TA-TE-TI, SUERTE PA-RA-TI !

 Viles, crueles, ambiguos e insanos. Hete aquí algunos de los famosos Tests Psicológicos a los que se ven sometidas todas aquellas que están buscando trabajo. 

No importa si buscás de ingeniera, comunicadora, portera o cadeta. Te van a enfrentar a muchos de estos mecanismos de tortura mental. Así que andá preparada y prevenida, no te amargues demasiado y de última, pensá que salís al recreo a jugar un rato. ¿A qué vas a jugar? Bueno, a algunos juegos que conocés. Tomá nota:

 EL JUEGO DE LA MANCHA

 No. No se trata del clásico juego que solías utilizar de pequeña para tener la oportunidad de tocarle el pelo al nene que te gustaba. Este jueguito es un poco diferente. El entrevistador te va a ir pasando imágenes de simples manchas y querrá que vos le digas “qué ves”. ¡No le digas que ves una mancha, por Dios! Yo cometí ese funesto y triste error por el cual (en su momento, hace ya varios años atrás) quedé fuera de la selección… para un puesto de Secretaria. La mancha no era una mancha, ¡qué error el mío! ¡Cómo no ví que se trataba de una máquina de coser! (ahora que lo pienso, ¿no sería que además de atender el teléfono y planificar agendas tenía también que coser dobladillos? Si era así, mejor que quedé fuera, porque hasta ahora no doy pie con bola con la aguja y el hilo...).

 Por lo tanto: Lo que ves no es una mancha. Grabate esa frase a fuego en tu cabeza. En el fondo, frente o costado, puede que sea desde una mariposa hasta una bordeadora de césped. Usá la imaginación y estate preparada para explicar por qué viste lo que viste. Ahí si, no te queda más que sacar la guitarra (reviví la que usabas en los escritos de literatura de tercero de liceo, aunque esté desafinada) y dale sin temor. No te olvides de ser concisa y de extenderte poco, no sea cosa que te caves tu propia tumba, ¡jeje!

 ADIVINA-ADIVINADOR

 Complete las siguiente frases: “Mi padre es…….”, “Mi madre es……..” “Mi padre y yo…….”, “Aunque mi madre y yo nos entendemos, a veces……..”, “Yo quiero…..”.

 De esas, vas a tener centenares. Lo que buscan es la familia Ingalls. Es decir, jamás relates que tu madre te abandonó cuando tenías tres años para irse con un tipo que conoció en el puerto mientras vendía empanadas, que tu cuñado es lo peor que existe porque se peleó con tu viejo por el Fiat destartalado que hay en el fondo, que vivís con un marido poco comunicativo y celoso de tu laburo, que tus hijos se la pasan en el cyber y que un día los pescaste viendo imágenes porno, que tu adolescencia fue conflictiva y demás. Tus intimidades son tuyas. ¿Para qué quiere alguien saber todo eso si vos lo que vas a hacer son trámites en el BPS y en la DGI? ¿O por qué necesitan saber que te peleaste a muerte con tu hermano menor al punto de partirle un diente cuando tenías seis años, para el puesto de Ingeniera en Forestación? ¿Quieren la familia Ingalls? ¡Que la tengan!

 ¡PIEDRA, PAPEL, TIJERA!

 Tampoco este es el juego de la manito, que cerrabas como puño si era piedra y demás. Este juego, en lo referente a lo laboral, implica que vuelvas al papel y al lápiz… para dibujar. Si, mi querida. Tenés que dibujar. De poco vale que clames tener cuarenta años, que nunca hiciste nada mejor que fosforitos, y blablabla…

 Vas a recibir una hoja en blanco y un lápiz escolar.

Te van a decir que dibujes una figura humana (que no sea fosforito). Hacé lo que quieras pero que esté apoyado en un suelo. Se supone que sino sos demasiado “volada”, o que no tenés estabilidad en tu vida o vaya uno a saber qué otra interpretación retorcida.

 Cuando termines, te van a pedir que agregues lluvia en tu dibujo. No te olvides de dibujar un paraguas que proteja la cabeza de tu personaje, so pena de que te tilden de poco previsora e impredecible. Si ya lo hiciste y te olvidaste del paraguas, tratá de que entiendan que sos tan amante de la canción “Singing in the rain” que se te hace imposible quitar el deleite que significa para vos el cantar bajo la lluvia interponiendo un maldito paraguas en el medio. Van a quedar impresionados y descolocados. Por más que busquen una interpretación a eso, les será bastante difícil encontrarla. Pensá que, al menos si no pasás a la segunda instancia, ¡les diste un buen laburito de desgaste psicológico a ellos!

 Y por último, cuando ya estés al borde del colapso viendo ese abominable cruce de líneas y curvas desconexas que plasmaste, deberás escribir una historia de esa figura humana bajo la lluvia. ¡No vale espiar a los costados, leru-leru! Igual si vichás  lo que vas a encontrar será miradas de apoyo incondicional de ese grupo de personas que podían haber sido enemigas enfrentadas por un mismo puesto laboral, pero que ahora están unidas por el lazo (firme y poderoso) de sentirse lisa y llanamente “tontas”. Gente que como vos, está igualmente perdida y que siente unas ganas locas de correr a comprar papel glasé y tijera, una túnica y hasta algún chupetín. La locura puede ser tal que juntos (¡quién te diga!) no armen un hermoso gran collage.

 ¿Ves? Ya usaron papel y tijera. Me preguntarás por la piedra. La piedra la querrán todos los que asistieron para utilizarla con fines algo violentos que prefiero no describir. Por eso es importante que cuando acudas a la entrevista, lo hagas sin ningún tipo de material filoso o contundente en el bolso, cosa que nada te llame a la tentación.