No quieres jugar a juegos extraños y decides tomarte una buena jarra de vino, más aún si invita el posadero.

El vino está fresco y es buenísimo. Se lo agradeces al posadero por su invitación y te despides prometiéndole volver, no sin antes recordarle que a ver cuando termina las obras de la posada.


Hasta prontocaballero.