“La Realidad, Según Platón”
Minerva Gary
- 602 -
Instituto Educativo Olinca
Publicado: Miércoles 1o de Octubre
El eje de
este trabajo gira alrededor de Platón, y se dirá una hipótesis para definir la
realidad. Este trabajo está estructurado de tal forma que analiza el concepto
de realidad de Platón, quien se basa en otros dos filósofos. Retomaré ese
concepto y lo utilizaré para sustentar el concepto de realidad de la misma
manera que el de la hipótesis. El concepto de realidad puede tomar cuartillas y
cuartillas, pues es muy compleja su explicación, sin embargo trataré de ser lo
más congruente y explícita en esta posición.
Hipótesis
La realidad es
perfecta e inaprensible, y son todas las ideas de naturaleza buena que suceden
y están en el universo, fuera o dentro
de la percepción humana, y que luego se materializarán. La realidad es una,
fuera de la mente del hombre; el hombre percibe partes de la realidad total,
llamadas verdades, que interpreta y malinterpreta de acuerdo a sus capacidades
y conveniencias.
El escenario de
Platón se basa en las ideologías de Heráclito “La realidad es un permanente
devenir” y Parménides “La realidad es el ser inmutable y permanente”. Platón
maneja una realidad de dualidad en donde crea dos mundos, uno de las ideas y el
otro de la materia, que sólo es la mala proyección del de las ideas. El de las
ideas es inmutable, mientras que el de las apariencias o material sí es
mutable. Estos dos mundos se unen cuando Platón concibe que el conocimiento se
da por medio de los sentidos y de la propia inteligencia. Los conocimientos
captados por los sentidos son temporales y cambiantes, mientras que los
captados por la inteligencia son eternos y perfectos.
El mundo de las cosas
no iguala al mundo de las ideas, pero existe cierto parecido entre ambos. Las
ideas no son causa de las cosas, son simplemente sus prototipos. Las cosas
participan de las perfecciones de las ideas.
El Alma según Platón, ocupa una posición intermedia entre las
ideas y la materia. La noción del alma constituye por sí misma un problema de
gran magnitud en el sistema dualista de la Teoría de las Ideas.
Por una parte, el alma era para Platón lo vital, aquello que se mueve por sí;
por otra parte, es ella la que percibe, conoce y quiere.Como principio de vida
y de movimiento, el alma pertenece al mundo del conocimiento de las ideas y,
por lo tanto de la verdadera realidad.
La realidad de
acuerdo al concepto que acordamos, son todas las ideas de perfección que la
mente tiene y su proyección a lo material.
Las formas en que se adquieren, no tienen ni un orden, ni un método.
Ocurren diversas situaciones que dejan un aprendizaje, mismo que va formando al
ser humano y su entorno, creando así “una realidad” que cada individuo codifica,
clasifica, vive y define de acuerdo a lo que sabe, experimenta, y sobre todo
PIENSA.
No existe una
definición concreta de realidad, ni una explicación a lo que representa, sin
embargo sabemos que existe porque es parte de nuestra vida diaria, lo percibimos
y la creamos. Cada conocimiento tiene un antecedente que le permite trascender
tanto en la historia de la humanidad, como, principalmente en la formación de
cada individuo.
Los conocimientos
innatos, están presentes por reglas
específicamente esenciales que rigen el comportamiento de acuerdo a
estereotipos, mientras que los conocimientos que se dan por las experiencias,
dan un amplio aprendizaje que permite la complementación de aquellos que se
imponen. La realidad es en sí, la percepción y mezcla de los elementos ideales
y materiales en un entorno. Por ello decimos que la realidad es inaprensible,
pues no todos toman los mismos elementos con la misma jerarquía de importancia,
es decir, lo que para uno es bueno, para el otro puede que no lo sea. Cada ser
humano construye su realidad de acuerdo a ideologías, costumbres, tendencias y
expectativas de la vida, porque cada ser humano puede pensar. Nos remitimos así
a la máxima Cartesiana “Pienso, luego existo”.
La realidad es un
elemento subjetivo y poco confiable al que el ser humano se aferra para
justificar comportamientos, actitudes y poder así tener cierta “seguridad en lo
que cree y en lo que debe de creer”. No es más que parte del proceso humano en
donde todo necesita una explicación, el por qué de las cosas, sin embargo
sabemos que el temor a lo desconocido fue, es y será la pauta que de pie a los
constantes cuestionamientos que día a día
marcan esa necesidad de tener las situaciones bajo control, y que nada
parezca ser más poderoso que el conocimiento del hombre. Saber cada día más es
el desafío humano, en donde se deben mezclar la inteligencia, habilidad, y
audacia para vencer los temores, y sentirnos seguros de lo que somos, de las
razones por las que somos y estamos aquí y ahora.
Nadie nos asegura que
la realidad como la concebimos es y está. Más bien, cambia de acuerdo al
crecimiento del individuo, a su pensamiento basado en experiencias, y en la
aplicación de ellas a lo ya conocido.
Las
ideas y el conocimiento van de la mano, se complementan y forman una verdad
absoluta e irrefutable. Cuando esta verdad es de naturaleza buena, podemos
hablar de realidad. Mientras que lo
material por sí solo, no representa más que superficialidad y movimiento
continuo sin rumbo fijo, como Heráclito diría: “que puede detenerse en
cualquier instante o saltarse etapas, de acuerdo a lo que la mente decida”.
El alma como concepto
es difícil de definir. Platón la concibe en un punto intermedio entre lo material
y las ideas. Nosotros creamos que alma y mente son uno mismo, esta alma o mente
creadora, crea a través del pensamiento real, que es el pensamiento bueno, y
destruye a través del pensamiento irreal o malo.
La
explicación y comprobación de la hipótesis, después de haber revisado todo el
antecedente de Platón es:
Lo material va desarrollándose de acuerdo a las ideas que
marcan la diferencia entre una y otra cosa. Lo material no existe sin las
ideas, pero las ideas sí existen sin lo material. Mientras las ideas surjan o
se renueven marcando lo abstracto, lo material marca las etapas con elementos
palpables y perceptibles para el hombre, formando como conjunto una realidad.
Solo las ideas con naturaleza buena existen en realidad, pues el mal es tanto
irreal como capaz de engañarnos en nuestra percepción del mundo en tanto a
la realidad. La idea del mal no es algo real, sino la ausencia de otra cosa
fundamental y verdaderamente real, esta idea fundamental y real es la idea del
bien, que crea y define al mundo material. Como las ideas son universales, pues
cada quien tiene las suyas, y van cambiando constantemente. La realidad
evoluciona, haciéndose así inaprensible.
Las ideas de naturaleza mala no son reales pues no tienen cabida en la
perfección. Peor aún en la realidad, los errores se expresan porque las ideas
existentes, aunque no reales, de maldad, engañan al hombre orillándolo a pensar
que el mal debe expresarse materialmente y, haciendo así que el mal suceda. Este
engaño y mal interpretación en la mente del hombre, ocurre por la misma
naturaleza inaprensible intrínseca a la realidad: ningún hombre es poseedor del
conocimiento de toda la realidad, así que las verdades (partes de la realidad)
que conoce, son malinterpretadas.
Conclusión
Desde que el
hombre ha tenido conciencia de sí mismo y se volvió una mente pensante, un
problema que ha llegado hasta nosotros y es digno de resolver se le presentó.
El problema que llegó al hombre es el intentar definir la realidad, pero fue el
problema quien se puso delante del hombre, o fue el hombre quien se puso
delante del problema? De cualquier forma el hombre se apasiona, es seducido
para hallar la respuesta y entre mas obstáculos surgen dentro del camino hacia
la verdad, más se obsesiona, mas fuerte se vuelve esa necesidad de saber qué es
lo real y qué es lo irreal, qué es lo verdadero y qué es lo falso. El hombre
quiere ser parte de la realidad, tiene la necesidad de demostrar su existencia
dentro de ella, e intenta explicarla a través de argumentos filosóficos. Pero
retomando nuestra hipótesis: la realidad es una y fuera del hombre. No se tiene
la certeza sobre la veracidad de la hipótesis, pero sí sé algo: ¿Puede existir
una definición tan extensa, tan profunda, que abarque todos y cada uno de los
elementos que la conforman?