Slaanesh
Slaanesh
es el más joven de los Dioses del Caos, y es conocido como el Príncipe del
Caos. Apareció cuando los Eldars cayeron en desgracia, creado por la decadencia
que había que había corrompido el basto imperio galáctico de los Eldar. En el
momento del nacimiento de Slaanesh, los Eldar se convirtieron en una raza
condenada, en una diminuta raza de refugiados dispersos por el espacio. Y lo
peor es que sabían que de no ser por ellos, el Dios del Caos Slaanesh el
Depravado, la Perdición encarnada de los Eldar, nunca habría nacido.
De
todos los Dioses del Caos, Slaanesh es el único que es divinamente bello.
Slaanesh es seductor como solo puede serlo un inmortal, cautivador en su
inocencia, y completamente engañoso a pesar de sus encantadoras formas. Adopta
la forma de un humanoide bisexual, masculino en su mitad izquierda y femenino
en la derecha, de una belleza casi de otro mundo, inquietante y antinatural.
Dos pares de cuernos se alzan desde su ondulada melena rubia, y viste con una
cota de malla ribeteada con seda. Su mano derecha sostiene un cetro mágico de
jade que es su mayor tesoro. Slaanesh el señor de la lujuria y la indulgencia,
de pasiones ocultas y antinaturales, de los escondidos y terroríficamente
corruptores vicios, y de todas las terribles tentaciones que tan sólo un dios
puede ofrecer. El seis es el número de Slaanesh, y sus seguidores lo reflejan en
muchos pequeños y grandes detalles. Por ejemplo, los adoradores secretos de
Slaanesh se reúnen en grupos de seis (o múltiplos) y las Diablillas y otros
demonios menores también luchan en grupos de seis.
Puede
asumir forma masculina, femenina o hermafrodita a voluntad, y ningún mortal
puede admirar su divino rostro sin perder su alma y convertirse en esclavo de
todos sus deseos. Sus adoradores son perversos y envilecidos; disfrutan con
todo tipo de actividades abominables y repugnantes. Han abandonado sus últimos vestigios
de verdadera decencia y se sacrifican al Señor del Placer en una interminable búsqueda
de nuevas experiencias, sin importar lo viles o depravadas que puedan ser.
A
partir del Codex Caos y de Slaves to Darkness (traducido por Víctor García).