CIGARRALERO
En repisas
de tierra he escarbado
folículos
de esperanza, para
producir
hojas friolentas y flores
tiernas,
ahumadas por su fragancia.
He podido ponderar
las plantas
sobre
la tierra despejada,
sembrar
minúsculas semillas
y ensartar
sus deseos al aire.
Así,
germinaron, crecieron y perduraron
en cada
estación, con voces constantes
y un
tanto vacilantes, fueron ellas:
Dalias,
Clarines y Legumbres.
Poco a poco
el huerto se inundó
de olores
frescos y maleables,
se enancharon
las rosas,
la menta
y los frutales.
En un banco
de noble madera, me siento
siempre
a meditar de cómo esta mies
ha podido
brotar, pues el huerto nació
de la
nada y ahora vean como está.
Y sigue creando
sin cesar, sin
orgullo
ni pesar, con libertad de
equilibrio,
formas, colores y aromas:
hojas,
capullos y flores a la par.
Pero, este
huerto es más que un sembradío
provocador,
es mi fuente de inspiración; a
pesar
de lo poco que mana, logra encender en mi
el deseo
de libertad que en el corto trayecto el da.
A mi entender,
es mi amigo de verdad,
con
el rojo color de la flor,
sobre
la impar tierra sin sequedad,
da el
verde brotar con el sol.
VISTA
DE SOL
Vista
de Sol
de mi
Lares
al día
medio,
vista
de cercos
techumbres
y paredes.
Vista de Sol
de mi
huerto,
con
contornos
de chopos
y
cables
helados.
Vista de Sol
Del
patio, con
musgo
glauco
y ladrillos
conchovinos
en la
plana tierra.
Vista de Sol
de prendas
tendidas
al sur
y al norte,
macizas
y con
muchas
gotas.
Vista de Sol
con
canes y
mininos
enanos,
vista
de alados
e imperfectos
cielos nublados.
LA BRUJA
He visto
a esa mujer
casi
sumida por la noche
en un
tercio del día.
Fue,
antaño recuerdo
de ancianas
barredoras
que
vacilaban soñolientas
en la
víspera del brasero.
Que
semblante sombrío
desdibujaba
la rigidez!
Un mantón
antiguo,
de esos
ultraterinos,
cubría
otra insólita prenda
con
gorro de canguro y
contundente
textura negra
de gamulan
cerrado,
sobresalía
veterana.
De luto,
la falda larga,
descubría
apenas
en los
tobillos
la nublada
media añeja.
Los
zuecos eran
de taco
marcado,
sus
hebillas,
figuras
corsarias
de la
Edad de Bronce,
lucían
húmedos
por
la pasta.
Ahí
andaba
la señora
incógnita,
tímida
y confusa,
agredía
lo pensado,
comentado,
mirado,
y proseguía
soslayada
con
zancada semicargada,
tendonosa
y nerviosa,
como
rutinaria
del
otro tiempo.
¡La
bruja!, decían algunos,
los
que creían,
y los
demás seguían
con
la mirada al frente,
ya permutada
por la mente.
Su aparición
fue
como
una vieja tradición,
una
alegoría póstuma
de la
decadencia,
un pésame
del
tiempo crepusculado,
exequias
estelares de una
macrorremota
exactitud.
En esta
tarde, sujeto vi,
vestigio
que la época
me prohibió
advertir,
maníaco
ceñí a un
humano,
que, decadente
afrontaba
la muerte.
Muerte
que encubrió,
Y, sin
ser vista,
Se confundió,
balbuceo
Y se
perdió.
UNA
EPOPEYA DEL SILENCIO
Continuidad,
es la
palabra silvestre
que
significó
toda
esa molicie,
guardada,
asoleada.
Las
inmersas palabras
eran
transeúntes
en el
estático.
Permanente
es el hecho
en el
tiempo, espiador
de su
inmutabilidad.
Una
gran epopeya dedicó
a una
labor bajo el sol,
a una
pasión por
el
movimiento que caía
como
meteoro extasiado.
Tranquilidad
creada
en la
posada
del
estadio quieto
Que,
cuando
adormilaba
mañana
era
el devaneo
presenil
del silencio,
no rotundo.
Un supleto
regate
de su
paso sobrehumano?
Una
infinitud anímica
sobre
su pecho callado?
Transfigurado,
callado,
buen
muchacho;
larvado
que el otro día
suicido
la esperanza,
otro
día le resucito
y volvió
a soñar.
En cierto
momento se le delato
De reticente,
por su mudez,
De retardado
y soñarrero,
Quien
sabe por qué
PERDIDO
DE TODO
Creí
haber estado contigo
cuando
me di cuenta de eso,
muchas
horas pasadas ya,
justo
aquí en este momento.
Me he perdido
todo de ti,
estando
tan cerca y hablando
dulzuras
y delicias del Sur,
la sabiduría
de Lanco en ti.
Un niño
almendrado y rosáceo,
con
el apellido de la tierra,
nos
guió y busco la semilla,
Bandurrias
en la foresta.
Tu y el Sol,
silvestre miel,
me diste
un dialogo de paz
y un
instante de imaginación,
peces
vibrando en el canal.
Un jarabe suave
y estimulante
corrió
de aura a mis venas,
elevándome
en las pendientes,
liebre
veloz por la pradera.
Creo que eras
de queso y fruta,
una
especie en plena extinción
salida
de los bosques a madurar,
la señal
marcada sobre tu edad.
Puede alguien
perderse todo eso
si,
estando en carne y hueso allí,
puede
la mente estar en otro lado ?
solamente
no estando preparado.
Recién
ahora te revitalizo,
creyéndote
un esencial personaje
poseedor
de la clave de mi hacer,
una
ternura animada de ojos.
Sé que
no volveré a verte,
no perderás
otra vez el tiempo,
ya no
tendré tu edad de nuevo,
no podrás
decirme lo que siento.
En otro
espacio oculto del Sur,
mientras esté
recordándote,
seré
parte de nuevo, de todo,
inconsciente
veré tu experiencia
para
recordarla mucho después.
ALLEGRO
Alzada
era la zaga
do la
espesa luz,
lozana
en la tertulia,
infraganti
devoción
La mímica
lúdica
celada
por la siesta,
reverdeciendo
los ecos
a espíritus
lejanos.
Elemental
del día
dado
por silencio
y enajenar
su voz,
versículo
en el corazón.
Pequeña
de la noche,
da la
estrella fugaz
un recado
sin dolor
en conspiración
boreal.
Los dioses
en celo
manotean
su luz,
dócil
en proclamar
estío
y asunción.
Piedra roja
quebrada,
cigüeña
del estío,
queda
en la bandada
una
pena sin sentido.
Misterio
sin señas,
ha roído
en secreto
un perfume
de primavera,
dado
por silencio.
Sendero de
fósil,
arruina
mi viaje
con
aguda migraña,
dádiva
de plegaria.
Por
el campo arcano
se viste
de sol la niña,
asoma
con libido
la pálida
de su cara.
Un viento
del norte,
al sueño
de Noviembre,
recoge
su sombra
e inmuta
las rosas.
Clara
la aurora
en salir
a decirme
que
mejor soy alegre
sin
espacio de luna
Qué
del vate
y de
donde mora
su hazaña
postrera
en lacia
certidumbre.
Presunción
del espacio
crea
risueña provocación
en portentoso
trance
con
arpegios musicales.
Cuán
lícita la hoja
al señalar
su adiós,
en lóbrega
versión
que
deja disimular.
REQUIEM
CANINO
Tendida
en el movimiento discontinuo
se fue
al silencio perplejo,
con
la lengua al vacío y
los
ojos fijos en el punto medio.
Añorando
los rocíos eternos
se meció
con las hojas viejas
en un
balanceo atolondrado y solo.
Sin
nada se sintió, desparramada,
aquí
y allá, donde su visión moró;
pegajosa
en los rincones materiales,
succionada
por la humedad del suelo.
En ese
momento sin sello todo lo fue,
desde
la idea, la percepción y el vacío,
servidora
de la luz espectral, creando
los
reflejos sobre el espejo desteñido.
Todo
lo que dejó fue la renuncia, y
pasó
a ser parte de ella, sin oscilación;
y las
luchas, huidas, escaramuzas y
la muerte
asumieron la forma de la
tentación,
tendiendo la mano cordial
y amiga,
diciendo: eres libre, ahora
ya me
conoces, la inteligencia y la
voluntad
no tendrán desigualdad
para
ti, frente a mis estaciones roídas;
y bajo
las cuevas submarinas
los
monstruos te saludarán y oirán.
Estás
al pie de la bifurcación de
ser
digna de ti, es tu elección.
No me
des siquiera un solo pretexto,
porque,
acatarlo es la orden que he creado.
Ahora,
tuya es mi propia visión,
la reflexión
que imaginé en la oscuridad,
mientras
me aburría bajo la gotera
de la
caverna que será tu refugio,
Con
cuanto barro te quedarás!
Allí,
podrás formar la lluvia que
adopté
y, luego, dejarte caer para
limpiar
el gran espejo empañado.
Por
esos lugares, deja que tu decisión
sea
más fuerte que la intención de crear
una
duda, para hacerte invocar una caída..
No pidas
que valla contigo, antes de que
caiga
el telón, de ésta gran obra que
has
creado y en la cual solo fui parte yo.
Y, aún
ahora, me preguntas quien eres
y la
forma de cómo quieres ser, mas
te viste
transitando soñolienta,
diciendo
atolondrada los ladridos,
reclamándole
un hito a la vida;
mientras
ahora te cuenta darte cuenta
de que
estabas aquí, viviendo.
EPIQUE
Este es un llamado y denuncia.
Los ciclos oscuros se cierran,
se acerca el veredicto final.
Caeran los falsos lideres, y los
fanáticos de la sed y de la piel
!Fuera de mi la envidia!
! Fuera de mi el egoismo!
! Aléjate de mi, orgullo!
Apiádate de mi, virtud,
duvuélveme la paz.
Aléjate de mi, materialismo.
Fuera de mi la superficialidad.
Protégeme de la decadencia,
protegéme de éste mundo insano,
devuélveme a la esfera astral.
Ato el cinismo y la hipocrecia,
despedazo a la ignorancia,
me desprendo de la lástima.
Expulso a la ira y la cólera,
desintegro a la traición.
Más puro, más diafano,
solo en busca de la libertad,
dejando los convencionalismos,
retornando al hogar ancestral,
último vestigio de mi identidad.
He dado los primeros pasos,
he tropezado, he caido;
y, más duro y más fuerte
renazco como el ave fénix,
resurgiendo del caos material.
Estoy de regreso, soy yo de nuevo,
recupero mis componentes.
No me he olvidado de ustedes,
no he transado mis ideales,
vuelvo a apoyarlos una vez mas.
Es el signo de una edad,
es la llama que no se apaga,
es la fuerza, la idea, la visión;
es la guia motivadora que nos
llama a la filas de la verdad.
No me he cegado con la ilusión,
a un paso estoy del vértice final.
Solo desde aqui puedo ver otra vez
hacia arriba, hacia la divinidad,
a un paso de saltar y llegar,
Tengo una nueva arma,
más certera y más justa.
Vengo provisto de una paz
y de una ley sin igual.
Estoy listo para el combate.
¿ Qué pensaron los neófitos, los
incredulos y los incautos ?,
¿ Qué dijeron, éste ya cayó?
Se acabo su risa burlona,
su cizaña, su indulgencia.
Llamo a los devotos de la libertad,
a los puros y escogidos, los
insto a no olvidar su memoria,
sumandato, su ley, su misión,
a acompañarme al frente.
Padre Eterno, aquí estamos,
de ti no nos hemos olvidado.
Aún somos el bastión de tu creación,
tu esperanza, tu sed, tu renovación.
Danos otra vez tu posición.
El espiritu se enciende de sangre,
del corazón resurge su rumor,
de la piel evapora su manto que
despierta los ecos y la fuerza
del ejercito contra el demonio.
Hoy puedo glorificar y santificar,
he rehuido las redes materiales,
he visto, he oido, he probado;
y doy al fin mi respuesta: y digo
que no, que dejo todo eso.
Tengo un precio que pagar,
tengo una deuda que saldar.
Necesarios fueron los momentos,
los placeres y las emociones,
pero ya no me identifican.
Volveré sin piedad y con justicia,
no vacilaré ante el perdón y la fé,
no me contagiaré de la ceguez,
no voltearé ni escucharé, sólo
emitiré veredictos, sancionaré.
Nada quedara en pie, morirán
envenenados de su propia anticreación,
comerán dinero y larvas de
los alimentos manipulados,
venderán su alma con clones.
Nos necesitamos, estamos aqui,
somos los llamados, dejen todo,
dejen de engañarse con la ilusión;
esto ya se acaba, se acabará,
no retengais ni busqueis mas.
Este grano de arena es suyo,
mi trago, mi dolor, mi experiencia
es vuestro sustento e impulso,
¡Seguid!, no os detengais,
yo estaré siempre con vosotros.
Expulsad a los profanadores,
limpiad vuestra acera,
preparad vuestro camino,
no desfallezcais ni dudeis
ante los falsos ofrecimientos.
Hijo de la Luz, ancestral Ministro,
domina tu mente y tu pasión,
activa tus particulas, tu eón,
purifica tu cuerpo, entrénalo,
sustentalo con la luz del sol.
Este es el párrafo final,
es el último llamado a las
gemas escogidas, para que
despierten del sueño, retornen,
tomen su posición y luchen.
PIEDAD
Y PERDON
Eres
un avecilla que quiere volar
Porque
tuyo es el aire y el sol,
Tuyas
son las flores y el prado,
La mejor
miel es para ti.
Mereces
despertar con una mirada
Y entregarte
en brazos de una sonrisa.
Hay
cosas que no te tocarán,
Hay
dolor y caos lejos de ti.
Atraída
eres por la brisa,
La paz
y la armonía.
Y lejos,
muy lejos, deberás ir,
Allí
donde solo van seres como tu,
Donde
moran brillantes y felices,
Ellos
merecen ser felices.
No sufras
por nada ni nadie,
Navega
libre con tu música,
Recibe
la dicha que solo tu mereces,
Y cosecha
la ansiada felicidad.
Tal
vez no sea yo el elegido,
Adolezco
de muchos errores,
Soy
demasiado imperfecto.
Pero,
a pesar de eso te adoro,
Como
el ave errante adora el sol
Y extasiado
lo mira, y aspira
Algún
día ser digno de su calor y
Su toque
tierno y amoroso.
Soy
un ánima entre realidades,
A veces
disfrazada de ropas
Preparada
para una actuación,
A veces
un sentimiento que vaga
Buscando
una luz acogedora,
A veces
un rumor tenebroso
Que
se agita como eco perturbador.
Soy
ese y también mucho más,
Tanta
vastedad misteriosa y desconocida.
Y, tu
y yo, somos a veces todas
Esas
partes que la gente mira y oye,
Y en
nosotros queda ese color.
Pero,
más allá de ese sistema,
Te veo
como la princesa,
Mi doncella,
mi avecilla preciosa,
Mi amor
que despierta del gran sueño,
Mi plegaria
llorosa y apasionada,
Mi milagro
hecho realidad.
Y, sin
pretender ser dioses,
Vamos
acercándonos a lo humano,
Hallándonos
llenos de esperanzas,
De anhelos
y sentimientos.
Y, me
acerco lento a tu orilla,
Allí
donde llegan tus suaves olas,
Siento
en mis pies tu claridad,
Tu toque
me paraliza y tranquiliza,
Tu calidez
embriaga mi ser;
Lejos
de allí sólo hay frío y penumbras.
Pero,
¿Quién soy yo para desear tu paz,
Tu ternura
y tu cariño?,
¿Con
qué derecho me acerco a tu
orilla
para beber tu hermosura?.
Un vago,
un soñador, un iluso
Que
cree ser dueño y poseedor,
Pero
que no merece ni un grano.
Y tú,
la avecilla libre, vuela
Sin
barreras, sin sistemas ni ataduras,
Aterrizando
en un lecho de flores
Donde
estarás acogida y querida,
Donde
tu plumaje será labrado
Y saldrá
más puro y brillante;
Y en
mi lecho solo queda tu olor,
Tus
suspiros, tus recuerdos y miradas
Que
se conjugan con mis lagrimas.
Los
locos no merecen lástima,
Ven
los horrores como bellezas,
Las
tinieblas como luces, y
Los
tormentos como placeres.
Dios
nos vuelve insensibles de la pena
Pues
no puede impedir el sufrimiento,
Y así
vamos inconscientes del castigo;
Él
no salva a la hormiga que es pisada.
Cuando
nuestros sentidos no captan
Las
penas y aflicciones de quien nos rodea
Creemos
que carece de dicha conciencia,
Y que
nuestra existencia es mas importante;
Y así
olvidamos la piedad y el perdón.
¡Oh
dolor!, ¡Haber podido amar y
tener
atrofiado el corazón!,
¡Una
hora solamente, o al menos un minuto
de las
alegrías más imperfectas y
de los
mas fugitivos amores!,
¡Un
poco de aire! ¡Un poco de Sol!,
¡Una
gota de vida, o aún,
menos
que una gota, una lagrima!
Las
lágrimas son el rocío de la vida
Y la
destilación de la savia del amor.
¡Felices
los que saben reír,
porque
reír es propio del hombre!,
la risa
es la indulgencia,
la risa
es la filosofía.
El cielo
se calma cuando ríe.
HANAN