Índice
![]() Mi página de enlaces ![]()
|
Cuando se inicia una partida, aparecerá un colono. En algunos casos, y si tienes mucha suerte, la máquina te bendecirá con dos. En ambos casos, lo primero es decidir dónde instalas tu primera ciudad. En general, intento no mover mi colono demasiado; como máximo tres movimientos ya que es importante comenzar con tu reinado cuanto antes.
De todas formas, hay sitios mejores que otros: suele ser buena idea colocar tu primera ciudad en un rio o en la costa. Esto dará un empujón a tu economía al principio. Si construyes tu primera ciudad en la costa, tendrás acceso a un puerto desde el cual fletar tus barcos. Si tu primera ciudad la construyes en tierra firme, hazlo cerca de cuadrados con bonus (esos pequeños cuadraditos en el suelo). Te darán más de todo (comida y producción). También es necesario fijarse en los otros pluses: en la costa, coloca tu ciudad cerca de una ballena o de unos peces y en tierra cerca de un faisán o maíz. Más adelante, hay otros pluses que son importantes (por ejemplo, carbón en montañas - pero, por ahora, eso no importa).
Si tienes un segundo colono, trátalo como si fuera el primero. Muévelo rápidamente (si puedes aprovecharte de un rio, se moverá más lejos). Normalmente, en estos casos intento construir mi segunda ciudad a una distancia de tres cuadrados de la primera. Así no pierdo el tiempo.
Bueno, pues tu primera ciudad ya está en marcha y no sabes que hacer. Lo primero es construirte un par de guerreros. Algo que no te ocupe mucho tiempo y que te sirva para investigar tus tierras colindantes. Una vez entrenados, deja uno en la ciudad (de defensa) y el otro que comience a dar vueltas por las cercanías. Puede ser que te encuentres con una cabaña o poblado. Esto suele ser un premio y lo que yo suelo hacer es salvar el juego; puede ser que sueltes una horda de bárbaros (en cuyo caso, puedes siempre cargar el juego). Los poblados son aleatorios, con lo que si entras en el mismo varias veces, los resultados serán diferentes. Puede ser que sea una nueva ciudad (mucha suerte - construye otro guerrero y a investigar), oro o algún descubrimiento. Si es oro, puedes comprar lo que estés construyendo en tu primera ciudad.
Volviendo a tu primera ciudad. Después de haber construido mis dos primeros guerreros, suelo construir otro colono. Es necesario que empieces a expandir tu imperio.
Un pequeño paréntesis: en estos momentos, conviene echarle un vistazo a tus impuestos (aunque no sea necesario cambiarlos todavía). Abre la ventana de impuestos. Verás que hay una barra para impuestos (el dinero que ganas) ciencia (el dinero que dedicas a descubrimientos) y lujos (para mantener contentos a tus ciudadanos). Por ahora déjalo como está.
Volvamos al juego. Ya tienes un par de unidades, una o dos ciudades y un colono. Es importante el lugar de colocación de la siguiente ciudad (sigue la reglas anteriores). Lo crucial es que esté en un sitio donde la ciudad prospere rápidamente y no, por ejemplo, rodeada de desierto.
Bueno, a partir de ahora comienza a ser difícil dar buenos consejos. Todo depende de si estás en una isla pequeña, un gran continente, de si quieres destruir civilizaciones o intentar una partida pacífica. Es posible que ya hayas contactado con otra civilización. Te ofrecerán cambios de tecnolgía y yo suelo aceptar casí todos.
Costruye un trirreme en cuanto puedas y ponte a investigar tus costas. Si puedes, llévate una unidad militar (la peor que tengas) por si te topas con algún poblado. Si estás en una isla pequeña, deberás construir dos o tres colonos y moverte a otra isla para ir expandiéndote. Si tienes tres ciudades en una isla grande, yo suelo seguir la siguiente táctica: en una ciudad construyo un colono, en otra una unidad defensiva y en otra investigo algo (una mejora o una Maravilla). Ve rotando tus ciudades, para que vayan creciendo juntas, a la vez que desarrollas nuevas ciudades.
Gobiernos: es importante salir de Despotismo cuanto antes. Monarquía te da posibilidad de crecer mucho más deprisa (aunque deberás aumentar el nivel de lujos para que tus ciudadanos no se rebelen - suelo ponerlo por encima del 20% al principio como mínimo. Luego, lo aumento a un 30% o 40%). Después de Monarquía suelo pasar a República que te doblará el comercio, proporcionándote más dinero y un progreso científico mayor. A partir de este punto y dependiendo de tus ganas de pelea puedes escoger Fundamentalismo (no tienes que mantener contentos a tus ciudadanos y el coste de mantenimiento de tus unidades es muy bajo) o Democracia (tienes mucha mayor capacidad de comercio y por tanto mucho más dinero). Son dos estilos de juego. El primero más adecuado para aplastar a tus enemigos, el segundo mejor para ganar la carrera espacial.
Maravillas: esto es uno de los aspectos cruciales del juego y hay mucha discusión en los grupos de noticias acerca de cuáles son mejores. En los momentos iniciales del juego, construir una maravilla puede frenar tu expansión, así que no debes empezar con ellas inmediatamente. Pero tampoco debes dejar que otros te roben las maravillas (recuerda que cada maravilla sólo se puede construir una vez. Una vez construida por otra civilización, ya no estará disponible para ti). Al principio, podrás elegir entre Coloso, Pirámides, Jardines Colgantes, Faro, Gran Biblioteca, Oráculo y Gran Muralla. Si deseas destrozar al mundo, la Gran Muralla es una buena elección, pero personalmente prefiero el Coloso al principio (dobla el comercio en la ciudad en la que está). El Faro no es muy interesante a menos que no tengas otra cosa que hacer. También me gusta la Gran Biblioteca, pues te permitirá encabezar fácilmente la carrera tecnológica. Las Pirámides te darán un granero en cada ciudad que construyas (es interesante, pero los graneros tampoco cuestan tanto). El Oráculo es una buena segunda elección. Combinando con templos y Misticismo, mantendrás bastante contentos a tus ciudadanos. Y finalmente, los Jardines Colgantes no están mal para un tercer lugar.
Es importante recordar una cosa: los primeros miles de años determinarán cómo te va el resto de la partida. Un mal comienzo sueler ser difícil de superar. Ten cuidado, investiga bien y suerte.
Terrenos: es importante que cuides tus tierras. Tienes varias posibilidades a tu alcance. La primera es irrigar. Esto lo suelo hacer casi al principio, destinando uno de mis colonos que va a fundar una ciudad a irrigar un par de turnos entorno a alguna ciudad ya establecida. Recuerda que es mejor irrigar allá donde veas un cuadrado con bonus (ese famoso cuadradito resaltado). También debes construir carreteras (aumentarán tu comercio y te permitirán moverte más fácilmente). También intento tener carreteras al principio (al menos una entre cada ciudad). Después suelo poner una carretera en cada cuadrado. Nunca dejes que tus colonos/ingenieros estén ociosos. En cuanto descubras ferrocarril, construye al menos una línea directa entre cada ciudad. Esto te permitirá defenderte con eficacia de los ataques enemigos. Las minas son importantes porque aumentarán tu producción. Si puedes, constrúyelas en montañas que tengan carbón (haz doble-click en una cuadrado para ver qué contiene). Una vez tengas ingenieros, dedica alguno a mejor tu terreno, conviertiéndolo todo en fértiles praderas.
II. La Conquista del Mundo
Recuerda que esto es sólo una opinión basado en mis experiencias. Cada uno deberá jugar con la estrategia con la que se encuentre más cómodo.
En este juego la velocidad es importante. Aunque dure mucho y parezca que tienes mucho tiempo, las otras civilizaciones están construyendo y expandiéndose de forma muy agresiva. No te confies.
Hay dos métodos para dominar el mundo. Uno es por fuerza bruta y la otra con diplomacia, espías y mucho dinero (pero es más difícil).
Si quieres aplastar a tus enemigos, tu objetivo es construir una fuerza militar lo suficientemente fuerte. Normalmente, ésta se concentrará en tus ciudades limítrofes o en las que vayas conquistando. Las que están en el centro de imperio no deberían estar muy expuestas pero tampoco sobre-defendidas. Es raro que te ataquen pr ahí. Un consejo importante: intenta no enfrentarte a todas las demás civilizaciones a la vez. Ya lo ha hecho alguna vez y cuesta mucho sobrevivir.
Lo que normalmente hago es atacar cuanto antes al vecino más cercano. Esto tiene varias ventajas. La primera es que expandes tu territorio a costa suya y sin tener que irte muy lejos. Y en segundo lugar, una vez tu economía está diseñada para la guerra, te será fácil construir un buen ejército y la supremacía militar será tuya.
En cuanto escojas tu objetivo, se implacable. Construye rápidamente una fuerza ofensiva y diplomáticos si puedes (éstos te ayudarán a sabotear las ciudades, robar tecnología o investigar con qué te enfrentas en casa ciudad). Lo primero es intentar que rompan cualquier tratado que tengan contigo (por ejemplo, demanda que alejen sus tropas o exige un regalo). De esta forma, si cuela, podrás declararle la guerra sin que tu reputación sufra. Otra posibilidad es hablar con una tercera civilización que esté en guerra con tu objetivo: a veces ocurre que te piden ayuda y tu, encantado, se la puedes ofrecer. Si nada funciona, pues pierde reputación y a por ellos.
Ahora al ataque. Suelo enviar mis diplomáticos primero. Así veo dónde están sus carreteras, cuáles de sus ciudades no están tan defendidas y suelo intentar sabotear las murallas de su ciudad para dejar más expuestas sus tropas. Si tienes mucho dinero, puedes intentar sobornar la ciudad para que se rebele. Esto funciona muy bien si ya controlas la capital del imperio rival.
No hay mucho más que decir del ataque. Asegúrate que sigues construyendo unidades para mandar al frente. En algún momento dado, tu enemigo se lanzará sobre tí, y necesitarás un buen ejército para defenderte.
Alguas ideas sueltas
Si quereis contribuir, enviadme un correo a fsch@elpais.es
|