida) como económica (el desposeído que no trabaje para un patrón será excluido del derecho a comer); como extraeconómica (la tendencia secular a perseguir pequeños productores independientes para expulsarlos al mercado); sexual; doméstica; psicológica; explícita, implícita; organizada; política; social; ... si es todo eso: qué es la violencia? Y, ya al borde la violencia textual: qué no lo es?

Las cinco premisas de Rozitchner(1), pensando y reivindicando la soledad de la lucha limitadora del poder absoluto de Severino Di Giovanni, resultan altamente estimulantes para revisar los prejuicios existentes en los análisis corrientes contra la violencia abstracta. Coincido con la primera , con respecto a la inexistencia de una violencia abstracta; en la segunda sin embargo nos quedan algunas dudas, ya que no escapa a categorizar con la misma concepción que trató de descalificar en un primer intento: la contra-violencia puede ser leída como un mero reflejo de la actitud ofensiva. En el tercer momento de su discurso hay una aclaración que expone más claramente su definición de violencia: si esta es el apoderarse, mediante la amenaza, de la voluntad del otro para dominarlo en vida, no puede aplicarse este concepto al que se defiende mediante el uso de armas (u otros instrumentos de coerción) de un poder externo que intenta reducir sus libertades humanas. El derecho negado a la justicia es un buen argumento a la hora de evaluar la necesidad o no de recurrir a este tipo de prácticas.

En su momento Giardinelli en su intento de respuesta a "Matar al Tirano" de Osvaldo Bayer (2), no logró oponer argumentos sólidos, más allá de un puñado de posturas éticas fuertemente cuestionables por su ahistoricidad. Si uno verifica los ejemplos y justificaciones históricas al derecho a la contra-violencia o a la justicia popular contra los malos gobiernos propuestas por el libertario consecuente, puede tener una buena plataforma para reflexionar sobre una dimensión hoy negada de la justicia.

Creo que la utilización conceptual de la violencia abstracta como forma usual pierde toda capacidad descriptiva y no permite utilizarla como factor explicativo de situaciones relacionales no pacíficas, a menos que tiñamos esta categoría con los colores del poder. Pero entendámonos, del poder relativo que se ejerce desde cada vector que intenta aplicar abusos o desde el que intenta defenderse de ellos. Observamos qué combinación o carga de poder se usa. Podemos, en todo caso, verificar cuánta se utiliza en situaciones concretas, con qué fin, mediante qué instrumentos, con qué víctimas y cuáles responsables.

Las instituciones con las que enajenamos nuestra autonomía se revisten de instrumentos cada vez más sutiles y a la vez brutales de contención/eliminación de toda acción violenta que no sea la propia. Claro que sembrando vientos de injusticia por doquier no es de extrañar que tarde o temprano resulten insuficientes ante esperables tornados. Un director de colegio puede humillar reglamentariamente a un estudiante remiso a adaptarse. Ese mismo estudiante no podrá ejercer su derecho a levantar la voz en su escuela denunciando el atropello, salvo que sea capaz de resistir su eliminación como alumno. Pero en algunos de estos casos un frasco de líquido de frenos anónimamente volcado sobre un capó, ha escrito páginas gloriosas en la historia del arte de la venganza.

Las explosiones de ira popular pretendidamente desorganizada no han sido del todo comprendidas desde la perspectiva de los seguidores del Che y otros ejércitos revolucionarios. Reflejar la organización centralizada y jerárquica con sus símbolos, aunque con otros supuestos contenidos, fue el destino de innumerables aparatos armados. Y el hombre nuevo resultó un milico con una estrella roja en la frente. La dimensión microfísica del poder como fuerza impulsora y campo de lucha de los sectores populares (mujeres, jóvenes, villeros, desocupados, y otros etcéteras excluidos) es una deuda teórica y un frente de solidaridad que nos debemos muchos de los que nos decimos personas de izquierda. Esta mirada nos permite simpatías indisimuladas por el zapatismo, fuerza armada que enfrenta con un pueblo alrededor, más que con un pueblo detrás, las vergüenzas latinoamericanas del neoliberalismo.

La legitimación del ojo del amo, en especial de la defensa de sus poderes y propiedades, nos está privando también de ver no ya los motivos del indisciplinado de turno, sino el tablero completo y los movimientos ya realizados. Pero sobre todo nos ha quitado la conciencia de que no somos observadores, sino participantes pasivos. Al menos hasta que nos decidimos a dejar de serlo

Hablando ya del juego en serio, si en el mercado electoral los jugadores de bolsa que se candidatean para la cabeza y los premios se desentienden de los motivos que impulsan a un habitante a levantar una piedra y apuntar a las casas de gobierno: es necesario ponerse a discutir el valor moral del acto? Quién juzgará al que convirtió su derecho en proyectil? Acaso el vidriero?

1). Agradezco al compañero Rozitchner, León. "Severino de cerca". En Radar libros 24/5/98. Pág.3) el haberme incitado con sus ideas, sin saberlo, a pensar en este asunto peliagudo.

2). En Página 12 hace ya unos años y durante dos meses se intercambiaron ideas de un lado y acusaciones del otro. Es fácil adivinar quién expuso ideas...

 

2do. Encuentro Latinoamericano

Nuevas Perspectivas de la Educación Popular Entrevista: Jorge Medina

Entre los días 22 y26 de junio de 1998 se desarrolló en Montevideo el 2do. Encuentro Latinoamericano sobre Nuevas Perspectivas en Educación Popular: Dogmas o La Recreación de la Utopía; organizado por la Coordinadora Latinoamericana de Educación Popular.

Al mismo concurrieron reconocidos educadores populares del continente, convocados por la crisis de las experiencias de los años ´80 y ´90. A partir de las experiencias realizadas en sus respectivos países intentaron encontrar caminos que permitiesen abrir nuevas experiencias en el campo de la educación popular.

En una fría mañana de Montevideo, nos encontramos en el café Sorocabana, cuna de grandes escritores como Eduardo Galeano y Mario Benedetti y músicos como Alfredo Zitarrosa, con Néstor Serna Toledo de Colombia (docente universitario y director del Centro de Educación Popular del Valle) y con Jair Lopes Faundes de Brasil (coordinador de formación del Movimiento de los Sem Techo), para conversar tranquilamente sobre los temas que fueron surgiendo al calor de los diferentes intercambios realizados en los talleres, seminarios y por qué no, como ocurre en estos encuentros, en los pasillos del Centro de Convenciones de la Intendencia.

Sus aportes nos parecieron pertinentes, ya que los mismos tienen puntos de contacto con nuestra realidad y con las diferentes reflexiones que venimos realizando a partir nuestras experiencias.

Umiña:: ¿En qué situación se encuentran los grupos con los cuales ustedes trabajan al momento de realizar un análisis político?

Néstor Serna Toledo: Están hechos mierda. ¿No? (risas). Lo que más o menos estamos viendo es que hay más amontonamiento que organización. En general encontramos que a los diferentes grupos los une más la amistad u otros tipos de lazos y no tanto el convencimiento político.

Los niveles de discusión son heterogéneos y están más ligados a las experiencias individuales que a las políticas de formación o a la práctica colectiva. No ocurre que el desarrollen una práctica los lleve a tener un determinado nivel de discusión.

No tienen espacios de sistematización donde puedan discutir. Suele darse que queda todo muy sujeto a dos o tres cabezas visibles que plantean la discusión y todo el grupo la sigue.

Ahí se nos va a la mierda la expectativa de que la práctica es la que te va pautando la discusión de los grupos. En realidad lo que más determina ahí es la presencia de determinados sujetos.

Jair Lopes Faundes: En realidad la práctica sigue pautando, pero lo que te determina con más fuerza ahí es la presencia de ciertas personalidades muy fuertes que no te permiten una real síntesis.

Inclusive por las características de ciertos grupos (en particular los universitarios). No siempre dirige quién tiene más capacidad, es real que dirige quién tiene más tiempo que el resto. Muchas veces quedan relegadas personas que tienen capacidad, buenas condiciones políticas y de conducción porque no se pueden comprometer por cuestiones de tiempo. No nos olvidemos que las dinámicas de las organizaciones son muy siniestras, son organizaciones con dinámicas que trituran a la gente, reuniones tras reuniones, donde aquellos que tienen otras responsabilidades no se pueden incorporar. No se descentraliza el trabajo, ni se da verdadera autonomía a quiénes tienen que llevar a delante las tareas.

Umiña:: Por lo que ustedes dicen, pareciera que existe una actitud de permanente estado de asamblea donde no se discute nada a pesar de que discute todo el tiempo. ¿Aparecen dificultades cuando se quieren establecer los ejes de discusión?.

J. L. F.: En la mayoría de los casos, en los grupos, aparecen diferencias de matiz, que son en muchas ocasiones diferencias de fondo, pudiendo observar, en estos casos, que lo que unifica a los grupos son las consignas.

Se escucha decir cosas tales como, "estamos contra el sistema, contra el modelo, queremos cambiar la sociedad, luchamos por una sociedad mejor, por el socialismo", pero no existen discusiones de fondo sobre lo que significan esas consignas. Las consignas pueden ser sostenidas desde una, dos o tres formas diferentes.

Lo quepuede faltar es capacidad de sintetizar, de sistematizar en torno a una visión común la discusión. Entonces generalmente prima la visión de los que dirigen. Esto lleva a que la gente que se va incorporando se canse, y por fin se vaya... Entonces pasa lo que vemos. Se dan los pinches en los grupos por falta de recambios, de participación y por la rigidez de las formas organizativas que se dan.

N. S. T.: No existe recambio de cuadros.En los procesos de formación que nosotros realizamos estamos haciendo mayor hincapié en el tema de la participación de todos, pero estamos viendo la necesidad de profundizar más la parte del auto-análisis en ese sentido. Antes no hacíamos tanto énfasis en este punto, nos dejábamos llevar por esa aparente homogeneidad. Pero cuando buceábamos un poco en el grupo se apreciaban diferencias y otras cuestiones. A partir de detectar en los grupos los mismos problemas que recién señalaba Jair, procuramos que todos los participantes hablen , ¡y qué diferencia cuando habla todo el mundo!

Generalmente en las puestas en común le preguntamos directamente a los grupos si siempre funcionan así, trasladándolos al tema de los abismos que existen entre los dirigentes y la militancia...

J. L. F.: Entre nosotros se fue recurriendo más a dinámicas donde antes de pasar al trabajo en grupos, cada individuo piensa y elabore una postura propia sobre los temas a tratar. En talleres de formación política con grupos homogéneos, es casi cotidiano encontrarnos con que el grupo se asombra de la elaboración de algún militante que en lo cotidiano no participaba en esos momentos de formulación de ideas.

Pero la cuestión es hacerlo de una forma más didáctica en el sentido de generar una fractura. Acá tenemos un problema muy serio y debemos tomar como eje muy fuerte esa fractura. Abordar esta temática implica otro tipo de organización del trabajo y otros objetivos políticos.

La primera cuestión sería fomentar la participación de todos y la segunda sería meterles el dedo en el culo" a todos, incluidos nosotros. Quiero decir, ser claros, contundentes si es necesario, respecto de las arbitrariedades, de los dogmatismos.

Umiña:: Retomemos un poco el tema de la capacidad que tienen los grupos para hacer un análisis de coyuntura o de etapa. Ustedes sostenían en charlas previas, que esta capacidad es muy baja, sobre todo señalaban la dificultad que tienen los grupos de incorporarse en ese análisis por fuera de las consignas y de los discursos hechos.

N. S. T.: Generalmente ocurre que el que está en la "orgánica" es el que puede hacer un análisis, pero también es cierto, que en la mayoría de las ocasiones, su análisis no deja de ser un cliché. Y ésto es más grave en el caso de los que llamamos, alegremente, grupos "politizados". Estos grupos nos muestran una linda sintomatología de nuestro pensamiento de izquierda.

Los integrantes de los grupos no se terminan de incorporar como sujetos en ese análisis. Siempre el análisis se realiza por fuera, hasta por fuera de la propia subjetividad.

Pasa en general que el análisis es sobre el enemigo y en términos "macro". Esta el enemigo acá, los grupos económicos allá, el pueblo más allá, pero no se paran dentro esos gráficos que presentan, como sujetos u organizaciones que interactúan en ellos.

Dentro de esos análisis se plantea con mucha fuerza el tema del proyecto alternativo y el socialismo. Aquí, desde mi punto de vista, se nos plantea lo que algunos de mis compañeros llamaron "el discurso de clausura". En vez de abrir un análisis y los caminos para la construcción de un proyecto alternativo, desde esas visiones macro, se cierran esos caminos, porque no dicen por qué y cómo se hace eso que los "hermosos" discursos plantean. Cerrar de esta manera el discurso es una "berraquera", si yo lucho por el socialismo tengo que decir cómo lo "puedo" hacer (Néstor pone cara de interrogación y abre los brazos) y por qué digo que lo estoy haciendo.

Y a menudo el recurso a lo macro clausura. Y entonces se escucha que lo concreto tiene que ver sólo con lo chiquito.

J. L. F.: "Como yo quiero el socialismo, lo estoy haciendo", eso lo escuchamos reiteradamente. Lo que ocurre, Néstor, es que esas definiciones tapan el agujero de la política. Me da esa impresión. Parten exclusivamente desde la ideología y se tapa el posicionamiento político en serio. Si los posicionamientos fuesen políticos, obviamente, sustentados por un sustrato ideológico, se podría explicar con mayor fluidez y simpleza (simula hablar por un tercero) "que es ésta la tarea que estoy haciendo, que conduce -puedo afirmarlo racionalmente- a fines que son éstos. Por qué, porque creo que van a pasar determinadas cosas que van a llevarnos a esto, a través de mi acción...". Esto que digo, no significa que sea todo lineal y que los acontecimientos se vayan a dar como yo digo. Simplemente, lo que planteo, es que al tener un cuadro de situación más claro, con algunas certezas para mi práctica cotidiana, todo se simplificaría y podríamos empezar a abandonar los grandes discursos cargados de consignas puramente ideológicas.

Para ser más claro, aquí en el Uruguay, en los días previos al encuentro, me estuve poniendo al tanto sobre el plebiscito que se realizó para determinar si una parte de la compañía estatal de electricidad se privatizaba. Una de las cosas que me llamó la atención fue un volante "mural" del P.T. (trotkysta) que era una proclama en sí mismo... La consigna central era: "Contra el Gobierno". En sí no está mal, pero analizando el tema en discusión del plebiscito, el mismo se iba del tema y además estaba plagado de consignas, que no ayudaban, a quien lo leía, a analizar los ejes centrales de la propuesta del gobierno. Creo que en ese caso, la consigna y el ideologísmo, debería haber sido suplantado por un análisis político que permitiese ver las consecuencias inmediatas de la privatización (pérdida de soberanía, aumento de las tarifas, imposibilidad de acceso al servicio de las familias de menores recursos –como hasta el momento, se les veía facilitado, al ser un ente estatal) Todo esto en el contexto de una empresa superavitaria y fundada con un neto perfil social.

Por otra parte, la consigna a veces habla de qué piensa el grupo respecto del lector de la papeleta, o en general, qué piensa de aquel a quién le dirige la consigna.

Umiña:: Está el tema también de las organizaciones que son tan prácticas, que no pueden hacer nada por saldar la brecha entre lo ideológico y la práctica, quizás por este hecho tampoco soportan crisis internas.

J. L. F.: También hay que ver los niveles de amplitud. No sé si sirve que seamos 40 cuando los niveles de acuerdo tienen que ser super amplios para mantener a todos adentro. Nosotros tenemos como ejemplo lo que ocurre dentro de la izquierda en el P.T. y como polo opuesto en el M.S.T. Niveles de acuerdo super amplios te llevan a estar siempre en niveles fundacionales, niveles de acuerdo más acotados a determinadas lecturas del mundo y a objetivos más concretos y definidos, te hacen avanzar, aunque sea lentamente, pero avanzar al fin.

Tuve la oportunidad el año pasado de visitar diversas organizaciones en tu país y vi que se reitera el tema de los acuerdos, no se discute porque los nuclean otros aspectos y no el acuerdo político estratégico.

Las estructuras colegiadas están llevando a las organizaciones a acuerdos muy débiles, que no le permiten avanzar en la medida de lo que están capacitadas. Hay que revisar las formas organizativas rescatar formas más operativas. A ésto hay que sumarle la necesidad de generar espacios que permitan acumular lo que se va construyendo (como es el caso del M.S.T.).

El análisis tan global es producto de estos acuerdos y formas organizativas. Porque los análisis tienen que ser abiertos y lavados para mantener acuerdos dispersos y laxos.

Supongamos que los que tienen mayor nivel de discusión política o que participan de un "orgánica", realizan un análisis desmenuzado, que incorpora varias variables y dimensiones; el punto es, por un lado, que siguen sin incorporarse en el análisis (se mira desde afuera); y por otro, con qué tipo de organización me incorporo a ese proceso. Si esa organización con ese nivel de análisis no se pudo incorporar en el mismo, si sus formas organizativas no se lo permiten, debemos meternos con más énfasis en el eje organizativo.

N. S. T.: El tema es: ¿por qué vaina no entramos?, si no entramos y nuestras formas organizativas no nos lo permite: ¿qué hacemos?, ¿qué está pasando?, ¿cómo lo solucionamos?

Y si se incorporan en el análisis, sirve hacerlo con esas formas organizativas (colegiadas, laxas, heterogéneas, que no soportan el mínimo disenso interno o una crisis –que podría ser de crecimiento).

En este caso, podemos empezar a trabajar más con lo concreto, con los grupos podríamos realizar un trabajo que les plantee como incidir en lo concreto, de acá a un mes, planificar actividades, con formas organizativas que reviertan esos procesos...

Quizás una forma de comenzar eso es planteando a las organizaciones si esas formas organizativas y el tipo de análisis realizado sirve para llevar adelante los objetivos –metas- planteados (contactar con los campesinos, con el barrio, con organizaciones comunitarias, organizar una federación, etc).

Metodológicamente habría que "meterles el dedo en el culo", forzar, como decíamos antes, a que se escuchen todos y surjan los diferentes puntos de vista.... y también, que se den políticas para el frente interno. No se si les queda claro a los grupos esta necesidad.

Y en el plano de lo ideológico-teórico, es necesario, a la vez, trabajar con 5 o 6 categorías de análisis político y no dejarlo librado al azar, si salen o se utilizan, quizás trabajarlas previamente a las dinámicas de análisis general. Esto en el caso de realizarlo en jornadas o talleres habría que hacerlo con suficiente tiempo para que las vayan "digiriendo" y asimilando. Ésto nos permitirá despejar dudas, consultas de fogón, charlas de pasillos, etc...).

Rescatemos que cada uno de esos conceptos tiene una fundamentación, en las jornadas de análisis general se apropian del "título" del concepto, pero no de los fundamentos que los sostienen. Por ello nosotros comenzamos a darles otra jerarquía dentro del desarrollo de los procesos que podrías llamar pedagógicos.

J. L. F.: Habría que lograr que incorporen planes de formación también en la línea de nuestra formación "clásica".

Pero formación para lo concreto, no para el "papo" discursivo. Ya que existe la posibilidad y la predisposición para el estudio, es una buena forma que vayan incorporando "orden" y algunas categorías desde allí. (Formación más en lo político-ideológico).

La pregunta que nos podríamos formular aquí es: ¿qué plan de formación deberían tener estos grupos?

Deberían abordarse algunas cuestiones mínimas para que comiéncen a leer el mundo desde otro lugar, que se tengan en cuenta una cantidad de variables que son tan necesarias para la práctica como para el análisis teórico.

Es difícil comprender cómo se habla de socialismo sin haber tenido algunas lecturas básicas, o como se manejan categorías económicas con total ligereza. Continuamente escuchamos nombrar palabras tales como: hegemonía, consenso, etapa, coyuntura, actores, sujeto, aliados, táctica, estrategia, plan, organización revolucionaria, modelo-proyecto..., como consignas. Pero generalmente vacías de contenido.

El riesgo es realizar análisis superficiales que nos pueden llevar a lecturas simplistas de la realidad. A mí me ha tocado escuchar que "los obreros se quieren incorporar al sistema por son burgueses en el fondo"... ¡Y vaya si existe algo más desacertado para nuestra realidad! (Jair abre sus manos con cara de fastidio). Yo me pregunto, no será que habrán introyectado las pautadas que les da el modelo o la subjetividad del modelo... El único criterio de realidad posible... ¿Qué hacemos nosotros por revertir este proceso?, ¿podemos contrarrestarlo sólo desde el discurso ideológico?

Umiña: Generalmente se escucha que el socialismo es la doctrina de la clase obrera... (ambos cortan la pregunta)

N. S. T.: No es así, no se llega al socialismo mágicamente. Se llega al socialismo por medio de un proyecto político al cual la gente tiene que insertarse y sumarse en un proceso conciente.

J. L. F.: Ese supuesto al que haces referencia es todo un error así planteado. Esa es toda una discusión. Se dice que si su situación de clase es la actual, deberían ser socialistas. Esto no es así, no es tan lineal, no es algo natural que la ideología de los obreros sea progresista, ya que no hay nada natural. Esa visión hay que erradicarla, ese debe ser un eje fuerte del trabajo nuestro. Sino nos encontramos con gente muy formada en mecanisismo materialista que no entiende nada de lo que pasa.

Volviendo a lo anterior, eEl tema de la contra-hegemonía y el sentido común, no tiene nada que ver si es de izquierda y que por la extracción de clase se defina la pertenencia o no a un proyecto.

Es real que hay temas que son disparadores, si el tipo tiene hambre, tu tienes una herramienta de donde se puede partir para decir, tienes hambre por esto, te están jodiendo, te están hablando de esto y te están jodiendo... La subjetividad, en este caso, tiene que ser reorganizada.

N. S. T.: Además hay en juego una estrategia de subsistencia, más que una elección. Si no estás incorporado a este sistema tus hijos se mueren de hambre, el mensaje es muy claro, la gente ya está cansada que siempre le pidan esfuerzos para algo mejor, cuando hace décadas que los viene haciendo. El deseo pasa por otro lado, tener la heladera, la T.V., un poco de confort después de romperte el culo 12 hs., no solo aquí la gente quiere eso, también "debería" quererlo en un sistema socialista, ya que la gente debe vivir bien, el tema es como maneja esas concepciones y esas posibilidades. Es un derecho poder tener las cosas que quieres. Después de todo, todos tienen derecho a una buenas vacaciones y a un carro para pasear con la doña los domingos.

Umiña:: Pero antes que ésto tenemos que ver el tema del individuo. En los grupos no siempre se considera este aspecto. El riesgo es perderse como individuo en la "masa" y que la subjetividad de ese grupo no sea una síntesis de todas esas subjetividades, sino que sea la subjetividad impuesta por unos pocos, de allí los acuerdos -si así se los puede llamar-, heterogéneos.

J. L. F.: De allí la fractura de las organizaciones, los comentarios son muy rápidos, las discusiones se terminan muy rápido, no se terminan de pensar, quedan temas pendientes.

N. S. T.: Otra cosa que hay que incorporar es el tema del compromiso, darles muy fuerte en ésto. En el caso de los universitarios, ese tema está más jodido, ya que pasa 5 o 6 años en la universidad y después qué. En un partido político vos vas pasando por diferentes etapas, y se te brinda posibilidades de nuevas inserciones según tu desarrollo u opciones que vas realizando. En el sindicato seguís luchando a lo largo de tu vida como operario. En la organización estudiantil es un tema más jodido, en más coyuntural y no siempre está claro, ¿por qué lo hago?... ¿por que es bonito?... ¿por qué están mis amigos? o ¿por qué lo asumo como una actitud de vida en todos los aspectos?...

J. L. F.: Y es que todos los militantes deberíamos sincerarnos. Hay que poner en evidencia a aquel que sólo habla y en nada más coopera.

Acá vuelve a aparecer el tema del socialismo, el tema de articular, de salir del gheto y proyectarse como organización política.

Otro compromiso es el de los tiempos, que se dice que vas a hacer algo y no lo haces. Es el tema del discurso que no se condice con la realidad. Si no se pueden resolver estos temas internamente qué mierda vas a estar diciéndoselo a los demás.

Si no hay coherencia en ésto, te van perdiendo el respeto y todo se va diluyendo. Esto té pasa con los militantes, sino vas llegando a lo concreto, si convocas reuniones o actividades que no se hacen o que quedan sólo en la discusión llegas a un punto donde de 40 personas quedan 10 y no sabes por qué.

Coherencia entre el discurso y la acción. Eso se juega también en los pequeños hechos.

Lo peor es que cuando alguien se va se siente la pérdida del "amigo" y no del militante político-social. Pertinencia y pertenencia con lo que hago.

N. P. : Deberíamos poder armar, en forma simbólica, un estatuto que permita el funcionamiento de la estructura que le dé mayor operatividad a la organización. Algo que pueda poner a prueba constantemente a la dirección y que haya permanente conexión entre todos los espacios.

Umiña:: Aparece con mucha fuerza, por lo que ustedes dicen, en las organizaciones los temas de la afectividad, la pertenencia y la pertinencia.

J. L. F. : Habría que trabajar más el tema de lo subjetivo, profundizarlo más. Darnos más tiempo, si es necesario, para lo subjetivo y lo afectivo, pero con pertinencia, planificándolo

Inclusive dentro de lo subjetivo y la pertenencia-pertinencia, trabajar más el tema de los espacios de discusión franca y disenso. Que yo no coincida con algunos de tus puntos de vista, no quiere decir que sea tu enemigo, que deje de ser tu amigo o que no pueda venir a tomar un café contigo. Debemos separar bien estas cuestiones. Una cosa no quita la otra.

Existen los grupos que permiten más los espacios de discusión, ya que se conocen bien y otros que tienen una capacidad de despliegue terrible pero que la discusión la da un grupo cerrado y que le esconde la discusión al resto.

Y la apuesta por la trasformación tiene que considerar esta premisa: la participación no es pérdida de tiempo, es razón de ser y es también efectividad.

N. S. T.: Y otro punto importante a trabajar es el reconocimiento de las diferencias. Quizás la consigna podría ser que la unidad se trabaje a partir de las diferencias, ya que los acuerdos sí existen, el trabajar sobre las diferencias lo va a fortalecer.

Tendríamos que trabajar más el reconocimiento de las diferencias.

En este momento de reflujo, tendríamos que trabajar más el fortalecimiento de las organizaciones que permitan prepararse para pegar el salto en el momento que las condiciones y el despliegue de nuestro trabajo lo permitan.

Ocurre comúnmente que cuando saltan en el análisis diferencias no se para lo suficiente a trabajar cuáles son las diferencias reales y las aparentes. Deberíamos hacer más énfasis en ver qué significa lo que opinas tu y lo que opino yo. Ver si son diferencias de fondo, de concepción, de matiz, de interpretación o de formación-desformación, etc.

J. L. F.: También debemos llegar a acuerdos con los grupos y los grupos internamente, para saber si lo que se discute o va discutir tiene sentido dentro del contexto y del momento en que se encuentra la organización (capital internacional, transnacionales, si es consenso o el hambre lo que te genera los procesos políticos, etc.) Sin perder de vista que para nosotros existen temas que son imprescindibles de ser discutidos por los grupos, ya que existen temas que no pueden dejarse pasar por alto para una organización que se plantea el cambio a través de la militancia política y social.

Los talleres permiten que trabajemos las diferentes posturas y destrabar si realmente existen diferentes posturas...

Existen casos que determinados grupos necesitan de un agente externo para que las reuniones sean más operativas y se pueda avanzar. Nuestro desafío es cómo aportar, sin necesidad de generar dependencia, produciendo autonomía, para solucionar al interior de los grupos este problema. Y no debería ser necesario alguien externo al grupo para avanzar en la discusión.

N. S. T.: Sí, pero para ello es necesario que todos comprendan qué se está discutiendo, qué connotación tiene esa discusión para el trabajo que se está realizando. Se debe comprender que interpretar la realidad de ésta manera o de ésta otra, influye en la definición de nuestra política.

En el caso que existan dos posturas de sobre cómo realizar la práctica, esto no debe implicar a priori que una necesariamente anule a la otra, o que existan posiciones irreconciliables; quizás en el tiempo una absorba a la otra o simplemente la práctica y el desarrollo de los acontecimientos determine que hay que abandonarla una de ellas.

Éstos ejes, cotidianos, nítidos, sentidos por cualquiera que haya estado metido en una instancia de lucha, son la contracara de la definición de la educación popular. La razón de ser de nuestra intervención desde esta perspectiva.

Umiña:: ¿Por qué no profundizamos más sobre los ejes de conflicto en los grupos?

J. L. F.: Se cuestiona que "el enemigo" hace penetración ideológica. Cuestionamos todo, pero en ningún momento nos ponemos a hacer un trabajo de hormiga con nosotros. Nos concetramos en los instrumentos y las formas, viendo si son o no son revolucionarios. Se antepone lo organizativo a lo político, algo que es un grave error, ya que lo organizativo se desprende de lo político. Según el plan político que me propongo estructuro las formas organizativas. Toma el ejemplo del M.S.T. Hace 10 años, con un plan político incipiente, su estructura organizativa respondía más a una etapa de despliegue, que en la actualidad que sus objetivos políticos contemplan acciones directas y formas de organizativas de defensa de sus conquistas.

No debe importar tanto el instrumento que aplicas. Lo importante es cómo lo aplicas, el objetivo. No hay instrumento "per se" progresista o reaccionario; lo que lo define así es el objetivo, el fin y su forma metodológica.

Entrar en la discusión desde ahí... ya que hay tantas formas de hacer política y que la justa es muy difícil de establecerla.

Retomo el eje... No podes cerrar en determinado aspecto, porque si vos no conoces la diferencias entre lo menos político y lo más político...porque no tienes posiciones claras, por lo heterogéneo de los grupos, por ello, no tienes claro cuáles son las diferencias de los grupos (ellos no las tienen claras), ni a que se deben... Porque encima le metes en serio la cuestión afectiva, no llegas a saber si están discutiendo en serio o están de "bate papo".

Tendríamos que trabajar ciertas dinámicas donde los grupos tengan que plantear más claramente cual es la interna de la agrupación, para conocer –con el grupo- el sentido que tiene tenerla... Que defiendan la necesidad de tener una interna... Para conocer, además de la "neurosis" que tienen, por qué se justifica que tengan una interna.

N. S. T.: A partir de lo que tu planteas trabajando de esta forma se puede abordar a la vez el auto-diagnóstico y lo afectivo del grupo, con contenidos más "mundanos"... Haciendo eje en el tema del conflicto: conflicto institucional, conflicto organizativo, etc... La vaina es por ver dónde pasa la lucha interna de la organización y después develar sí tiene algún sentido; siempre tiene algún sentido, además del sentido afectivo y arcaico. De esta forma se podría abordar el desplazamiento de la pertinencia política hacia la pertenencia afectiva, ya que allí puede en ocasiones estar él sin sentido de ciertas organizaciones o agrupaciones políticas.

Debemos buscar dinámicas, formas de trabajo que nos permitan descentrar la discusión "si foquismo o no contra la política de masas", se discute cómo pasó la realidad cómo debería ser en el ámbito ideológico y no cómo sé esta planteando en el terreno político. Este sería un pasaje que tiene que estar claro... Si discutir a nivel ideológico, pero ver que connota políticamente esos planteos. Ver que implicancias políticas tiene cada planteo o ver si es puro cachondeo o si se juegan hegemonísmos dentro del grupo. Si no se puede explicar (sustentar) políticamente se está "jodiendo".

Además dónde queda la "gente" dentro de esta discusión.

J. L. F.: Debemos rescatar el tema que se mencionaba anteriormente sobre que todos entiendan sobre que se está discutiendo... Hay que romper con esa visión que si de 30 personas, 2 me entienden o los gano para "el proyecto" está bien. Está visión no deja de ser sectaria, alimentando el gheto de la izquierda y además no nos ha conducido a nada. Ya que esos dos no han multiplicado nada. Quizás bajando más a tierra la discusión, yendo un poco más lento ganamos gente que tiene otros tiempos, otra maduración, otras experiencias, pero que a la larga se pueden llegar a comprometer mucho más...

 

1er. ENCUENTRO-TALLER DE ORGANIZACIONES INDÍGENAS Y CAMPESINAS...

Por: Silvia Gonzalez y Esteban Cuisiniez

Entre el 20 y el 25 de julio 98, Lincoln se convirtió en el punto cardinal del "Primer Encuentro-Taller de Organizaciones Campesinas e Indígenas". Convocaron y participaron de este encuentro miembros del CAI (Consejo de Agrupaciones Indígenas) de la Pcia. de Rio Negro, UCP (Unión de Campesinos Poriajhú) del Chaco, y el MTDOR (Movimiento de Trabajadores Desocupados y Obreros Rurales) de Villa Constitución, Pcia. de Santa Fé. El motor del encuentro fue principalmente el deseo de las organizaciones que luchan por una misma meta, de encontrarse, conocerse y así intentar debatir y definir lineamientos comunes de acción.

En el año 1991 se realizó en Paraguay un encuentro de organizaciones del sur de Latinoamérica con motivo de la preparación del contrafestejo del quinto centenario, que se llevaría a cabo al año siguiente en Nicaragua (en ese momento se estaba consolidando lo que hoy es el Movimiento Continental Indígena Negro y Popular). Este encuentro ofreció la oportunidad a varias organizaciones populares argentinas de conocerse, intercambiar experiencias, y reafirmar la voluntad de trabajar en un sentido de unidad, contra el proyecto neoliberal. "... sabíamos que existíamos pero no habíamos tenido la oportunidad de charlar, entonces cuando conocimos a los compañeros del MARP, del MAM, del Poriajhú, vimos la necesidad de trabajar más en nuestro país buscando discutir, fijar y esclarecer nuestras posiciones y la posibilidad de trabajo en un sentido de unidad" dice Chacho Liempe del CAI.

"Nosotros entendemos que nuestro problema no es solo indígena sino que buscamos la unidad de la lucha con todos los otros sectores que sufrimos las mismas consecuencias, y eso es parte del análisis político que hemos hecho de nuestra propia historia, a través de los 500 años de lucha en nuestro continente, y eso nos llevó a buscar la relación con otras organizaciones hermanas" (Chacho).

Para dar seguimiento y estructura a esos primeros encuentros se gestó un espacio de discusión, la COCITRA (Coordinadora de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Trabajadores Rurales de Argentina), eslabón nacional de la CLOC (Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo).

Las organizaciones que la integran, mas allá de las reivindicaciones "culturistas", se plantean la lucha de manera amplia, integrando a todos los sectores. En este sentido Toto Galván del Poriajhú dice que "los campesinos solos y las luchas sectoriales muchas veces no sirven, las luchas deberían globalizarse y articularse", "...nosotros veíamos que la lucha no terminaba con el contrafestejo del ’92, sino que había que darle una continuidad y había que darle forma. Ahí surge la necesidad de las organizaciones campesinas de poder producir su primer congreso. No todas las organizaciones tenían la misma visión, hubo algunas que se han quedado en el camino, su único objetivo era el contrafestejo, fundamentalmente muchas organizaciones indigenistas. Con aquéllas que teníamos una visión mas allá del contrafestejo fuimos produciendo este encuentro campesino e indígena, y con la articulación con otros sectores de trabajadores, desocupados, con la gente que sufre y lucha todos los días..."

Considerando el profundo grado de desencuentro y desarticulación que siempre tuvo el campo popular en Argentina, la preocupación de la COCITRA , nos dice Toto, fue desde el inicio buscar la manera de conectar a los movimientos para caminar juntos, respetando las diferencias, las experiencias de lucha respectivas, el nivel de crecimiento de cada organización.

"Nadie puede desconocer de las luchas que desde hace muchos años hacen en el sur los compañeros mapuches, nadie puede desconocer las luchas que llevan a cabo las organizaciones en nuestro país, quizás lo que falta es ver cómo nos conocemos más, cómo hacer un trabajo para juntarnos los que luchamos. Por faltas o dificultades que tenemos nosotros mismos ese camino todavía no se junta, pero no nos creemos los únicos que estamos en esto, y no creemos que no nos encontramos porque no estemos peleando por los mismos motivos..."

Chacho Liempe reconoce que todavía queda mucho camino hasta alcanzar ese objetivo de encuentro y articulación real: "Pienso que lo que todavía no encontramos es el momento justo para dialogar, y buscar la forma de discutir con serenidad las políticas, hoy en el país. Que podamos comprendernos y poner puntos en común, tener la capacidad de aceptar la posición del otro, incluso la capacidad de hacer autocrítica, ver en donde la estamos errando. Ningún camino que se toma es por antojo, no puede andar uno ciego, uno hace primero un análisis y decide por dónde ir y de qué manera, porque piensa que es lo más justo. Nosotros tenemos una posición y queremos compartirla con otras organizaciones, a ver si acordamos o no, tal vez haya alguna que ve cosas que nosotros no vemos, y viceversa, después si se acuerda se acuerda, pero por lo menos en base a una discusión clara y serena".

Como un paso hacia esa meta, las organizaciones de la COCITRA convocaron a sus propios miembros a participar de un encuentro-taller de una semana en la ciudad de Lincoln.

"Llegamos a este encuentro porque surge la necesidad, en cada organización, en cada lugar, en este momento, de dar prioridad a la capacitación, a la formación de todos los militantes, fundamentalmente apuntando a la formación de cuadros, porque en este momento lo que más falta hace es saber llevar adelante el trabajo organizativo. Particularmente en el CAI no tenemos problemas de gente, de convocar y sumar gente, pero después no sabemos cómo se responde a las expectativas de esa gente. Es la necesidad más urgente que tenemos. Necesitamos claridad política, información, análisis más profundo, compartido, y ese reclamo lo charlamos con otros compañeros en otros encuentros, incluso con compañeros de otros países, y asumimos el compromiso de darnos una mano unos con otros y generar espacios de capacitación y de formación" (Chacho).

Esta fuerte intención, que surge entre las organizaciones, de formar un equipo de capacitación y formación propio, obliga de alguna manera a plantearse cuál va a ser el perfil político que orientará esa formación.

"Tenemos claro una cosa. No queremos formar cuadros dirigentes desde afuera de la realidad que nos toca vivir. Eso es fundamental. Queremos construír cuadros dirigentes integrales que estén viviendo nuestra realidad, que sea el dirigente natural de las propias comunidades, de cada una de nuestras organizaciones. Cuando hablamos de la capacitación política y la formación integral de nuestros dirigentes, hablamos del que produce, del que trabaja la tierra, y que además está comprometido con una realidad social, porque él la vive. No queremos formar cuadros desde afuera para que después actúen sobre nuestra realidad. Por eso este taller los hacemos con compañeros que por ahí no saben leer y escribir pero que tienen un entusiasmo muy grande por incorporar conocimiento para fortalecerse y volver a sus lugares de origen para seguir organizando, no cualquier cosa, sino una organización sobre la base de estos principios, de trabajar y luchar por la defensa de las reivindicaciones mas sentidas, pero fundamentalmente organizaciones que van construyendo un camino de liberación con el común de nuestra sociedad. Nosotros queremos ser protagonistas de la construcción de un país distinto, y para eso necesitamos esos cuadros naturales" (Toto).

"En el CAI , tampoco aceptamos "el" dirigente, tenemos tareas. El caso de la conducción de la organización, es un equipo de 10 compañeros, donde nadie es el presidente; se da de una forma en que cualquiera puede ser sacado en cualquier momento si falló a su responsabilidad. Nadie es imprescindible, de ahí también la tremenda importancia que tiene la formación. En tareas de dirigencia política, o en cualquier tarea, en nuestras cooperativas o donde sea, nadie tiene que ser imprescindible" (Chacho).

Un poco de historia

El CAI se formó hace 14 años, Chacho Liempe está desde el principio. Su responsabilidad es con la conducción. La tarea específica es la relación política. La organización se caracteriza por su identificación indígena, aunque por su posición política la integran compañeros que no son indígenas, pero que coinciden ideológicamente con el grupo. Se suman en igualdad de condiciones y su responsabilidad dentro de la organización depende de su capacidad de compromiso.

El pueblo mapuche es por naturaleza asambleísta. TRABÚN, que podría traducirse como asamblea, es el lugar en donde tradicionalmente se debatían los problemas más importantes de la comunidad, y en donde todas las decisiones eran tomadas en conjunto. El CAI toma de la tradición lo que les sirve para enfrentar la realidad actual y "hoy entendemos que la única forma de andar seguro y que sirva a nuestro objetivo son las decisiones de conjunto". Se realizan reuniones por paraje, por zonas, o sea asambleas regionales, y una asamblea general una vez al año. La capacitación es constante, forman sus propios formadores "... para que no nos metan cosas que ya hemos sufrido. No quiere decir que no estemos abiertos a otros compañeros que vengan a incorporarse, pero van a tener que adaptarse a estas condiciones"

La experiencia de la UCP como organización es más reciente. Toto Galván la define así:

"Nosotros vamos creciendo con asamblea y lucha, por movilizaciones. Tenemos todo un programa de capacitación y de construcción de la organización. Sin estructura es muy difícil mantenerse.

Va creciendo por localidades, y en cada localidad que se hace una asamblea,lo primero que se elige es un grupo de compañeros que le van a ir dando una estructura a esa organización. Los compañeros que se suman van asumiendo tareas y responsabilidades, y eso solamente lo contiene una estructura. Hemos hecho la otra experiencia de las asambleas donde se dicen muchas cosas, se plantean muchas cosas, pero después nos vamos y nadie queda con responsabilidad; nos dimos cuenta que por ahí nos juntábamos espontáneamente por cuestiones muy sentidas pero que después de eso no quedaba ninguna estructura que lo contenga.

Nuestra organización se basa en una forma circular donde desaparece la figura del presidente, vicepresidente, la cuestión burocrática a la que estamos acostumbrados. Los compañeros que se incorporan a esa estructura tienen las mismas responsabilidades, los mismos derechos, no existen las jerarquías".

A modo de síntesis

"La expectativa del taller está cumplida, que no era profundizar en las grandes discusiones o el análisis, sino que era fundamentalmente el encuentro, el hecho de encontrarnos, de vernos las caras, sentirnos, escuchar, entender que tenemos el mismo objetivo y el mismo enemigo, Ese es el objetivo básico, y eso se ha logrado" (Chacho)

"Creo que se han superado las expectativas, no sólo porque nos conocimos, sino también porque hubo oportunidad de profundizar bastante sobre cuál es hoy la realidad nacional, no sólo la realidad que nos toca vivir a nosotros, sino también la realidad que le toca vivir a la inmensa mayoría de nuestro país. Eso ha sido muy bueno, y generó confianza. No hay tabúes entre nosotros, discutimos todo; los tabúes llevan a que los procesos se corten, la confianza es la que nos permite ver que esto va a continuar con mucha más fuerza" (Toto).

MST. : Presente en el Encuentro.

Durante el encuentro de Lincoln, un representante del Movimiento Sin Tierra de Brasil presentó la situación de la lucha campesina en ese país, a partir de la experiencia específica de las tomas de tierra y de los asentamientos que realiza este movimiento. El objetivo era poder intercambiar las prácticas y alentar a las organizaciones argentinas, presentes en el encuentro, en su iniciativa de articulación y en su proceso de fortalecimiento. La charla generó interés y cuestionamientos, pero marcó también la gran distancia existente entre los movimientos campesinos, brasileño y argentino, en términos de nivel de organización, de movilización, de correlación de fuerzas con el Estado, y de concreción. Varios aspectos de este encuentro están retomados en esta nota.

Historia del movimiento.

En nombre de las 160 000 familias radicadas en los asentamientos del MST, y de las 57 000 familias acampadas que luchan para concretar su necesidad de tener tierras, Telmo Moreira contó la historia de su movimiento. El MST nació como organización en 1984 a raíz de la lucha por la reforma agraria en el estado de Rio Grande Do Sul : "Surgió contra la política del gobierno. Nosotros, campesinos, queríamos quedar en el campo y según la ley del Estatuto de las tierras hechas por los militares durante la dictadura, las familias podían tener entre 25 y 40 hectáreas de tierras. Con ayuda de los sectores progresistas de la iglesia, empezamos, con los sindicatos de trabajadores rurales, a organizar las primeras movilizaciones de los Sin Tierra; nuestro objetivo era exigir al gobierno el cumplimiento de la ley. En 1984, a partir de un primer encuentro nacional, se forma la primera coordinación nacional del "Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra ", comenta Telmo. Hoy en día, se encuentran organizados en 22 estados de los 27 del territorio brasileño.

Hay que buscar las raíces de esta organización en las grandes movilizaciones del campesinado brasileño en los años sesenta, con las ligas agrarias del Nordeste y los sindicatos de peones en el sur del país. La dictadura puso un freno muy duro a la lucha mediante la represión y la desaparición de numerosos militantes. Sólo a finales de los setenta resurgió la lucha por la tierra, exigiendo la aplicación de la ley del Estatuto, primer paso para la realización de una reforma agraria integral, considerada no sólo como un acceso a la tierra, sino también a la educación, a la vivienda, a la energía, a los recursos financieros y a la posibilidad real de comer-cialización de la producción agrícola.

Proyecto del MST

Teniendo en cuenta la situación histórica latifundista de ese país, donde el 1% de la población tiene el 46% de las tierras, acentuada por las consecuencias de la ofensiva neoliberal en el campo a partir del desarrollo de la agro-exportación, (la consecuencia más directa es la huida de millones de campesinos hacia la ciudad), la determinación y los objetivos de los sin tierra fueron creciendo; la problemática de la tierra fue integrada a un análisis más profundo de la evolución de la sociedad. Telmo lo resume así: "El MST está construyendo un proyecto para Brasil, una sociedad sin explotadores y explotados, y donde el trabajo tenga supremacía sobre el capital. La tierra es el bien de todos, al servicio de todos los campesinos. Por eso, nuestros objetivos son: garantizar el trabajo para todos con una justa repartición de las tierras y de las riquezas del país, buscar permanentemente la justicia social y la igualdad de los derechos económicos, políticos, sociales y culturales, difundir los valores humanistas en las relaciones sociales, combatir las formas de discriminación social y racial, buscar la participación tanto del campo como de las ciudades".

EL proyecto del MST abarca también la situación de los desocupados de la ciudad: "nosotros llegamos a un nivel de organización que nos permite extender nuestras luchas hacia las áreas urbanas; en las favelas se encuentra mucha gente que quiere volver al campo". No sólo se trata de poner un freno al éxodo rural, sino también pensar una manera de reinstalar en el campo la población de origen rural que, como consecuencia de la política neoliberal de agro-exportación del gobierno, tuvo que emigrar, en estos últimos años, hacia las zonas urbanas.

Modo de acción.

La estrategia del MST está basada en la consigna "ocupar, resistir y producir". A partir de la ley de desapropiación inscripta en la constitución federal, el MST formuló muchas solicitudes al gobierno para que entregue la tierra improductiva. Los resultados fueron muy débiles ya que el Estado muestra en la práctica su desacuerdo con la ley de reforma agraria. Por lo tanto, el MST paralelamente organiza con las familias necesitadas una serie de acciones, como los cortes de rutas, la toma de predios públicos (tanto municipales como estatales), y la ocupación de las áreas rurales no explotadas. Se enfrentan, en la mayoría de los casos, a una represión brutal, por parte del Estado y por parte de los grupos paramilitares contratados por los grandes latifundistas. Cuando logran la ocupación, las familias se instalan y forman un campamento donde pueden organizar la resistencia con más firmeza; comienza entonces el camino de la legalización de las tierras para formar un real asentamiento. A partir de la experiencia de la organización vivida dentro del campamento y de la visita de otros asentamientos, el nuevo asentamiento se divide en núcleos de base o de producción. La gente elige una coordinación y forma una dirección con uno o dos representantes de cada núcleo. De acuerdo al tipo de organización del trabajo y de la producción elegidos, se reparte la tierra en lotes o en áreas que abarcan varios lotes.

Organización de la producción

Existen varios niveles de organización en términos de producción, que van desde la asociación de vecinos - "el 62% de las familias radicadas en los asentamientos producen de manera individual; el cambio de mentalidad hacia una forma cooperativista lleva su tiempo"-, hasta las cooperativas de producción y comercialización donde las tierras se trabajan en forma colectiva, pasando por la asociación de máquinas –"entre 10 y 15 familias, que trabajan por cuenta propia, se asocian para comprar un tractor, las semillas, los abonos y vender su producción en conjunto, e incluso muchas de ellas se asocian a la cooperativa regional de comercialización"-.

"En cuanto a la orientación de la producción, la primera preocupación del MST es garantizar nuestra alimentación básica, con productos naturales y sanos. Los efectos sobre la salud son directos, ya que se observa una disminución de la mortalidad infantil en los asentamientos".

En los cinco últimos años se desarrollaron las pequeñas industrias agrícolas. La producción agro-ecológica, definida como prioridad en los asentamientos, puede beneficiarse hoy de la asistencia técnica del estado que, después de una larga pelea, concedió su aporte.

En su proyecto alternativo de intercambio sin intermediarios, el MST se mantiene en contacto con los trabajadores de las ciudades para formar cooperativas legales de consumidores: "Con respeto al Mercosur, no tenemos la intención de hacer intercambios comerciales; jamás vamos a producir para la exportación de nuestros productos, nuestra mayor preocupación es la de producir productos de calidad para nosotros, ya sea para la gente del campo como para la de la ciudad".

Dimensión educativa.

El tema de la formación es un aspecto particularmente importante para el MST. "En Brasil, la educación para todos es un deber, pero nunca se cumplió. Por eso creamos nuestras propias escuelas en los asentamientos más organizados. Ahí los jóvenes reciben el ciclo primario con profesores pagados por el Estado, pero formados por el MST. Tenemos dos escuelas de carácter nacional que recibió al día de hoy alrededor de 1500 profesores que ahora están formando a 38 000 de nuestros hijos. En estos centros de formación, se reformulan los programas educativos en función de nuestros objetivos; el Estado colabora con nosotros en este aspecto". La tarea educativa no sólo se dirige a los jóvenes sino también a los adultos con proyectos de alfabetización a partir de una educación diferenciada, teniendo en cuenta las características y los intereses de los campesinos; colaboran en esta tarea distintas universidades del país.

La formación de los cuadros del movimiento es la otra parte pedagógica muy importante del MST. Los dirigentes de las cooperativas, los representantes de los núcleos de base y de los asentamientos en general, siguen un proceso de autocapacitación permanente, tanto desde una perspectiva técnica como organizativa.

Postura política.

"El MST no se considera como un partido político, sino como movimiento social del campo, reuniendo trabajadores de diversos orígenes. No hay distinción dentro del movimiento. Como movimiento popular y político los dirigentes tienen la responsabilidad de concientizar a nuestro pueblo, a los que se incorporan a la organización, y de decir que todo pasa por una planificación política. Luchamos por la tierra, luchamos por la preservación social y eso determina nuestra postura política". El movimiento no tiene ningún tipo de representación política directa, sin embargo cuenta con un pequeño grupo de diputados que están realmente a favor de la reforma agraria. Se puede decir que existe una forma de alianza con el PT (Partido de los Trabajadores) y con la CUT (Central Unica de Trabajadores), por compartir una visión común de la reforma agraria, pero con la vigilancia permanente, de parte del MST, de preservar su independencia como movimiento popular. "Por eso el MST va a apoyar la candidatura de Lula (representante del PT) en las elecciones presidenciales ; pero si él gana, no vamos a parar, seguiremos con más fuerza con los campamentos y los asentamientos".

Imagen del MST en la sociedad.

Aunque existe una campaña feroz de descrédito contra el movimiento, lanzada por los medios de comunicación, principalmente controlados por la propia oligarquía terrateniente que rechaza toda discusión sobre la Reforma Agraria, se manifiesta en la opinión pública brasileña una simpatía por las reivindicaciones de los Sin Tierra. El 86% de la población está de acuerdo con la aplicación de la reforma agraria, y el 67% da su apoyo a las tomas de tierras, anuncia una encuesta. La propaganda del gobierno, que presenta al MST como un movimiento que desobedece a la ley, y a los Sin Tierras como invasores de la propiedad privada, no logra tocar la legitimidad que se destaca de la lucha de los sin tierra.

Necesidad de intercambios.

El MST considera necesario encontrar los espacios que permitan el intercambio de experiencias entre los varios movimientos campesinos del continente latinoamericano. Suelen convocar a sus propios talleres de capacitación o a sus encuentros, a representantes de otras organizaciones. "Aunque sea todavía muy limitado - opina Telmo - el MST tiene la intención de mostrar cada vez más disponibilidad y quiere intensificar las relaciones con las luchas similares en otros países". Esta postura justifica su presencia en este encuentro.

 

«Congreso Nacional de Trabajadores por la tierra, la vivienda y el hábitat»

Desde la Heterogeneidad, construir una Identidad Colectiva Por: Antonio Aristizabal

El día 18 de julio de 1998 se realizó en Buenos Aires lo que se denominó el «Congreso Nacional de Trabajadores por la tierra, la vivienda y el hábitat». Provenientes de distintos puntos del país, pero principalmente del cono urbano bonaerense, se acercaron representes de diferentes organizaciones de base a una jornada, convocada por la CTA, que consistió en: Acto de apertura, debate en comisiones y un plenario de cierre donde se eligió la mesa provisoria de la Federación Nacional de Trabajadores por la tierra, la vivienda y el hábitat (F.Ti.Vi.).

Eramos muchos, había una sensación de colectivo, principalmente necesitábamos y queríamos sentirlo. Era inevitable la pregunta si desde personas, que viven diferentes realidades, se puede construir un actor social que luche contra la exclusión que las margina. Las caras eran parecidas, descendientes de indígenas, de inmigrantes o de una mezcla de los dos. Todas curtidas por el sol y por el trabajo, por una vida dura y por la necesidad de sobrevivir mas allá de todo, más allá de que la cabeza diga «+Para que_?».

¿Quiénes estaban? Los inquilinos de hoteles y de casas tomadas; los que tienen problemas con los servicios públicos privatizados o los que, por la ausencia de estos, armaron cooperativas propias; los que dependen de o exigen créditos al Fonavi; vecinos que viven en villas, otros en asentamientos en tierras privadas o fiscales; pequeños propietarios y asalariados del campo; y los pueblos originarios, los indígenas.

¿Grupos heterogéneos? Sí, pero en una situación similar de sólo tener derecho a ningún derecho, de sufrir la política de un Estado que deja de ser mediador entre el Capital y el Trabajo, entre los intereses de los empresarios y del pueblo y que defiende cada vez más los grandes conglomerados económicos nacionales y transnacionales. Frente a esto, estos grupos luchan, frente a la muerte buscan construir poder mas allá del «poder».

¿La Federación es el lugar dónde se va a organizar esa lucha? No, la organización se tiene que dar en cada punto del país donde se están abandonando a las personas y quitándoles el derecho a la vida. En las villas y en los asentamientos donde se acusa a la gente de ser responsable de la violencia, del propio desempleo, del hambre y de la miseria «Si no trabajan es porque no quieren», «No consiguen trabajo porque prefieren romper piedras antes que estudiar, si el que quiere puede estudiar». Por otro lado quieren hacer creer a las personas que no son más que drogadictos, vagos, rotosos, o el clásico «negros de mierda»... ¿Que hay que agradecer si uno es explotado, si le pagan mal y lo tratan peor?, «de que te quejas, ¿no te diste cuenta que no hay trabajo?, «Te vas vos y sabés la cola que se arma para tomar tu lugar»... También en los campos donde a los campesinos se los deja con el agua hasta el cuello, y no es joda, donde después de una vida de trabajo sólo les dejan la opción de abandonar sus tierras e ir a los suburbios de las grandes ciudades, para ser acusados de ser responsables de la violencia, del desempleo... y para hacerles creer que no son más que drogadictos, vagos... También en las tierras de los indios sobre los cuales quieren pasar las topadoras que los consideran todavía parte del desierto que nunca existió. Y en muchos lugares más del país.

¿Para qué serviría un espacio de alcance provincial y nacional? Justamente para eso, para articular las distintas luchas y resistencias, para hacerlas más fuerte. Esto posibilita así que se conforme un espacio de poder, que a su vez sirva como herramienta de presión hacia el Estado y los empresarios.

¿Es este lugar el F. Ti. Vi? Nadie lo puede saber, va a depender del espacio que la CTA construya para que esta funcione y crezca, ya que la Federación es parte de esta central. La autonomía es esencial en un espacio que no tiene las características de un sindicato tradicional. Es necesario que lo burocrático no esté por encima de los espacios de resistencia que se vayan conformando. La iniciativa que tomó este sindicato tiene que ser elogiada, en mayor proporción si es comparada con las actitudes del resto del espectro sindical. Sólo esperamos que no termine siendo nada más que una forma de diferenciación con aumento de la filiación incluida. El congreso fue una apuesta válida y necesaria; con una bandera hacia la construcción de una identidad común de las clases populares muy importante, como puede ser la cuestión de la tierra, no entendida solamente como parcela o territorio, sino como hábitat y vinculados a este la dignidad, condiciones de vida y de trabajo.

Las organizaciones de base y su participación, y la capacidad de la CTA de permitir un crecimiento propio de la federación determinaran el contenido y la validez de la F. Ti. Vi como espacio de construcción de un cambio social.

 

La Violencia Escolar. por: Uno del Ramo

Con el pantalón roto por un asiento traicionero, y afónico de hablar por encima de una turbina rasante, Uno del Ramo se queja otra vez...

Brillan las pantallas televisivas con los urgentes productos del capitalismo globalizado, mientras cientos de miles de muchachos/as curten cotidianamente su dosis de educación. Cuatro horas diarias de escuela un poco reformada (o menos según el cuerpo docente aguante) en bancos de lata y restos de fórmica, entre cables pelados y tecnología pizarronil, deben garantizar la obligación del estado provincial de encerrar jóvenes e impartirles el orden cerrado del saber.

Pero no cualquier conocimiento: nada de cultura popular y familiar, de las experiencias de todos los días, de la supervivencia en el mercado-gallinero regenteado por zorros todívoros. Nada de escuchar qué nos pasa y cómo sentimos la masa de agresiones que desde que despertamos hasta que podemos conciliar el sueño nos depara esta región del mercado. Por supuesto que ni por asomo se intenta empezar a pensar y probar respuestas colectivas, proyectos de salida, aunque más no sea en pequeña y humana escala; eso es "responsabilidad" y exclusiva propiedad del gobierno que nos representa (¿?). Lo que sí debe pasar de las cansadas memorias adultas con título, a las volátiles y, por suerte, tozudamente resistentes conciencias juveniles, es el "conocimiento universal socialmente válido". Es decir, lo que el estado y el pensamiento dominante venden como lo que debe ser conocido y compartido por los ciudadanos: el mercado lo es todo y hay que ser su fiel y sumiso empleado, la propiedad privada es eterna y ajena, la ley es justa y sagrada, dos más dos son siempre cuatro y San Martín cruzó los Andes.

Este conjunto de ideas no es azaroso, ya que las costuras del poder tienden a reforzar el disfraz de la igualdad democrática. Los ciudadanos deben pensar que viven en un república que les garantiza el ejercicio de sus derechos.

Esta dimensión de la violencia ideológica ya fue denunciada por muchos y no sirve de mucho llorar por ello, sino empezar a pensar y actuar para cambiar lo que se enseña, cómo se enseñan y distribuyen los saberes del poder. Y los que intenten leer esto como apología de la escuela privada creo que deben realizar un taller urgente de lectura comprensiva, aunque no les recomiendo confiar esto a comerciantes educativos.

Lo que resulta extrañamente más escandaloso es el grado de violencia corporal al que nos vemos sometidos: muebles oxidados y rotos para cuerpos frágiles y nuevos, cables sueltos disponibles para niños curiosos, baños siempre insuficientes y que parecen diseñados por un jefe de campo de concentración por lo incómodos, patios como piletas los días de lluvia, pozos ciegos exultantes, ruidos de aviones y locomotoras a toda hora, miles de personas compartiendo cemento y anonimato sin un lugar propio donde pensar o intercambiar desde lo individual, y la última plaga que nos faltaba: el agua potable se convirtió en un recuerdo ecológico.

Eso sí, la preocupación por garantizar el funcionamiento del bufet no deja espacio mental para ponerse a pensar por qué no hay comedores gratuitos para los adolescentes en edad escolar, o por qué no hay un seguimiento médico del crecimiento y para la prevención de las enfermedades desde la juventud. La impureza del agua nos bloquea la neurona de exigir al estado provincial cloacas, control de las empresas contaminante y agua corriente. Parece que la salud de la gente joven es un asunto personal y las ganancias de un empresario es cosa de todos (que parecido es esto a lo que nos pasa a los adultos...)

La escuela pública es un lugar más del estado y sus socios para someter a los sectores populares, al igual que la cárcel y las fábricas/oficinas. Es hora de que nosotros, los que ponemos el cuerpo y la vida es estas tareas, empecemos a convertirla en una escuela popular.

 

RELIGIÓN EN TIEMPOS DE POBREZA Y MISERIA por: Luis Domínguez

Esta nota aborda el problema de la religiosidad popular. Busca inscribirla en su contexto histórico, de modo de explicar una serie de fenómenos que ocurren, hoy, en el plano de la subjetividad de nuestro pueblo. Para ello, el autor se vale de recursos analíticos de raíz gramsciana y de una analogía con la otra punta de los quinientos años, con la formación social señorial.

Más de quinientos años de religión importada en América Latina nos hacen descubrir aspectos semejantes en sus características desde su implantación en la época señorial hasta nuestros días. La creciente sobreabundancia de santos y demonios, dioses y diosas, brujas y hechiceros, es directamente proporcional a la exclusión social, la desesperación, la pobreza y la miseria. Vemos millares de personas suplicando a San Cayetano por trabajo fundamentalmente,suplicando ayuda a la difunta Correa, para hablar de una leyenda popular, y hasta "Santa Gilda’’, la simpática reina de la bailanta bendiciendo las más insólitas súplicas de caravanas enteras de representantes del pueblo hambriento y miserable.

Quisiéramos analizar aquí este fenómeno desde la perspectiva típica de una religión en una sociedad de clases. Fenómeno que viene de antaño, por lo menos desde la época de la colonia, cuando la dominación ejercida por la clase señorial ponía acento en la coerción económica y política sobre el conjunto de las clases. Sin embargo la coerción es apenas una de las caras de la moneda. La otra es la hegemonía. Digamos que la coerción y la hegemonía están dialécticamente unidas, siendo la preeminencia de la coerción sobre la hegemonía apenas una preeminencia lógica ya que el ejercicio de la hegemonía presupone la coerción. Digamos también que todo estudio sensato de la dominación señorial debe comenzar por el análisis de las relaciones sociales de producción y de los medios de coerción a través de los cuales la clase señorial se impone al conjunto social. Además se debe analizar el ejercicio de la hegemonía porque en ésto la religión tiene un papel relevante.

Para analizar la dominación de clase es fundamental distinguir entre coerción y hegemonía. A. Gramsci definía a la hegemonía como

el acuerdo espontáneo de las grandes masas de la población a la orientación imprimida a la vida social por el grupo fundamental dominante, acuerdo que nace históricamente del prestigio que tiene el grupo dominante, Y DE LA CONFIANZA QUE EL INSPIRA, DEBIDO A SU FUNCIÓN EN EL MUNDO DE LA PRODUCCIÓN.

Pero no quiere decir que la hegemonía elimine a la coerción. Quiere decir que asegura la disciplina de los grupos que niegan su acuerdo activo o pasivo, que interviene en los momentos de crisis de comando y dirección cuando se adolece de acuerdo espontáneo. Además permite al conjunto social funcionar por la adhesión de las voluntades y sin que sea necesario hacer intervenir permanentemente los aparatos de coerción.

Esta misma idea de compatibilidad entre coersión y hegemonía tenía M. Godelier en aquélla su famosa frase la fuerza más fuerte no es la violencia sino el consentimiento ideológico de los dominados a su domincación refiriéndose justamente al poder de dominación. Concordamos con el señor Godelier. Ejercer la hegemonía es ganar el consentimiento de los dominados a la dominación, de modo que las prácticas sociales impuestas por las relaciones sociales de producción aparezcan en la conciencia de los actores sociales no como imposiciones sino como actos voluntarios o deberes morales. Por eso Gramsci acentúa tanto la dimensión moral y la práctica de la hegemonía que envuelve su dimensión intelectual. No basta que los dominados estén intelectualmente convencidos de la legitimidad de la dominación, es necesario sobretodo que ellos se comporten conforme a las normas sociales que organizan la vida colectiva según la orientación impresa en ella por la clase dominante.

Otro factor a ser debatido es la función del intelectual en la organización de la vida colectiva. Para Gramsci es intelectual todo aquel que ejerce la dirección espiritual y moral de su propio grupo y que cuando su grupo o clase se torna dominante, obtiene de los demás grupos y clases el consentimiento activo o pasivo a su hegemonía. Para ejercer una función social de intelectual es necesario saber exprimir simbólicamente las prácticas y los intereses de grupo o clase social al cual la persona está unida. Los agentes religiosos forman parte de un tipo de intelectuales, aquellos que expresan las prácticas sociales a través de símbolos religiosos. En este sentido clérigos, religiosas y laicos son intelectuales en la medida que traducen para el lenguaje religioso las prácticas sociales de los grupos y clases a los cuales están de alguna u otra manera ligados. Iglesias, partidos políticos, sindicatos, redes escolares, redes de comunicación social, son aparatos de hegemonía cuando son organismos colectivos de intelectuales que trabajan de modo coordinado en la dirección intelectual y moral del conjunto social. Una vez instituido el aparato de hegemonía, produce en los intelectuales que congrega el espirit de corps, aquel sentimiento de su calificación y de su solidaridad que los hace sentirse autónomos y dotados de características que le son exclusivas. Ese sentimiento de autonomía en relación al grupo o clase al cual los intelectuales están objetivamente vinculados no es enteramente ilusorio, una vez que, en la medida en que el aparato de hegemonía instituye sus propios códigos y crea instituciones que le sirvan de soporte, crea al mismo tiempo intereses propios, mínimamente, el interés de asegurar su reproducción, independientes de los intereses de grupo o clase social al cual está objetivamente ligado.

Cuando hablamos de aparato religioso estamos hablando del conjunto de intelectuales incorporados a un organismo colectivo que trabaja con el código religioso (Desechamos el concepto de "aparato ideológico del Estado" de Althusser y recurrimos al de Gramsci porque nos parece más adecuado y porque aborda la lucha entre los diversos aparatos de hegemonía en el interior de cada campo de las formas de conciencia social). Cada iglesia puede ser considerada como un aparato religioso haciendo una salvedad en el caso del aparato religioso católico. En este distinguimos el aparato eclesiástico formado por el núcleo de especialistas institucionalmente mandatados para el ejercicio de la autoridad religiosa: los clérigos. En el caso del aparato religioso católico, ese mandato institucional es revestido por el sacramento de la ordenación, que confiere a la jerarquía interna un carácter sagrado, distinguiéndose de los agentes laicos y de los demás fieles. Claro que la distinción entre aparato religioso y aparato eclesiástico no puede aplicarse a cualquier aparato religioso, las numerosas iglesias independientes (para no llamarlas peyorativamente sectas) no diferencian entre especialistas y no especialistas en lo que concierne a la autoridad religiosa.

A PROPÓSITO DEL CATOLICISMO POPULAR

Una definición nominal y descriptiva del catolicismo popular sería: el conjunto de representaciones y prácticas religiosas de los católicos que no dependen de la intervención de la autoridad eclesiástica para ser adoptadas por los fieles. Concretamente, llamamos catolicismo popular a las representaciones y prácticas relativas al culto de los santos y a la transacción con la naturaleza .

Los santos son concebidos como seres personales y espirituales, dotados de poderes sobrenaturales, capaces de ejercer influencia sobre el curso de la vida y de la naturaleza. La noción popular es mucho más amplia . No sólo incluye los santos canonizados sino comprende también los diversos títulos devocionales de Jesús y María, las almas de los difuntos y figuras más o menos legendarias. Cada uno de esos seres espirituales puede conceder gracia y protección celestiales a quien le dedica culto o invoca su protección. Así, el catolicismo popular conoce una multitud de santos, desde aquellos oficialmente reconocidos por el magisterio eclesiástico hasta santos locales cuyo culto no dura más que dos o tres generaciones. (Los ejemplos son muchos pero cabe destacar a la Madre María y a Pancho Sierra que en este último tiempo fueron reemplazados por otros locales)

Los santos están en el cielo, de donde pueden intervenir junto a Dios en favor de los seres humanos, gracias a los méritos que adquirieron en su vida y en el momento de su muerte. Algunos de ellos son considerados "especialistas" en uno u otro domínio particular, debido a un hecho marcante en su vida o debido a su representación iconográfica. Pero el hecho de atribuírsele una especialización no distingue un santo de otro, pues no hay una jerarquía de santos, siendo todos considerados igualmente poderosos por sus devotos.

El hecho de vivir en el cielo no impide que los santos estén al alcance de los humanos. Ellos se hacen presentes en la tierra por medio de su imagen. La imagen es el objeto de culto y no es indiferente prestar el culto al santo delante de cualquier imagen. Si, por ejemplo, una promesa es hecha a un santo cuya imagen está en determinada capilla, ella no puede ser pagada a otra imagen de ese mismo santo. El santo, de algún modo, se idenfica con su imagen. Asi, también las puniciones que se quiere infligir al santo son dirigidas a sus imágenes.

La presencia del santo en la imagen es importante para el catolicismo popular, porque ella torna posible el contacto directo entre el fiel y el santo. Los santos están, por decirlo de alguna manera, al alcance de cualquier fiel, sin que intervenga ninguna mediación institucional entre ellos. Ese domínio práctico del culto por todos los fieles, en conjunto o individualmente, independientemente de su calificación institucional, es una de las características principales del catolicismo popular. Insistimos, es accesible a todos los fieles sin mediación de especialistas eclesiásticos.

El objeto del culto popular es por lo tanto la imagen o estampa de santos. Delante de esa realidad somos llevados a hacer la hipótesis de la continuidad en el tiempo del catolicismo popular, es decir, que las representaciones y prácticas del catolicismo popular actual guardan los mismos trazos esenciales del catolicismo popular vigente en la formación social señorial.

Tal hipótesis se apoya en los siguientes argumentos:

En primer lugar, es necesario tener en cuenta que las relaciones sociales de producción capitalistas, introducidas en la segunda mitad del siglo XIX en las grandes plantaciones (café, por ejemplo) y en las industrias nacientes, sólo gradualmente van a alcanzar al conjunto de las poblaciones de América Latina. Así , en las áreas marginales y periféricas a las plantaciones y a la industria capitalistas, subsisten relaciones sociales de producción precapitalistas, propias de la formación social señorial. La consecuencia es que en esas áreas marginales la vida colectiva conserva los mismos elementos que tenía antes de la introducción del capitalismo en los centros dinámicos de la economía. El estudio clásico de E. Galvao en "una comunidad amazónica" hecho en 1948 alrededor de una pequeña ciudad amazónica y las aldeas vecinas que organizan su vida colectiva sobre los mismos moldes de las poblaciones de los siglos pasados nos sirve de ejemplo. Formada por trabajadores agrícolas viviendo del pequeño campo y dispersos en un vasto territorio, esa población mantiene el mismo nivel de desenvolvimiento de las fuerzas productivas existente en América antes de la introducción del capitalismo agrario, así como relaciones sociales de producción de tipo precapitalistas. Si las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción no cambiaron sustancialmente, todo nos lleva a creer que la organización de la vida colectiva y las prácticas religiosas tampoco sufrieron cambios importantes.

En segundo lugar, es necesario tener en cuenta que el folclore conserva las representaciones y prácticas religiosas, aunque ellas no tengan hoy las mismas funciones sociales de antes. La tradición oral y la preocupación en seguir estrictamente las prescripciones rituales establecidas por la tradición preservan las representaciones y prácticas religiosas tradicionales contra innovaciones. En fin, es necesario tener en cuenta que la comparación entre las descripciones antiguas y las observaciones contemporáneas de prácticas populares muestran grandes semejanzas entre sí.

Una primera conclusión podemos ensayar. Las representaciones y prácticas del catolicismo popular constituyen un sistema religioso íntimamente ligado a las condiciones sociológicas de la formación social señorial, marcada por la dominación personal ejercida por los señores sobre la masa campesina. Haciendo de la dominación personal la forma natural/sobrenatural de relación entre débiles y poderosos, el catolicismo popular contiene en sí mismo un modelo de sociedad: aquella que se estructura sobre la alianza entre débiles y poderosos, entre dependientes y protectores. Esa naturalización de las relaciones de dominación personal, y la ética que de ella sumerge, revisten de un deber moral la práctica de solicitud por parte de los poderosos, y la práctica de la sumisión y la lealtad por parte de los débiles. El catolicismo popular se torna clave para la hegemonía señorial

UNA DEFINICIÓN SOCIOLÓGICA

Para una definición necesitamos ultrapasar la simple descripción de las representaciones, prácticas e instancias de organización de culto y sus agentes y extraer de ella lo que es específico del catolicismo popular, en contraposición al catolicismo no popular, al catolicismo oficial.

Caracterizamos al catolicismo popular como un conjunto de representaciones y prácticas religiosas que son independientes de la mediación de agentes institucionales para el establecimiento de relaciones entre los seres humanos y la naturaleza. Como toda religión popular se define por la autoproducción religiosa. Usando la definición de P. Bourdieu (Genese et structure du champ religieux) podemos definir a las religiones populares como el producto del trabajo anónimo y colectivo de un grupo humano, y por él adquiridas en el estado implícito por simple familiaridad, en consecuencia, sus prácticas y representaciones son propiedad comun de todos los miembros de ese grupo. Esa autoproducción religiosa se contrapone a la producción religiosa de especialistas que sistematizan las representaciones y prácticas religiosas, produciendo doctrinas y rituales explícitamente formulados, sobre los que sólo ellos ejercen el domínio, y que los distingue de los laicos destituidos de tal dominio sobre la doctrina y el ritual.

Pero este primer abordaje no es suficiente porque no tiene en cuenta el contexto social que torna posible la aparición de la religión popular: la sociedad de clases. La producción religiosa de los especialistas sólo se separa de la autoproducción colectiva y anónima a partir del momento en que la división del trabajo material produce excedentes económicos destinados a la sustentación de los especialistas. Sólo en las sociedades de clases la autoproducción religiosa se constituye en religión popular, distinta de la religión oficial, de los especialistas. En una sociedad dicha primitiva, sin clases, la autoproducción colectiva es la única fuente de representaciones y prácticas religiosas, ya en sociedades de clase, la autoproducción religiosa es propia a las clases dominadas y subalternas, que no tienen medios para sustentar especialistas religiosos para si. Así, la producción religiosa de los especialistas, perteneciendo a una institución socialmente mandatada para asegurar el consenso religioso y moral del todo social conforme a orientación imprimida por la clase dominante, tornase religión oficial.

La producción religiosa de los especialistas es pues destinada al todo social, lo que les asegura una autonomía relativa delante de la clase dominante, mientras que la autoproducción religiosa queda restricta a las clases dominadas y subalternas. (Ésto es bien visible en el origen y continuidad de las devociones al Gauchito Gil en Corrientes y actualmente a Gilda en Entre Ríos.). Entonces, el sistema religioso elaborado por los especialistas implica necesariamente cierta consonancia con las diversas expresiones religiosas de cada clase o grupo social particular. Es por eso que Gramsci dice que toda religión, aún la católica, es en realidad una pluralidad de religiones distintas y frecuentemente contradictorias.

La autoproducción religiosa popular no queda por lo tanto separada de la producción oficial, sino guarda con ella una relación dialéctica: ella exprime las condiciones de existencia de las clases dominadas y subalternas, haciendo uso de los códigos religiosos oficiales. Eso significa que el catolicismo popular incorpora elementos del catolicismo oficial, los significantes, pero les da una significación propia, que puede inclusive oponerse a la significación que les es oficialmente atribuida por los especialistas. El resultado es que el mismo código religioso católico es diferentemente interpretado por las diferentes clases sociales de manera que, bajo una unidad formal, se esconden de hecho, diversas representaciones y prácticas religiosas. Tal maleabilidad real, práctica, del catolicismo, le permite ser al mismo tiempo la religión de los dominantes y de los dominados, sin que las diversas significaciones atribuidas a los mismos significantes religiosos den lugar a múltiples sistemas religiosos.

ESBOZO DE CONCLUSION

La religión popular es un mundo fascinante e infinito . Este texto quiere ser una primera, e imperfecta, aproximación a ese mundo donde miles de personas descansan sus temores , angustias, miedos, etc Quienes militamos en ese mundo buscamos entenderlo, sin prejuicios, para trabajar críticamente los posibles cimientos de un mundo nuevo escondidos en el "gemido del oprimido".

Alrededor de esta continuidad coherente de la religión colonial podemos decir que la hegemonía ejercida por la clase señorial sobre el conjunto social, por medio de ella, se da a través de una infinidad de acciones aparentemente aisladas unas de otras. El resultado objetivo es organizar la vida colectiva en conformidad con las relaciones sociales de producción y, por lo tanto, con la orientación imprimida en el todo por la clase señorial dominante. Cada vez que lazos de compadrío son establecidos, por ejemplo, la relación social de producción que une Señor con campesino es transfigurada en relación de padrino/ahijado o de compadres, perpetuándose la dominación personal sin que los actores sociales estén concientes de eso. Es al nivel de los efectos objetivos de las prácticas y representaciones religiosas que se desvenda la función social de la hegemonía desempeñada por la religión, y no en una supuesta intencionalidad de la clase señorial de usar la religión para ejercer su dominación sobre las demás clases. La clase señorial vigila y se esmera, es claro, por la producción religiosa por medio del control ejercido por el Estado señorial sobre el aparato eclesiástico pero no toma en manos el trabajo propiamente religioso. Este es hecho por los miles y miles de agentes del catolicismo popular que siguiendo los preceptos inscriptos en la tradición y derivados de las instrucciones del aparato eclesiástico, producen y reproducen las representaciones y prácticas religiosas que dan un sentido religioso y moral a las prácticas sociales impuestas por la dominación señorial.

Así, las condiciones sociales de existencia, determinadas por el estado de desenvolvimiento de las fuerzas productivas y por las relaciones sociales de producción vigentes, aparecen en la conciencia de los actores sociales como el cuadro normal en el cual se da la vida social. Es porque la religión da sentido a las condiciones sociales de existencia, haciendo de ellas el cuadro normal de la vida social, que este permanece prácticamente inalterado durante toda la historia de la formación social señorial. Esa compatibilidad estructural entre las relaciones sociales de producción y la organización de la vida colectiva, con la guía de la clase dominante, es sin duda una de las razones de su durabilidad por más de tres siglos, enfrentando crisis económicas y políticas sin perder su condición de clase dominante y hegemónica.

 

Pluma, Fusil, Pincel por: SOPE

De si el arte es expresión pura no comprometida socialmente o si puede ser actor importante en un proceso de cambio.

Para decir si el arte puede jugar o no algún papel en un proceso de cambio social, hay que ver qué es lo que se entiende por arte.

Por un lado la estética moderna reconoce como "arte" eso que la humanidad produjo desde siempre; expresiones sensibles que fundan significaciones, una operación poco explicable que revela verdades nuevas y rompe códigos, regenerándolos. Pero por otro lado acepta como arte al que responde a las condiciones del producido en Europa en el renacimiento. Se lo juzga desde esa concepción de arte, que implica un lenguaje acabado en sí mismo, alejado de las esferas cotidianas, dónde el artista es un ser elegido y la obra se convierte en mercancía, accediendo a ella una elite reducida.

Este es el lugar en el que la cultura dominante ubica al arte, negándolo como capacidad natural del hombre, de su hacer (desconociendo su valor o categorizando, peyorativamente, como artesanía a las manifestaciones populares). Es fundamental reconocer un arte distinto al de esta propuesta, uno que es comunicación, que es una de las funciones del lenguaje.

Y si a cualquier proceso de cambio real de las condiciones materiales de vida (de cualquier tipo y por cualquier camino) precede un cambio que luego la genere, a otro nivel, el de lo simbólico. La transformación tiene que estar primero en el ámbito de la comunicación, de la reflexión. El de las relaciones entre los hombres y con el mundo. En el trabajo, la educación, la organización, la militancia, los medios, la recreación; en todos los hilos del complejo entramado de la cultura.

Si esto es así, entonces no se debe desconocer el lugar que el arte ocupa , porque como mensaje estético tiene características particulares que lo diferencian de las otras formas de mensaje.

En primer lugar está estructurado de forma ambigua, lo que despierta la atención y lo hace autorreflexivo (es decir, impulsa a preguntar que quiere decir), exige un esfuerzo de interpretación, en el que deben descubrirse direcciones de decodificación: qué es lo que se debe leer. Pero esto no dicho abre un sector al receptor donde tiene una posibilidad de crear, juegan dialécticamente la fidelidad con lo que se quiso decir, y la libertad.

También abre mas puertas con respecto a lo que transmite, al usar el código preexistente para quebrarlo, fundando sí un código nuevo y coherente a partir de la obra, lo que permite comunicar con un lenguaje distinto al establecido (que está determinado ideológicamente ya desde la estructura). Permite decir desde otro lado.

Y por último, aprehende la realidad desde otras percepciones. Abre, amplía, enriquece las posibilidades de acercamiento, de expresión, de comunicación, generalmente acotadas a lo puramente racional, a lo explicable y definible.

Desde este lugar podemos verlo presente. Así lo grita el muralismo mexicano, las vivas manifestaciones artísticas de los pueblos americanos, la denunciante murga uruguaya, los poetas latinoamericanos, los surrealistas, la escuela de la Bauhause, el movimiento del rock. Y por cumplir esta función, también es ubicado en este lugar utilizado como mecanismo de dominación (la iglesia creó la realidad desde la arquitectura y la plástica, el sistema capitalista genera deseos y los convierte en necesidades a través de los medios y la publicidad, etc.)

No es que el arte sea revolucionario en sí mismo, es importante y útil poder ver el rol social que cumple, íntimamente ligado a la historia y a la realidad, si se reconoce la posibilidad de los hombres de modificar la cultura desde el hacer, si en eso vemos arte.

 

SERÁ POSIBLE EL SUR, SERÁ POSIBLE...?

 

No sabemos si será posible el Sur, no lo sabemos, apostamos a ello, con nuestro corazón como única brújula.

Él es el que nos dice, que es posible formas de vida, con dignidad, respeto mutuo, solidaridad y amor (entiéndase como síntesis de lo anterior socialismo).

Si será posible el Sur, no lo sabemos, si sabemos que tenemos, las esperanzas intactas, sueños por desvirgar, anhelos por cumplir, utopías por soñar.

También tenemos un montón de despistes e incertidumbres, algunas pocas franquezas, casi ninguna respuesta y un sinnúmero de preguntas hechas y por hacer (¡y las que nos faltan descubrir).

El pequeño mounstruito (léase SUR-CEPAI) cunple 6 años (octubre) «formalmente», cuando comenzamos muchos nos decían que había más contras que «pro», suerte que somos necios y en aquel momento no los escuchamos.

A SUR, ya le toca la edad de alfabetizarse, por suerte contamos con los mejores maestros para ello, los compañeros con los que hemos compartido e intercambiado a lo largo de este tiempo, compañeros de diferentes organizaciones sociales, comunitarias, sindicales (siguen las firmas), con los cuales hemos tenido la suerte de trabajar (antes decíamos militar). La mayoría de ellos nos han convocado, abriéndonos sus puertas, para colaborar en el desarrollo de sus organizaciones y como saldo (muchos de ellos no lo saben) han colaborado al desarrollo de la nuestra.

Por ello y por ellos, aunque no sabemos si será posible el Sur, es que seguimos adelante, por suerte (y a pesar de aquellos que nos señalaban las contras) con muchos más «pro» y mucho más necios.

«Somos definitivamente lo que llegamos a ser, lo que llegaremos a ser» (Hegel, perdonen la cita)

Jorge Medina

 

EDUCACIÓN Y TRABAJO PARA LOS SUJETOS DEL PUEBLO.- por: Martín A. A. Spinosa

Segunda Parte.

En el artículo , que apareció bajo este mismo título en el número anterior de Umiña, iniciamos un primer acercamiento a un problema que decíamos complejo y que constituye una tarea a construir en el campo de la educación popular: la vinculación entre la educación y el trabajo. Pusimos de manifiesto los diversos enfoques sobre este otro mercado que queda por fuera de los sectores integrados, el llamado sector informal, así como algunas de las consecuencias asociadas con este fenómeno que sin ser nuevo adquiere un nuevo sentido en estos tiempos.

En las páginas que siguen nos centraremos en las experiencias y desarrollos teóricos sobre la formación, realizadas en la región y en el país, vinculadas a los sectores populares y específicamente a las posibilidades de la educación popular.

Existen para caracterizar lo realizado en la región clasificaciones como la de Jaime Ramirez Guerrero1 que distinguen en un sentido amplio, varios tipos de programas según los objetivos generales que los orientan:

- De naturaleza asistencial.

No se fundan en criterios de viabilidad económica sino en la obtención de algunos logros más o menos cuantificables en relación a alguna población específica que reviste interés por motivos políticos o institucionales diversos.

- Para la solución del desempleo.

Se combinan aquí sin ordenamientos de tipo racional programas vinculados a la creación de pequeñas empresas dentro del SIU o en el sector moderno, acciones destinadas a la reconversión de unidades productivas existentes o bien transferencia de trabajadores desde el SIU al sector formal.

- Programas "alternativos"

Procuran la creación de unidades productivas autogestionarias dentro de una visión global e ideológica de oposición o alternativa al sistema capitalista.

- Empresariales.

Procuran explícitamente la formación de principios propios de un espíritu empresarial, fomentando la iniciativa privada.

- Destinados a poblaciones específicas.

Por condicionantes externos al tema se ocupan del sector informal procurando la atención de algún grupo específico de población en desventaja, condicionando de este modo a las posibilidades de tratamiento (mujeres, jóvenes, etc.)

- Provenientes del "Sector social".

Generados por asociaciones civiles, sindicales comunitarias, etc. procuran la consolidación de una economía social o solidaria.

Esta clasificación, si bien puede dar cuenta de aspectos particulares de cada uno de los programas, funda las categorías en relación a los objetivos explícitos y los resultados obtenidos, dejando de lado los supuestos teóricos sobre el sector que subyacen y orientan finalmente la práctica propuesta. De este modo, preferimos ser menos rigurosos en la definición de aspectos formales y poner el énfasis en las opciones de tipo ideológico- conceptual que orientan los diversos programas.

Comenzaremos haciendo referencia a los programas que responden al enfoque neo liberal, el que coincidiría con los de tipo empresarial. Los mismos se basan en el reconocimiento en todo trabajador independiente un empresario en potencia. En consecuencia, y fundando gran parte de sus propuestas en el cambio comportamental, se proponen contribuir a crear la actitud empresaria.

De este modo suele partirse de la caracterización de los "emprendedores exitosos" como individuos independientes, abiertos al cambio, que poseen confianza en sí mismos, persistentes, que manejan adecuadamente su tiempo y sus recursos, con condiciones de liderazgo, concientes de los logros y resultados, dispuestos a asumir riesgos y que conocen el manejo de técnicas y habilidades de conducción, negociación, etc. La base para la definición de tales atributos "inherentes" al "emprendedor exitoso" está dada por estudios de casos de tipo inductivo, fundamentalmente realizados en los Estados Unidos de Norteamérica. Los materiales didácticos, conformados por videos, cartillas y tests, persiguen el diagnóstico por parte de cada uno de los que participan de este tipo de acciones de sus propias tendencias, fortalezas y debilidades en relación a la adquisición de tales conductas. No es difícil vincular este tipo de propuestas con la psicología conductista.

El "emprendedor exitoso" que constituiría la meta de tales programas, sería el fruto de un cambio en la conducta de los sujetos. Si bien en general estos programas se complementan con contenidos más instrumentales, el énfasis está puesto en la dimensión individual teñidos de pragmatismo y golpes de efecto psicológicos.

Estas acciones de tipo educativo, se complementan en los mejores de los casos con programas de acceso al crédito y de simplificación de los trámites burocráticos para poner en marcha un emprendimiento. La distancia que media entre los sectores populares que desarrollan su trabajo en forma independiente y este sujeto social, "el emprendedor exitoso", es amplia y fundada en experiencias de vida y posiciones de clase diametralmente opuestas. El emprendedor exitoso tiene como paradigma a Rockefeller, a Henry Ford, son los triunfadores del capitalismo. Es difícil saber los paradigmas de los sectores populares, y hasta pueden llegar a ser los mimos, pero las razones son bastante diferentes, en suma ellos son los perdedores del capitalismo, sobre cuyas espaldas los "emprendedores exitosos" basaron sus éxitos. Las conductas que se pretende formar surgen de la experiencia de un mundo moderno, basado en racionalidades individuales y compartimentadas propias de la modernidad.

Los sectores populares, tal como fue especificado en la descripción realizada por varios de los enfoques tratados, se fundan en lógicas de acumulación y racionalidades diferentes. No es posible y dudosamente deseable, que un trabajador despedido de un empleo en el cual se formó y pasó veinte años de su vida, al cual indemnizaron y se ha puesto a trabajar por cuenta propia, se transforme de la noche a la mañana en "el patrón".

En palabras de Manuel Barrera:

"…muchos de ellos [los trabajadores del sector], sobre todo los que forman pequeñas empresas, son solicitados por las ideologías y los gremios empresariales los que los han incorporado a veces a la estrategia de defensa de la propiedad privada frente a un Estado socializante. Indudablemente que la propiedad privada de talleres de cuatro o cinco trabajadores, donde todos tienen semejantes responsabilidades y relativamente los mismos ingresos, y todos están en una situación social de subordinación, no tiene absolutamente nada que ver con la propiedad privada de las grandes empresas económicas. Sin embargo, la manipulación ideológica incorpora a los pequeños talleres, a los pequeños comerciantes, a los que tienen un almacén familiar, a la ideología de los grandes sectores empresariales, a la ideología de las capas dominantes."2 

Por lo dicho, este tipo de programas más que un resultado específico en materia de capacitación y mejora de la situación de vida del sector, persigue la formación ideológica que sea apropiada a las modificaciones del entorno. Finalmente, si el trabajador fracasa en su tarea, será por falencias en su personalidad, por su ignorancia, por carecer de la "mentalidad del emprendedor exitoso".

Desde el enfoque de la Economía informal, centrado en la invisibilidad de los procesos productivos y por ende la ausencia de registro y control por parte del Estado. Las acciones se centran fundamentalmente en iniciativas de tipo jurídico y de procedimientos administrativos. De este modo e busca hacer llegar la "brazo de la ley" hacia los rincones en donde hoy no llega. Bien sea incrementando el control y la presión tributaria o simplificando las cargas y registraciones de modo de hacerlas posibles para las pequeñas unidades informales. La capacitación dentro de este tipo de propuestas es escasa, y cuando existe se concentra en la transferencia de información sobre aspectos administrativo contables y procedimentales.

En el terreno de los supuestos neo marxistas, el énfasis está puesto en la denuncia y el análisis de la situación social y su vinculación con la dinámica de acumulación capitalista. Las acciones en este medio son escasas. Frecuentemente se concentran en la formación de tipo ideológico y en algunos casos, en la generación de una economía alternativa en oposición al capitalismo. Los resultados de este tipo de acciones han sido poco alentadores en tanto no han logrado asegurar la supervivencia y reproducción de las comunidades pobres (superando su situación y no reproduciendo la pobreza), contribuyendo en muchos casos a la generación de economías de subsitencia paralelas al mundo formal integrado, con riesgos serios de aislamiento, lo que se transforma en una paradoja desde lo ideológico puesto que se deja de poner en discusión (o sólo se lo hace en un plano discursivo) la apropiación de los medios de producción y de los productos realizados socialmente. En este campo las experiencias son muy variadas y particulares, no habiéndose realizado demasiadas sistematizaciones que permitan construir un modelo pedagógico con contenidos y metodologías precisas. Frecuentemente se recurre a la educación popular como metodología explícita, aunque con esta denominación se realizan acciones bien diferentes. Profundizaremos algunos de estos concepto más adelante.

Un conjunto amplio de programas y acciones emprendidas en la región se fundan en el enfoque definido por PREALC- OIT3 . Tal como aparece en la clasificación presentada por Guerrero (quien pertenece a esta corriente), nos encontramos con variantes que resultan del contexto político en el que se desarrollan, no obstante fundarse en los mismos principios básicos. En base al diagnóstico y las consideraciones esbozadas en relación con las características del sector informal y con la complementariedad definida con el sector moderno, desde estos organismos, que toman como objeto de análisis y de trabajo a la unidad productiva, se visualizan tres necesidades básicas a ser satisfechas: el acceso al crédito, a la tecnología y a la capacitación. En lo que respecta al crédito, el diagnóstico es que las pequeñas unidades que conforman al sector informal, no reúnen los requisitos que se solicitan en las instituciones crediticias formales para otorgar un préstamo. La escasez de capital y de propiedades con las cuales responder a las garantías, la imposibilidad de establecer flujos de rentabilidad estables, hacen inviable el acceso por la vía formal.

De este modo, se han ideado experiencias diversas que buscan acercar este recurso. Entre ellas las formas que han tenido mayor repercusión en América Latina y que está desarrollándose en nuestro país, son las constituidas por el sistema de préstamos con garantías solidarias o por fondos de garantías. En el primero un grupo de trabajadores, "microempresarios", se constituyen en tomadores de créditos, resultando todos y cada uno garante del resto. Para acceder al crédito, resulta necesario la evaluación de un plan de inversión o plan de negocio, que demuestre a la institución prestadora, la viabilidad del proyecto y la factibilidad de que el dinero sea devuelto en un plazo acordado.

Los programas que se basan en fondos de garantía, son llevados a cabo por fundaciones u organizaciones sin fines de lucro que constituyen un fondo de dinero que actúa como garante para que cada productor pueda acceder al crédito en el sistema formal. En ambos casos, la decisión sobre el otorgamiento del crédito se funda en una evaluación de la viabilidad del proyecto de trabajo y de los antecedentes de quien lo solicita. Las experiencias han demostrado, que pese a la reticencia de las organizaciones bancarias formales, el índice de morosidad e incobrabilidad de los créditos es bajo4 .

El acceso a la tecnología, es consecuencia de los recursos monetarios provenientes del crédito y de la capacitación para su uso. En este último aspecto, el de la capacitación, la OIT a través de CINTERFOR5  ha venido desarrollando desde sus orígenes material vinculado a la formación, tanto en lo que hace a los contenidos, como a las metodologías didácticas. La mayor parte de la producción estuvo relacionada con el trabajo en el sector formal, siendo posteriores, las vinculadas al sector informal, a la preocupación y profundización en la materia, datando de la década del ’80.

El reconocimiento del sector informal desde la perspectiva de la unidad productiva y del empleo, lleva a OIT a distinguir entre dos tipos al menos de población destinataria de las acciones educativas. En primer lugar estarían quienes se refugian en actividades de tipo informal para subsistir. En este caso, por el capital acumulado y la forma de organización de dichas experiencias, frecuentemente no son pasibles de una adecuación o reformulación de la actividad para su integración productiva con el mercado formal. En estos caso, el objetivo sostenido es el de mejorar la calidad de vida de dichos grupos, promoviendo una mejora en sus ingresos y la posibilidad de que sean incorporados al sector formal o informal en carácter de asalariados. En un segundo término habría un grupo de emprendimientos que estaría en condiciones de potencializarse, de aumentar su productividad y de transformarse en emprendimientos medianos e integrados. Para cada una de ellas se plantean programas o acciones diferenciadas.

Cabe destacar que entre la bibliografía consultada, no son muchos los artículos que intentan profundizar en cuestiones de índole pedagógica. Mayoritariamente se basan en el relato de experiencias desarrolladas por diversos organismos sobre el problema, y dan por supuesto (con la mención de tres o cuatro palabras clave como: formación técnica, o empresaria, o gestión) los aspectos sustantivos que fundamentan la práctica.

Para concluir las propuestas sobre el tema quisiéramos hacer mención de algunos estudios e investigaciones realizadas en nuestro país sobre el colectivo en estudio.

Propuestas En El País.

En este sentido muchos de los aportes en la materia provienen del campo antropológico, en su interés por las poblaciones de tipo marginales así como de las esferas del Estado, específicamente de los Ministerios de Trabajo y Economía, en su preocupación por las Actividades informales, el trabajo en condiciones no reguladas y la evasión fiscal. En el terreno específico de la formación, cabe destacar que en la Argentina, por su composición social y económica el fenómeno de la informalidad es aún más nuevo que en el resto de los países de América Latina, al menos en su consideración como tal. Gran parte de los estudios realizados sobre la materia provienen del equipo de investigación de María Antonia Gallart en la Red de Educación y Trabajo (RET). Otro tanto ha sido desarrollado por Graciela Riquelme desde la Universidad de Buenos Aires. Comentaremos dos trabajos de las autoras mencionadas que resultan representativos (aunque no necesariamente agotan la discusión).

En primer término haremos referencia al trabajo de Riquelme6  el que se refiere a las necesidades educativos de los trabajadores en el contexto de transformaciones productivas. Si bien el entorno económico y político de mediados de la década del ’80 es bien diferente al actual, las consideraciones allí vertidas resultan explicativas desde la perspectiva de la educación.

Luego de un análisis general del contexto social y económico en el cual se enmarca la formación, se especifican tres perspectivas sobre las que identificar las necesidades educativas de los trabajadores. De este modo se especifican aquellas derivadas de la heterogénea estructura de ocupaciones y calificaciones existentes (lo cual se vincula con lo desarrollado por la OIT sobre la existencia de un mercado de trabajo segmentado y heterogéneo); las necesidades relativas a tipos de empleo y finalmente las que parten de la consideración de grupos específicos de población afectada (por ejemplo, jóvenes, mujeres, subocuados, etc.) En base a dicha categorización, se hace mención de las características educativas y necesidades que surgen en cada sector específico.

Un aspecto que resulta interesante destacar para lo que estamos considerando en este trabajo, es la separación que se realiza entre las microempresas, los trabajadores por cuenta propia y el sector informal (esta diferenciación como veremos luego será también mantenida por los trabajos de Gallart, fundándose en una particular constitución en la Argentina de este gran sector formado por quienes no se hallan empleados en el sector formal integrado). Para cada uno se estos subgrupos se identifican necesidades y características disímiles. Así, para el caso de las microempresas, se identifican características de estabilidad o precariedad según el caso para el tipo de empleo, destacándose la existencia de un perfil educativo medio y alto para sus integrantes.

Las dificultades definidas para este grupo, compuesto por empresas familiares y profesionales independientes, provendrían de la baja productividad, la inadecuada organización del trabajo y la necesidad de integrase a economías de escala. Para el tratamiento de las mismas, sería necesario la formación centrada en el desarrollo de calificaciones funcionales y sociales, así como capacitación administrativo empresarial. Este tipo de calificaciones es definido siguiendo un trabajo de Silvia Brusilowsky7 , del siguiente modo:

"…calificaciones técnicas, entendidas como la serie de conocimientos científico tecnológicos y habilidades ligadas a las exigencias del progreso técnico; calificaciones funcionales, aquellas que permiten el reajuste permanente del profesional a las complejas condiciones determinadas por el progreso tecnológico sobre la organización del trabajo, y las calificaciones sociales, que permiten tanto la inserción a nivel de una organización productiva como la comprensión del ámbito socio- económico en el que se encuadra su actividad específica de modo que su participación en el sector profesional en el que actúa sea reflexiva y consciente".(p. 29)

Para el caso de los trabajadores por cuenta propia, grupo compuesto por trabajadores en actividades comerciales, de los servicios, trabajadores a domicilio y servicio doméstico; los problemas que tendría que enfrentar se fundaría en la necesidad de reconversión ocupacional, dado el achicamiento del consumo de servicios. Se trata según el informe de una población con bajo nivel educativo, pero con menor porcentaje de rezagados que el resto de la PEA. Sus necesidades en materia de educación se centrarían en la especialización y readaptación, a la vez que la integración a centros formales de educación para el desarrollo de calificaciones técnicas, sociales y funcionales.

Por último, para el subgrupo denominado sector informal, compuesto por población proveniente de grupas urbano marginales con escasa educación formal y gran presencia de rezagados educativos, como producto de la pauperización de la sociedad, las necesidades pasarían por la alfabetización, la recuperación educativa y la capacitación técnica específica.

En lo que hace al contenido de las calificaciones para cada uno de los subgrupos que no trabajan en el sector moderno, las calificaciones técnicas, se basarían en el aprendizaje de fundamentos científicos para las actividades productivas; conocimientos vinculados a la introducción de nuevas tecnologías y las posibilidades que ella ofrece según las regiones y actividades específicas. Para el caso de los trabajadores por cuenta propia, se destaca además la necesidad de habilitar certificaciones. En lo que respecta al denominado sector informal, además de los previsto para el resto del subgrupo, se señala la capacitación en oficios de sectores dinámicos y la capacitación para la producción de bienes y servicios no sólo productivos sino de tipo social y comunitario.

Las calificaciones funcionales deberían basarse en la organización de la producción, administración y organización del personal, comercialización y distribución, la integración de los trabajadores pos sector y tamaño de establecimiento. Para el caso del sector informa, se adicionan programas de empleo mínimo. Las calificaciones sociales por su parte deberían apuntar a estimular la comprensión crítica del contexto, el desarrollo de aptitudes hacia el mundo del trabajo y la identificación de los tipos de estructura y categorías ocupacionales según las relaciones con los factores de producción, entre otras. Para ello se proponen contenidos de cultura general y otros más específicos como legislación laboral o formas asociativas de producción.

Otro de los aspectos destacados en el informe, son los tipos de programas educacionales para cubrir las necesidades educativas mencionadas. Al respecto se hacer referencia sobre todo, si bien se mencionan actividades de educación no- formal, a la posibilidad de adecuar las estructuras del sistema educativo y su vinculación con las demandas de los sectores involucrados. En este sentido se destacan actividades para cada uno de los niveles de enseñanza en donde se vincula gradualmente el tratamiento de los contenidos con las actividades productivas y las necesidades de cada grupo de población.

Por último se proponen algunas líneas de acción en la materia que deberían encarar los diferentes actores sociales involucrados en el problema, con especial énfasis en las esferas gubernamentales (Ministerio de Trabajo y de Educación).

María Antonia Gallart y un equipo de colaboradores8 , en base a un estudio cuantitativo y cualitativo sobre el sector de los trabajadores por cuenta propia aportan importantes conclusiones respecto de las características de las actividades de la población comprendida en este sector y sus estrategias educacionales, así como acerca del modo en que éstas últimas configuran un tipo particular de actividad.

En cuanto a las características socio demográficas se de los trabajadores por cuenta propia (TCP), se observa según el estudio, que se trata en su mayoría de jefes de hogar, cuyo promedio de edad supera en promedio al de los trabajadores asalariados en el sector formal. Asimismo, las actividades se concentran en el sector primario y secundario.

Existen al interior del conjunto de los TCP marcadas diferencias entre hombre y mujeres. Éstas se manifiestan tanto en el tipo de actividades realizadas como en las características educativas de uno y otro género. Así, mientras entre los varones, no se observan marcadas diferencias en cuanto a nivel de ingresos y características de las actividades con lo asalariados, para el caso de las mujeres, éstas ganan menos en el sector TCP que sus pares asalariadas. Al mismo tiempo, en el caso de la mujeres con hijos, en muchos casos, el sector implica la única posibilidad de ingreso al mercado de trabajo, dada su posibilidad de flexibilizad los horarios y por ende atender a sus obligaciones domésticas. En ambos casos, varones y mujeres, se manifiesta una concentración entre quienes trabajan más de la jornada semanal legal y menos, lo que evidencia la sobre y sub ocupación respectivamente presentes en este grupo.

Otra de las conclusiones evidenciadas en el estudio, es la diferenciación que se opera entre los TCP, los patrones de pequeños establecimiento y los asalariados de estos establecimientos (menos de cinco ocupados). Son éstos últimos quienes muestran menores niveles de ingresos, de antigüedad y estabilidad en el puesto y menor nivel de instrucción; seguidos por los trabajadores por cuenta propia y finalmente, los patrones de pequeños establecimientos (menso de cinco ocupados) quienes observan una posición similar a los asalariados en unidades medianas y grandes. Esta diferenciación resulta coincidente con las observaciones realizadas por Portes en su caracterización desde el enfoque neo- marxista , en donde se establece una diferencia entre propietarios y asalariados de pequeñas unidades productivas.

Asociando al sector informal características de bajos niveles de ingresos, inestabilidad laboral y marginalidad, se llega a la conclusión que para el caso estudiado (GBA entre 1986-89) tan sólo alrededor de un décimo de los trabajadores, comparten los rasgos de la informalidad. Esta conclusión parece importante pues pone en evidencia la dimensión que presenta el fenómeno en La Argentina. Cabe destacar que desde el momento de realización de este estudio al presente, la dualización de la sociedad argentina, la informalidad de las relaciones laborales y el desempleo, han modificado en gran parte esta situación, asemejándola mucho más al resto de las sociedades de América Latina, lo cual obliga a repensar la cuestión.

En cuanto al tipo de ocupación desempeñada, vinculado esto con las calificaciones requeridas, se observa que las mujeres TCP se concentran en los dos polos (no calificadas y técnico profesionales) mientras que para el caso de los hombres, su concentración se da en el nivel intermedio con tareas semicalificadas como las del tipo de servicios de reparación, construcción en sus niveles medios y comercio. Se observa de igual modo que la instrucción formal se correlaciona positivamente con el tipo de ocupación y las calificaciones que demandan. A mayor nivel de instrucción formal, mayor es la probabilidad de encarar actividades que requieren de calificaciones mayores así como la posibilidad de realización de cursos no formales de actualización y especialización. Esto se relativiza para el caso de las mujeres, cuyo nivel de ingresos no se corresponde en todos los casos con el nivel de instrucción alcanzado, ni con la complejidad de las tareas.

Al analizar las historias de vida de un grupo de trabajadores por cuenta propia, se llega a la conclusión que para el caso de los grupos con mayores ventajas (origen urbano, mayor nivel de instrucción, calificaciones prolongadas, relaciones familiares, etc.) la elección del trabajo por cuenta propia se vincula con la necesidad de mantener niveles de ingresos medios en contextos de crisis. Para el caso de los migrantes, con escaso nivel de instrucción y de calificación ocupacional, la elección se presenta como la única posible, asemejándose a las estrategias del sector informal (pobreza, marginalidad, inestabilidad laboral, etc).

En relación a la incidencia de la educación en el tipo de actividad desempeñada, se presenta una gran heterogeneidad en donde se combinan la asistencia ala instrucción formal (con una duración variada) con un largo aprendizaje en ele oficio y la especialización en cursos no formales. Dicha heterogeneidad no permite avisorar una estrategia más adecuada que otra.

A la hora de sugerir políticas de capacitación, el estudio retoma lo dicho sobre la necesidad de articular la capacitación específica o técnica con la de gestión empresaria y con las calificaciones sociales. Se previene sin embargo la necesidad de superar "…una visión de la capacitación que supone que las restricciones fundamentales residen en las características propias el cuentapropista, sin identificar los obstáculos externos críticos con que él tropieza y que, en muchos casos, inciden en el desarrollo de la actividad."9  en clara referencia a las visiones de tipo empresarial y actitudinales.

Se concluye el trabajo con una serie de recomendaciones para políticas de formación que si bien consideran las características específicas del trabajador por cuenta propia en nuestro país (relevadas en el conjunto del trabajo), no difieren demasiado con lo dicho hasta aquí en relación con las habilidades o calificaciones técnicas, de gestión y sociales.

Concluyendo este apartado en donde consideramos algunos de los avances realizados sobre el tema en el país, desde la perspectiva de la formación, cabe señalar el énfasis puesto en la educación formal como modalidad para potencializar la actividad. El momento histórico en el cual fueron realizados estos estudios, coincidente con su auge en la región, no permite extraer demasiadas inferencias que expliquen el momento presente. Es más, muchas de las recomendaciones efectuadas en lo que hace a políticas de formación fueron y están siendo implementadas, sin embargo los resultados no son satisfactorios en lo que refiere al desarrollo de estas unidades y trabajadores, lo que constituye una muestra, a nuestro entender, del peso que la educación (entendida como el proceso de adquisición de habilidades más o menos específicas y relativas al trabajo, tal como se la considera en los artículos comentados) tiene para con la modificación de la situación de vida y de reproducción de estos grupos de población.

Queremos destacar no obstante, la consideración de quienes se desempeñan en este tipo de actividades como trabajadores y no tanto como empresarios. Dicha caracterización es de un gran valor conceptual e ideológico pues se relaciona más con las historias de vida y de trabajo de los sujetos, así como con su posición de clase. Por otra parte, el estudio empírico de Gallart aquí comentado, así como otros posteriores en la misma dirección, resultan fundamentales a la hora de distinguir la propia realidad, de la de los otros países de la región, evitando el transplante de categorías, conceptos y programas basados en experiencias diferentes.

Otro de los aspectos que nos interesa destacar en relación a La Argentina y que se vincula con lo que desarrollaremos a continuación, está constituido por la ausencia de referencias a la educación popular, exceptuamos de esta conclusión lo expuesto por Coraggio, puesto que proviene de un campo de análisis diferente al de la educación. Dicha ausencia creemos posible explicarla a partir del desarrollo incipiente que la teoría y metodología de la educación popular tiene en los ámbitos académicos de un país que como en nuestro caso, ha tenido un sistema educativo capaz de incorporar a la gran mayoría de la población. Claro que, como expondremos a continuación, a diferencia de los que mayoritariamente se sostiene, la educación popular no se relaciona únicamente con la imposibilidad de acceder al sistema de educación formal, o a la inadecuación de unas metodologías más o menos participativas o más o menos eficaces para los sectores populares.

Educación Popular y Formación para el Trabajo.

Decíamos en el número anterior que en la recurrencia a la educación popular para la formación de los sectores populares en estas lides se evidenciaba el pedido para que aporte "técnicas y metodologías participativas", "el conocimiento sobre la gente", etc. haciéndose caso omiso de los objetivos políticos que ésta tiene en el sentido de favorecer la acumulación de poder de los sectores populares y sus organizaciones.

La educación popular suele aparecer como sinónimo de otras formas de educación que se caracterizan fundamentalmente por situarse fuera del sistema educativo forma, y trabajar con dinámicas de grupo en base al estudio y conocimiento de los sectores populares. De esta manera, educación no formal, de adultos, asistemática, vivencial, participativa y educación popular aparecen como diferentes nombres de una misma práctica. Creemos que es errada tal similitud y que la ausencia de definiciones claras conlleva en realidad un enmascaramiento de lo que en realidad es, y que intentaremos definir a continuación.

Entre los aspectos centrales a discernir se hallan: los sujetos de la educación a los que cada una se refiere, al hablar de educación de adultos, educación permanente, no formal o educación popular; la finalidad de cada una de las acciones; la metodología de trabajo y los supuestos respecto de la sociedad con los que se asocian.

Respecto de los sujetos de la educación, la Educación Popular expresada en los discursos de fines de siglo pasado, provenientes de las elites gobernantes, definen el concepto de pueblo de acuerdo a la teoría liberal de corte positivista. El pueblo es sinónimo de nacionalidad, de ciudadanía y se vincula con la necesidad del momento histórico de crear una nación en un país (para el caso de La Argentina) en donde la población nativa había sido exterminada y sustituida por población inmigrante proveniente mayoritariamente de Europa. La Educación Popular concebida de este modo, se plantea como un instrumento de construcción de la conciencia de pertenencia a un colectivo social y territorial, con toda la carga ideológica y de simbologías y ritos que contrae.

Para esta finalidad, la escuela se constituyó en el principal soporte para el logro de estos objetivos. En el caso particular de nuestro país resultó eficiente al punto de logra incluir a la mayoría de la población hacia mediados del presente siglo, previa consolidación de un sistema educativo nacional. No obstante su éxito, este sistema, tal como señala Puiggros:

"… produjo circuitos desiguales de educación, al mismo tiempo que difundió la cultura moderna a grandes sectores sociales, con un movimiento centrípeto que abrazaba al conjunto de los connacionales para transformarlos en ciudadanos."10 

En forma paralela a la constitución de los sistemas educativos, surgen movimientos sociales conformados por sindicatos, partidos políticos y agrupaciones diversas que se proponen consolidar experiencias educativas, pero desde una óptica diferente. Asociando el concepto de pueblo al de clase social oprimida, en contraposición franca y unilateral con la burguesía, los movimientos de anarquistas, socialistas y trabajadores crean prácticas educativas más o menos institucionalizadas con el objeto de formar al proletariado.11  Estas experiencias, con las limitaciones propias del pensamiento de izquierda de principios de siglo, marcaron sin duda un sendero que fue subsumido luego, por la expansión de la cobertura de los sistemas oficiales de educación y por el aniquilamiento violento de dichos movimientos, entre otras causas. Las experiencias de esta época son precursoras de la educación popular como movimiento, tanto por su alteridad respecto del sistema educativo como por sus objetivos.

Si el sustantivo pueblo ofrece versiones antagónicas que van desde el conjunto de ciudadanos (iguales ante la ley) al proletariado o si lo miramos desde el presente, las clases y sectores sociales oprimidos, con el adjetivo popular que acompaña a la educación sucede lo mismo. Al respecto García Canclini afirma:

"La popularidad de cualquier fenómeno deber ser establecida por su uso y no por su origen." 12 

Es decir el uso que los sectores populares hacen de una práctica cultural, de un producto, de una relación, es popular en tanto favorece la organización de los mismos, bien sea que se haya originado en los sectores dominantes (y apropiado por los sectores dominados) o surgido de los mismos sectores.

En el sentido de la educación, será popular si su "uso" se caracteriza por su contribución en la lucha de los sectores populares por su hegemonía y en contra de los sectores dominantes. Por tanto, la educación popular se identifica como movimiento por su contribución a la construcción de poder por parte de los sectores populares. Se trata de un proceso educativo que parte de los saberes y prácticas de los grupos sociales oprimidos, para reflexionar sobre ellos y modificarlos en dirección a la transformación de la sociedad.

Con estos propósitos el movimiento de educación popular ha construido metodologías de trabajo educativo que se correspondan con los objetivos de solidaridad, democracia y justicia. El papel jugado por el educador y el grupo no se define por una distancia entre un saber y un no saber, sino por la posibilidad del educador de coordinar y sistematizar las reflexiones del grupo, a la vez que aportar información. La concientización de la que hablaba Paulo Freire, no es una condición previa a la instancia educativa sino que se construye en la práctica misma. De aquí la importancia dada a las metodologías de aprendizaje y de reflexión, puesto que deben ser liberadoras, a la vez que contribuir a la liberación, a la transformación de la realidad social y también a las mismas prácticas educativas.

Tal como expresan Moacir Gadotti y Carlos Rodriguez Brandao13  en dos trabajos diferentes, hasta la culminación de la Segunda Guerra Mundial, la educación de adultos había sido pensada como complementaria de la educación formal. En tanto en Europa y la UNESCO, el término empleado era el de Educación de adultos, en los EE. UU. se empleaba el de educación no formal14 , para denominar a prácticas similares. A lo largo de las diferentes conferencias sobre educación de adultos organizadas por UNESCO, los alcances del término fueron modificándose. De una educación moral, cívica y ciudadana, como fue pensado en la primera conferencia de Dinamarca, con el objetivo de prevenir los horrores dela guerra pasada, se pasó a dos enfoques diferenciados: uno que hacía hincapié en la educación de adultos como una continuación de la formal, la educación permanente; otro era el de educación de base o comunitaria. La tercera conferencia (1972) vuelve sobre la idea de que la función de la educación de adultos es la de reintroducir a los jóvenes y adultos marginados en el sistema educativo formal. En París (1985) se multiplican los conceptos y definiciones desde enfoques diversos para finalmente en Jomtiem (1990) precisar la educación de adultos a partir de la definición de necesidades básicas de aprendizaje.15 

Para el caso específico de América Latina, Luiz Eduardo Wanderley16  distingue tres enfoques de la educación popular. El primer enfoque que supone la educación como integración, en un sentido instrumental, entendiéndola como la popularización del acceso a la educación formal, con el objeto de consolidar el sistema capitalista dependiente, incluyendo a los sectores desplazados (asentamientos urbanos y campesinos). Una segunda postura supone la educación popular como una orientación nacional desarrollista, en el sentido de formar mano de obra para la consolidación de un capitalismo nacional y autónomo. Una educación funcional que posibilitara la difusión del progreso a los sectores que no lo han obtenido. Finalmente una tercera aproximación, la de la educación popular definida a partir de su orientación como educación para la liberación, para la concientización y el cuestionamiento del orden capitalista.

Nosotros creemos que esta última es la propuesta de la educación popular, la educación que se define a partir de su contribución a la lucha del pueblo, a la organización, al conocimiento y la reflexión de su práctica y la democratización del conocimiento históricamente acumulado, y que es radicalmente distinta de los enfoques de educación de adultos, educación permanente o educación no formal, originados en los organismos internacionales.

Al respecto dice Rodriguez Brandao en el trabajo comentado:

"El proyecto de educación popular pretende reducir y eliminar la alteridad constitutiva de la educación de adultos. No porque el educador venga a ‘ser como el pueblo’, lo que casi siempre es una cuestión ficticia. Sino por el hecho radical de que, en su límite de realización, la educación popular pasa a constituirse en una de las dimensiones de la propia práctica social popular(…) Se transforma en un trabajo popular de producción del saber colectivo de clase y pierde, por lo tanto su dimensión de ser instrumentalmente ‘para’. Para concientizar, para movilizar, para organizar. Por el contrario, la concientización, participación, y organización populares, como expresión de su práctica orgánica, constituyen una forma límite de educación popular, en la que el educador militante es llamado a participar.(…) se torna un trabajo político que se ejerce colectivamente en el dominio del conocimiento popular."17 

En consonancia con lo dicho, revisaremos la recurrencia por parte de algunas propuestas de trabajo con el sector informal, o la economía popular, a la "educación popular".

Los argumentos que se esgrimen para recomendar la "educación popular" en el trabajo con los sectores populares, se basan fundamentalmente en la experiencia acumulada por este movimiento en la interpretación y el establecimiento de un lenguaje común con los mismos. En su flexibilidad, su desescolarización, sus metodologías participativas que posibilitan la mayor apropiación de los conocimientos, y otras "ventajas" frente a las prácticas educativas formalizadas.

Según el punto de vista de J.L Coraggio, quien más explícitamente propone la educación popular como propuesta de articulación, ésta,

"… permite decantar una serie de propuestas pedagógicas que pueden ser incorporadas con ventaja en los procesos educativos que supone la iniciativa de la ET [educación para todos]. Pero no es esta relación instrumental la única fuente de convergencia: las filosofías sociales que enmarcan ambas propuestas parecen tener bases de congruencia, lo que permitiría que los agentes enrolados en el movimiento de EP [educación popular] puedan participar eficazmente en la ET sin violar sus propios principios."18 

Ahora bien, ¿cuáles son los principios de la Educación para Todos? La educación para todos, se fundaría en la satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje, (necesidades básicas que no significa necesidades objetivas ni subjetivas, esto es, ni aquello que los sectores populares demandan por sí, ni lo que los llevaría a una modificación radical de la sociedad) definidas como:

"… instrumentos fundamentales de aprendizaje (la alfabetización, la expresión oral, la aritmética y la resolución de problemas) como el contenido básico del aprendizaje (conocimientos, capacidades, valores y actitudes) que necesitan los seres humanos para poder sobrevivir, desarrollar plenamente sus posibilidades, vivir y trabajar dignamente, participar plenamente en el desarrollo, mejorar su calidad de vida, tomar decisiones fundamentales y seguir aprendiendo."19 

La aritmética, la alfabetización, la resolución de problemas, son contenidos importantes para los sectores populares en tanto significan herramientas para su lucha por el conocimiento y por la comprensión y transformación de la realidad, pero en sí mismos no son suficientes. La ausencia explícita de objetivos de tipo político, de un posicionamiento en la lucha que los sectores populares llevan adelante por la conquista de sus derechos, de la concientización entendida como proceso de comprensión de la realidad en la práctica de su transformación, nos lleva a negar los objetivos o principios comunes de la práctica de la educación popular con la propuesta de Educación para Todos. Podría decirse que el marco en el cual está elaborada la propuesta (UNESCO) no permite mayores definiciones y que por ello la expresiones son tibias. Este marco justamente, y la tibieza de sus prédicas nos llevan a concluir que lo que no está dicho no está propuesto. Y en estos temas omitir la lucha política en el marco de la educación es negarla y por ende contribuir a la no modificación de la situación existente.

El carácter específico de la Educación Popular que comentáramos, nos permite afirmar que no existen puntos de confluencia sólidos con las propuestas para el trabajo con el sector informal, a menos que se entienda como educación popular algunas de las dos primeras versiones descriptas por Luiz E. Wanderley, a las que hicimos referencia: la educación popular como instancia de integración al sistema de los grupos desplazados, con objeto de asegurar la gobernabilidad en un sistema mundial integrado, o bien la educación popular como instancia de consolidación de una burguesía nacional y de un capitalismo con bases nacionales, cercana a los planteos desarrollistas de la CEPAL.

En este sentido, ninguna de las versiones es la del movimiento de educación popular. Al hablar de ello, se pretende hacer referencia a una serie de técnicas y metodología ‘participativas’, o bien a instancias educativas que se operan fuera del sistema escolar, características que acompañan pero no constituyen a la educación popular.

En relación a esto citaremos dos comentarios que nos parecen por demás explicativos de esta situación. En principio haremos referencia al artículo ya citado de Rodriguez Brandao, quien habla del caso brasilero, pero que resulta significativo para el conjunto de la región:

"…existe hoy una negativa formal de sectores de la educación institucionalizada a reconocer la existencia alternativa de aquellos que denominan como ‘experiencias radicales’ de educación popular. Este rechazo político a incorporarlas a los proyectos oficiales y equivalentes, se acompaña de un permanente trabajo -conducido, es preciso decirlo, bajo las más variadas intenciones políticas o simbólicas- de aproximación, identificación y cooptación de ideas, propuestas y prácticas ‘incorporables’ de la educación popular a la educación de adultos. Este es el proceso por el cual formas hegemónicas de trabajo social degradan a los modelos antagónicos, rivales y no asimilables, en la medida en que buscan recrear los términos de su propia legitimidad con la incorporación semántica, simbólica y práctica de ‘elementos aprovechables’ de un modelo rival, el de la educación popular."20 

Lo dicho, nos lleva a concluir que la relación entre las experiencias de educación para el trabajo en el sector informal y la educación popular, en la mayoría de los casos, es una relación espúrea y fundada en aspectos superficiales, que oculta los verdaderos objetivos de cada una, y que sin embargo, nosotros creemos posible. La posibilidad de una vinculación será objeto del tercer dossier en el próximo número

Notas:

 1 Ramirez Guerrero, J.Estrategias de Formación Para el Sector Informal Urbano. CINTERFOR. 1988

 2 Barrera, M. El movimiento de los excluidos. Desempleo y la nueva informalización. En Revista Nueva Sociedad. Op. Cit. P. 133.

 3 Sobre el tema puede consultarse además del trabajo comentado: Ramirez Guerreo, J. Marco de referencia para el análisis de programas de formación profesional dirigidos al sector informal urbano de la economía En Estrategias de Formación para el Sector Informal Urbano CINTERFOR/INCE 1988; Hidalgo Rodriguez, J. A. Estrategias de capacitación para el trabajo en el marco de la educación de adultos, en el mismo trabajo; Ramirez Guerrero J. Training for informal sector enterprises in Latin America en Trainig for Work in de informal sector. International Labor Organisation. Turín 1989; en el mismo volumen Maldonado, C. Self- trainig in theory and practice: The programme to support urban informal sector enterprises in French- speaking Africa.

 4 Son variadas las experiencias en este terreno y tuvieron mayor desarrollo en el resto de América Latina, antes que en nuestro país. De este modo, organizaciones como FUNDES (Fundación para el Desarrollo Económico y Social) con sede en Suiza, ACCION Internacional/AITEC ONG con sede en Estados Unidos de Norteamérica; La Fundación Carvajal de Colombia u otras apoyadas por el BID o el Banco Mundial han realizado en la década pasada las primeras experiencias. En nuestro país, la Fundación EMPRENDER (institución creada por el grupo Sorroaquin) viene trabajando con éxito en un programa de créditos con garantías solidarias en casi todo el país, y recientemente se constituyó un fondo del Estado Nacional administrado por una Sociedad Anónima, llamado FONCAP, que persigue objetivos similares.

 5 Centro Interamericano de Investigación y Documentación sobre Formación Profesional, organismo dependiente de la Organización Internacional del Trabajo y fundado en 1964, con sede en Montevideo, Uruguay.

 6 Riquelme, G. Readaptación Profesional y Ocupacional En Revista Argentina de Educación Año IV N°6. Bs. As. 1985 Este trabajo resulta de una ponencia presentada en el "Coloquio Regional sobre Vinculación entre Educación y el Mundo del Trabajo" organizado por la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina en Caracas, en el mismo año.

 7 Brusilowsky, S. La promoción del trabajo productivo en los programas escolares. Estudio de Casos. UNESCO- División de estructuras, contenidos, métodos y técnicas de educación. París. 1979

 8 Gallart, M.A.; Moreno M. y Cerrutti, M. Los trabajadores por cuenta propia del Gran Buenos Aires. Sus estrategias educativas y ocupacionales. Cuaderno del CENEP N° 45. Bs. As. 1991

 9 Op. Cit. P. 131.

 10 Puiggros, A. Historia y prospectiva de la educación popular latinoamericana. En Educación Popular. Crisis y perspectivas. Gadotti, M. y Torres, C. Compiladores. Miño y Dávila editores. Bs. As. 1993. Pp. 33/34

 11 Ver al respecto Puiggros, A. op. cit. y Rodriguez Brandao, C. Caminos Cruzados, en el mismo Volumen. Desde perspectivas diferentes, la autora argentina y el pedagogo brasileño hacen mención de este tipo de experiencias que tuvieron influencia en países como Brasil y La Argentina con una temprana insdustrialización.

 12 García Canclini, N. Las Culturas populares en el Capitalismo. Ed. Nueva imagen. Bs. As. 1987 P. 69.

 13 Gadotti, M. Educação de jovens e adultos. Correntes e tendências. En Educaçao de jovens e adultos. Teoria, prática e proposta. Gadotti, M. y Romão J.E. (Orgs). IPF Cortez editora. São Paulo. 1995 y Rodriguez Brandao, C. op.cit.

 14 Respecto de la distinción entre educación formal, no formal e informal, un artículo pionero de Gilda Romero Brest llama la atención sobre la imposibilidad de establecer límites precisos entre las diversas modalidades. Se trataría de diversos grados de formalización de las prácticas educativas en diferentes aspectos, más que de una clasificación tajante. Asimismo, Silvia Brusilovsky en una ponencia presentada en el Congreso organizado por la asociación de maestros de Santa Fe (1992) Educación no formal. ¿Una categoría teórica significativa? destaca la superficialidad del concepto así como del énfasis puesto en las técnicas de animación, frente a la intencionalidad política e ideológica de las prácticas educativas, lo que constituye la diferenciación fundamental.

 15 Sobre el tema ver también Latapi P. y Castillo, A. Educación no formal de adultos en América Latina. Situación Actual y perspectivas. En Educación de adultos en América Latina. Jorge Wertheim Comp. Ediciones de la Flor. 1985.

 16 Wanderley, L.E. Apontamentos sobre educaçao popular. En Valle, E. y Queiroz, J. Orgs. A cultura do povo. São Paulo. Cortez Editora. 1985

 17 Rodriguez Brandao, C. op. Cit. p. 68.

 18 Coraggio, J. L. op. Cit. p. 123.

 19 Citado por Coraggio en la obra citada, de la Comisión de Educación para Todos de Jomtiem.

 20 Rodriguez Brandao, C. op. Cit. p. 59.

 

SUR Centro de Educación Popular, Asesoría e investigación

¿Qué es SUR?

SUR es una organización política independiente y autónoma respecto de los partidos políticos, la Iglesia, y de cualquier otra organización.

Lucha por el fortalecimiento de las organizaciones populares: por la dignidad, la democracia, la autonomía, la liberación, la justicia y el derecho a la rebeldía.

No lucha por el poder.

Desarrolla su actividad bajo la concepción de la Educación Popular y entiende que la práctica pedagógica es un aspecto importante de la lucha política.

Realizar una tarea educativa significa poner en práctica una determinada teoría del conocimiento, ya que la acción educativa es en sí misma un proceso de creación de conocimiento. Nuestra concepción metodológica, ésto es, nuestra concepción sobre la lógica interna del proceso de Educación Popular se basa en la Teoría Dialéctica del Conocimiento: partir de la práctica, teorizar sobre la misma y volver a la práctica.

Esta concepción metodológica se liga a una comprensión de que el objetivo principal de la Eduación Popular en América Latina es el fortalecimiento y el desarrollo autónomo de las organizaciones populares.

Se puede partir de cualquier cosa, una caja de fósforos, un golpe en el tejado, el estudio número 3 de Scriabin, un grito allá abajo en la calle, esa foto del Newsweek, el cuento del gato con botas,

el riesgo está en eso, en que se puede partir de cualquier cosa pero después hay que llegar, no se sabe bien a qué pero llegar,

llegar no se sabe bien a qué, y el riesgo está en que en una hora final descubras que caminaste volaste corriste reptaste quisiste esperaste luchaste y entonces, entre tus manos tendidas en el esfuerzo último, un premio literario o una mujer biliosa o un hombre lleno de departamentos y de caspa

 

¿En qué mundo vivimos?

Son tiempos de miseria y exclusión. De sumisión y dependencia.

La máquina capitalista, articulada a nivel mundial, empobrece y mata. Los números de la muerte se contabilizan en cientos de miles. Los números de la muerte son los números de la ganancia, son el saldo de la ampliación del mercado, son la contrapartida de la baja de los costos de producción y la contracara del despilfarro.

La máquina salta por encima de los Estados y los derechos adquiridos. Supera a los Estados incluso en su capacidad para el ejercicio del cinismo. Los conserva sólo para que hagan una cosa: reprimir allí donde los derechos son defendidos.

Quiere convencernos de que la propiedad vale más que la vida y la obsecuencia más que la libertad.

También son tiempos de rebeldía.

La profunda crisis política, social y económica de nuestro país, exige de nosotros un compromiso (histórico, político) para hacerle frente y para abrir caminos en la construcción de un imaginario posible de nuestro pueblo.

En ese empeño se hace necesaria una nueva comprensión y revalorización de las articulaciones y mediaciones que los sectores populares establecen en la intepretación y en la construcción de la realidad. Tan necesaria como el replanteo de nuestras experiencias históricas, de nuestras propuestas, de nuestro proceder político.

en ves del pez, en vez del pájaro, en vez de una respuesta con fragancia de helechos mojados, pelo crespo de un niño, hocico de cachorro o simplemente un sentimiento de reunión, de amigos en torno al fuego, de un tango que sin énfasis resume la suma de los actos, la pobre hermosa saga de ser hombre.

No hay discurso del método, hermano, todos los mapas mienten salvo el del corazón, pero dónde está el norte en este corazón vuelto a los rumbos de la vida, dónde el oeste, dónde el sur. Dónde está el sur en ese corazón golpeado por la muerte, debatiéndose entre perros de uniforme y horarios de oficina, entre amores de interregno y duelos despedidos por tarjeta,

 

¿A quién respondemos?

Las organizaciones populares argentinas y latinoamericanas tienen una experiencia histórica rica y amplia. Tenemos pendiente, todavía, un diálogo sobre ella.

Las organizaciones populares argentinas y latinoamericanas tienen de por medio una historia de represión y de miedo orquestada para ellas y contra ellas.

Su historia nos habla de lo mejor de nosotros. Nuestra capacidad de ser solidarios, nuestra capacidad de pronunciar nuestra idea, de escuchar al compañero, de enfrentar al poder.

Hoy, nuestras organizaciones están golpeadas, sobre todo, por la ausencia de perspectivas, por el cercenamiento de nuestra capacidad de imaginar, por nuestra otra incapacidad, la de hacer política efectiva y autónoma. Nuestra incapacidad de hacer que nuestros sueños de una sociedad libre se plasmen en organizaciones libres, democráticas, revolucionarias.

Nuestras organizaciones están dañadas de falta de imaginación, están dañadas de dogmatismo, de tanto reproducir ese poder que queremos eliminar: el personalismo, el aparato, la consigna autocomplaciente, la dominación de unos sobre otros, las asimetrías.

Nos falta la política en sus varios sentidos: la política como decisión de todos sobre los asuntos importantes; la política como medida acertada para avanzar; la política como expresión de la creatividad de los individuos.

dónde está la autopista que lleve a un Katmandú sin camaño, a un Shangli-La sin pactos de renuncia, dónde está el sur libre de hienas, el viento de la costa sin cenizas de uranio,

de nada valdrá mirar en torno, no hay dónde ahí afuera, apenas esos dóndes que te inventan con plexiglás y Guía Azul. El dónde es un pez secreto, el dónde es eso que en plena noche te sume en la maraña turbia de las pesadillas donde (donde el dónde) acaso un amigo muerto o una mujer perdida al otro lado de canales y de nieblas te inducen lentamente a la peor de las abominaciones, a la traición o la renuncia, y cuando brotas de ese pantano viscoso con un grito que te tira de este lado, el dónde estaba ahí en su contrapartida absoluta para mostrarte el camino, para orientar esa mano que ahora solamente buscará un vaso de agua y un calmante,

 

¿De dónde nos agarramos?

(visto el quilombo en el que estamos metidos)

Nuestra militancia es de apoyo a las organizaciones populares, buscando su fortalecimiento, su crecimiento, y su autonomía.

La perspectiva de la educación popular nos permite trabajar de acuerdo a ese objetivo. La práctica, como punto de partida de los procesos de educación popular, y como punto de llegada, nos pone en situación de ubicarnos en el centro de los problemas de las organizaciones populares.

Permite colaborar con los militantes que participan de ellas desde dos puntos: ver cómo podemos ser más lúcidos en el análisis de la realidad en la que estamos inmersos y en relación al proyecto que queremos llevar adelante; ver cómo podemos ser más democráticos en nuestras estrategias para cambiarla.

La Educación Popular (ahora con mayúsculas) es una perspectiva de militancia que sostiene que los conocimientos, las interpretaciones, y la elaboración de políticas, deben hacerse desde los sujetos sociales capaces de enfrentar al sistema político opresor.

El acento de nuestro trabajo, por lo tanto, está puesto en la apropiación y la producción de conocimientos y en la reflexión teórico-programática junto a militantes y organizaciones populares.

porque el dónde está aquí y el sur es esto, el mapa con las rutas de ese temblor de náusea que te sube hasta la graganta, mapa del corazón tan pocas veces escuchado, punto de partida que es llegada.

Y en la vigilia está también el sur del corazón, agobiado de teléfonos y primeras planas, encharcado en lo cotidiano.

Quisieras irte, quisieras correr, sabes que se puede partir de cualquier cosa, de una caja de fósforos, de un golpe de viento en el tejado, del estudio número 3 de Scriabin, para llegar no sabes bien a qué pero llegar.

Entonces, mira, a veces una muchacha parte en bicicleta, la ves de espaldas alejándose por un camino (¿la Gran Vía, King´s Road, la Avenue de Wagran, un sendero entre álamos, un paso entre colinas?), hermosa y joven la ves de espaldas yéndose, más pequeña ya, resbalando en la tercera dimensión y yéndose.

¿Qué es lo que hacemos?

Nuestro trabajo se organiza en diversas áreas

Talleres de Educación Popular

Actividades dirigidas a organizaciones populares, con el fin de analizar y proyectar prácticas, en las modalidades de

Evaluación y planificación organizativa;

Análisis de la inserción comunitaria;

Capacitación teórico-metodológica en Educación Popular;

Formación teórico-política;

Comunicación alternativa;

Capacitación de educadores comunitarios.

Asesoramiento educativo al movimiento popular

Acompañamiento de los procesos educativos sistemáticos desarrollados por militantes y organizaciones populares: apoyo en la coordinación de actividades, asesoramiento en planificación de eventos y talleres, etc.

Promoción de espacios de debate

SUR participa, junto a diversos grupos, en la organización de actividades y foros de debate sobre la actualidad, la experiencia histórica del movimiento popular y sobre otros temas significativos para la política desarrollada por las organizaciones populares.

Edita, además, la revista Umiña, de periodicidad incierta, que aborda temas de esa índole, con la colaboración de organizaciones con las que llevamos adelante otras acciones.

Articulación con otras organizaciones

SUR apunta a la construcción de un espacio de participación y de articulación de prácticas sociales y políticas.

Propone la posibilidad de una nueva forma de hacer política. Desde las organizaciones sociales, desde la sociedad civil.

Cosa que es necesaria, a pesar de los profesionales de la política, de la "corporación de los representantes". De quienes en la lucha por mantener el Poder o por tomarlo, han definido una forma de hacer política que no nos contiene, representa ni incluye.

Participa, promueve y conspira en formas de organización que trasciendan nuestras distancias.

y te preguntas si llegará, si salió para llegar, si salió porque quería llegar, y tienes miedo como siempre has tenido miedo por tí mismo, la ves irse tan frágil y blanca en una bicicleta de humo, te gustaría estar con ella, alcanzarla en algún recodo y apoyar una mano en el manubrio

y decir que también tú has salido, que también tú quieres llegar al sur,

y sentirte por fin acompañado porque la estás acompañando, larga será la etapa pero allí en lo alto el aire es limpio y no hay papeles y latas en el suelo, hacia el fondo del valle se dibujará por la mañana el ojo celeste de un lago.

Sí, también eso lo sueñas despierto en tu oficina o en la cárcel, mientras te aplauden en un escenario o una cátedra, bruscamente ves el rumbo posible, ves la chica yéndose en su bicicleta o el marinero con su bolsa al hombro, entonces es cierto, mientras hay gente que se va,

que parte pata llegar, y es como un azote de palomas que te pasa por la cara, por qué no tú, hay tanas biclicletas, tantas bolsas de viaje, las puertas de la ciudad están abiertas todavía,

y escondes la cabeza en la almohada, acaso lloras.

Porque son cosas que se saben, la ruta del sur lleva a la muerte,

allá, como la vio un poeta, vestida de almirante espera o vestida de sápatra o de bruja, la muerte coronel o general espera

sin apuro, gentil, porque nadie se apura en los aeródromos, no hay cadalsos ni piras, nadie redobla los tambores para anunciar la pena, nadie venda los ojos de los reos ni hay sacerdotes que le den a besar el crucifijo a la mujer atada a la estaca, eso no es ni siquiera Ruán, y no es Sing-Sing, no es la Santé.

 

TALLERES DE EDUCACIÓN POPULAR

Nuestros talleres son similares en varios aspectos. Se trata de que en ellos, el material principal de trabajo sea la experiencia de las organizaciones con las que trabajamos (la práctica que realizan, las ideas que tienen acerca de ella, la modalidad organizativa que se dan).

Son distintos, en parte, porque responden a distintas necesidades que se nos han ido planteando. No son modelos duros, se fueron armando según las demandas de las organizaciones y se adaptan siempre a ellas.

En general, los talleres tienen una duración de dos o tres días completos y seguidos (entre 20 y 36 horas de trabajo). Siguen ahora las variantes de talleres:

Evaluación y planificación organizativa:

Se trata de que la organización se de un espacio para pensar qué es lo que está haciendo. El acento está puesto en el análisis del funcionamiento de la organización, de los vínculos internos, del efecto que produce en la sociedad y de sus estrategias políticas. El análisis es, siempre, un punto de partida para prácticas futuras.

Análisis de la inserción comunitaria:

Este taller se fue organizando con grupos que militan en barrios. Pone el acento en el análisis de las organizaciones barriales y de las diferentes formas de intervención en relación con ellas.

Capacitación teórico metodológica de coordinadores:

Está destinado a las organizaciones que desarrollan programas sistemáticos de formación política o de análisis de la realidad. Aquí tiene mucho peso la puesta en juego de herramientas metodológicas y de criterios teóricos de la educación popular.

Formación teórico-política:

Surge de la demanda de formación en temáticas específicas. Se recurre más a la lectura de fuentes y al análisis histórico y sociológico. Toma más distancia respecto de la práctica de las organizaciones, pero los ejes de análisis se acuerdan, para que sean de utilidad.

Estrategias de comunicación alternativa:

Pensar y buscarle la vuelta a la relación que se establece con la gente hacia la que dirigimos nuestras acciones. Está pensado para organizaciones que tiene estrategias y medios de comunicación, o que están pensando tenerlos.

allá la muerte espera disfrazada de nadie, allá nadie es culpable de la muerte, y la violencia es una vacua acusación de subversivos contra las disciplina y la tranquilidad del reino, allá es tierra de paz, de conferencias internacionales, copas de fútbol, ni siquiera los niños revelarán que el rey marcha desnudo en los desfiles, los diarios hablarán de la muerte cuando la sepan lejos, cuando se pueda hablar de quienes mueren a diez mil kilómetros, entonces sí hablarán, los telex y las fotos hablarán sin mordaza, mostrarán cómo el mundo es una morgue maloliente

mientras el trigo y el ganado, mientras la paz del sur, mientras la civilización cristiana.

Cosas que acaso sabe la muchacha perdiéndose a lo lejos, ya inasible silueta en el crepúsculo, y quisieras estar y preguntarle, estar con ella, estar seguro de que sabe, pero cómo alcanzarla cuando el horizonte es una sóla línea roja ante la noche, cuando en cada encrucijada hay múltiples opciones engañosas y ni siquiera una esfinge para hacerte las preguntas rituales

¿Habrá llegado al sur?

¿La alcanzarás un día?

Nosotros, ¿llegaremos?

(Se puede partir de cualquier cosa, una caja de fósforos, una lista de desaparecidos, un viento en el tejado - )

¿Llegaremos un día?

Ella partió en su bicicleta, la viste a la distancia, no volvió la cabeza, no se apartó del rumbo. Acaso entró en el sur, lo vio sucio y golpeado en cuarteles y calles pero sur, esperanza de sur,

sur esperanza. ¿Estará ahora sola, estará hablando con gente como ella, mirará a lo lejos por si otras bicicletas apuntaran filosas?

( - un grito allá abajo en la calle, esa foto del newsweek )

¿Llegaremos un día?

Julio Cortázar, "Después hay que llegar", 1977

Exilio

Herida que sangra,

angustia, desolación.

Estar en una multitud solo.

Ansiar volver,

preguntando por qué.

Rostros desconocidos,

manos frías, puertas cerradas.

Hundirse en la noche,

tal vez invocar a Dios

sin respuesta.

Esperar una voz amiga,

un sonido familiar, perfumes, música.

Es inútil.

Una infinita soledad

lo invade todo.

Sólo la esperanza de un retorno lejano

deja esbozar una sonrisa,

imaginando paisajes, el mar, pájaros,

calles llenas de sol, recuerdos, sensaciones.

Volver a vivir, a amar.

Rosa Rey .

Convocatoria a lectores (TRIS)

Umiña es una publicación de SUR, Centro de Educación Popular, Asesoría e Investigación. Las notas que aparecen en nuestra revista no responden, necesariamente, a las pocas ideas con las que contamos. Responden, eso sí, a nuestra intención de abrir un ámbito de diálogo en torno a problemáticas que hacen al proyecto de una sociedad justa y libre. Así es que proponemos a los lectores que hagan llegar opiniones acerca de la revista y/o notas respecto de los ejes que la misma se traza. Las opiniones y/o correspondencia serán publicadas en el tradicional correo de lectores, por lo que pedimos que sean breves, concisas, sustanciales. Con respecto a las notas y colaboraciones enviadas, lo ideal es discutirlas en el colectivo de redacción, para que, además de ser publicadas, sirvan para generar un debate interno. (Tel: 54-01-452-2917 - e-mail: surcepai@multi.com.uy)