Página de los Dramaturgos del Perú

La huelga: obra teatral de Grégor Díaz, dramaturgo peruano (texto completo)
Gregor Díaz Celendín, Cajamarca, 1933; Lima 2001+

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Se inicia como dramaturgo en 1966, año en que escribe Los del 4, que en 1968 gana el 1er. Premio del Concurso de Obras de Teatro organizado por la Sociedad Judía del Perú y además es publicada en la antología "Teatro Selecto Contemporáneo Hispanoamericano" (Madrid, 1971). Fue también publicado en el Perú en 1968 por la Editorial Causachum (La huelga) y por la Editorial Homero, teatro de grillos, en 1976 (Cercados y cercadores) y en 1978 (Cuento del hombre que vendía globos).
Su obra Sitio al sitio fue publicada en Colombia en la Antología Latinoamericana de Teatro Breve Social (1999).
Antes de su muerte, en diciembre del año 2001, escribe In memoriam, una investigación sobre nuestros teatristas fallecidos desde el Siglo XIX hasta hoy.

    Obras y año de estreno (en Lima, salvo indicación):
  • Los del 4 (1968)
  • La huelga (1968)
  • Cercados y cercadores (1971)
  • Cuento del hombre que vendía globos (1975, 1er. Premio del Concurso anual del TUSM)
  • Réquiem para 7 Plagas (1979, 1er. Premio TUSM ese año y Mención Honrosa en el Concurso Hispanoamericano "Andrés Bello" del CELCIT de Venezuela en 1981)
  • Chimbote Mundo (Primer Premio CELCIT Perú ese año) (1981)
LA HUELGA

La huelga

De Grégor Díaz

  Primera Edición, Lima, 1972

CARÁTULA

VÍCTOR ESCALANTE

© Editorial CAUSACHUN

  

I N T R O D U C C I Ó N

 

LA HUELGA, pieza teatral de Grégor Díaz, vuelve doblemente entre nosotros. Se repone en la escena peruana y se publica por la Editorial CAUSACHUN. Ambos acontecimientos hay que relevarlos.

La vuelta de LA HUELGA a los escenarios es una demostración de su vigencia como obra de arte que responde a las necesidades de una época de crisis. Su publicación deviene importante para la Editorial que dirigimos porque con ella inicia su colección de Teatro y, además, porque ésta es una obra profundamente comprometida con el hombre nuevo, escrita por un autor joven y ya definido por una estética realista, que es aquella por la que damos nuestro voto.

LA HUELGA es la primera de las obras escritas por Grégor Díaz y, sin embargo, paradójicamente, es la última de las montadas. Piezas posteriores suyas son LOS DEL 4 (puesta en escena e incluida en representación del Perú en la Antología del Teatro Selecto Contemporáneo Hispanoamericano, Tomo I, Edit. Escelier, Madrid, 1971) y EL CIRCULO DE BARRO (inédita).

Destacan en LA HUELGA numerosos valores entre los que subrayamos el anejo atinado del lenguaje popular. Los personajes de Grégor Díaz hablan con esa donosura y picardía que caracterizan a las clases populares a las que pertenecen.

En ésta como en todas sus piezas destaca el tremendo impacto vivencial de sus personajes, ese hálito de vida cotidiana que las define.

LA HUELGA narra el advenimiento de un conflicto sindical que lleva, a los obreros de construcción civil, a la paralización de labores. Alrededor de esta huelga, que se siente como atmósfera angustiante, se narra la vida de un grupo de obreros a través de escenas breves pero muy incisivas. Las reacciones de los proletarios peruanos frente al conflicto le sirve al autor para ofrecernos una atinada caracterización psico-social de cada uno de ellos.

LA HUELGA, finalmente, hace subir, por primera vez a la escena a los obreros de construcción civil, al proletariado. Y esto es memorable.

Y por eso CAUSACHUN la publica, fraternalmente dirigida a todos los hombres nuevos del Perú y de América.

                                   WINSTON ORRILLO

 

 

GRÉGOR DÍAZ

            Nació el 21 de abril de 1933 en Celendín, departamento de Cajamarca (“ No bajé, me bajaron a Lima antes de cumplir dos años”)

            En el Colegio Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe, Sección Nocturna, terminó la Secundaria.

            Estudió teatro en la Escuena nacional de Arte Escénico (año y medio), en el Club de Teatro de Lima y en el Teatro Experimental de la Universidad de Chile (curso completo, tres años).

            Ha sido galardonado dos veces : Segundo Premio de Poesía A.L.A. (Asociación del Libro Americano), 1957, Santiago, Chile; Primer Premio Hebraica de Teatro 1968, con su obra Los del 4, incluida  en la Antolología Teatro Selecto Contemporáneo Hispanoamericano, tomo 1, Escelier, Madrid, 1971, en representación del Perú.

            Su producción teatral comprende las obras : Los del 4 (Puesta en escena por Histrión, Teatro de Arte en Co-producción con Teatro Hebraica en los teatros la Cabaña y Segura, 1969), Sin ton ni son (Escenificada en 1970), El Círculo de Barro, Harina Mundo, Cercados y Cercadores (Compuesta por las obras : “Con los pies en el agua”, “Los Cercadores” y “Cercados”) y  La Huelga, que ahora publicamos.  

            Es fundador del grupo escénico TEATRO URBANO.

A

Grégor y Bélgica

mis hijos.

  

LA HUELGA

 

1940

  

Lima

 

Perú

  

            SECUENCIA TEMPORAL 

            1940     Tiempo de nuestros padres                              

                        Toque de silencio  

            1950     Tiempo del General  

            1971     Nuestros tiempos (¿…?)

 

 

ESCENOGRAFÍA   

            La acción, en Lima, en alguna parte de los balnearios del sur. La escena representa una construcción algo avanzada. A foro, delante de la pared que separa la calle, se alzan dos andamios: en el primero trabaja Zambo; en el de la derecha, Palito. Esta pared -dividida en dos- corriendo hacia los laterales, ha de desaparecer en un momento indicado. Al centro, rústica puerta provisional de dos hojas. A foro -la calle- cortina celeste que nos insinúa el cielo.

            Al lado derecho, transversal al escenario, pared con gran ventana al centro; delante, andamio donde trabaja don Carlos y su sobrino Pepe.

            A la izquierda, pared recién iniciada, que deja paso a los actores a foro y en primera izquierda -lado del telón.

            Al centro del escenario: un cilindro con agua, hormigón y arena dispersados, herramientas de albañilería, latas de agua y una ruma de ladrillos, ambientando la escena. En la zona de cada trabajador, batea de albañil para la mezcal, etc.

            A corbata, corriendo horizontalmente se inicia una pared que en su parte alta mide medio metro. En ésta trabaja el maestro Marín y sus ayudantes Rojas y Quispe.

            Al apagarse las luces de sala se corre el telón. Se escucha reir a los personajes mientras, en resistencia, penetran las luces al escenario, originando una alegre tarde de sol.

            Se trabaja las últimas horas del turno de la tarde.

NOTA : Las consideraciones de derecha e izquierda, corresponden a las del actor.

 

            LA HUELGA se estrenó, con público de ie, en el teatro “La Cabaña” (Lima, Perú), la noche del 8 de octubre de 1971. El mismo grupo, Teatro Urbano, la reestrenó, igualmente en “la Cabaña”, el 10 de noviembre de 1972.

 

 

 

R E P A R T O  

(Por orden de aparición)

 

PALITO

21 años

Angel Arcaya

ZAMBO

23 años

Félix Fernández

CHICHA

25 años

Walter Taiman

DON CARLOS

50 años

Rómulo Vasallo

ROJAS

19 años

Guy Rivas

MAESTRO MARIN

38 años

Carlos Casella

PEPE

18 años

Miguel Tapia

REYES

40 años

Anselmo Carrera

QUISPE

24 años

Félix Cornejo

MAESTRO CARVAJAL

45 años

Alfredo Villalobos

DOÑA MECHE

40 años

María de Torres

CANALES

35 años

Amilcar Rosadio

LUCHO

30 años

Walter Valencia

JUAN

40 años

Raúl Valcárcel

 

 

            OBREROS SEGUNDA EPOCA Alumnos del curso de teatro del Círculo

                                                           Internacional de Integración Cultural y Artística

                                                           (CIDICA)

 

            DISEÑO DE PROGRAMA         Francisco Izquierdo López

            ESCENOGRAFÍA Y LUCES      Eduardo Núñez

            DIRECCIÓN                              Ernesto Ráez

LA HUELGA

 

(ACTO ÚNICO)

 

PALITO            ¡Cinco a tres!

ZAMBO            ¿Cinco a tres? ¿Estás loco?

CHICHA            ¡A la Alianza no le gana nadie! ¿Cinco a tres? ¡Chico y partido le va a dar a la “U”…

ZAMBO            ¿Con Honores al arco?

PALITO            ¡Con Honores y todos los refuerzos que quieras, Zambito!

ZAMBO            ¡Voy cincuenta contra diez y regalo el empate!  (Risa general)

PALITO            ¡Se alocó… se alocó… se volvió loco! (ríe burlonamente, jaraneándose con todo el cuerpo) ¡Cincuenta contra diez… y todavía regala el empate! (todos ríen) ¡Pasa Zambito, pasa! (hace como si tuviera una pelota y da repetidas tocaciones en el aire con el pie, patea al arco - imaginario- gritando ¡gool!… todo, menos Zambo, hacen coro a Palito y lo festejan) ¡Así le van hacer los negritos a tu defensa! 8risas) ¡Del color y de la “U”! ¡Se ve cada cosa!  

CHICHA            (Burlonamente) ¡Y regala el empate! Este zambo es tan bruto, que cuando estudiaba, hasta en jardín lo jalaron.  

ZAMBO            Muy gracioso … pero el domingo van a ver… ¡Ay caray … si no me corto el pelo a coco y me peino a lo poeta!  

CARLOS          ¡Ya, a trabajar muchachos, que todavía no entramos en huelga!  

PALITO            ¡Cinco a tres!

(Zambo lo mira picado y disimula silbando “Barrilito de Cerveza” lo cual despierta sonrisas irónicas en el resto).

ZAMBO Y PALITO

(Chacoteando) ¡Ahhh…!

CHICHA            Don Carlos, ¿Ud. a quién va?  

CARLOS          A la “U”, pues, eso ni se pregunta. El Clásico de los Clásicos, mal que les pese, es de la “U”. Si está demostrado. Hace tres o cuatro años, no me acuerdo bien. Alianza iba ganando tres a dos hasta mitad del segundo tiempo. ¡Ahí es donde se ve a los hombres! Los cremas sacaron la garra y voltearon el partido. Ganamos cuatro a tres. ¡Vuelta olímpica y Lolo y Chicha Morales en hombros de los aficionados. ¡Chúpense ésa!  

PALITO            ¡Hummm, otro de los Cremas…!  

CHICHA            ¿Cinco a tres?… ¡Ja…!  (toma su carretilla y sale).  

ZAMBO            ¡Maestro guardián… clavos…! (Sale por la izquierda)  

MARIN                         (Desde el primer plano, muro pequeño que corre horizontal a corbata) ¡Agua, hasta cuándo voy a esperar!

ROJAS             (Fuera) ¡Va, maestro Marín, se está llenando la lata!  

CARLOS          (Desde el andamio) Estos ayudantes de ahora no valen ni dos por medio.  

MARIN                         (Al ver que le falta cemento) ¡Cemento! (a don Carlos) ¡No digo, todo hay que estarlo pidiendo! ¡Como ellos trabajan a jornal…!  

CARLON          Cuanto más dure el trabajo, más ganan… ¡Amarran el macho!  

MARIN             ¡Partida de inútiles! ¡Pero para cobrar hay que verlos…! ¡Se pintan solos!  

ROJAS             (Entrando)  Aquí está el cemento, maestro (trae media bolsa).  

MARIN                         (Señalando la batea) Echa ahí…  (Rojas lo hace) Más… más… (enojado) ¡Ya, basta… basta! Dile al otro que se apure… que el agua es para hoy.  

ROJAS             Bueno, maestro (sale).  

MARIN             (Bajo) ¡Flojos! Uno no más tiene la culpa por aceptarlos.  

CHICHA            (Acercándose) Maestro Marín, présteme su plancha… (Marín lo mira fijo) Un ratito, nomás (graciosamente al ver la cara de Marín) ¡Un ratito, ya!  

MARIN             (Sonríe y de mala gana) Bueno… llévala… pero devuélvela.  

CHICHA            Claro pues, maestro; total, sólo hasta las cinco y media nomás la voy a necesitar. (Va al fondo tarareando: “Mambrú se fue a la guerra… tarará tarará tarará”).  

CARLOS          En descansar solamente piensan.  

MARIN             Pero esta vez no se sabe hasta cuándo. La huelga parece que es para largo.  

ROJAS             (Entrando) Aquí está el agua…  

MARIN             Ponla ahí.  

ROJAS             (Colocando la lata en el suelo) Bien, maestro.  

MARIN             Ayúdale un poco a Quispe.  

ROJAS             Bueno.  

MARIN                         Traigan los ladrillos del fondo. No quiero tener disgustos con el maestro Carvajal. (Sale Rojas, Marín para sí) ¡La huelga… Santo Dios! (Suspira). 

ZAMBO            (Que ha regresado y está sobre el andamio de izquierda) Palito, ven…  

PALITO            ¿Qué quieres?  

ZAMBO            (Sentándose al filo de su andamio) Ven … acércate, que no te voy a comer.

PALITO            (Cerca de él) ¿Qué pasa?  

ZAMBO            ¿Qué vas a hacer mañana?  

PALITO            (Alegre) Nada, pues… estamos de huelga (Graciosamente) a la “0” horas empieza.  

ZAMBO            Ya lo sé idiota. Quiero decirte otra cosa…  

PALITO            Habla, pues, no la hagas larga… ¡Suéltala ya!  

ZAMBO            (Confidencial) Mira… no lo comentes con nadie… ¿entiendes? Tengo un cachuelito comprometido desde la otra semana. 8Palito hace un ademán negativo) ¡Espera… Es un trabajo pequeño… sólo para dos días!  

PALITO            ¡Estás loco! ¡No, es peligroso! Para que le digan a uno amarillo, rompehuelga… No, zambito, gracias. Paso.  

ZAMBO            Pero si nadie lo va a saber. Yo sé lo que te digo, palito. No seas tonto. Es a puerta cerrada… en un corralón. ¿Te das cuenta? Además, todavía no estamos en huelga, aunque es un hecho.  

PALITO            ¿Y si nos descubren?  

ZAMBO            ¿Y si nos descubren? Pero, ¿de dónde eres tú? Nadie lo va a saber, y así aprovechamos los días de para…  

PALITO            ¿Y si alguien se entera, Zambo… tú sabes como son las cosas…  

ZAMBO            ¡Por eso mismo, pues! Mira, he tomado mis precauciones. Si alguien se entera, yo alecciono a la dueña para que les diga que soy, o somos, sus sobrinos, y asunto terminado. Que estamos arreglando su casa… la casa de nuestra tía, zonzo. ¡Es un cachuelito, nada más… dos días! Hoy es jueves, si hablo con la señora a la noche, tenemos pega para Viernes y Sábado, y hay plata para el Domingo: ¡el fútbol, el cine… piensa. Palito! (quedan un rato conversando mímicamente).  

PALITO            (Sonriendo graciosamente) Bueno, si es así… la verdad, la cosa es como para pensarlo.

CARLOS          Pepe… apéate del andamio, vamos a arreglar el burro.  

PEPE               Bueno, tío.  

CARLOS          Cualquier día de estos nos caemos y… ¡carne para los gusanos! (arreglan). Cuidado que se cae el tablón. Asegura las puntas, que estén iguales…

 

REYES            (Desde fuera) ¿Trabaja aquí el maestro Marín…?  

ZAMBO            Sí, pase… de la vuelta por el muro.  

CARLOS          Ya está, ahora sube.  

PALITO            ¡Maestro Marín, la policía…!  

MARIN             (Serio) ¡Qué!  

PALITO            La policía no es… déjeme terminar… (lo dice muy graciosamente mientras sale por izquierda).  

ZAMBO            (Riendo) De la vuelta, maestro (Aparece Reyes. Señalando al maestro Marín). El colorado es.  

REYES            ¡Ah, muchachos…!  

MARIN                         Hola, compadre… qué milagro, qué buenos vientos lo traen por aquí, cómo está.  

REYES            Bien, compadrito. ¿Y Ud.?  

MARIN             Aquí, como siempre, renegando…  

REYES            ¿Qué pasa, compadre?  

MARIN             Estos ayudantes que para nada sirven.  

REYES            No hay que hacerse mala sangre. La cólera avejenta.  

MARIN             Así es, pero a veces no se puede y dan ganas de reventar.  

REYES            Con un poco de cancha se capea el temporal.  

MARIN             ¿Y la comadre? ¿Cómo está?  

REYES            Ahí, esperando familia…  

MARIN             ¡Otra vez!  

REYES            ¡Qué se le va hacer!  

MARIN             ¡Caramba, compadre, hay que parar la mano!  

REYES            (Con picardía) ¿La mano, compadre? (ríen los dos) ¡Cuando Dios los manda, buena cara! ¡Qué otra cosa queda, no se le puede impedir!  

ROJAS             (Entra) Buenas tardes, maestro…  

REYES            Buenas…  

ROJAS             (Con ladrillos en la mano) Aquí están los ladrillos, maestro Marín.  

MARIN             ¿Y Quispe?  

ROJAS             Está buscando una carretilla, para traer más rápido. Le duel mucho el pie.

MARIN                         Bueno, ayúdale. Anda (sale Rojas). Se da cuenta compadre: el uno no sirve por flojo o qué se yo. ¡Amarra el macho! El otro, no puede trabajar porque le duele el pie.  

REYES            ¿Qué le pasó?  

MARIN                         Pisó una tabla con clavos, el muy bruto. ¡Y es más apretado! Le dije que fuera al Seguro, y nada. Todo por no gastar en pasaje. Ni una gasa se ha puesto.  

REYES            Así son estos serruchos.  

MARIN                         No hay nada que hacer, nunca aprenderán. Hace cuatro meses que está en Lima y nada. Por qué no se quedarán en su tierra.  

REYES            ¿Fuma, compadre?  

MARIN                         Bueno… 8enciende cigarrillos -nacionales, por supuesto- En la calle se escucha el ruido de un camión que pasa rápidamente).  

PEPE               Tío, ¿podría prestarme cinco libras?  

CARLOS          ¿Cinco libras? ¿Estás loco? ¿Crees que estamos en los tiempos de antes que se podía ahorrar?  

PEPE               Tengo que pagar la pensión.  

CARLOS          Dile que te esperen…  

PEPE                          No se puede, la vieja es mala. Se pone brava. Todos los días cobra y pone una cara cuando sirve la comida, que quita las ganas. ¡Cómo si no le fuera a pagar! 

CARLOS          Háblale a tu tía, puede que ella tenga. Lo que es yo, estoy con los bolsillos vacíos; lo que se dice a tres cuartos y un repique, y le debo a cada santo una vela y eso que no soy muy católico que digamos.  

PEPE               A mi tía me da vergüenza pedirle. Ella es muy buena, pero…  

CARLOS          ¿Cómo haríamos? ¡Ya! Ve esta noche donde Jorge, dile que te dé cinco libras de mi parte (ojalá que pague, hace dos meses que me tiene quince y nada), que yo estoy sin trabajo, cualquier cosa… la huelga ¡Eslo es!  

PEPE               (Desalentado) Bueno, tío…  

CARLOS          Además, tú tienes la culpa de estar así. Ya te lo he dicho ¿Por qué no te vienes a la casa en lugar de estar pagando pensión?  

PEPE                          No es lo mismo ya, tío; sus hijas están grandes y se sienten incómodas con uno…  

CARLOS          No hables tonterías, quieres. En todo hay que ser macho, y además franco. Mi finado hermano hubiera hecho lo mismo por mis hijas. Lo que pasa es que te gusta el vergel… entrar y salir a la hora que te dé la gana, y como sabes que eso a tu tía no le gusta, pues te mandaste a vivir solo. Y te advierto que el chinito ese que anda contigo nada de santo es, y un día de estos te va a meter en un lío que hasta la cárcel no van a parar. Sino, saca cuenta: ¿de qué vive? ¿Acaso trabaja? No, ¿De dónde tiene plata para ir al cine todas las noches, estar en el billar y emborracharse?  

PEPE               Sólo chismes, tío, nada más… cuentos… 

CARLOS          No seas estúpido, Pepe, yo sé lo que te digo. Y, ahora, escúchame. Pero lo que te entre por una oreja que no te salga por la otra, porque este tema, ya nunca más lo vamos a tratar… Allá tú sino sacas provecho. Yo no he sido un santo, tampoco, todos tenemos defectos… pero me frené a tiempo. Es fácil, Pepe, que gente como nosotros, sin instrucción, hambreados, pierda el paso y se descarrile. Y, una vez que caíste, ya no te levantas. Para la gente -como dice el refrán- : "Gallina que come huevo… aunque le quemen el pico"-, y no te perdonan. No olvidan (Chicha entra a escena con una lata. Va al cilindro. La llena y sale rápido). Cuando tuve quince años me quedé huérfano. Tu padre y yo quedamos prácticamente abandonados, y 8suspira) ya sin control. ¡imagínate! Dejé el colegio, me puse a trabajar, y con la plata, bueno… enamoradas, cine billar, cantinas, amigotes… muchas fiestas, hasta que la plata no me alcanzaba para un puto cuerno. Un amigote (hoy descansa en el reino de los muertos con una bala en el estómago) me indujo al robo. Pero una sola vez lo hice 8se persigna), a Dios gracias. Tuve suerte. Atracamos a un pobre viejo y le quitamos su libra ¡Una libra, te das cuenta! ¿Sabes lo que era eso para ñel? Y para qué… para gastarlo en licor… ¡San Dios!

Para suerta mía, la noche del atraco, el pobre negro Carrasco, un borrachito del barrio, se pegó una de sus tantas monas y sin decir nada, nos vio desde la vereda de enfrente. Al otro día, al encontrarlo por casualidad, entre lágrimas, babeando su borrachera, me dijo que me apartara de ese amigo y que no robara. El en sus años mozos fue carterista, atracador, escapero y ¡qué se yo! ¡Nunca le importó que la gente lo supiera. Mientras otros robaban en barrios ajenos, a él no le importaba hacerlo en el suyo, y que lo vieran. El pobre negro no sabía lo que hacía. Cuando quiso retirarse, ya no pudo. Sus mismos compinches lo obligaban, y nadie le daba trabajo. Y, cada vez que había un robo, de donde sea la policía lo sacaba y preso… Se dio a la bebida, y por una copa era usado como campana. Cayó en la red.

VOZ                             (Desde la calle, acercándose) La de hoy, Lima y Callao, la de hoy, mañana juega… Cincuenta mil soles (Frente al portón, sin ser visto) Zambo, cómprame un huachito. 

ZAMBO            (Desde el andamio) ¡Fuera de aquí, serrucho, salado… fuera! 

VOZ                 ¡Zambo, cara de tizón…? 

ZAMBO            ¡Qué cosa, serrucho… (Zambo se sobrepara, haciendo notar que el canillita le ha hecho un gesto obsceno. Zambo le menta la madre. ¡La pu…! Es sólo un aire muy golpeado, del cual sólo son intelegibles las palabras antoadas). 

VOZ                 (Nítidamente, desde segundo plano) ¡La tuya, Zambo, cara de tizón! 

ZAMBO            (Toma un pedazo de ladrillo y se lo tira) 

VOZ                             (Alejándose) la de hoy, Lima y Callao la de hoy, cincuenta mil soles, mañana sale… (En la voz debe darse la impresión que nada ha pasado).

 ZAMBO           (Haciendo gestos y renegando sólo) ¡Serrucho salado…! 

PALITO            (Entrando por izquierda, señala para ese lado) ¡Maestro Marín… sus ayudantes están peleando! 

MARIN             ¿Dónde? 

ZAMBO            (Señalando con la mano) Ahí, al fondo, donde están los ladrillo (se escucha el barullo en esa dirección, en tercer plano).

MARIN             ¡Caramba! (va a ir, pero lo detiene Ryes). 

REYES            Déjelos, compadre… para algo son hombre. 

MARIN             ¡Que se maten! 

REYES            Claro… 

MARIN                         Aunque Quispe es capaz de tirarle un ladrillo. (Entra Quispe seguido por Rojas). ¿Qué pasó, por qué pelearon? ¡hablen! 

ROJAS                         (Señalando a Quispe) Maestro Marín, yo estaba agachado recogiendo los ladrillos y éste… éste… me pasó la mano (hace además que le ha tocado los glúteos) diciendo: "Ya pues, mamacita, trabaja, que todavía no estamos en huelga". (Todos ríen, Zambo y Palito se jaranean). 

MARIN             ¡Ah, caramba… con que ésas tenemos, cholito…! 

REYES            ¡Se despercudió…! 

MARIN                         Eso sí… claro; y los ladrillos, el agua, nada ¿no? Para pelear no te duele el pie, ¿no? 

QUISPE           Mentira, maestro… 

MARIN                         Un poco de agua, medio saco de cemento, cinco ladrillos toda la tarde. ¡Dos ayudantes…! ¡Qué tal cholito! 

QUISPE           Chicha me dijo que lo hiciera, pues maestro… 

CHICHA            (Disimulando la risa) Oye serrucho… (es contenido por Zambo y Palito) conmigo no te metas porque sino te agarro y te pego… 

MARIN                         Trabajar no sabe, tres meses en Lima (hace gesto de pasar la mano por las nalgas)… ¡Y yaa…! 

REYES            No se haga mala sangre, compadre… 

CARLOS          Así son… A éste (señala a Pepe) lo tengo al breque, sino, sería lo mismo. 

PALITO ¿Rojas, cómo te hizo? (ríen)

MARIN             ¡Ya, no se le prendan al muchacho!

PALITO Esta bien, maestro Marín, está bien. Los cuida como si fueran sus hijos. 

MARIN                         Vayan inmediatamente a traer ladrillos, y como vuelvan a pelear los despido a los dos.      

ROJAS             Sí, maestro. (Sale seguido por Quispe. Quispe renguen al caminar). 

CARLOS          Hay que guapearlos, sino se le suben a uno hasta el codo, y ya no hacen caso. (Pepe, su sobrino, por no darse por aludido, hace como que necesita ir al baño, baja del andamio y sale por tercer plano izquierda). 

REYES            ¡Eso, eso! 

MARIN                         Son buenos muchachos… ¡Palomillas, como todos! ¡Niños! (pícaramente) y como Rojas no aguanta pulgas… (riendo) y menos en las sentaderas… 

REYES            Hace bien, sino le toman el pelo, y como tiene su pinta de medio medio… de delicado, peor… 

CARLOS          Pero éstos, rápido se avivan… y después son unos linces, y quién los para. Se han visto tantos casos. ¡No hay como la crianza de antes… ésa si era educación! Palmeta con todo el mundo… y derechitos estaban los condenados. ¿No, maestro Marín? 

MARIN             Bueno, don Carlos… yo soy de otra generación… No alcancé la palmeta. 

PALITO ¡Oido …! 

CARLOS          ¡Ah, caramba! ¿Conque esas tenemos?… Bueno, como los "colorados" no envejecen, me equivoqué pensé que era Ud. mayor, sin darme cuenta que sus canas son prematuras. 

ZAMBO            Buena, don Carlos, buena… 

PALITO            No digo, este zambo es bruto: Del color y de la "U". Atacan al colorado y defiende al blanco (todos ríen). 

CARLOS          Más respeto, Palito, más respeto. (A Marín) Ve, quien con muchachos se acuesta… (lo acompaña Marín). 

CARLOS y MARIN

                        Meáu amanece.

 PALITO           Maestro… 

MARIN             ¡Ya, ya, a trabajar y déjense de vainas…! 

ZAMBO            (A Palito) ¿Y…? 

PALITO Déjame pensarlo, yo te aviso. 

REYES                        A propósito, compadre, ¿cuándo se casa…? (se refiere a Wuispe y Rojas) en lugar de estar cuidando hijos ajenos, como dicen.

MARIN                        No, compadre… la vida es difícil. A los chicos hay que criarlos y eso cuesta. Hay que darle educación… y sin dinero. ¡Además, ya hay muchos negros en el mundo… para qué! 

REYES                        No diga eso, compadre, que es noble el color. Y, como dice la canción, también hay angelitos negros. 

MARIN             Así nomás compadre, está bien. Dejemos el asunto. A fojas cero. 

REYES            (Cortando) Bueno, compadre, yo venía a invitarlo para el sábado. 

MARIN             ¿Este sábado? 

REYES            Claro, pues compadre. 

MARIN             ¿Este sábado?… (acordándose) ¡Ah, su santo, compadrito! Disculpe… 

REYES            Así es y me extraña. 

MARIN             Verdad, pues… ¡Cómo pasa el tiempo! 

REYES            ¡Treinticinco abriles! 

MARIN             ¡Cómo pasa el tiempo! (para sí) ¡Maldita huelga! (fuma). 

CARLOS          ¡Ladrillos! 

PEPE               (Desde fuera) ¡Va tío…! (Zambo se lanza del andamio). 

PALITO ¡Bien, cuñao…! 

ZAMBO            ¿Cuñao? ¿Crees que mi hermana tiene mal gusto? 

PALITO ¡Ni que fuera la Greta Garbo! N(entre pepe y va donde don Carlos). 

ZAMBO            ¿Y qué te crees tú? ¿Robert Taylor? 

CARLOS          ¡Qué bandidos! (risas). 

MARIN             Y, a todo esto, ¡cómo está mi ahijado? 

REYES                        Ahí, más vivo que un zorro. A su comadre no la deja ni a sol ni a sombra, a todas partes tiene que llevarlo porque si no llora. Es muy apegado a la vieja. 

MARIN             Así son de cariñosas las criaturas. 

REYES            El otro año lo pongo al jardín. ¡Que vaya a molestar a su profesora! (ríen). 

MARIN             Está bien, que se acostumbre al colegio. Aunque la verdad, para poco sirve. 

CHICHA            (Se acerca) Maestro, dice el maestro Carvajal que le mande un cigarro. 

MARIN                         (Enojado) ¿Cigarro? Dile que no tengo. Qué se ha creído ¿Por qué no compra si quiere fumar (Chicha se da por ofendido. Aprovechando que el maestro Marín se dirige a su compadre, a Palito y Zambo con el gesto indica que va a meter en líos al maestro Marín con el maestro Carvajal). Todo el día manda pedir cigarro. ¡Cansa pues, compadre! 

REYES                        Es un maldito vicio que ha agarrado la gente: fumar, mucho, y comprar… ¡nada! 

MARIN                         ¡Quién tiene vicios que se los pague! Está bien una vez, dos, pero a cada rato y todos los días. ¡No señor! (Llamando) ¡Quispe, el plomo! (a Reyes) No ve compadre, todo hay que pedirlo. 

REYES            Búsquese otro ayudante… 

QUISPE           (Aparece) Aquí está, maestro… ¿Algo más? 

MARIN                         Apúrense con los ladrillos. (Sale Quispe). Cholo más bruto que éste no hay. Y apretado como un judío. Como no se cuide le van a cortar la pata. Pobre cholo, está verde, recién bajado. Tres meses. 

PALITO            (Desde el andamio). Adiós preciosa. ¡Eso… eso: un, dos; un, dos; un, dos… (coquetamente, relamido) ¡Ay, mi Dios…! 

ZAMBO            (Desde el suelo) ¿Qué tal es Palito? 

PALITO ¡Genial! Sube, sube, rápido… (Silba una marcha mientras Zambo sube). 

ZAMBO            ¡Uyyyy, qué curvas! ¡Qué tal Pasamayo! 

PALITO ¡Genial! ¡Soberbio, colosal, monumental…! 

ZAMBO            (Coquetamente) ¡Nunca me hagas eso, mamacita! Me sacó la lengua… ¡Pretenciosa! 

CHICHA            (Aparece porla izquierda con una carretilla de arena) ¡Muérdela, Zambo, muérdela!

ZAMBO            ¿Zambo? Idiota, para ti soy el maestro Quintana. (ríe Palito). 

CHICHA            ¡Maestro Quintana? Pasa, pasa, zambito… "arrejúntate" con tus iguales. ¿Maestro Quintana!… ¡Ja, ja! (sale con la carretilla, Palito sigue silbando, mientras Pepe bombea ladrillos a su tío que está en el andamio). 

CARLOS          Ya, basta… 

ZAMBO            ¿Viste cómo te miró? 

PALITO (Como un pavo real) ¡Ah! 

ZAMBO            ¡Cómo a un perro! (ríen). 

PALITO            Me agarraste, Zambo (Entra Chicha) ¡Ah, por esta mamacita haría 20 mil huelgas? 

CHICHA            (Asociando ideas, como movido por un resorte, sinceramente, preocupado, para todos). Y, a propósito ¿cuándo vamos a cobrar? ¿quién nos va a pagar? ¿cómo es el asunto? 

CARLOS          Si está pensando que el ingeniero va a llegar, espérale sentado porque de pie te vas a cansar… 

PALITO ¡Chúpate esa, Chicha…! 

CHICHA            ¡Cállate la boca…! 

ZAMBO            ¡Qué tal genio…! ¡qué mosca te picó? 

CHICHA            ¡Qué buenos riñones! ¿Para qué entonces trabaja uno? 

CARLOS          Si es cierto lo que dicen, la huelga recién empieza a la noche. El ingeniero no va a andar con la plata en los bolsillo, ¿no? Así es que tendremos que esperar hasta el sábado…, si es que viene, en el mejor de los casos. Muchachos, salvo un milagro, lo único que nos queda es esperar tranquilamente, no hay otra cosa que hacer. Tenemos que amarrarnos la cintura. 

ZAMBO            ¿Qué suerte de perros! ¡Sin trabajo y sin plata… Ya me huele qué sábado y domingo voy a pasar… ¡Lolo, perdóname que no vaya al estadio a alentarse…! (hace un gesto de derrota, de teatro antiguo). 

PALITO            Pero, ¡qué tiene que ver la huelga con nuestra plata? Que nos paguen los días trabajados… 

MARIN                         Y que te den un adelanto para que pases unas divinas vacaciones, de panza al sol, mientras dure la huelga… ¡ja, ja! 

CARLOS          Háganse ilusiones. Lo ques yo, ya estoy curado del susto. Ya verán (irónicamente) ¡Va a venir! Si lo que buscan, como siempre, es hacernos agachar la cabeza con el hambre… ¡Y van a pagar, Santo Dios! 

PALITO            Está bien, maestro, cuando tenga su edad podré decirle cortésmente a mis yaudantes lo que Ud. me ha dicho. Pero como ésta es la primera huelga que paso, no sé nada: por eso pregunto. 

MARIN             (Llamándole la atención) ¡Palito! 

PALITO            De haberlo sabido, ya le habría pegado una buena arruga al ingeniero con cualquier historia, créanmelo… (jura) ¡Por los pechos de mi madre! 

CHICHA            ¡Seguro…! (sale de escena) 

ZAMBO            (Amargo) Palito, ¿pones tus herramientas, también? 

PALITO Si, tienes razón… ¡Hecho! 

ZAMBO            ¡Habrase visto…! 

CARVAJAL       (Entra a escena. Mira a Marín que está de espaldas. Reyes indica con la mirada a su compadre, que voltee. Carvajal avanza hacia don Carlos). Don Carlos, voy a salir un momento. ¿Ud. no se molesta, verdad? (para que lo escuche Marín). Voy a comprar cigarrillos a la esquina. 

CARLOS          (Muy prudente) Ud. puede salir y entrar cuando guste, maestro. No necesita pedir permiso.

CARVAJAL       (Que va a salir, se detiene) Ah, fósforos… también voy a comprar fósforos. (Lanzando una indirecta a Marín). Ya saben muchachos… hay cigarros y fósforos para todos los que quieran fumar. (Sale. Todos lo siguen con la mirada). 

CARLOS          (A Marín, que intenta salir tras Carvajal) ¡No le haga caso, maestro… (Reyes lo toma del brazo). 

MARIN             ¡Cuesta aguantarse, don Carlos…! 

CARLOS          ¡Lo sé, Marín! 

PALITO            ¡Se va a chupar, Polvorita, seguro… (al ver que no encuentra eco) ¡Pobre viejo! (Marín saca un cigarrillo y fuma, invita otro a su compadre). 

CHICHA            (Entra buscando a Carvajal), ¡Salío, sarta de cuestes? 

ZAMBO            Sí… 

PALITO Chicha, ¿quiéres ir a una fiesta a la noche, después del billar? 

CHICHA            ¿Día Jueves?, ¡sin plata, y con huelga?, ¡Estás loco! 

ZAMBO            ¡Y qué tiene? (haciéndose el enojado) 

CHICHA            (Cómicamente) Con Ud. no hablo "maestro Quintana". 

PALITO ¡Buena, Chicha! (A Zambo) Te agarró, una por otra 8ríen los tres). 

ZAMBO            (Picado) No insistas, Palito. Además te va a hacer quedar mal, no sabe portarse como gente. Este come con cuchara de palo. (ríe con Palito). 

PALITO (Riendo) No le hagas caso Chicha. Te invito. Hembras a montón…

CHICHA            No, paso (Sale) ¡Fiesta…! Hay que tener respeto. Estar en huelga es como estar de luto (ríen). 

ZAMBO            No insistas, Palito. No vale la pena, te lo digo yo. 

PALITO            (Mirando la calle. Excitado). ¡Qué mujer! ¡Esta noche en la fiesta voy a bailar, Zambo, como un trompo! (Bailando sobre el andamio mientras habla) Total, como mañana no se trabaja, me amanezco. ¡Viva la huelga! (Don Carlos, Marín, Reyes lo miran sin comentarios). ¿Qué pasa? ¿No hay hombres aquí? ¿O es que todos son amarillos? 

CARLOS          No seas atrevido, Palito. Una huelga no es para bromas. 

PALITO ¡Pero maestro…!

CARLOS         No cacarees tanto que puedes alir con tu domingo 7. Nadie sabe quiénes serán los leales ni quiénes loa amarillos. Se han visto muchos casos. ¡Muchos traidores! 

ZAMBO            ¡Muchachos… llegó mi suegra! (Entra doña Meche. Es la típica vendedora que va a todas las construcciones. Es gorda. Entra con dos canastas, vendiendo chicha de jora, sandwichs, papas rellenas, etc. Tiene cuarenta años). 

MECHE            ¿Tu suegra? ¡Qué Zambo para pretencioso! 

ZAMBO            Suegrita… fíeme dos sandwich y una chicha… 

MECHE            ¿Fíeme? Para que me pagues cuando termine la huelga? ¡Nones! Hoy no fío, mañana, sí. Plata en mano, Zambito, chivato en pampa. No tiene dónde caerse muerto y quiere que sea su suegra… habrase visto! ¿Qué le sucede al maestro Carvajal…? Pasó por mi lado echando chispas. 

CARLOS          Nada, doña Meche. El clima (Palito y Zambo se miran) 

MECHE            ¿El clima? ¡Caramba! 

PALITO Suegra, una chicha…

MECHE            Bueno… aquí de cuántos soy su suegra, vamos a ver. 

CHICHA            (Entrando) Sólo mía, suegrita… 

MECHE            ¿Otro más? ¡María Santísima! 

CHICHA            Una chicha… (Ella le da la botella. El sale a la calle). 

PALITO Páseme una para mí, suegrita… 

ZAMBO            Que sean dos, Palito… 

PALITO No, con una basta. Te paso la mitad. 

CARLOS          ¿Qué novedades hay por las otras obras, doña Meche? 

MECHE            Malas. Nadie quiere gastar. Guardan pan para mayo. Y yo que he comprado una pierna de chancho hoy, y ayer hice un barril de chicha. ¡María Santísima! 

CARLOS          Parece que cuando llueve todos se mojan. 

MECHE            En la obra de Recavarren pelearon dos maestros. ¡Casi se matan! Si no es por el guardián, que es un viejito a quien todos respetan, se matan. Estaban como locos. En todas las construcciones los maestros están como perro y gato. ¿Qué irá a suceder, Señor? 

MARIN             ¿Y por qué pelearon? 

MECHE            Por la huelga. Muchos no quieren saber nada con la huelga, no quieren parar. 

REYES            ¡Amarillos!

MECHE           No diga eso, maestro. Pobrecitos. Son padres de familia… tienen sus hijitos que mantener. ¡Claro, a los jóvenes qué les importa! ¡Laberintosos! 

CARLOS          Nosotros también tenemos familia, doña Meche. Por eso reclamamos, para darles más a ellos. Si no se mueren de hambre, porque la plata ahora no alcanza ni para el caldo. 

PALITO ¡Buey solo, se lame bien! Por eso yo no me caso… ¡Solterito!. 

MECHE            Ya te tocará tu turno, y ahí te voy a ver tu "solterito". 

CARLOS          Señora, deme una chicha y dos sandwich… 

MECHE            Bien, don Carlos… 

CARLOS          (A Pepe) Baja a traerlos… 

PEPE               Sí, tío… 

VOZ                 Doña Meche, vega por acá… 

MECHE            Ya voy, muchachos, un momento… (acordándose) ¡Jesús, por poco no le destapa la cabeza con una tabla! 

PEPE               Señora… 

MECHE            Espérate… Palito, toma su vuelto. (A pepe) ¿Tú quieres? 

PEPE               Una chicha y dos sandwich… 

MECHE            Toma (le da) 

CHICHA            (Entra corriendo de la calle) ¡Muchachos… se declaró la huelga! 

REYES            ¿Cómo lo sabe?

CHICHA            Acaba de decírmelo el maestro de los ladrillos. Se fue en su camión con dos de la Central de Lima. Ya regresan… dicen que esperemos, que tienen que darnos instrucciones. A la hora "0" comienza. 

ZAMBO            ¡Caramba… se va aguar mi billar! 

CARLOS          ¿Qué esperamos?… ¡Esos de la Central de Lima! 

MARIN             ¿Politiqueros cochinos! 

CHICHA            ¡Guarda, maestro, puede chocar! Aquí todavía no se sabe de qué lado está cada cual. 

CARLOS          ¡Qué más…! 

CHICHA            ¡Nada más… Se fueron como si hubieran visto al diablo! Estaban pálidos. El Maestro de los ladrillos prestó su camión para que fueran a otras obras.

 MARIN            Bueno, pues, parece que ahora sí que se armó. 

CARLOS          Habrá que esperar, entonces… 

ZAMBO            ¡Mi mesita de billar… Maldita sea! 

CHICHA            ¡Billar, fiesta… idiota! 

CARVAJAL       (Que ha entrado momentos antes de la calle, fumando y con la cajetilla en las manos) ¡la huelga… partida de inútiles, flojos, haraganes. ¡U quién lo dice! ¡El más flojo! 

PALITO ¡Maestro…!

 

REYES                        ¡Qué le pasa mestro! ¿No le gusta que los muchachos defiendan sus intereses… o cree que el aumento va a caer del cielo? 

CARVAJAL       ¡Qué derechos ni ocho cuartos! ¿Por qué tenemos que sacrificarnos los que sabemos trabajar por unos cuantos flojos que no saben hacer nada? Al que sabe le pagan lo que vale y san se acabó, no hay vainas. 

CHICHA            (En un arranque de impotencia) ¡Viva la huelga! 

CARVAJAL       Partida de flojos, haraganes, comechados… ¡Y miren quién habla! ¡Chicha! 

MARIN             ¿Cómo se le ocurre decir eso, maestro Carvajal? 

CARVAJAL       Digo lo que me da la gana y a nadie le importa. Por algo vivimos en un país democrático, ¿no? ¡Si, flojos! Eso es lo que son. Prefieren robar al trabajo. 

REYES            (Al ver a Marín) No le hagas caso, compadre… 

MARIN             Lo que pasa es que es un amarillo… 

CARVAJAL       ¿Amarillo? 

MARIN             ¡Amarillo, si! ¿Y qué…? 

CARVAJAL       ¡Negro inmundo…! (Le tira la cajetilla de cigarros a la cara, que esquiva Marín).

MARIN             ¡Qué cosa…! 

CARVAJAL       ¡Ahora verás tu amarillo…! (Se traban en lucha exclamando palabras del caso, que nada tienen que ver con la grosería). 

MECHE            Sepárenlos, por favor, se van a matar. ¡María Santísima! (Palito y Zambo agarran al maestro Carvajal; don Carlos y Reyes al maestro Marín. Los separan). 

MECHE            ¡Qué barbaridad! 

CARLOS          No les da vergüenza… ¡Los más viejos peleando! (Zambo y Pepe se llevan al maestro Carvajal por tercera izquierda). 

CARVAJAL       ¡Espérate, nomás…! 

MARIN             ¡Es un traidor, un rompehuelgas…! 

CARLOS          Lo dice por decir… pero es derecho. Doy fe. La muerte de su mujer lo tiene así. Toma mucho, últimamente. Amarillo no es (Reyes recoge los cigarros y los pone en el muro). Es luchador. 

MECHE            Así es. 

MARIN             Señora…, déme una chicha… 

REYES            Bueno, compadre, me voy… con todo este lío se me ha hecho tarde. 

MARIN             Espérese un momento. Remojemos la garganta para pasar la cólera. 

MECHE            Aquí está, maestro Marín. (Le da una botella). 

REYES            Bueno, compadre. 

ROJAS             ¿Traigo arena, maestro…? 

MARIN                         ¡Calor, pues, con qué vamos a hacer la mezcla! (Va a salir y Marín lo detiene). Espera… Señora, déme otra botella. (Ella le da) Tómala con Quispe (Le entrega). 

ROJAS             Gracias, maestro (Sale). 

MECHE            Guárdenme las botellas, voy a dentro. 

MARIN             Bien, señora. ¡Salud, compadre… (Bebe y le pasa la botella a Reyes). 

REYES            Salud… 

MARIN                         Compadre… dese una vueltecita la otra semana -si se arregla la huelga-; voy a hablar con el ingeniero para que le den el trabajo de pintura. 

REYES                        Gracias, compadre. Ojalá me den ese trabajo porque necesito mucha plata. La cosa está peor cada día. ¡Y esta huelga! Ahora es pintor cualquiera. Hasta los gringos pintan sus casas solos. De eso quería hablarle. ¡Es una reverenda porcata! Todos los trabajos están aguantados. Los ingenieros esperan se aclare el asunto ¡Quieren pagar miserias! Ellos dicen que han agarrado el trabajo calculando un jornal; y que si hay aumento… bueno, ellos también se friegan. Lo malo está en que ellos tienen plata para esperar, y nosotros vivimos al día, no podemos dejar de trabajar. Los chanchitos se nos mueren de hambre, compadre. 

MARIN                         Así es, y tenemos que apurarnos, porque los pintores, ya están dando vueltas por aquí como gallinazos. ¡De una vez que reviente el chupo! 

REYES                        Gracias, compadrito (pausa). Bueno, ahora si me voy. Lo espero el sábado en la noche.

 MARIN            Hasta el sábado, compadre… 

REYES            (Al notarlo preocupado) ¿Qué pasa, compadre…? 

MARIN             Nada, compadrito… 

REYES            (Que comprende) No se vaya usted a estar preocupando por nada… 

MARIN                         Es que da cólera, compadre. Con esto de la huelga, ya lo ha oído Ud. seguro que el ingeniero se nos pierde el sábado; y esto es, y nuestros días de trabajo sabe Dios cuándo lo cobraremos. 

REYES            No diga eso que resiente, compadre. 

MARIN             No lo tome así,… pero Ud. sabe, no es lo mismo… 

REYES            (Cortando) No se preocupe, lo espera el sábado.

MARIN             Cómo un solo hombre… 

REYES            Como lo que es, compadre. (Sale) 

MARIN             Saludos a mi comadre y ami ahijado. 

REYES            Gracias, haré presente… (Desaparece) 

ZAMBO            Maestro… su bicicleta la puse ahí (señalando)… para que no la roben. 

REYES            Gracias… "colorado". 

ZAMBO            ¡Ah, caramba… con que ésas teníamos! (Para sí) Me agarró ¡Pasa que estoy de turno! 

PALITO Es tu día, Zambo. 

CHICHA            Buena gente es el maestro. El no se acuerda de mí. Yo era muchacho cuando trabajamos juntos en una obra de Magdalena. Cuando trabajamos con el cojo Raygada, ¿te acuerdas? 

PALITO            No me hables del cojo. Es un desgraciado. Hasta ahora me tiene una arruga de 20 soles. ¡Qué bien me caerían ahora! Bien dicen que cuando Dios marca a alguien por algo es. 

CHICHA            ¡Pucha, que eres ignorante, palito! Así es que si te caes en este momento y te malogras una pata es porque eres malo, y por eso Dios te marca. ¡No des cólera, pues! 

PALITO Y quien te dice… 

ZAMBO            No hables ya ¡quieres? ¡Córtala! (Acordándose con picardía). A propósito, ¿sabes qué chapa le pusieron al cojo? 

PALITO No…

ZAMBO            ¡Menú…! 

PALITO ¿Menú…? 

ZAMBO            Claro, pues hermano… No ves: (Dibuja con sus manos en su pecho una figura convexa) tiene pecho relleno. (Lleva sus manos a la espalda dibujando una joroba9 ¿y lomo saltado…! Servicio completo. (Ríen, jaraneándose los dos). 

PALITO Eso no es nada, Zambo. Mejor es la chapa que le puso el chino. 

ZAMBO            ¿Cuál…? Cuenta 

PALITO            (Se agacha imitando a los atletas en una partida de carrera) ¡A sus marcas! (Ríen, jaraneándose sinceramente). 

ZAMBO            ¡Qué buena! ¡Genial! ¡Puñalada… es maldita la chapa esa! 8Al ver a Carvajal, pasa la voz a Palito) ¡Palito… mira! 

PALITO (A don Carlos) Don Carlos… 

CARLOS          (Bajo a Marín) Marín (Alto a Carvajal, como llamándole la atención) ¡Carvajal…!

MARIN             (Al verlo) ¿Y…? 

CARVAJAL       (Lo mira, lentamente) Maestro… perdone lo que pasó… 

MARIN             (Confuso) Este… 

CARVAJAL       Maestro… la culpa es mía… le pido perdón… disculpas… 

MARIN             No se preocupe maestro… lo que pasó, pasó. Ya está en el olvido. 

CARLOS          (Acercándose a ellos) Así se habla muchachos… Dense las manos. (Marín le tiende la mano, Carvajal la recibe con esa muda emoción de nobleza de nuestro pueblo. Rojas se mira con Quispe sonriendo, satisfechos).

PALITO            (Se lanza desde el andamio) ¡Bravo! (se acerca al grupo). 

CARLOS          Muy bien, esto hay que festejarlo. 

MARIN             Señora… 

CARLOS          No, maestro… esta rueda es mía. La paz me gusta beberla y gustoso la pago. 

MECHE            Sólo quedan cinco botellas… 

MARIN                         No importa, la hacemos alcanzar para todos. (A Carvajal) ¿Verdad, maestro Carvajal? 

CARVAJAL       Así es maestro, y gracias por todo… 

CARLOS          Otra vez… Toda repetición es una ofensa, como dice un vals… 

MARIN             ¡Tienes razón, don Carlos… (Doña Meche reparte las botellas)

 ZAMBO           (A Carvajal) Buen susto nos hizo pasar, maestro… 

PALITO (Cortando, entona "Claro de Luna" muy jaranero):

Ven que entre mis brazos

y entre mis caricias

al claro de luna mujer… 

CHICHA            (Con la botella y una herramienta a la mano lleva el ritmo) ¡Se armó la jarana! (Marín y Carvajal muy sonrientes se abrazan mientras el resto lleva el ritmo con sus herramientas). 

CARLOS          (Relacionando la canción que canta Palito) ¡Pinglo! ¡Don Felipe: cuantas jaranas he pasado bailando sus valses y polkas… ¡Cuando en verdad se hacían fiestas… de ésas con encerronas, pues, y mucho trigo y mucha comida! ¡Cómo cambia el tiempo! 

CARVAJAL       Salud, don Carlos, que yo también soy de su época… Y no me ponga triste. 

TODOS Salud… 

ZAMBO            Palito, pásame una botella, pues… que yo también tengo sed, y es para los dos. 

CHICHA            Casi te madrugan zambo… 

ZAMBO            A mí todavía. Por algo soy del color…

 CARVAJAL      Gracias, maestro Marín… 

CARLOS          Son cosas que pasan entre hombres, y nadie está libre de un mal momento. Lo malo es no reconocer los errores. 

CHICHA            (haciéndose el borracho). Si no gana la Alianza me corto el pelo a coco y me peino a lo poeta… 

ZAMBO            ¡A la invencible le van a ganar tus negros…! 8De pronto, con cólera) ¡No puedo ir al Estadio! 

CARVAJAL       Bueno, maestros, muchas gracias… voy a terminar mi tarea. 

MARIN             Hasta las cinco y media… 

CARVAJAL       (Sonriendo) Hasta las cinco y media… ¡No se preocupe, soy del PAL, y los palistas somos derechos! 

MARIN             (Levantando la mano como para un juramento) ¡Paramos! 

CARVAJAL       (Sonriente) ¡Paramos! (Va a salir pero se detiene) Yo soy hombre de ley, maestro… de partido, con disciplina. Pero, tantas cosas se ven últimamente, que se desilusiona uno, no sabe qué camino tomar, se duda… y dan ganas de manda a todos a la… (Va a salir) 

MARIN                         (Que ha tomado los cigarrillos del muro) Maestro… sus cigarros… (Carvajal se acerca y los recibe) 

CARVAJAL       Gracias… y no haga caso de lo que dije, fue la cólera, nada más. 

MARIN             ¿Hasta las cinco y media? 

CARVAJAL       ¡Hasta las cinco y media! 

CARLOS          Yo también voy a terminar mi trabajo. Pepe, ya terminó el descanso… ¡Arriba! 

PALITO            Que mala suerte, cuando la cosa se estaba poniendo linda (Doña mecha va cobrando sin interrumpir las escenas siguientes). 

MARIN                         (Va a llamar a sus ayudantes que momentos antes han salido, pero se da cuenta que le han traído el material) ¡Ah, muchachos…, el susto los apuró! 

PALITO Don Carlos, ¿qué me dice de la huelga? 

CARLOS          Que quieres que te diga si todavía no ha comenzao. Después de las cinco y media podemos hablar, ¡y eso! (Mira su reloj de bolsillo). Falta cuarenta minutos. Aunque esta vez la cosa está bastante bien enredada. 

ZAMBO            Ud. parece político, don Carlos. 

CARLOS          ¿Por qué? ¡Soy mentiroso, acaso…? 

ZAMBO            Le da vuelta al asunto, pues… 

PALITO La huelga es un hecho, está decretada 

CARLOS          Hay mucho pan que rebanar, todavía… ¿Y si se arregla? ¿o hay contraorden? En la noche nadie trabaja, se puede conversar, llegar a acuerdos. Cuántas huelgas declaradas se han arreglado a última hora! ¡Eso se llama "diplomacia"! Así que no la tengas muy segura. 

PALITO Uy, don Carlos, está creyendo en dioses falsos. 

CARLOS          Bueno, a trabajar, entonces, que para descansar nos queda mucho tiempo. 

PALITO ¿Cree que la cosa va para largo? 

CARLOS          No sé. No quiero creer en dioses falsos. 

ZAMBO            (Riendo) Te agarró. Palito 

PALITO Estoy de turno. No digo, Ud. parece político, don Carlos. 

CARLOS          Nada de eso. Lo que pasa es que más sabe el diablo por viejo que por diablo. (Don Carlos saca un pedazo de papel periódico del bolsillo trasero de su pantalón, y lo estruja con las manos, suavizando, y baja del andamio)

 PEPE              ¿Dónde va, tío?

 CARLOS         (Enseñando a todos el papel) ¡A hablar con el Presidente, sobrino! (Ríen ellos, sale don Carlos por izquierda). 

ROJAS             (Entrando) Maestro… ¿necesita algo más? 

MARIN                         No, Rojas. Con lo que hay alcanza, ya falta poco. Sujeta el cordel. Del fondo… (Indica que lo haga del extremo derecho del muro) que esté al nivel del último ladrillo… del de encima. Sujétalo bien… así, Ahora ponle un ladrillo encima para asegurarlo. Así. Está bien. Ven… 

ROJAS             Ya, maestro… 

MARIN                         Oye, Rojas, ¿por qué no te buscas otro trabajo? Tú no eres para esto, es demasiado fuerte para tí. No te resientas, pero es la pura verdad. 

ROJAS                         Lo sé maestro. ¡Pero qué se le va a hacer! 8Pausa) Antes estuve trabajando en una botica… después en una tienda del centro. Pagan poco y se sale tarde. Trabajando con Ud. me alcanza tiempo para ir al colegio. 

MARIN             ¿Estás estudiando? 

ROJAS             Sí, en la nocturna. Dos años más y termino. ¡Ojalá! ¡Dios lo ha de querer! 

MARIN                         Haces bien… sigue estudiando. Si mi compadre agarra el trabajo de pintura le voy a hablar para que te tome. Es más fácil. 

ROJAS             Gracias, maestro.

(Palito silba "El Guardían", de Pinglo. Pausa que permite se escuche claramente los primeros acordes. Queda de fondo, pero sin molestar la acción). 

MARIN                         Yo también estudié en la nocturna. Quería ser militar ¡Era mi ambición más grande! ¡Mi sueño! 

ROJAS             ¿Qué pasó? 

MARIN                         (Que no ha escuchado) Los maestros nos trataban mal (Bajo) como a obreros. Es curioso… uno se atrevió a decirnos en plena clase lo que todos pensaban: Que con saber escribir y leer era suficiente, que no íbamos a llegar a ninguna universidad… que una carrera cuesta mucho dinero… que era como gastar pólvora en gallinazo. Quien lo dijo fue el profesor de religión: ¡un cura! (Saca un pañuelo amarillento y se limpia el sudor) Yo quería ser militar. ¡Maravilloso! (Como en sueños) Todos los 29 de julio iba al Campo de Marte a ver el desfile militar. ¡Maravilloso! La marina rompiendo el desfile con su fabulosa banda: ¡Un, dos; un dos; un, dos; un, dos…, todos con escarpines blancos en medio de la multitud que los aplaudía. Y, al pasar frente al estrado presidencial, todos a la vez volteaban como un solo hombre, ¡violentamente! (Como un niño) ¡Qué lindo! (Pausa) Después la policía, la aviación, el ejército (sin fuerzas) ¡fabuloso! (Saca un cigarrillo y lo enciende) Ahí conocí a Cordero y Velarde. Qué tipo para simpático… se creía el Presidente del Perú, y algo más, Dicen que se volvió loco de tanto desearlo (Pausa. Serio). Yo quería ser militar. 

CARLOS          (Lentamente ha entrado en escena) Pepe, ¿y el martillo?

 PEPE              Aquí está tío.

 MARIN                        La última vez que fuí al Campo de Marte fue cuando estuve en quinto año ¡hasta quinto llegué… ¿y para qué? Ese 29 de julio fue terrible para mí. Por primera vez vi lo que mis ojos se negaban a ver: NO HABÍA UN SOLO OFICIAL NEGRO EN TODO EL EJÉRCITO DEL PERÚ.

(palito, graciosamente, silbando, hace los acordes usuales de cuando una orquesta termina una pieza musical). 

PALITO Fu-fú (Pausa) ¡Bueno, bueno… esto se acabó! 

MARIN                         Guarda las herramientas (Rojas, sin contestar, junta las herramientas y sale. Marín, ya solo, para sí, repite quedamente) No había un solo oficial negro en todo el ejército del Perú (Suela el típico triángulo de metal, anunciando el fin de la labor). 

PALITO ¡Se acabó… Viva la huelga! 

ZAMBO            ¡Payaso…! 

PALITO            (Se lanza del andamio y mete la cabeza en el cilindro de agua, mojándose el cabello). No se preocupen señores: en este enorme cilindro que ven, haré una olla común. Vuestras queridas madres (Con los dedos, sobre la frente: hace el clásico gesto de "cornudo") fieles esposas y adorados hijos, no pasarán hambre. ¡Viva la olla! ¡Arriba el sancochado! ¡Viva la huelga! (Toma una lampa y se la pasa a Zambo, cruzándose con el maestro Marín que va al cilindro a lavarse. Palito, marchando): Un, dos; un, dos; un, dos… (Chicha, graciosamente, entrando al juego, toma un palo, se pone delante de ellos como si fuera una waripolista de las películas norteamericanas y marcha seguido de Palito que arrastra a Zambo. Palito tararea la canción usada por las tropas sureñas cantadas en la guerra de secesión. Dan vueltas al rededor del cilindro de agua. Los demás ríen, comentan; algunos llevan el compás con las palmas de las manos). 

ZAMBO            ¡Suéltame, loco! 

PALITO            (Alzando los brazos) A reír y a cantar, que el mundo se va a acabar. ¡La huelga va a empezar!

 ZAMBO           ¡La huelga va a empezar! (Baila y canta esta frase en tiempo de conga).

La huelga va a empezar, up…

la huelga va a empezar……

 

(Palito, Zambo, Pepe, Chicha y Rojas, cada uno en su sitio, bailan y cantan esta frase)

La huelga va a empezar, up…

La huelga va a empezar, up…

(In crescendo)

La huelga va a empezar, up… 

(Zambo cambia, lentamente el coro, transformando la frase en un grio de manifestación pública. Todos, muy serios, dramáticamente, lo siguien. Los gestos ahora son de hombres adultos, de obreros en huelga).

 

¡La huelga va a empezar!

¡La huelga va a empezar!

 

(El coro llega a la histeria. Zambo, como poseído, convierte la lampa en ametralladora, apunta a sus compañeros mientras grita imitando a las balas):

¡Ta tatatatatatatatatatatatattaá…!

 

(En el cielorama, silueteado -por efecto de luz- aparecen cascos de policía. Todos, como si se hubieran puesto de acuerdo, caen penosamente heridos y quedan estáticos al momento que se apagan todas las luces, encendiéndose un haz de luz rojas que los baña. Pausa. Silencio. De pronto, se escucha el ruido de un camión que llega y bruscamente se detiene. Se levanta Chicha, sale y regresa al momento que todos se ponen de pie y las luces retornan a la normalidad).

 

CHICHA            ¡Son los de Lima! 

ZAMBO            Menos mal… (Hace como si jugara billar) ¡Mi mesita! 

CARLOS          Con qué vainas nos saldrán ahora… 

MARIN                         No se preocupe (sonriendo), somos grandecitos, pintamos canas, no nos van a comer. 

CHICHA            (Desde el fondo) Por aquí, maestros… 

CANALES        (Desde fuera), Gracias… 

MARIN             (Para sí) ¡Esto me huele mal…! 

CANALES        (Entrando) Pasa, Lucho… (Entran los dos seguidos por Juan) 

PALITO Pase, maestro…

(Canales se quita el sombrero. Es el único que viste saco. Aunque esta pieza no corresponde al pantalón, es de otro terno).

 

CANALES        Buenas tardes, colegas… (Unos responden con gestos, otros en voz baja). 

CARLOS          ¿En qué podemos servirlos…? 

CANALES        Apoyando nuestra causa. Venimos a invitarlos a la reunión de esta noche. 

MARIN             Se entiende que somos obreros y que la única causa es la del gremio. 

CANALES        Así debería ser, pero… El momento es crítico. Venimos de la Central de Lima…

ZAMBO            ¿Qué ha pasado, maestro?       

CANALES        La Central Unica se ha dividido. (Todos hacen comentarios al respecto) 

CARVAJAL       (Entrando al círculo) ya decía yo, aquí hay gato encerrado. 

CARLOS          Explíquese, maestro, nos interesa. 

MARIN             Queremos enterarnos para saber qué actitud tomar, estar prevenidos. 

CANALES        Todo obedece a fines políticos. Los palistas se niegan a aceptar la tregua de cinco días solicitada por el Ministro, quien ha dado amplias seguridades de atender satisfactoriamente nuestros reclamos. 

CARVAJAL       ¡Saltó la liebre! 

MARIN             ¿Y por qué no aceptan la tregua? 

JUAN                           (Que ha estado frenado) ¡Por fregar al Gobierno, no dejarlo trabajar… amarrarlo! 

CANALES        El Ministro ha ofrecido solucionar nuestros problemas, pero quiere que prevalezca la Ley, el principio de autoridad… habló del precedente… 

CARVAJAL       ¡El Ministro…! ¿Y, si como en otros casos, pasados los cinco días nos salen con vainas?

 JUAN              Entonces, con justicia, procede la huelga. 

LUCHO                        Nosotros queremos nuestras reivindicaciones, pero sin pelear -si se puede, claro está-, y menos con el gobierno, que a nada bueno conduce… 

CANALES        Los palistas, más preocupados por ganar fuerza para las próximas elecciones, quieren la huelga a toda costa… no se les puede impedir…

JUAN                           Cosa que si triunfamos -como tiene que ser, porque es un hecho- mandarse el jamón de que por los palistas, los obreros ganan más, y sacar provecho de nosotros en las elecciones. ¡Qué tales riñones! 

LUCHO                        Son fines egoístas, partidarios, no gremiales. La huelga para nosotros debe ser un último recurso… no debemos impedir el diálogo, sino, cualquier militarote aprovecha el pánico y manda su cuartelazo y san se acabó. ¡Ya estamos escarmentados… pero no se aprende!

 CHICHA           Eso es cierto. 

ZAMBO            (Muy acriollado, pretendiendo hacer una broma) No importa quién lo consiga o cómo si vamos a ganar más. 

LUCHO                        (Sin hacerle caso ni mirarlo) Y después sólo nos queda esperar limosnas de los mandamases. 

JUAN               (Amargo) Y todo por la ambición desenfrenada de los palistas. 

CARVAJAL       Si Uds. están contra el PAL, ¿podrían decirme con quién están, para enterarme?

 ZAMBO           Claro, tiene razón. 

PALITO ¡Chist… calla! 

CHICHA            ¡Déjalo hablar, caramba! 

MARIN             Pero si todos sabemos… 

CARVAJAL       Un momento, maestro Marín, quiero que él me contste. 

CANALES        ¿Me he negado acaso? ¡No! 

LUCHO             (Apaciguando) Nuestra causa es sindical… 

CANALES        Estamos con nuestra clase, sin distinción alguna. Pero, perdonen, debemos actuar rápidamente porque no demoran en llegar los palistas. Están recorriendo en forma relámpago todas las obras, utilizando todos los medios de movilidad. Uds. saben cómo son de organizados. Están armados de palos, y hasta con manoplas, según nos dijeron. Ellos también van hacer una reunión esta noche.

 CARVAJAL      Conteste a mi pregunta, maestro, no se vaya por las ramas. ¡Me mareo!

 CANALES       (Frente a él) Queremos el aumento acordado, porque el alto costo de vida ya nadie lo puede aguantar. Pero no deseamos que por caprichos, se lleve a la clase obrera a una huelga que al final, dada las condiciones, a nada bueno puede conducir. Porque si se emperrechina el Gobierno, no entra en tratos con nosotros mientras no se deponga la huelga. Ahora bien, el Ministro ha pedido una tregua de cinco días… ¡Cinco días! ¡Menos de una semana! ¿Por qué no se la podemos dar? El grupo que me acompaña está contra la huelga - en estos momentos, se entiende-. Si pasados los cinco días no hay solución, pues entonces sí, a lanzarse. Pero ahora no… es negativo, perjudicial, y como están las cosas, cualquier chispa puede arrrastrarnos a cometer una tontería y haber muchas víctimas, que no queremos cargar en la conciencia. Ya lo dijo Lucho (señalando). Cualquier militarote puede aprovechar la situación… ¡y cuartelazo! 

CARVAJAL       ¿Y los palistas tendrían la culpa, no? 

JUAN                           Todos somos culpables de esta situación, de lo que nos pasa y de lo que pasará. Porque no hay que hacerse ilusiones, esto es sólo el principio. 

PALITO ¡Maestro, está usted hablando mal…!

JUAN              ¿Mal? ¿mal? ¡Culpables, si! ¡Todos somos culpables ! (Pausa). A ver ¿cuántos están inscritos en la Central? (Pausa). ¡Ninguno, por supuesto! (Más animado) ¿Cuántos conocen, siquiera de pasada, el local? ¡Nadie! Somos culpables por miedo, comodidad, por flojera. De esto se aprovechan unos cuantos granujas bien aleccionados por otros sinvergüenzas, toman las riendas… ¡y, a jorobar, se ha dicho! (Con mucha ironía, casi burlándose de ellos) ¡Y todo porque somos "independientes"! (Con cólera) ¡independientes! (imitando) "Yo no me meto en política… La política es mi trabajo… mi partido son mis manos" ¡Y claro, como tienen dos manos (se apoya con gesto de manos) están con la derecha y con la izquierda, lo que se llama ni con Dios ni con el diablo! 

LUCHO             (Frenándolo, preocupado) Juan… 

JUAN                           Ya, ya… tengo razón y eso me basta. Lo absurdo, ridículo del caso es que quienes están en la directiva ni siquiera son del oficio. Son unos cuantos haraganes zamarros que se hacen llamar "maestros contratistas" que ni agarrar un badilejo saben. ¡Hay que ser sindicalista!

LUCHO            (Contemporizando) Esta noche a las 8:00 tenemos una reunión en el Club Estrella. Están citados casi todos los colegas de los balnearios del Sur. No faltar… pasen la voz. 

CANALES        Y todo por culpa de los palistas… 

CARVAJAL       ¿Qué quiere Ud.? ¿Que peleemos contra nuestros hermanos de clase por el simple hecho de ser ellos palistas… que se rompa la unidad gremial? 8con cólera) ¡Haga el favor, hombre!

 LUCHO            No diga eso, maestro, no es justo. Ofende. Somos grandes, piense. 

PEPE                          Que hable, a lo mejor tiene razón y estamos cayendo ene l juego de los políticos cochinos, como dicen…(Don Carlos lo mira de reojo y sonríe). 

LUCHO                        Nosotros no le impedimos hablar a nadie. Además, ustedes están en su sitio, nada podemos imponer… informamos, invitamos… Somos pocos. 

JUAN               hay que ganar tiempo… tenemos que ir a otras obras… 

CANALES        (Con mucho oficio, a Carvajal) Seríamos niños si eso pidiéramos. ¡Cómo se le ocurre? Somos el 40% de los directivos de la Central Unica que pensamos igual, que queremos la unidad del gremio, como es lógico; pero no podemos permitir que una mayoría amoral, encaramada en la directiva por elecciones fraudulentas, que no representan a los obreros sino al Pal… 

JUAN               Hasta los diarios han hablado de ello… ¡Los diarios…! 

CARVAJAL       Los de la oligarquía… 

CANALES        (Continuando, como si no los hubiera escuchado) Sí, encaramados en forma ilegal, y que nosotros, precisamente por no romper la unidad hicimos la vista gorda… de los cual ahora me arrepiento… la Central Unica en estos momentos no representa al gremio, representa al Pal, y sus voceros directos -muy hábiles, por cierto- son los infiltrados que ahora, recibiendo órdenes precisas del pal, quieren que se haga la huelga… ¡Carajo, si de cólera dan ganas de… (Pausa) Perdonen. ¿Piensen qué pasaría si el Pal estuviera en el Gobierno? ¿Permitirían huelgas? ¡Ni de vainas, pues! ¡Para qué engañarnos si ya lo sabemos! Y piensen qué pasaría si nosotros, por considerarlos justo, decretásemos la huelga? La contraorden no se haría esperar… 

JUAN                           Y menos los caballos, los palos… ¡Y esto nos lo harían a nosotros… a los obreros… al gremio! 

CANALES        Esto está mal. Mientras los sindicatos representen a los partidos y no a los gremios, la causa del trabajador fracasará, porque estará sujeta a los intereses de los partidos, a los enjuagues de la política. Hay que quitarse la venda, ya es tiempo. 

PEPE               (Muy sincero) Tiene razón… (Don Carlos le pone la mano sobre el hombro).

 CARVAJAL      (Desconcertado) Que se explique, pero sin atacar a ningún partido… 

JUAN               Se le sale el color, maestro. 

CARVAJAL       Sí, ¿y qué? ¿Me lo va a impedir?… ¡Soy palista y qué! 

LUCHO                        (Apaciguando) Nosotros hemos venido… queremos explicar la situación… invitarlos a cambiar ideas al respecto. Los palistas van a hacer lo mismo. Queremos que nos ayuden a aclarar el panorama y después -¡Qué se le va a hacer!- que cada uno tome el camino que crea conveniente para el gremio. 

CARVAJAL       Digan lo que digan, mucho se le debe al Pal. Por el Pal el obrero peruano trabajo sólo ocho horas diarias ¿Lo han olvidado? Nuestros padres para ganar un jornal debieron trabajar de sol a sol ¿no lo recuerdan? Sangre costó conseguirlo, pero se hizo… ¡Y sangre joven! ¡Palistas! Sí, así como lo oyen: Pa-lis-ta.

(Juan intenta hablar pero se adelanta Chicha). 

CHICHA            ¡Claro, así es, así es, me lo han dicho! 

CARVAJAL       Y no lo dudes. Criticar es fácil, pero mal que les pese, chueco o partido, tuerto o virolo, por el Pal existe en el país una organización sindical… y, ahora, los que nada hicieron se atreven a criticar… 

JUAN                           Está usted hablando mal, maestro, ha oído cantar al gallo pero no sabe dónde. Este Pal no es el Pal de las 8 horas. Pero ése no es el asunto, no vamos a hacer historia ahora, falta tiempo; pero eso sí, que quede claro, contra Ud. no estamos. Ud. es la masa, no el pal. La masa nos merece respeto. Yo son sindicalista. 

CARLOS          (A Carvajal) Tiene razón, maestro Carvajal. Yo no pertenezco a ningún partido, pero son sindicalista, por eso puedo hablar con entera libertad. Todos los políticos son unos cangrejos, cuando suben al poder se olvidan de uno. Estos bandidos son unos mentirosos, se burlan de nosotros. ¡Hay que verlos en campaña: sonrisas por aquí, sonrisas por allá, le dan la mano a todo el mundo, y usan camisa abierta (Se toma el cuello con las manos), se ensucian los zapatos. Y después, ¡naranjas!. 

LUCHO             (Sonriendo) Tiene razón… 

MARIN                         Nada se pierde con ir a la reunión esta noche, ahí hablarán y podremos exponer nuestros puntos de vista, nada se pierde. Lo que sí, a mí me parece que si hay que esperar cinco días, debemos esperar, nada se pierde. ¡Eso, desde ya lo dejo en claro!. 

JUAN               Claro… 

CARLOS          Eso está bien…

(En cuarto plano se escuchan voces airadas que se aproximan) 

Central Unica, Central Unica,

Central Unica, Central Unica,

¡Viva la huelga!

¡Mueran los amarillos! 

(Todos quedan estupefactos. Palito sube al andamio y mira) 

PALITO ¡Son ellos, vienen en un camión…! 

CANALES        No les dije… 

PALITO ¡Pasu machu… vienen con palos! 

JUAN                           ¡Cuándo no! (Lucho se seca el rostro con un pañuelo, está algo nervioso pero se serena). 

MARIN             ¡Mala suerte! 

CARLOS          (A ellos) ¿Los conocen? 

CANALES        ¡Maestro, somos de la directiva! ¡Hasta dentro de un maizal nos sacarían! 

PALITO (Asustado) Es mejor que se vayan.

(Las voces se escuchan más cera):

Central Unica, Central Unica

Central Unica, Central Unica

Abajo los amarillos

Mueran los traidores.

PALITO            (Siempre desde el andamio) Ya no hay tiempo, están demasiado cerca… en la esquina del café. 

CARLOS          Escóndanse en el cuarto del guardían… 

JUAN                           No, maestro, gracias, no somos cobardes ni asesinos; además, creo que nos delatarían… 

CARVAJAL       Si lo dice por mí se equivoca… ¡Y mucho cuidado porque sino… 

CARLOS          ¡Carvajal… no es el momento… 

MARIN             ¡Maestro, por favor… ! 

CARVAJAL       No es el caso… ¡Pero no me pongan como soplón… No lo aguanto! 

(Las voces están ya demasiado cerca. Hay una pausa tensa en la cual Quispe se quita la camisa, la moja en el cilindro, la escure, y con ella se limpia el cuerpo de la cintura para arriba). 

MARIN             ¿Qué hacer, don Carlos? 

CARLOS          Maestros, por favor, vayan al cuarto del guardián… 

CANALES        No, maestro, imposible… Basta que se esconda uno una vez para que lo haga siempre… 

JUAN               De ninguna manera, ¿quiéres pelea? ¡Pues la tendrán! 

MARIN                         (Alterado) No ve que nos compromete… Que no vamos a dejarlos solos, que no los vamos a abandonar. 

CARLOS          (A su sobrino). Pepe, tranca la puerta… Chicha, ayúdale. (Pepe va a foro seguido por Chicha que denota temor. Tranca la puerta). 

(Se escuchan las voces en primer plano y el ruido del camión que llega y frena).

Central Unica, Centra Unica

Central Unica, Central Unica

Mueran los traidores.

¡Viva el Perú! 

(Reflectores encendidos desde el suelo, multiplican y agigantan a los palos reflejados sobre el ciclorama. Todos rodean a Canales, Lucho y Juan, mientras Quispe avanza a primer plano estrujando su camisa que deja caer agua en el suelo -No es indolencia, simplemente no comprende lo que hace la gente de Lima- Todos tratan de convencer a los tres sindicalistas para que se esconda. Los palistas, afuera, gritan y golpean la puerta. Hay confusión. En primer plano, cortante, se escucha el toque militar de silencio entonado por un cornetista. Se hace el silencio, y este indica el golpe militar del General Odría. Los palos, lenta, tristemente, desaparecen. Asombro y miedo se reflejan en los trabajadores. Han desaparecido del escenario los tres sindicalistas. Los obreros, lentamente, empiezan a girar alrededor del cilindro de agua cantando "José se llamaba el padre"; acelerando el ritmo y suben el volumen. Pasa el tiempo. Estamos en 1950- De pronto, rompiendo la escena, nos llega a primer plano la marcha "Zarumilla", característica musical del gobierno del Dictador Odría. Las paredes del fondo desaparecen jaladas hacia los costados. Los palistas se convierten en masa odrísta. Sobre el ciclorama-cielo, se recorta la sombra de un gorro militar. Las siluetas de los odriístas están agrandada y se multiplican por efecto de las luces. Los odrístas aplauden a rabiar. Los trabajadores en el escenario, mientras tanto, lentamente, envejecen 10 años y cambian de lugar de acción. Se escucha, ininteligiblemente la voz de un odrísta que grita: 

¡Viva el general Odría! 

MASA              ¡Viva!

(Por parlantes nos llega la voz del dictador que arenga). 

VOZ                             ¡Un gobierno del pueblo y para el pueblo! (Aplausos) ¡Salud, Educación y Trabajo! 

(La masa aplaude, lanza vivas. Por lateral izquierda ingresan riendo los obreros 1 y 2. La masa calla, gira y mira a la platea, desafiante: Se ha convertido ahora en el verdadero pueblo). 

OBRERO 1       ¡Cinco a tres! 

OBRERO 2       ¿Cinco a tres? ¿Estás loco? 

OBRERO 1       ¡A la Alianza no le gana nadie! ¿Cinco a tres? ¡Chico y partido le va a dar a la "U"! 

OBRERO 2       Para que sepas, la "U" campeona este año. ¡Sí, señor! ¡La "U", campeón de 1950! 

CHICHA            (Diez años mayor y que ya está de maestro, desde el andamio de Palito) ¡Ya, ya… a trabajar… hasta cuándo voy a esperar los ladrillos! 

OBRERO 1       Está bien, maestro, enseguida le traigo… 

ZAMBO            (Diez años mayor, al obrero dos) ¡Agua…! ¡Hasta cuánto voy a esperar… (obrero uno y dos desaparecen por donde entraron). En descansar sólo piensan… 

CHICHA            Como ellos trabajan a jornal…, cuanto más dura el trabajo, más ganan…

(El maestro Marín, viejo, trabaja en primer plano derecha. Palito, desde el fondo lo mira. Lentamente, animándose se dirige a él). 

PALITO (Tímido) Maestro Marín… 

MARIN             ¿Sí? 

PALITO            Maestro Marín… ¿Podría prestarme quince libras? Tengo a mi hijo enfermo y hay que curarlo… 

MARIN                         ¿Quince libras? ¿Estás loco? ¿Quién tiene plata en estos tiempos, Palito? ¡Y con una huelga que se nos avecina! 

PALITO (Desconcertado) A lo mejor ahora resulta… 

MARIN                         (Que ya sabe de la vida) ¡Con un gobierno militar! (Irónicamente, mirando a Palito canta) :

                        José se llamaba el padre… 

(Palito lentamente vuelve a su puesto: andamio de Zambo) 

Josefa la mujer…

(Yendo a primer plano derecha)

 

Y al hijo que tuvieron

le llamaron José

Se llamaba el padre…

Jo-se-fa la mu-jer…

 

(Mirando fijamente al público)

 

y al hi-jo que tu-vie-ron

le lla-ma-ron…

 

(Directamente al público, lento, remarcando las palabras) 

No había un solo oficial negro en todo el ejército del Perú.

(En juramento, besándose los dedos de la mano) ¡Por Dios!

 

(Se apagan violentamente las luces. Brevísima pausa. Al encenderse de nuevo las luces, los trabajadores avanzan a primer plano, con los dedos indicando al público que no aplauda. Al hacerse el silencio, se escucha por parlantes de escenario y sala la voz de un hombre que representa a Lucho, Juan y Canales). 

VOZ                             (Por parlantes) Lima, (fecha que corresponde al mes y año de la representación). 

Señor capitalista: 

¿Quiere usted derrocar al gobierno? Pues bien, escuche con atención (Los actores, estáticos, miran al público)

El 80% (Ochenta por ciento) de los trabajadores de la ciudad, pertenecen al gremio de construcción civil: peones, albañiles, gasfiteros, electricistas, carpinteros, cerrajeros, soldadores, llenadores de techos…; los que hacen los ladrillos, la pintura, las locetas, los cables de luz, los interruptores, los calvos, los servicios higiénicos, las herramientas de trabajo, etcétera, etcétera, etcétera; los que llevan a las construcciones los ladrillos, la arena, el hormigón, el cemento, las piedras, los fierros, etcétera, etcétera, etcétera y cien más. 

Ahora bien… Si ustedes no construyen, si paralizan las obras, el 80% (Ochenta por ciento) de los trabajadores y sus familias, se mueren de hambre. Desesperados salen a las calles, gritan, hacen huelgas. La policía lanza gases lacrimógenos, palos y balas. Hay 10, 15 ó 20 muertos (¡Cuantos más, mejor!). Sus diarios y los de sus amigos, en grandes titulares, protestan por la "inhumana masacre de los trabajadores". Cae el Ministro del Interior: ¡Crisis ministerial! 

Ha llegado la hora del whisky. 

Con alegría y muchos tragos, parlan con un general amigo, y ¡ya está: golpe de Estado! 

Con el general amigo como Presidente de la República, "por el bien del pueblo", el Gobierno decreta un "subsidio para la Industria de la Construcción". Ustedes empiezan a construir…, hay trabajo, y en consecuencia, los obreros de construcción civil (El ochenta por ciento de los trabajadores, sus madres, mujeres e hijos), comen. ¡Barriga llena, corazón contento! Se han olvidado del gobierno anterior. 

Después de 3 ó 4 años de gobierno, restablecido el orden constitucional, forman una convivencia, coalición o alianza (el nombre es lo de menos), y designan un candidato para la presidencia de la República. Ganan "democráticamente" las elecciones…, y con sus allegados en el parlamento, tenemos (Los actores tararean la canción "José se llamaba el padre") seis años más de "Pan con Libertad", "Salud, Educación y Trabajo" para nuestro querido Perú. 

Atentamente, 

Juan, Luis, Canales

(Todos los obreros empiezan a trabajar y cantan "José se llamaba el padre", mientras dos trabajadores levantan, al fondo del escenario, una gran banderola que, sobre fondo blanco y letras rojas dice: 

Nosotros construimos el Perú. 

Las tres primeras reiteraciones -desde bajo volumen, in crescendo- indicarán que la clase obrera, desde sus cenizas, se alza, revive; las tres siguientes, ala alegría del trabajo -el producir-; las tres últimas, cantadas a todo pulmón ralentando con cólera las palabras, fraseando, LA ESCALADA de la clase trabajadora en su lucha contra las fuerzas opresoras). 

Jo-sé se lla-ma-ba el pa-dre

Jo-se-fa la mu-jer

y al hi-jo que tu-vie-ron

le lla-ma-ron…

 

(Todos voltean violentamente, con las herramientas en la mano gritándole al público)

¡Joséeeeee! 

Quedan estáticos, como desafiando a la platea. No cambiarán de posición para recibir los aplausos. El telón se cerrará únicamente para que los actores vayan a sus camarines. Por ningún concepto los intérpretes agradecerán al público del modo tradicional. La clase obrera, nada tiene que agradecerle al público que va al teatro en el Perú.

 

Lima,

 

Perú

 

1966

 

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