Pedro Rozas
I
Introduzco la mano por la boca
Con la intencion de llegar a la conciencia
Extraerla junto a los recuerdos taciturnos
Que nos envilecen la vida cotidiana
Introduzco la mano
Como un suspiro incandescente
Suturar las heridas con las yemas de los dedos,
Son sus buenas intenciones
Y mis dos candelabros soņolientos
Se estremecen disecados en las palmas
De las manos
El pendulo del recuerdo oscila
Y el golpeteo incesante me estrangula.
El verdugo de las horas nunca duerme
Eclipsa el reflejo mas valiente
Y en lo mas interno de mi fosa
Se enredan y desenredan  las serpientes
Emitiendo sonidos guturales
Se despedazan, se ahogan, lo presiento
Hacen ponerme en cuclillas con
Estertores miserables.
Mientras introduzco la mano por la boca...
El pendulo del recuerdo oscila
Y el golpeteo incesante me estrangula.