![]() |
![]() |
Simplemente.....
"Ser"
Poco a poco la oscuridad va desplegando su manto por sobre el
horizonte. Se vuelve de noche. La fresca brisa de la tarde
susurra por los arboles, y pone nerviosos a los arbustos. Los
ultimos rayos rojizos de sol pasan entre los amarillentos
troncos, mientras las hojas se colorean de tenues colores. Las
sombras aun no toman cada rincon posible, y permanecen inmoviles
mientras observan al sol meterse entre las montaņas. Sonidos de
hojas al danzar al son de la brisa, crujir vacio de arbustos
secos, zumbidos sordos. La humedad ilumina el olor, al igual que
abraza los suelos, mostrandolos al sol oscuros y firmes.
Un crujir de hojas seņalo su entrada al claro dentro del bosque,
el viento soplo un poco mas fuerte. Cantidad de secas hojas
cayeron, cubriendolo a el mientras avanzaba silencioso por los
altos matorrales. Vacilante en cada paso, cubierto de seco lodo
oscuro, cabizbajo mientras evitaba el calido arder del sol en sus
nostalgicos ojos, mas el poco pelaje que se dejaba ver era de un
plateado brillante. El claro, vacio de los olorosos abedules y
alfombrado por matorrales que caian al suelo a su caminar,
terminaba en un par de rocas sobrepuestas, al filo del vacio. El
frio viento lo golpeaba mientras seguia firme al risco. Al
estirar sus extremidades en cada paso, se mostraban llagas
apagadas, secas y corroidas.
Cruzo un par de rocas, desterradas de vegetacion, y solo
acompaņadas por secos trozos de arbustos. El sol se metia apenas
en las lejanas montaņas, cuando el llego al borde de la ultima
roca. Permanecio aun de pie unos momentos, mientras el ulular de
la brisa se envolvia con el ultimo rojizo rayo de luz. Apoyo su
debil y herido cuerpo en la roca, mirando al horizonte, y un
fuerte suspiro aparto un poco de polvo frente a su rostro.
Quieto, admirando el cambio de tonalidad en el dulce firmamento,
parpadeaban sus pupilas mientras el disminuido viento recorria su
cuello y torso. El rojizo amarillezco del firmamento paso a un
azul oscuro en unos eternos instantes. Su pecho se despego del
enpolvado suelo, y su rostro apunto al infinito horizonte,
mientras el firmamento se iba poblando lentamente de brillos
parpadeantes. Su acabado cuerpo se elevo por sobre sus
extremidades superiores, vacilantes sosteniendose. El andar por
las eternas veredas del otoņal bosque lo habian ido hacerse lo
que se mostraba ser ahora. Trozos de pelaje parecian faltar en
ciertas zonas, mostrando una palida piel, algo irritada por el
rozar de piedras y ramas. Su ojo izquierdo parpadeaba mas
debilmente que el otro, asemejaba permanecer menos abierto que el
otro. Su semblante permanecia firme, al igual que su pecho, algo
vacio de esplendor y vitalidad. Al levantar levemente su rostro,
el delgado y nervioso cuello mostro una larga herida, aun fresca
y sangrante. Su hocico se abrio levemente, su lengua oscura
recorrio su palida dentadura, y trago con dificultan algo de
saliva. De nuevo abrio el hocico, mientras una hermosa luna
azulacea brillaba sobre el, cubriendolo con un manto de luz tenue
y clara. Un aullido denso el ambiente, oscuro y mistico de aquel
bosque. Claro como su constante pesar, aullo unos intensos
instantes, antes de bajar el rostro y mirar al borde del abismo.
El eco aun no terminaba de oirse en sus propios oidos, cuando
cayo lentamente al rocoso suelo en el que se apoyaba. Sus pupilas
se humedecieron, y su semblante se ilumino al ver aun a su
preciosa luna aun sobre el. Sus lagrimas cayeron al suelo,
mezclandose con el polvo que se perdia al final del pelaje de su
cuello. Parte de su sangre corrio, algo coagulada y oscura.
Suspiro un par de veces: melancolia, nostalgia, amor y libertad.
Acurrucado, entre su sitio y el acogedor cielo unicolor, respiro
un par de veces antes de perderse en colvulsiones. Leves y suaves
colvulsiones, dulces latidos contra el polvoriento suelo, y una
sonrisa al final de todo. Ni una palabra cruzo por su vida, no
conocio religion alguna, nunca amo a algun ser en particular,
jamas sintio ira, odio o soledad. Solo fue, solo es... solo sera.
Yacio ahi, un par de momentos, antes de que el tiempo se lo
llevara y reintegrara a lo que admiro. Su vida fue vida, admiro
paisajes, suspiro al ver la preciosa luna, sus oscuros ojos se
humedecieron al ver su reflejo en la corriente del rio, lamio sus
heridas con amor, conocio su lugar en el Ser. Tal vez nunca vio a
otro igual que el en su corta y espinosa vida, pero encontro afin
a algo mas: a todo lo que lo rodeaba. El era parte del todo, y
realmente lo fue al convertirse en nada, al desaparecer en el
polvoriento suelo. Llamalo filosofia, clasificalo en
comportamiento, encajonalo en costumbre, idealizalo como
perfeccion; Realmente solo es Ser, ser y nada mas.
Lunas y soles pasaron sobre el risco, vientos siguieron cruzando,
levantando polvo y danzando flores, lluvias refrescaron arbustos
y dieron de beber a otros seres. Pero una noche, iluminada por
una luna llena palida, una bella flor se asomo por entre las
rocas, y miro al cielo. Nadie se percato de ella, no fue plasmada
en la eternidad como arte, nadie escribio un verso sobre ella,
jamas alguien solto una lagrima por ella, pero fue la flor mas
bella que aquel bosque haya podido ver.
![]() |