MAZINGER Z, EPISODIOS 1 / 2
EL NACIMIENTO DE UN ROBOT MILAGROSO / DETENGAN AL EJÉRCITO DE ACHURA
Primera emisión en Japón: 3 / 10 XII - 1972
Un submarino emerge y se acerca a una isla perdida en el mar; concretamente a una zona de la costa en la que abundan ruinas de edificaciones antiguas, de aspecto griego. Tras detenerse al lado de un edificio supuestamente abandonado, de éste sale una pasarela, dejando claro que alguien habita el lugar, y que estaba esperando a los ocupantes del submarino.
Del buque sale el barón Achura, el extraño personaje mitad hombre y mitad mujer, acompañado por uno de sus soldados máscaras de hierro. Tras asegurarse de que nadie los ha seguido hasta allí, Achura entra sólo en el palacio. Pasa a una sala vacía y desierta, en la que se abre una gran puerta: tras ella está el Dr. Infierno, que sale a recibirlo.
El barón le muestra sus respetos, y el Dr. le comunica que por fin ha llegado el momento de conquistar el mundo. Infierno muestra a Achura un ejército de terroríficos robots gigantes, que controla a través del tridente de Rodas, que lleva en la mano. Como si fuera un mando a distancia, el Dr. activa con él a uno de ellos, un monstruo humanoide con guadañas en la cabeza, al que llama Garada K7. El robot saca una guadaña de su sitio, y la hace volar dentro de la estancia inmensa en la que están, mostrando su habilidad.
Infierno detiene a Garada, y activa a Doublas M2, bestia con dos cabezas de dragón, por cuyas bocas lanza unos rayos amarillos, que hacen un gran boquete en una columna de piedra. El Dr. concluye ahí la demostración, pues podría destruir fácilmente el palacio; el barón felicita a Infierno por su espléndido ejército, y prevé que con tales medios la conquista del mundo será muy sencilla. Sin embargo, Infierno tiene una preocupación: el dr. Kabuto, un famoso científico japonés, que conoce la existencia de sus robots.
Tiempo atrás, Jutso Kabuto y el Dr. Infierno participaron en una expedición arqueológica que encontró en la isla de Rodas los restos del reino de Mikenes, una milenaria civilización de gigantes que construyó robots para defenderse de sus enemigos. Tras un gran terremoto, que causó supuestamente la extinción de los gigantes mikenes, sus robots quedaron allí olvidados. Infierno se apropió del descubrimiento, y asesinó a los demás miembros de la expedición, salvo al dr. Kabuto, que logró huir y regresar a Japón.
En el país del Sol naciente, a los pies del monte Fuji, la prensa acude al Instituto de Investigaciones Fotónicas, un edificio de aspecto futurista donde les espera su director el profesor Kabuto para hacer público sus últimos descubrimientos. Kabuto comparece junto a su ayudante, el profesor Gennosuke Yumi, y muestra a la multitud de periodistas una lámina de metal. Está hecha de aleación Z, que se basa en un elemento químico llamado Japanium, descubierto por Jutso en un estrato antiguo de la zona volcánica del Fuji; no existe en ninguna otra parte que se sepa.
La aleación Z es mucho más resistente que cualquier material conocido hasta la fecha; para probarlo, la coloca delante de un cañón láser capaz de fundir el acero instantáneamente. El rayo incide de pleno sobre la lámina, pero no le causa ni un rasguño. Los periodistas toman nota asombrados, pero la noticia no acaba ahí. Yumi les enseña un pequeño cubo de Japanium, colocado entre 2 antenas parabólicas. Tras apretar un botón, las antenas emiten unas ondas sobre el cubo, que emite una luz fortísima ante la sorpresa de los deslumbrados presentes.
Jutso explica que ésa es la energía fotónica, extraída del Japanium por irradiación. Tras la ovación de la prensa, el dr. Kabuto anuncia su retirada. Tiene una última tarea que realizar, y deja al profesor Yumi al mando del Instituto, con un objetivo claro: perfeccionar sus descubrimientos, y destinarlos a propósitos pacíficos para beneficio de la Humanidad.
Lejos de allí, en su base secreta, Achura informa a Infierno de la retirada del profesor Kabuto. Eso altera al Dr., que no se explica por qué Jutso no ha revelado a la prensa la existencia de los robots que se ha apropiado. Para "arreglar" el problema, el cruel Infierno ordena al barón asesinar a Kabuto, y robar sus descubrimientos para emplearlos en sus robots. El Dr. entrega a Achura el tridente de Rodas, para que controle sus bestias, y le muestra otra baza importante en la conquista del mundo: la fortaleza submarina Salude.
La fortaleza es una auténtica ciudad submarina, capaz de trasladar los robots gigantes, otras naves mayores, y de hundir cualquier buque produciendo un inmenso remolino. Pero su característica más notable es el falso volcán que corona su torre, por donde se lanzan las bestias al ataque, y que permite a la Salude operar cerca de la costa sin llamar la atención.
Creyéndose invencibles con tanto poderío, Garada y Doublas embarcan en la fortaleza, que parte inmediatamente hacia Japón. También transporta el submarino en el que llegó Achura a la isla, desde el que el barón dirigirá en principio las operaciones.
Tiempo más tarde, los espías de Achura han hecho su trabajo: le informan de que han localizado a los nietos del profesor, en una casa de Tokio. El barón decide empezar por ahí a buscar a su presa. Ajenos al peligro, Shiro Kabuto dormita en un sofá esperando a su hermano Koji, que ha salido a pasear en moto. Ya es de noche, y tarde; Rumy manda al niño a la cama. Mientras, Koji hace el macarra con su motocicleta; tanto como para dirigirse contra un camión que circula en sentido contrario, y saltar increíblemente sobre él cuando el choque parecía inevitable.
La demostración no ha sido precisamente del agrado del camionero, pero a Kabuto no parece importarle demasiado. Mientras, en su casa llaman a la puerta, y sale Rumy a abrir creyendo que es Koji. Pero se encuentra con el siniestro Achura y sus máscaras, que aprovechándose de la indefensión de la mujer, hace que les diga dónde está el dr. Kabuto: en su villa de Aokigahara. El barón dispara un rayo con el tridente de Rodas sobre Rumy, y el grupo huye a la carrera.
Koji llega a tiempo de verlos alejarse, y alarmado entra en casa a la carrera, para ver a Shiro llorando sobre el cadáver de Rumy. El niño no puede explicar nada, pues por suerte estaba durmiendo, y ya es demasiado tarde para perseguir a los asaltantes. Éstos tardan poco en llegar a la residencia de Jutso Kabuto, una villa aislada y perdida en el bosque.
Jutso ve acercarse a los máscaras, y comprende que está en peligro. Telefonea a sus nietos, poco antes de que un máscara corte la línea telefónica, pero Jutso tiene tiempo de pedirle a Koji que vaya inmediatamente a su casa. Los demás esbirros de Achura han colocado explosivos suficientes para derrumbar la villa; y el barón tiene el detonador en su mano. Sin vacilar lo acciona, demoliendo el edificio.
Koji y Shiro han viajado en moto a toda velocidad, pero a su llegada sólo encuentran un montón de escombros humeantes. Los hermanos llaman a gritos a su abuelo, hasta que Shiro cae por un agujero. Su hermano va tras él, y lo encuentra pronto: están en un sótano bajo la casa, que ellos no conocían. También ha sufrido los efectos de la explosión; los hermanos exploran el lugar desolado. Al poco encuentran a su abuelo, que tuvo tiempo de refugiarse en el sótano-laboratorio; pero le cayó encima una viga.
El agonizante Jutso entrega a sus nietos un sobre, les explica que el responsable del ataque es el Dr. Infierno, y les muestra su último trabajo; al que dedicó todo su esfuerzo tras retirarse: un gigantesco robot llamado Mazinger Z. Con él deberán luchar contra los siniestros planes de Infierno; está hecho de aleación Z, movido por energía fotónica y tiene armas poderosas. Mientras cuenta que para manejarlo, debe acoplar el planeador Pilder a la cabeza del robot, el profesor pierde el sentido y muere. Entre lágrimas, Koji jura vengarlo.
El barón Achura, de vuelta en su submarino, se pone en contacto con su superior para informarle del asesinato del dr. Kabuto. Infierno le ordena atacar Japón, empezando por Tokio, y ocupar el Centro de Investigaciones Fotónicas. Al poco, la fortaleza Salude se dirige a la bahía de Soruga, para comenzar la invasión.
En el laboratorio de su abuelo, Koji decide pilotar el Mazinger. Sube al Pilder, y tras muchos apuros, intentonas, gritos y accionar mandos, consigue que el planeador llegue hasta la cabeza. Después de doblar las alas, cae encajándose en su sitio. Kabuto empieza a apretar botones, y el robot empieza a moverse. Cuando la emprende a puñetazos con el techo, Shiro comprende que está fuera de control y echa a correr, saliendo del laboratorio. Mazinger se ha abierto camino, y sale al exterior; echa a andar persiguiendo al aterrorizado niño.
Aunque se adentran en el bosque, ni los árboles ni las rocas son obstáculo para el robot, que no se detiene pese a los intentos y gritos de Koji. Cada vez está más cerca de su hermano, que acaba tropezando y cayendo al suelo. Mazinger se le echa encima, y va a aplastar con su pie inmenso al pobre Shiro, cuando otro robot gigante de rasgos femeninos le sujeta la pierna: es Afrodita A, pilotada por Sayaka Yumi.
Mazinger da una patada a la robot derribándola; enfadada, Sayaka va a enfrentarse con el intruso, pero es detenida a través de un comunicador por su padre, el profesor Yumi, que desde su Instituto puede ver la escena por un monitor. A instancia suya la muchacha pide a Koji que se identifique; cuando éste lo hace, Yumi se da cuenta de que es el nieto del profesor Kabuto, como intuía. Es hora de que se reúnan en el Centro... si es que Koji consigue dirigir a Mazinger hacia allí, lo que en principio no parece tarea fácil.
Garada y Doublas surgen de las aguas, y atacan la ciudad. Las guadañas, los misiles y los rayos que lanzan se muestran devastadores; lo que queda en pie es aplastado a su paso. Las fuerzas armadas japonesas salen a su encuentro, pero los tanques y los cazas son destruidos fácilmente por los poderosos atacantes. La ciudad arde; satisfecho, Infierno ordena a sus bestias dirigirse al Instituto.
Allí Yumi, Sayaka y los hermanos Kabuto mantienen una larga conversación. El sobre que les dio su abuelo antes de morir contiene su testamento, y las instrucciones de manejo de Mazinger. También explica quién es el Dr. Infierno, y sus maquiavélicos planes de conquistar el mundo. Pero Koji también tiene claros sus propios planes; cuando la alarma del Centro detecta a las bestias enemigas, pese a su inexperiencia decide salir a combatirlas.
Así, Mazinger y Afrodita forman pareja por primera vez, y salen al paso de los monstruos mecánicos. Cuando se encuentran frente a frente, se quedan quietos, mirándose fijamente, parece que esperando a ver quién se decide a atacar primero. Por fin, Garada lanza sus misiles contra Mazinger, que gracias a la aleación Z resiste el impacto. Pero Doublas dispara sus rayos, que impactan de lleno en el pecho de Mazinger, y lo hacen caer envuelto en llamas.
Sayaka comprende que no puede oponer resistencia a los invasores, ya que su robot no fue diseñado para combatir y no tiene armas. Por eso huye a la carrera, con Garada pisándole los talones. La bestia lanza una guadaña que se clava con puntería en la espalda de Afrodita, derribándola. Con saña, comienza a golpearla, haciendo daño a su piloto. Pero cuando todo parece perdido, resurge Mazinger de sus cenizas; aunque los rayos de Doublas le han quemado la pintura, y aparece ennegrecido, sigue funcionando.
Z patea a Garada una y otra vez, con todas las ganas. Koji recuerda que su robot tiene armas poderosas, y las emplea: los rayos ópticos destruyen a Doublas al primer impacto, y el viento mortal pulveriza literalmente a Garada. Achura e Infierno contemplan desde la distancia cómo sus terribles bestias han sido barridas de un plumazo por el inesperado rival. El barón sólo sabe lamentarse, porque creía que su ejército era invencible; pero el Dr. es más pragmático, y ya piensa en construir bestias más potentes para derrotar a Mazinger Z.
Los pilotos regresan victoriosos al Instituto, donde Sayaka es atendida. El Dr. Infierno interfiere la emisión de TV, haciendo pública su amenaza de conquistar el mundo. Su primer intento ha fracasado, pero era sólo el primer asalto: la pelea no ha hecho más que comenzar.
COMENTARIO
- Buen comienzo de fiesta: acción, tecnología, malos muy malos, y de postre unos robots gigantes que los niños de entonces no habíamos visto nunca. Cuando nos sentamos ante la tele, y vimos por primera vez abrirse las aguas de la piscina mientras Koji gritaba "¡Mazinger Z!", no sabíamos lo que nos esperaba.
- Un poco de química: en la década de los 70 ya se conocían todos los elementos químicos no radiactivos, y según la genial tabla periódica de Mendeléiev NO hay más. Por tanto el Japanium sería radiactivo, y poco estable; mal aleación se puede construir con eso. Pero... esto es ficción, claro.
- El genio-científico que sabe de todo, como Jutso en este caso, es un personaje muy recurrente en todas las historias de ficción. Pero en el especializado mundo real, el especialista en el ojo de la mosca no sabe cuántas patas tiene (eran 4 ¿no?).
- Koji, como buen niñato, hace el macarra con su motocicleta de forma espectacular. Lo curioso es que para pilotar a Mazinger usará casco, pero jamás se lo pone para ir en moto, donde hará tantas piruetas como en el robot (mal ejemplo para la juventud. A dónde iremos a parar...).
- Otro personaje recurrente es el héroe que legitima su lucha en la venganza de un familiar. En este caso, no hacía falta: el Dr. Infierno justifica por sí solo cualquier lucha cruenta.
- Para aliviar el drama inicial, el impulsivo Koji decide pilotar el Pilder... como si fuera su moto. Se pilla el cuello con el cristal de la cabina, aporrea los controles, amenaza con convertirlo en chatarra si no obedece (¿cómo sabía que tiene control por voz?), y ante las pegas que pone Shiro, contesta con un peculiar proverbio: "si alguien puede hacerlo, yo puedo hacerlo".
- Durante la batalla, Afrodita sale corriendo porque no tiene armas (?). ¡Tampoco las tendrá Robot Jefe, y se lanza sin vacilar contra bestias terroríficas! Luego le zurran siempre, pero eso es otra historia...
- Este resumen lo escribí basándome en un cómic, en lo que he visto por Internet, en lo que me acordaba... lo que fuera, con tal de poder contar EL NACIMIENTO DE UN ROBOT MILAGROSO.
J: AURELIO SANZ
Enero 2000
Enviado a ARTE ANIME (I 2000) ¡Gracias, Héctor!
Gracias a ti Aurelio!..