-
Una Iglesia Monumental

-
No es de sorprender que un pueblo tan celoso en preservar su herencia religiosa
se haya preocupado de mantener con todo esmero su parroquia, dotándola
de tesoros. El templo apenas sobresale ni resalta por encima de las viviendas
circundantes. Ni siquiera la torre se hace notar, discretamente anexionada
a su iglesia. El campanario presenta una base prismática, a la que
se sobreponen imperfectos sillares que se rematan en arcos de medio punto,
y que puede fecharse en la centuria décimo sexta. En el tercio final
del siglo siguiente se reedificó la actual iglesia, restando sólo
del primitivo templo el imafronte de arcada gótica. El acceso artístico
se realiza por la puerta de Oriente, exornada con capitolios vegetales
en sus jambas y coronada por un partido frontón que da asilo a la
imagen pétrea de la Asunción entre barrocas nubes y querubines.
-
El interior resulta admirable. Una ancha nave, dividida en cinco tramos
por arcos fajones de medio punto, se cubre con una hermosa bóveda
de cañón con lunetas. esta se reviste con yeserías
que representan abultados motivos vegetales, ángeles celestes y
variado repertorio de símbolos marianos. El coro, situado a los
pies de la nave, está sostenido por un atrevido arco cardenal (recién
afianzado) y una bóveda de lunetas con similares elementos de yesera.
-
La capilla mayor, de estructura cuadrangular, forma una considerable cúpula
de media naranja, tocada con linternillo y adornada sus pechinas con altorrelieves
de los cuatro evangelistas, en yeso. El ábside lo cubre el retablo
mayor, de incalculable mérito. La hornacina central del amplio cuerpo
retablístico está ocupada por la imagen de Ntra. Sra. de
la Asunción, patrona de la parroquia.
-
De las cinco capillas laterales, la que mayor interés reclama es
la dedicada al Santísimo Cristo del Perdón. esta precedida
por una barrocas rejas que forjó el tornavaqueño Juan de
Ávila en 1723. A esta capilla se accede por un pasillo de pesada
bóveda de piedra que desemboca bajo un cúpula hemisférica
sustentada por pechinas. Los laterales se cubren por dos grandes cuadros,
recientemente restaurados, provistos de artísticos marcos dorados
que lucen broches barrocos. La cabecera de la capilla la preside un curioso
retablo baldaquino, dieciochesco, muy recargado, donde se entroniza el
Cristo del Perdón, talla valiosa de resonancias goticistas, pero
realizado probablemente ya en el siglo XVI. El templo guarda también
otros retablos, esculturas, cuadros, (una copia de un Ribera) y piezas
de orfebrería de indudable valor artístico.
-
-
Volver
a página principal
Siguiente
-