(Canto
de los genios sobre las aguas, Goethe)
Mírame,
he atravesado desiertos para no perderme,
para
llegar hasta ti he pasado por mares salobres y volubles,
por
un infinito de nostalgia y de grandeza
a donde
nunca podré llegar,
porqué
me cierras el paso.
Barrera
infernal y despiadada,
Ahora
que estoy ante ti ya no te temo,
Elige
la condenación que regirá mi
Espasmo,
Soy
el vértice movible por su totalidad.
(Manuscrito
Iniciatico, La Santísima Trinosofia, Saint Germain)
LA BODA DE JARAT KARU
Noventa
y nueve veces golpeó Jarat Karu
en
la puerta de su alma antes del despertar,
Noventa
y nueve gritos dio el buscador
En
el espacio sin ecos de sus propios ámbitos,
Noventa
y nueve intentos fueron hechos por él
Probándose
en todas sus posibilidades,
Noventa
y nueve pasos sacó de si mismo
Para
dirigirlos hacia un centro alusivo
Donde
esperaba hallar lo anterior a lo primero.
La
puerta se abrió, respondiendo lo que es
A la
múltiple llamada sempiterna.
La
vida surgió, vibrante, reveladora y ardiente,
Disipando
la fugacidad del no ser que tanto se prolongaba.
Soy,
soy ese ser que es la vida misma,
Canta
hoy ese ser que es en plenitud
Porque
mató a la muerte en un instante.
Una
estela indisoluble dejó su tránsito
Mientras
su si entraba en el vacío.
( La Santísima
Trinosofia, Saint Germain)
...
Y yo me iré, Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se
quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con
su pozo blanco.
Todas
las tardes, el cielo será azul y plácido;
Y tocarán,
como esta tarde están tocando
Las
campanas del campanario.
Se
morirán aquellos que me amaron;
Y el
pueblo se hará nuevo cada año;
Y en
el rincón aquel de mi huerto florido
Y encalado,
Mi
espíritu errará, nostálgico...
(El Viaje
definitivo, Juan Ramón Jiménez)
Ya
me di al poder que a mi destino rige
No
me agarra ya de nada, para así no tener
Nada
que defender.
No
tengo pensamientos, para así poder ver;
No
tengo ya a nada, para así poder acordarme
De
mi.
Sereno
y desprendido
Me
dejará el águila pasar a la libertad.
( El Don
del Aguila, Carlos Castaneda)
Yo moro
dentro de ti, sin nombre, sin edad,
Sin
tiempo, sin más desmayos ni pesares
Que
los tuyos, de los que soy solidario.
Yo
moro en tu corazón, sin frío y sin calor.
Con
los tiempos del tiempo,
Con
la esencia del sol y las estrellas.
Yo
Soy el ser y la creación,
Yo
Soy el que siempre Soy, y estoy en ti y en todo,
Soy
la luz y la sombra,
El
todo y la nada,
La
contradicción, lo aparente, lo desigual;
Pero
también la unidad.
Todo
tiene sentido en mi,
Nada
fuera de mi.
Toda
marcha y movimiento existen en Mi,
Y hacia
Mi todo fluye y refluye,
Todo
sube y baja; todo va y viene.
En
esta infinita oración, nada permanece
Y todo
sigue igual,
Infinito
y profundo.
Tu
eres Yo y Yo soy Tu
Somos
la misma esencia: Padre e Hijo.
El
mismo ser, el mismo espíritu
Y las
Basílicas y los Templos, y las oraciones,
Y los
Santos.
Todo
es uno, fundido en este Gran Espíritu.
Y vuestras
voces y vuestras luces encendidas,
Los
olvidos y agravios, los encuentros y desencuentros,
Todo
es uno en el aprendizaje del amor.
(MENSAJEROS
DEL COSMOS)