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La Muy Noble y fervorosa Hermandad de Ntra. Señora del Rocío de Isla Cristina, comienza la Romería y su Simpecado en la carreta, navega como un barquito de vela, en las crestas de las olas, buscando su blanco Nido.

Isla Cristina da un viro, como rosa de los vientos, y su brújula marinera señala el rumbo hacia la aldea almonteña, donde la marinería enrola festejo rociero, y ofrecen lo mejor de su mar celeste, por un paisaje verde, que exultan lo mejor de su flora.

La devoción de Isla Cristina a la Virgen del Rocío, solo es comparable, de la que tiene su gente marinera a su Patrona la Virgen del Carmen.

La Hermandad de Isla Cristina, cuando llega la Romería enarbola Velas y Remos, y, dejando atrás la marea, comienzan a caminar hacia el Santuario del Rocío, enjugándose las lagrimas en recuerdo de todos aquellos que dejaron sus vidas en los naufragios de la mar... y de la vida y cambiaron los horizontes abiertos de las Marismas azules.

Por eso Isla Cristina le reza a la Pastora:

Tu eres brújula marinera
con un rumbo siempre fijo
que nos conduce hacia Ti,
por senderos infinitos.

Esta Hermandad, con mas de veinte años de historia, sale el martes anterior a Pentecostés sobre las ocho de la mañana. Una salida que, como todos los años, es esperada por los romeros de la localidad costera y por los cientos de vecinos que llenan las calles para despedirlos.

La primera parada que realiza la Hermandad es en Lepe donde se realiza un homenaje ante la Virgen de La Bella, en torno a la una del mediodía. Desde aquí el camino continua entre oración, cante y alegría hasta el próximo descanso en la localidad de Cartaya en donde se hace entrega de un ramo de flores a la Virgen del Rosario. Este día, la acampada se realiza en Aljaraque. Aunque la noche esta cargada de cante y baile, la misa de Romeros se realiza a las siete de la mañana para comenzar la marcha a las nueve ya que todavía hay mucho camino por delante. En ese día la primera parada se realiza un poco más allá de donde se produce la suelta de Huelva y se pernocta en Cabezudos aunque es imprevisible la hora de llegada ya que depende si se cruza o no con la Hermandad de Moguer.

La entrada en la Aldea Almonteña se produce al día siguiente entre las dos y media y las tres de la tarde. La vuelta se realiza siguiendo el mismo itinerario, haciendo una ofrenda a la Virgen de la Esperanza, patrona de la Redondela y a la Virgen María Auxiliadora, patrona de Pozo del Camino.