El proceso de la precipitación
no es tan sencillo como parece, sino hace falta una serie de condiciones
previas en la atmósfera tales como la existencia de vapor de agua en grandes
proporciones; este vapor deber ascender y
condensarse en la
altura formando nubes, y que las condiciones dentro de las nubes permita que
las pequeñísimas partículas de agua e hielo aumenten de tamaño y peso,
suficiente para caer desde la nube y llegar al suelo. El único de los
procesos que conducen a una condensación (contacto con un sustrato frío,
irradiación mezcla con un frió), es la ascendencia la cual, puede engendrar
la lluvia o cualquier otra precipitación.
Se entiende por precipitación todo aquello que
cae del cielo a la superficie de la tierra, ya sea en forma de lluvia,
granizo, pedrisco, nieve, etc.
Este fenómeno se da por la condensación del
vapor de agua con tal rapidez en la atmósfera alcanzando tal peso que no
pueda seguir flotando como las nubes, la niebla o la neblina (cuyas
partículas están suspendidas o se depositan directamente sobre la tierra en
forma de rocío o escarcha) y se precipita de las diversas formas ya
mencionadas.
INSTRUMENTO PARA LA MEDICIÓN DE
LA PRECIPITACIÓN Y SU UNIDAD
La cantidad de agua que
desciende de la tierra durante la lluvia se mide por medio del Pluviómetro.
Este aparato consiste en un tubo
cilíndrico, ordinariamente de latón, que en la parte superior tiene forma de
embudo.
Este embudo recoge el agua de
lluvia y la deposita en la parte inferior en una cubeta graduada en
milímetros