Oh, Jerusalem


Bajo el permafrost
yacen tus lamentos
de isla solitaria,
de ave sin camino.
Los árboles en la lejanía;
las piedras sometidas;
la sangre impartida;
la tierra del perdón,
del eterno perdón.

Por qué no entienden?
Por qué la ira?
Dónde quedó la vida?
Dónde quedó la ciudad de la paz?

He estado allí,
he vivido allí,
he caminado y me he perdido.


P. Lupius