Por Donella H. Meadows
Si el mundo fuera un pueblecito de 1 000 habitantes
tendría: 584 asiáticos, 124 africanos, 95 europeos occidentales, 84
latinoamericanos, 55 europeos del este (residentes en los antiguos países
socialistas: rusos, ucranianos, húngaros, polacos, kazajos, tazhdikos, etc.), 52
norteamericanos, 6 australianos y neozelandeses.
La gente del pueblo tendría dificultades
considerables al comunicarse pues: 165 hablan mandarín, 86 inglés, 83
hindú/urdú, 64 español, 58 ruso, 37 árabe.
Esta lista tiene en cuenta las lenguas natales de
sólo la mitad de los pobladores. La otra mitad habla bengalí, portugués,
indonesio, japonés, alemán, francés y otras 200 lenguas.
En esta aldea de 1 000 personas habría: 329
cristianos (187 católicos, 84 protestantes, 31 ortodoxos), 178 musulmanes, 167
creyentes no religiosos, 132 hindúes, 60 budistas, 45 ateos, 3 judíos y 86 de
otras religiones.
Casi un tercio (330) de los 1 000 pobladores en la
aldea mundial son niños, 60 personas tienen una edad que sobrepasan los 65 años.
Sólo la mitad de los niños están vacunados contra enfermedades infecciosas
previsibles.
La cantidad de mujeres casadas, en el poblado, que
tienen acceso y usan anticonceptivos modernos está exactamente por debajo de la
mitad del total.
Este año nacerán 28 niños. Morirán 10 personas, tres
de ellos por falta de alimentos y una de cáncer. Dos de las muertes corresponden
a niños nacidos dentro del año. Una persona del total está infectada con el
virus HIV; esa persona probablemente aún no ha desarrollado todos los síntomas
del SIDA.
Con los 28 nacimientos y las 10 muertes, el próximo
año la población de la aldea será de 1 018. Dadas las tendencias actuales, la
población de la aldea se duplicará en 42 años.
En esta comunidad de 1 000 personas, 200 reciben
75 % de los ingresos, otras 200 reciben sólo 2 % de las entradas. Sólo 70
personas del total poseen automóvil (aunque algunas de las 70 poseen más de 1
automóvil).
Cerca de un tercio tiene acceso a agua potable.
De los 670 adultos de la aldea la mitad es
analfabeta.
La aldea tiene 6 000 acres en total; 6 acres de
tierra por persona, de los cuales: 700 acres son tierras de cultivo, 1 400 son
de pastos, 1 900 son bosques y 2 000 son desiertos, tundra, pavimento o
basureros.

Los bosques se deterioran rápidamente, los basureros
aumentan. Las otras categorías de terreno son más o menos estables.
La aldea ubica 83 % de sus fertilizantes en 40 % de
sus cultivos, que son posesión de las 270 personas más ricas y mejor
alimentadas. El exceso de fertilizante que se desprende de esos terrenos causa
contaminación en lagos y pozos; además, 60 % del terreno restante con su 17 % de
fertilizante produce 28 % de los granos alimenticios y alimenta 73 % de la
población.
La producción promedio de granos en ese terreno es
un tercio de la cosecha lograda por los pobladores más ricos.
En la aldea de 1 000 personas hay: 7 maestros, 5
soldados, 1 médico, 3 refugiados expulsados de sus casas por guerras o
inundaciones.
La aldea tiene un presupuesto anual (público y
privado) superior a $3 000 000. Si estos fueran distribuidos equitativamente (lo
que sabemos que no es así), el presupuesto bruto de la aldea se correspondería a
$3 000 por persona.
Del total del presupuesto del producto aldeano bruto:
- $181 000 son para las armas y las actividades bélicas.
- $159 000 son para la educación.
- $132 000 son para la salud.
El balance se completa con alimentación, vivienda,
etc.
La aldea tiene enterrada debajo de ella un poder
explosivo, en armas nucleares, suficiente para destruirse varias veces. Esas
armas están bajo el control de 100 personas. Las otras 900 personas los observan
con una profunda ansiedad, preguntándose si ellos aprenderán a convivir y si lo
harían, si podrían desactivar las armas con algún modo distraído o chapucería
técnica y si ellos aún así decidieran desmantelar las armas, ¿dónde en esa aldea
de 1000 gentes, podrían disponer de los materiales radiactivos de los cuales
éstas están hechas?
Tomado de Earth Island Journal, Spring, 1995. |