Resumen: El
anciano y misántropo premio Nobel de Literatura Prétextat Tach se
encuentra próximo a la muerte debido a una exótica enfermedad de las
articulaciones. Todos los periodistas enviados a entrevistarle son
tratados con una malignidad y un cinismo extremos, hasta que una
joven de fuerte carácter le planta cara y le arranca en un intenso duelo
dialéctico una entrevista sorprendente...
Opinión: Vaya por delante mi más rendida admiración por esta
buena mujer, Amélie Nothomb, que ha conseguido por ahora colocar
todos sus libros entre mis favoritos. Sus libros son cortos y fácilmente
devorables: tanto es así que los tres que comentaré en mi web los leí
en una tarde cada uno, de un tirón. Amélie Nothomb es una joven escritora belga
(aunque nacida en Japón, aspecto en el que abundaré en el comentario de
"Estupor y temblores"), que se ha convertido en una auténtica
celebridad en su país. "Higiene del asesino" fue su primera
novela, y de hecho puede leerse como una carta de presentación de la
novelista hacia el público lector y el mundillo literario. Así, la joven
periodista puede considerarse una especie de alter ego de la
escritora, y el infame Prétextat Tach como un trasunto de los escritores
con quien pretende medirse, a los que quiere emular y al mismo tiempo
vencer. Más concretamente, se diría que Tach es una especie de reflejo
de Céline, escritor maldito donde los haya, tan despreciado y a la
vez temido como el ficticio Tach (pronto comentaré aquí algún libro de
Céline, reverenciado entre otros por el inimitable Juan Nicho). De
hecho, y aunque confieso que me da pereza comprobarlo, creo que algunos de
los fabulosos títulos de los libros escritos por Tach ("Violaciones
gratuitas entre dos guerras", "Apología de la dispepsia",
"La muerte y me quedo corto") están inspirados en títulos del
propio Céline.
Sea como sea, la verdad es que Tach es un gran personaje: antipático,
cínico, desagradable y físicamente monstruoso, de una gordura
extrema (es curioso, pero siempre aparecen gordos "malvados" en
las novelas de Amelie Nothomb, como en "Las catilinarias" o
"Estupor y temblores", no estoy seguro de por qué asocia grasa
y mala baba esta buena mujer... Leí en una web que había padecido
bulimia, quizás por ahí andan los tiros). El enfrentamiento entre los
acapullados primeros cuatro periodistas y Tach es francamente divertido
por el cinismo que destila cada frase. Casi me puedo imaginar a la Nothomb
riéndose entre dientes cada vez que asestaba una puñalada: parece que
aprovechó para despacharse a gusto con el tipo de gente a
la que despreciaba. El núcleo del libro (la entrevista con la periodista
y su imprevisto final) rebaja un poco la mala leche general, aunque con
unos destacables puntos de refinada y exquisita crueldad, tanto verbal
como física.
En resumen: este es un libro breve y directo como un golpe en el
estómago, con unos diálogos increíblemente ágiles y reales, fácil de
leer y de adaptar al teatro (ya tarda en salir alguna adaptación), y que
deja un regusto extraño en la boca. He leído críticas algo displicentes
sobre la Nothomb (del estilo "es buena pero no produce gran
literatura"). ¿A qué viene eso, es inferior por su estilo directo y
engañosamente fácil? ¿No es en el fondo más meritorio escribir así
que de un modo voluntariamente oscuro y críptico? Ahí va mi voto en
favor de una de las escritoras que más me ha impresionado en los últimos
años.
Fragmento:
"PRÉTEXTAT:
Quédese, es usted tenaz, eso me divierte. Ya que no parece dispuesta a
perdonarme, hagamos una apuesta, ¿le parece? Le apuesto a que, al final
de la entrevista, le habré hecho sacar el hígado por la boca, como a sus
predecesores. ¿Le gustan las apuestas, no?
PERIODISTA:
No me gustan las apuestas gratuitas. Quiero un envite.(...) Le propongo
que el envite sea el mismo para ambos: si yo me vengo abajo, me
arrastraré a sus pies, pero si el que se viene abajo es usted, le tocará
arrastrarse a mis pies. También me gusta que la gente se arrastre ante
mí. "