Textos del catálogo de

Cesar Reglero

Jose Emilio Antón

Fernando García Delgado

Montse Fornós

Hans Braumüller

Clemente Padín

Elías Adasme

Tartarugo
 
 
 

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Quisiera explicar lo que es el mail art, pero la tarea no es fácil Al menos puedo decir que funciona sin ánimo comercial, sin censura ni selección y que parte del hecho de que todo ser humano es creativo por naturaleza.

Estas premisas convierten a este movimiento en un sistema de comunicación entre artistas altamente espontáneo, donde prima la creación comunicacional por encima del academicismo perfeccionista.

Su medio de comunicación es el correo postal, pero no se descarta cualquier otro sistema que permita el acercamiento entre seres humanos. Es por ello que el correo electrónico entra dentro de su actual dinámica conviviendo pacíficamente con el postal.

Si hubiera que destacar algún rasgo característico del mail-artista, votaría por la solidaridad y la creación. El acto creativo al servicio de la solidaridad y la convivencia entre los diferentes pueblos.

César Reglero
 
 

La ideas básicas en el Mail Art son la comunicación y la creatividad. Eso es evidente a nada que se analice el tema, pero otro aspecto importante es la capacidad de impulsar a toda persona a participar de esa creatividad sin fronteras y sin barreras, poniendo a la misma altura la creación del artista consagrado en cientos de exposiciones con el que se atreve a expresarse por primera vez, por que el romper la barrera, que a los adultos se les impone en alguna etapa de su vida, y crear con libertad es sentirse libres.

Para los artistas, con otras opciones creativas, la comunicación humana entre personas de todos los continentes supone un enriquecimiento para su propia capacidad creativa. Poesía visual, música alternativa, infografía, videoarte, ediciones independientes, técnicas mixtas de impresión... muchas posibilidades que se aglutinan y que aparecen en los buzones sorprendiendo y reciclando la imaginación del que recibe el mail art.

Y ante todo la posibilidad de coincidir con ideas solidarias, con personas que se convierten en amigos... de cualquier parte del planeta.

José Emilio Antón
 
 
 

Esta convocatoria se organiza desde el mail art pero está dirigida a todos aquellos, artistas o no, que sienten y piensan que la libertad de expresión no puede ser coartada ni censurada. La libertad de expresión es vital para el crecimiento individual, con el cual se desarrolla el crecimiento de una sociedad. A través del libre pensamiento surgen las grandes ideas que nos permiten avanzar en el desarrollo cultural y social.

De ésta manera surgió AUMA; cinco individualidades con libertad de ideas y de diferentes nacionalidades que se unieron para desarrollar una idea en común, un proyecto global: la libertad en la enseñanza de las artes.

Quisiera terminar con una frase que fue pintada por el grupo Artrat (Bs.As., 1985), un grupo de estudiantes de bellas artes, en un mural realizado en una de las paredes de la escuela y que luego fue censurado:

"El miedo a la Libertad / Censura no nos hará bajar las banderas de la imaginación." André Bretón.

Fernando García Delgado
 
 

Esta convocatoria nace de lo que no debería ser una utopia: el derecho a la libertad de expresión. Si en todos sus años de rodaje y experiencia, el mail art ha conseguido abolir las barreras desde su red, debe seguir trabajando para abrir mas puertas al dialogo, el intercambio y la creatividad, para desacralizar el arte y rescatar su función colectiva, para salir de la mera contemplación estética de las obras y ofrecer la posibilidad de actuar e interacturar, de implicar al observador para que sea participante, de posibilitar la expresión de la mayoría frente a estos acontecimientos sociales que violan los mas elementales derechos de la humanidad.

Montse Fornós/Matriz Grupal
 
 

Internet es un instrumento que, como tal, puede influenciar nuestras vidas. Cómo se utiliza para la liberación o la opresión no depende de su naturaleza, sino de la estructura social que determina su uso. Por tanto, la demanda de los situacionistas de hacer los media (Internet incluido) accesibles a todos debe ser tomada en consideración. Sólo cuando esto se lleve a cabo Internet adquirirá un carácter democrático. Las multinacionales de la telecomunicación en países pobres podrían patrocinar el acceso a Internet a las escuelas, las universidades y las bibliotecas públicas.

Para ilustrar cómo Internet crea una nueva dimensión en el área de la comunicación y del intercambio, quisiera mencionar lo siguiente: en el plazo de dos días despuésde la detención de Pinochet en Inglaterra, un colectivo de cinco artistas (Clemente Padín, Uruguay; Fernando García-Delgado, Argentina; Tartarugo y César Reglero, España y yo mismo) desarrollaron a través del correo eléctronico E- lo que más adelante sería llamado GOM@ (organización global de mail-artistas) para lanzar un comunicado oficial. En él exigimos justicia para Humberto Nilo y la extradición de Pinochet a España. Humberto Nilo, ex-director y ex-profesor en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, era víctima de los mecanismos todavía existentes de la antigua-dictadura. En marzo de este año, mientras aún era director, organizó una exposición de mail-art titulada Libertad, Pluralismo y Diversidad en la Producción y la Enseñanza de las Artes. En el plazo de dos semanas, conseguimos 300 firmas para nuestra causa, utilizando el e-mail. Enviamos éstas a los gobiernos en Chile, España e Inglaterra y a organizaciones internacionales. ¡Todavía seguimos recibiendo adhesiones incluso por correo ordinario!.

Hans Braumüller
 
 
 

El arte ha sido una de las bases fundamentales de nuestra progresiva "humanización", en tanto registro simbólico de los valores que va generando nuestra actividad en todas las áreas del hacer. La obra de arte, a partir de su condición de "producto de comunicación", al exigir la participación de interlocutores en situación de "diálogo" activo, destaca una de las características primordiales de la índole humana: la relación social. Sobre todo en los casos en que los productos permanezcan en la zona del "uso" y no sean meramente productos de "cambio", es decir, en tanto sean "productos de comunicación" y no "productos a intercambiar" por otros productos, vía dinero.

Sin duda, en tanto no avancemos y crezcamos en nuestro desarrollo hacia mejores niveles de humanidad, de comprensión y de conocimientos, y en tanto nuestras condiciones de vida no mejoren al punto que sea posible una justa distribución de bienes en todo el mundo y haga posible una vida normal sin muertos de hambre; un mundo ecuánime en donde todos puedan leer, estudiar y comunicarse; un mundo sin guerras, sin ejércitos, sin fabricantes de armas, es decir, en tanto no superemos estas circunstancias adversas, habrán intrínsecamente injusticias.

Sin embargo, oponernos a la arbitrariedad y decirle "NO" a la injusticia han sido rasgos inherentes a nuestra índole desde los albores de los tiempos. Nos ha costado muchísimo, a nosotros, los humanos, sujetarnos a reglas del convivir. Legislar e imponer reglas de convivencia ha sido muy oneroso para la especie, no sólo en vidas sino en recursos y cada vez que esas normas se rompen, vía arbitrariedad del poder, es necesario salir a reconstruir el estado de derecho, intentando restablecer y mejorar su eficacia, concertando a través del diálogo y el consenso, es decir, imponer nuestra índole humana en nuestras relaciones para evitar caer en la ley del más fuerte.

Las leyes y los reglamentos existen pero son permanentemente ignoradas por el poder: el caso de Humberto Nilo, despedido brutalmente de su cargo de catedrático en la Escuela de Artes de la Universidad de Chile, lo demuestra. Por ello nuestra lucha, la integración de nuestro colectivo y la convocatoria para la muestra de arte correo denunciando estos hechos apunta a restablecer, no sólo a Nilo en su cargo sino, también, a nuestras conciencias en el camino de la superación de la mera animalidad en aras de un "hombre nuevo".

Clemente Padin
 
 

Desde finales de los setenta vengo explorando ese terreno movedizo en el arte, llamado por aquel entonces "experimentación" y que se materializaba más allá de los límites bidimensionales de una obra tradicional. Días aciagos en que, además de la censura oficialista, sustentada por un sistema totalitario, (el régimen de Pinochet en mi natal Chile) nos encontrábamos con el rechazo abierto o asolapado de algunos de nuestros propios compañeros de causa. Y es que expresiones o trabajos de arte que escaparan a los cánones academicistas establecidos, o al menos reconocido por gran parte del "establishment" cultural -fuera éste de tal o cual postura ideológica- tenía como resultado final, un inevitable sello de desconfianza y sospecha. Acciones de arte, video-arte, performance, body art, land art, mail art o los "environment", llamados más tarde instalaciones, constituían casi un delito en su ejercicio. Pocos se detenían a pensar que todas estas expresiones tenían más bien motivaciones históricas en un contexto geográfico determinado, antes que una mera evolución formal al interior de la historia del arte internacional. Más aún, las posibilidades de apertura artítica, arduamente trabajados en esos años, nos permiten asumir ahora una práctica de arte con una mente más libre. De hecho, una mirada al panorama del arte mundial, nos confirma que mucho de lo que se está haciendo hoy, tiene fuerte asidero en las "experimentaciones" de los sesenta y setenta.

De todas ellas, el Mail Art o Arte-Correo, ha sobrevivido los embates de una reacción del sistema (político, social, económico y cultural), que no ha trepidado en utilizar sus estrategias de asimilación y control para anularlas. Las aspiraciones de libertad, intrínsecas a todo movimiento ruptural o de vanguardia, junto a la reivindicación de la utopía "todo hombre artista" siguen presentes en este espacio de expresión y comunicación que -bien me atrevo a pronosticar- pudiera ser más que representativo de una estética de fin de siglo. Y ante los retos del tercer milenio: ¡Expandir los campos de acción del arte… esa es la consigna!

Elías Adasme
 
 

La previsión que Hegel hiciera acerca de la muerte del arte debido a su "exceso de conciencia" parece ir cumpliéndose de una forma que parodia las previsiones del mismo Hegel en lo referente a la autodisolución y superación de la actividad artística en un estadio de conciencia superior. La aparición en este siglo ?aunque ya anunciada por figuras como Jarry o Mallarmé- de la ironía nihilista representada por Dadá supone, tal vez, la activa respuesta de los artistas más conscientes a la contradicción existencial que implica la pretensión de autosuficiencia enfrentada con la falta de un orden que valide la propia elección de dicha autosuficiencia.

En este sentido, está pendiente el estudio de la existencia de toda una corriente que recorre la historia del arte del siglo XX y que podríamos denominar conceptual (sin caer en la trampa académica de identificar este término exclusivamente como un "movimiento" propio de los años 60-70, como habitualmente se ha venido haciendo hasta ahora) y que, posiblemente, tiene su piedra angular en la obra de Duchamp y continúa sin interrupción hasta nuestros días a través de Schwitters-Merz, del futurismo, del constructivismo soviético, del Letrismo y de la Internacional Situacionista, de Fluxus, de Klein y el Nouveau Realism, de Cornell, de Cage, del minimal, del povera... y, por supuesto, del Mail Art. Una corriente que se podría definir como tentativa de interrogante ontológica sobre el arte y sobre su necesidad, como tentativa de estudio sobre la pertinencia de esta institución ("el nombre de artista es un insulto, la denominación arte destruye cualquier pretensión de igualdad entre los hombres" declaraban ya en 1919 John Heartfield y George Grosz): en definitiva, como tentativa de romper las barreras entre el arte y la vida.

El rigor con que el Mail Art mantiene las premisas a partir de las cuales se mantiene esta estrategia de enfrentamiento (ruptura con los canales tradicionales de la exhibición, socialización de la práctica artística, cuestionamiento de la autoridad de la crítica...) así como su asimilación de (y su relación con) géneros "márginales" como el copy art, el sello de artista, la performance, el web art... e incluso la creción de otros que han nacido y se han desarrollado en su totalidad en su seno, como es el caso del turismo (y hay que recordar aquí el enorme éxito que han tenido los Encuentros Incongruentes de 1998, cuando toda la historiografía del arte había cerrado filas acerca de la impertinencia de seguir hablando del Mail Art), contrasta dramáticamente con el simulacro de las instituciones artísticas, que siguen dudando entre si es mejor certificar oficialmente la muerte de la "broma" duchampiana (como no han dudado en calificarla) o sacralizar un nuevo rococó "postconceptual" cuya credibilidad rupturista es casi siempre inversamente proporcional a su esplendor mediático.

Por ello, una muestra como ésta, en la que, una vez más, los mailartistas asumen aquella aseveración de John Cage en la que afirmaba que la radicalidad del arte venía dada más en virtud de su capacidad perturbadora de las estructuras sociales, políticas, económicas y psicológicas que por sus características formales, adquiere todo su sentido y su razón de ser.

tartarugo



 
 
 
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