Shidoshi

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INSTRUCTOR DEL DOJO

"Las Artes Marciales Bujinkan Dôjô, dan cauce a tu propia personalidad, en donde tu "Taijutsu" (Lenguaje Corporal) puede integrarse a un idioma universal, que borra fronteras, reduce distancias... y lo más importante: une corazones".


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Mi nombre es Alejandro Estrada y soy Diseñador Publicitario de profesión; paralelamente soy instructor de Artes Marciales y dirijo mi propia escuela, la cual se llama Bujinkan Budô Tatsujin Dôjô, de la cual soy responsable en la ciudad de Bogotá.

Empecé en las Artes Marciales en 1986 a la edad de 16 años, actualmente ostento el grado de Shidoshi Godan Bujinkan Budô Taijutsu; (Cinturón Negro 5to. Dan), es decir, soy instructor senior de un Arte Marcial de origen japonés, cuya tradición se remonta a 2.000 años en la historia. Este es el Arte Marcial que la gente conoce comúnmente como "Ninja".

Al comienzo, al iniciarme en las Artes marciales viví a los 2 años de entrenamiento una fuerte decepción, ya que fui una víctima más de uno de aquellos espontáneos "maestros ninja criollos" que pululan en nuestro medio. Estos personajes que se han encargado en anular muchas aventuras personales y en denigrar el nombre del Ninjutsu dentro del ámbito de las Artes Marciales nacionales. 

El hecho de que iniciara mi camino en las Artes Marciales precisamente con el Ninjutsu, fue en verdad incidental, ya que para mi en esa época todas eran iguales. Sin embargo, fue esta decepción la que me abrió los ojos a la realidad de las Artes Marciales en Colombia y en especial a la del Ninjutsu, lo que me inspiro a buscar una utopía en esos días: "Encontrar el Ninja Real".

En el trayecto encontré una buena escuela, que aunque no era la ideal si me brindaba una verdadera posibilidad; así mismo conocí (no practique plenamente) otras Artes Marciales tales como el Taekwondo, el Kungfu, las Artes Marciales Abiertas y especialmente el Aikido, por el cual tuve un brevísimo transito pero que tuvo un impacto importante para mí, lo que me llevo a convencerme aun más de mi utopía; ya que más que nunca creía y creo que la nueva generación de practicantes de Ninjutsu merecen que no se les engañe, merecen un mejor Arte Marcial y por tanto una mejor valoración.

En Febrero de 1996 recibo el grado de Cinturón Negro 1er. Dan en Ninjutsu de la Academia de Artes Marciales y Defensa Personal Shibumi de Santafé de Bogotá, Instituto de Educación No Formal, reconocido mediante Resolución número 918 S.E.N. A cargo del Profesor - Director Gildardo Romero R.

Gracias a este dôjô y a su Profesor Gildardo logre los primeros y reales contactos en 1993, con un instructor argentino. Así en Agosto de 1996, recibo el grado de Cinturón Negro 1er. Dan, es decir, Shidoshi-ho Shodan de la Bujinkan Dôjô Colombia (actualmente cerrada) dirigida por el Instructor argentino Jorge V. Goldenstein Shidoshi 5to. Dan de la Bujinkan (hoy inactivo).

Posteriormente en 1998 a través del Shihan Pedro Fleitas logró ingresar oficialmente a la Bujinkan, y descubro a un autentico Ninja: Masaaki Hatsumi .

El grado de 2o. Dan fue solicitado y certificado por mi instructor, el Shihan español Pedro Fleitas en Agosto de 1999 el cual me fue concedido y luego expedido por el Soke (máximo maestro) japonés el Dr. Masaaki Hatsumi director mundial de la Bujinkan con sede en Japón, en Febrero de 2000, junto con el título de Shidoshi-ho, autorizándome así para difundir y preservar el Budô Taijutsu en Colombia, siempre y cuando observe las normas de participación de la organización Bujinkan Dôjô.

Obtener esto no fue nada fácil para mi, ya que me costo 10 años de mi vida poder llegar hasta este punto.

Desde ese momento procuro mantenerme en permanentes cursos y seminarios nacionales  e internacionales, para lograr obtener un mejor nivel de conocimientos y profesionalizarme cada vez más en esta actividad.

Dentro de mis planes siempre había contemplado la posibilidad de entrenar directamente con el Soke Masaaki Hatsumi, ya sea en cualquier parte del mundo en donde se encontrara o en el mismo Japón en su Dôjô (escuela) en la ciudad de Noda al norte de Tokyo... así en abril del 2004 conseguí finalmente mi meta ¡ y la utopía se hizo realidad !, 14 años despúes.

Actualmente sigo desarrollando las actividades del Tatsujin Dojo, con el propósito de dar a conocer este maravilloso Arte Marcial a todas las personas que tengan un genuino interés en conocer una legendaria tradición marcial japonesa, que puede aportar no solo una capacidad en el nivel de la defensa personal, si no que también nos puede aportar el fascinante secreto de una cultura milenaria que ha hecho del Japón hoy, una de las potencias del mundo.

Por tanto espero poder llegar a mucha gente que les interese el Arte Marcial, mostrarles el Budô de la Bujinkan Dôjô y poder ofrecerles una buena y
muy válida opción como cualquier otra, para aprender “buenas” Artes Marciales.

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Creo que la nueva generación de practicantes de Ninjutsu merecen que no se les engañe, merecen un mejor Arte Marcial y por tanto una mejor valoración.


Alejandro Estrada con el Shihan Pedro Fleitas en su primer encuentro en Santiago de Chile en agosto de 1999.


Alejandro Estrada con el Soke Masaaki Hatsumi en su primer encuentro en Noda-Japón en Abril de 2004.