Confitería del Molino |
En 1859, cuando aún no
existía la plaza del Congreso, abrió sus puertas una confitería
ubicada en la esquina de Rodríguez Peña y Rivadavia, que se llamó
Confitería del Centro. Estaba en las cercanías
de un molino harinero de vapor instalado por entonces en la plaza
Lorea.
En 1866, este comercio pasó
a llamarse Confitería del Molino, dirigido por Constantino Rossi
(que eligió el nombre) y Cayetano Brenna.
Veinte años después, la
firma quedó a cargo sólo de Brenna, que le daría su posterior
impulso.
En 1905, al inaugurarse la plaza Congreso, la confitería se mudó a la esquina de Callao y Rivadavia. En 1914 se tiró abajo el local, para levantar en su lugar uno nuevo que abrió sus puertas en 1917 y que aún perdura.
Así, la Confitería del Molino, obra del arquitecto Italiano Francisco Teresio Gianotti, fue realizado en una peculiar versión del estilo art nouveau, y decorado con mármoles y bajorrelieves de bronce. Tiene 3 subsuelos, donde estaban su propia planta de elaboración, bodegas, un taller mecánico y hasta su propia fabrica de hielo. Tenía, además, salones de fiesta en el primer piso, y en 1947 se anexó un edificio vecino. Dominaban el elegante conjunto las mesas de mármol y las cómodas sillas con butacas de cuero.
Por décadas, el Molino sirvió de punto de reunión de los parlamentarios, especialmente, de los representantes del radicalismo y del socialismo; los conservadores se inclinaban por la París. Convergieron alrededor de sus mesas poetas, como Amado Nervo, pensadores como José Ingenieros, actores como Francisco Petrone. Entre sus habitúes, se encontraban Alfredo L. Palacios que solía paladear solitario su coñac importado, José Félix Uriburu, Marcelo T. de Alvear, Juan Domingo Perón, que visitó el lugar en los años setenta, cuando regresó de España, el presidente Ilia. Todos ellos degustaron a su tiempo el exquisito café o sus delicias de repostería, como su afamado postre imperial ruso que tenía la imagen de un águila bicéfala, o el postre Leguisamo, que fue bautizado así por Carlos Gardel.
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