EGREGOROS
Los astros accionan y reaccionan los unos sobre los otros; su equilibrio lo determinan lazos de amor y esfuerzos de odio. A veces la resistencia de una estrella se rompe y ella es atraída para un sol que la devora; otras, una de ellas siente expirar su fuerza de atracción y es lanzada fuera de su órbita por el girar de los universos. Astros amantes se aproximan y dan a luz nuevas estrellas. El espacio infinito es al gran ciudad de los soles; ellos forman consejos entre si y se dirigen recíprocamente telegramas de luz. Hay estrellas que son hermanas, otras hay que son rivales. Las almas de los astros, presas por la necesidad de su carrera regular, pueden ejercer su libertad divergiendo sus efluvios. Cuando la tierra es mala, torna a los hombres furiosos y desencadena flagelos en su superficie; envía entonces, a los planetas que no ama, un magnetismo envenenado y ellos se vengan enviándole la guerra. Venus derrama sobre ella el veneno de las costumbres depravadas; Júpiter excita a los reyes unos contra otros; Mercurio desencadena contra los hombres las serpientes de su caduceo, la Luna los enloquece y Saturno los lleva a la desesperación. Estos son amores y estas cóleras de las estrellas son la base de toda la astrología, ciencia por hoy tan desdeñada. ¿No probó recientemente el análisis espectral de Buncen, que cada astro tiene su imantación determinada por una base metaliza especial y particular, y que hay en el cielo escalas de atracción como gamas de colores?. Pueden, pues, existir también, y ciertamente existen entre los globos celestes, influencias magnéticas que obedecen tal vez a la voluntad de estos globos, si lo suponemos dotados de inteligencia o dominados por los genios a que los antiguos llamaban los vigilantes del cielo o Egrégoros*.
*EGREGOROS: Forma Astral generada por una colectividad. Al respecto de las cadenas invisibles y de la formación del ser colectivo a que el ocultismo llama Egrégoro, dice G. Phaneg: " Los pensamientos, la voluntad, el deseo, son fuerzas tan reales y tal vez mayores que la dinamita o la electricidad. Bajo su influencia, la materia astral, que es tan plástica, se hace compacta y toma forma. El hecho está probado por innumerables experiencias. Por consiguiente, si algunas personas se reúnen en un local, emitiendo vibraciones fuertes e idénticas, pensamientos de la misma naturaleza, un ser verdadero ganara vida y quedara animado de una fuerza buena o mala, según el genero de pensamientos emitidos. Al principio débil e incapaz de actividad, presto a disolverse si fuere abandonado a si mismo, este ser colectivo se va definiendo a medida que las reuniones aumentan; su forma se vuelve cada vez más nítida y va adquiriendo posibilidad de acción mayor. ¡ Calcúlese que terrible fuerza no ha de tener un ser así al cabo de 2000 años, como por ejemplo por el empleo de una gran religión! ¡Qué poder no tendrá para auxiliar o castigar a sus adeptos!. Así se comprenderá que si un hechicero esta solo y la persona maleficiada forma parte de una cadena o corriente cualquiera (religión, asociación mística, etc.) que tenga un Egrégoro poderoso en el invisible, el hechicero pierde su tiempo y su trabajo. En el caso contrario, si la víctima está casi aislada y el maleficiante afiliado a una asociación oculta, la víctima está casi perdida, salvo circunstancias imprevistas. Disponiendo el Egrégoro de la energía y del saber acumulados de las personas que lo forman, será más fuerte e inteligente que cualquiera de los miembros en particular; él los vigila y dirige, corrigiéndolos y castigándolos, cuando traten de desviarse de las líneas comunes" La palabra proviene del Griego egregoros, "vigilantes".