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La Sangre de la Décima Bestia
En el alba de los tiempos, las grandes bestias de antes de la creación
asolaban la tierra, destruyendo todo a su paso. Tan terribles eran esos
seres de caos y muerte que solo los más grandes heroes podían
derrotarlos: Tiamat, Tifón, Medusa, Hidra e Ymir. Pero una de las
bestias era más horrible que las otras, el ser era conocido sencillamente
como la Décima Bestia. Se sabía que había existido
incluso antes del caos creador, y su poder era inmenso. Al mismo tiempo
era también la más hábil, ocultandose en las tinieblas
del silencioso aire antes de azotar la tierra de abajo con muerte antinatural.
Pero una noche fue derrotada en una gran batalla por un heroe cuyo
nombre ha sido borrado de todos los los registros. La batalla continuó
hasta el amanecer, y finalmente el héroe sin nombre derrotó
a la Décima Bestia engañandola para que viese el amanecer,
y le introdujo una estaca de madera en su corazón. Cuando los rayos
del sol naciente revelaron la matanza, el heroe arrancó el corazón
del cadaver. Saludó al sol y triunfante comenzó a beber la
sangre como prescribía la tradición. Pero algunos enemigos
nunca mueren completamente, y especialmente no las Grances Bestias. Cuando
la sangre comenzó a fluir por sus venas, manchó su alma e
inundó su espíritu de poder.
Con un grito de angustia maldijo el día, al dios-sol que lo observaba
impasiblemente y a los otros hombres que no habían venido en su
ayuda condo la necesitó. Sus blasfemias fueron tan poderosas que
los dioses mismos las oyeron y se encolerizaron, y finalmente el dios-sol
mismo arrojó sus lamas contra el mortal. Laa tierra fue quemada,
y el cadáver de la Bestia ardió como una hoguera. Pero como
el cuerpo de heroe murió, la sangre de la Bestia se hizo más
fuerte. Se ocultó bajo tierra y comenzó a restaurar su carne
como una vez había hecho por la Décima Bestia.
De este modo el Anónimo emergió desde las sombras, siempre
teniendo que evitar la mirada del dios-sol y sus llamas que le devorarían
como una vez casi hicieron. La Sangre de la Bestia le dió inmenso
poder y restauró su salud y juventud eternamente, pero siempre tendría
que temer la estaca en el corazón al igual que la Bestia. Pero la
peor parte era la lucha eterna entre los restos del heroe y la sangre de
la Bestia.
Se dice que las Grandes Bestias nunca pueden morir, solo convertirse.
Ymir fue reconvertido en Midgard, Tiamat en el mundo. La sangre de Medusa
cayó al mar y engendró a Pegaso, y Tifón aún
ruge bajo el monte Etna. Del mismo modo la Décima Bestia aún
vive en las venas de los descendientes del Anónimo, ganando poder
lentamente y alimentandosede los mortales. Y un día la sangre de
la bestia comenzará a reunirse, hasta que esté finalmente
encarnada en un único cuerpo. Y entonces la Décima Bestia
volverá a nacer.
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