Asi como
en este cuerpo el alma corporificada continuamente pasa de la niñez
a la juventud y luego a la vejez, en forma similar, cuando llega la muerte,
el alma pasa a otro cuerpo. El alma autorrealizada no se confunde por tal
cambio.
Nunca
hay nacimiento ni muerte para el alma. Ni habiendo sido una vez, deja de
ser jamás. El alma es innaciente, eterna, siempre existente, inmortal
y primordial. No se le mata cuando se mata el cuerpo.
Todos
los seres creados son no manifiestos en su comienzo, manifiestos
en su estado intermedio y otra vez no manifiestos cuando son aniquilados.
Así pues, Qué necesidad tienes de lamentarte?.
Aquel
que no tiene apego, quien no se regocija cuando obtiene el bien ni se enfada
cuando obtiene el mal, se encuentra firmemente situado en el conocimiento
perfecto.
Aunque
el alma corporificada se esfuerce por renunciar al goce de los sentidos
mediante regulaciones severas, todavía permanece con el mismo deseo
sensual. Pero al experimentar al supremo, lo cual es un gusto superior,
si puede darle la espalda al mundo material
Al contemplar
los objetos de los sentidos una persona desarrolla apego por ellos y de
este apego nace la lujuria, y de la lujuria surge la ira.
De la
ira surge la ilusión y de la ilusión la confusión
de la memoria. Cuando la memoria se confunde, se pierde la inteligencia,
y cuando la inteligencia se pierde, el hombre cae de nuevo al charco material.
Quien
puede controlar sus sentidos mediante la practica de los principios regulativos
de la libertad, puede obtener la misericordia plena del Señor y
se libera así de todo apego y aversión.
Cuando
para todos los seres es de noche, es el momento de despertar para el autocontrolado;
y el momento de despertar para todos los seres, es noche para el sabio
introspectivo.
Solamente
puede alcanzar la paz verdadera una persona que ha renunciado a todos los
deseos por la complacencia de los sentidos, que vive libre de deseos, que
ha renunciado a todo sentido de propiedad y que esta desprovista del ego
falso.
Este es
el camino de la vida espiritual y divina, y después de alcanzarla,
un hombre no se confunde más. Encontrándose así situado,
uno puede entrar al reino de Dios incluso a la hora de la muerte.
Todos
los hombres están irremediablemente forzados a actuar conforme a
los impulsos nacidos de la modalidades de la naturaleza material; por lo
tanto, nadie puede abstenerse de hacer algo, ni siquiera por un momento.
Ejecuta
tu deber prescrito, pues la acción es mejor que la inacción.
Sin el trabajo, un hombre ni siquiera puede mantener su cuerpo físico.
En el
principio de la creación, el Señor de todas las criaturas
manifestó generaciones de hombres y semidioses junto con sacrificios
para Vishnu, y los bendijo diciendo: Sed felices mediante este yajña
(sacrificio), porque su ejecución os concederá todas las
cosas deseables.
Los
semidioses que están a cargo de las diversas necesidades de la vida,
al estar satisfechos con la ejecución del yajña, abastecen
todo lo que necesita el hombre. Mas aquel que disfruta de estos dones sin
ofrecérselos a cambio a los semidioses, ciertamente es un ladrón.
Todos
los cuerpos vivientes subsisten de granos alimenticios, los cuales se producen
de las lluvias. Las lluvias se producen por la ejecución de yajña,
y el yajña nace de los deberes prescritos.
Por
lo tanto, uno debe actuar como un asunto de deber, sin apegarse a los frutos
de las actividades, porque trabajando sin apego uno alcanza el Supremo.
No perturben
los sabios las mentes de los ignorantes que están a pegados a la
acción fruitiva. No se les debe incitar a abstenerse del trabajo,
sino a trabajar con espiritu de devoción.
Los
ignorantes, alucinados por las modalidades de la naturaleza material, se
ocupan totalmente en actividades materiales y se apegan. Pero los sabios
no deben perturbarlos, aunque esos compromisos sean inferiores debido a
la falta de conocimiento de parte de los ejecutores.
Incluso
el hombre de conocimiento actúa de acuerdo a su propia naturaleza,
pues cada quien sigue su naturaleza de acuerdo a las tres modalidades adquiridas.
Qué puede lograrse con la represión?
Es mucho
mejor ejecutar los propios deberes prescritos, aunque sean defectuosos,
que ejecutar el deber de otro. Es preferible la destrucción mientras
se ejecutan los deberes propios, que ocuparse en los deberes ajenos, ya
que es peligroso seguir el sendero de otro.
Así
como al fuego lo cubre el humo, o como a un espejo lo cubre el polvo, o
como al embrión lo cubre el vientre, en forma similar, a la entidad
viviente la cubren diferentes grados de esta lujuria.
Así,
la conciencia pura del ser viviente está cubierta por su enemigo
eterno en la forma de la lujuria, la cual nunca se satisface y arde como
el fuego.
Los
sentidos, la mente y la inteligencia, son los lugares donde se posa esta
lujuria, la cual vela el verdadero conocimiento de la entidad viviente
y la confunde.
Aunque
Yo no tengo nacimiento y Mi cuerpo trascendental nunca se deteriora, y
aunque soy el Señor de todos los seres conscientes, aun así,
aparezco en cada milenio en Mi forma original trascendental.
Yo Mismo
desciendo milenio tras milenio, afín de redimir a los piadosos y
aniquilar a los malvados, así como para restablecer los principios
de la religión.
Aquel
que ve la inacción en la acción y la acción en la
inacción, es inteligente entre los hombres y esta en la posición
trascendental aunque se ocupe en todo tipo de actividades.
Aquel
que esta satisfecho con la ganancia que viene por si misma, que esta libre
de la dualidad y no envidia, y que es perseverante tanto en el éxito
como en el fracaso, aunque ejecute acciones, nunca se enreda.
Tan
sólo trata de aprender la verdad acercándote a un maestro
espiritual. Inquiere de él sumisamente y ríndele servicio.
El alma autorrealizada puede impartirte el conocimiento porque ha visto
la verdad.
Y así,
cuando tú hayas aprendido la verdad, sabrás que todos los
seres vivientes no son sino parte de Mi, que están en Mi, y que
son Míos.
Aún
cuando se te considere el más pecador de todos los pecadores, cuando
te sitúes en la nave del conocimiento trascendental, serás
capaz de cruzar al océano de las miserias
Pero
las personas ignorantes e infieles, que dudan de las escrituras reveladas;
no alcanzan la conciencia de Dios. Para el alma que duda no hay felicidad
ni en esta vida ni en la siguiente.
A alguien
que ni odia ni desea los frutos de sus actividades de le conoce como aquel
que es siempre renunciante. Tal persona, liberada de todas las dualidades,
supera fácilmente el cautiverio material y se encuentra completamente
liberada.
Una persona
en conciencia divina, aunque se ocupe de ver, oir, tocar, oler, comer,
desplazarse, dormir y respirar, siempre sabe dentro de si que de hecho
no hace nada en absoluto. Pues mientras habla, evacua, recibe, abre o cierra
sus ojos, siempre sabe que únicamente los sentidos materiales son
los que se ocupan en sus objetos, y que ella esta aparte de ellos.
Aquel
que ejecuta su deber sin apego, entregando los resultados al Dios Supremo,
no es afectado por la acción pecaminosa, tal como la hoja de loto
no es tocada por el agua.
Cuando
el ser viviente corporificado controla su naturaleza y mentalmente renuncia
a todas las acciones, reside felizmente en la ciudad de las nueve puertas,
sin trabajar ni causar que se ejecute trabajo.
El espíritu
corporificado amo de la ciudad de su cuerpo, no crea actividades ni induce
a las personas a actuar, ni crea los frutos de la acción. Todo esto
lo ocasionan las modalidades de la naturaleza material.
El sabio
humilde, en virtud del conocimiento verdadero, ve con visión de
igualdad a un brahmana apacible y erudito, a una vaca, aun elefante, a
un perro y a un comeperros.
Aquel cuya
felicidad es interna, quien es internamente activo, quien se regocija
dentro de si y esta iluminado dentro de si, es en realidad el mistico perfecto.
Él está liberado en el Supremo y al final alcanza el Supremo.
Aquellos que
están libres de la ira y de todos los deseos materiales, que son
autorrealizados, autodisciplinados y que constantemente se esfuerzan por
la perfección, tienen asegurada la liberación en el Supremo
en un futuro muy cercano.
Krishna