Ida y vuelta en el país de los sentimientos

A veces sueño que estoy despierto
pero no creo en lo que siento,
pues mi cabeza cae pesada
sobre el rocío de tu pecho;
pues mis brazos ya no vuelan
en el viento de tus ojos;
pues mi corazón ha muerto
y no lo encontraras jamás...

Ya cae la noche y no te escucho,
pero le hablo al oscuro cielo,
y al mirar la llena luna
creo que mi vida es sueño:
y mi sueño es eterno.

Despierto en la fría mañana
sin abrigo al amanecer
con mi frente contra el suelo
y mi corazón de hielo
sufriendo por la eternidad de la vida-
anhelando un suspiro de cariño.

No creo en tus palabras,
pues lo veo en tus ojos;
pues lo leo en tu manos.
No lo puedes ocultar
a la pasión hipnotizadora
que enciende el fuego del amor.

Jamás miraré de nuevo.

Ratón Roído



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