MAZINGER Z, EPISODIO 90

SHIRO RECUERDA A SU MAMÁ

 

En el Centro de Investigaciones Fotónicas se ultiman los preparativos para el asalto definitivo a la isla del Infierno. Todos andan muy atareados analizando datos, elaborando planes y trazando estrategias; Mazinger Z se someterá a una exhaustiva revisión, que durará 3 días: nada puede fallar, tienen que aprovechar la oportunidad de acabar con los enemigos que tanto daño han causado.

Al margen de todo eso, Shiro se encuentra frustrado y furioso, ya que ha intentado dibujar a su madre, pero no consigue recordar siquiera cómo era. Y nadie parece tener tiempo para consolarle. Al final, Sayaka se apiada de él, y para intentar animarlo se van de compras. Parece que al chiquillo se le pasa el enfado, sobre todo cuando carga con una pila enorme de regalos, pero cuando Sayaka comenta que se ha gastado toda la asignación del mes, Shiro vuelve a cogerse un rebote, arroja los paquetes por los aires, y echa a correr sin que la muchacha pueda sujetarlo (es más, tropieza y cae, despertando la hilaridad de los maliciosos viandantes).

En la isla del Infierno también se preparan para la batalla crucial. Todavía no están listos, y el Dr. Infierno se encuentra preocupado ya que el ataque de Mazinger puede producirse en cualquier momento. El conde Brocken tiene prevista una "distracción": la bestia humanoide Klabas P9, dispuesta a entrar en acción en cualquier momento. Pero Infierno sabe que no es suficiente para frenar a sus oponentes, y necesita algo más. Justo entonces aparece un máscara de hierro, que trae un informe interesante de la tupida red de espías que montó el fenecido barón Achura.

Shiro está en la playa lamentándose por sus desdichas, cuando inesperadamente aparece una mujer de aspecto agradable, que se dirige al chiquillo con palabras cariñosas. Al niño le consuela la atención de aquella mujer, que le resulta remotamente conocida. Y no duda mucho en aceptar su propuesta de acompañarla hasta su casa.

En un ambiente íntimo y familiar, toman el té. La desconocida le revela a Shiro que en realidad ella es su madre. El chico, estupefacto, le recuerda que su padre y su madre murieron juntos a causa de un fatídico accidente durante un experimento. Pero la mujer insiste, y se muestra tan convincente y afectuosa, que Shiro pronto se abraza a ella, creyendo que es su mamita.

Tras una larga charla, acaban hablando inevitablemente de Mazinger Z. La mujer se muestra disgustada de que su hijo Koji lo pilote, ya que según ella eso es lo que ha impedido que puedan vivir como una auténtica familia. Y acusando al robot de ser un impedimento para la paz mundial, proporciona a Shiro un peculiar remedio para solventar sus penas: una bomba que deberá colocar en el asiento del Pilder. Aunque el niño muestra su desacuerdo, no tarda en ser convencido por las buenas palabras de la que él cree su madre.

Así, Shiro regresa al Instituto, y sin llamar la atención, se dirige hacia el hangar del Pilder. Mientras, Klabas P9 ha volado hasta la ciudad, y comienza a atacarla. Tiene 2 armas, unos rayos eléctricos disparados desde los hombros, y una inmensa campana en vez de brazo derecho, que en realidad es una aspiradora tremenda. Con ella puede propinar golpes fortísimos, que reducen a escombros los edificios, y absorberlos luego. La alarma suena en el Instituto, y Koji se dispone a entrar en acción.

Shiro duda entre hacer lo que le dijo su madre o no. Al final, deja la bomba sobre el asiento, y activa el temporizador, para que explote en pocos segundos. El niño se aleja, pero entonces entra Koji ya listo para el combate. Shiro se aferra a él para impedirle avanzar, sin que su hermano entienda lo que pasa. En el forcejeo ambos se acercan al planeador; la bomba explota, y lanza a los dos al suelo.

Por suerte no han sufrido daños, aunque Koji está a punto de abofetear a su hermano, que entre lágrimas le explica que puso la bomba porque se lo pidió su mamá. Koji le recuerda que está muerta, pero entonces aparece un hierático profesor Yumi, que con una calma pasmosa le explica que es cierto lo que dice Shiro, y le da la dirección de la mujer. Tiene tiempo para visitarla mientras reparan el Pilder; Diana A y Robot Jefe se dirigen a la ciudad para detener a la bestia.

Mas eso no será sencillo: nada más encararse con Klabas, Diana dispara 2 misiles fotónicos, que son absorbidos sin causar daño. Robot Jefe se lanza contra la bestia... que también lo aspira, aunque por fortuna está demasiado gordo como para entrar (por completo) en la campana.

Koji, que no se ha quitado el traje de piloto, y Shiro han ido en moto a la casa de su supuesta madre. La mujer recibe con mucho afecto a Koji, y le invita a tomar el té. En la charla siguiente demuestra de nuevo sus dotes como actriz, convenciendo casi a Koji de que en efecto es su madre.

Klabas ya abandonó la ciudad, y se dirige hacia el Instituto, pese a los intentos desesperados de Sayaka y Jefe para frenarlo. Tanto es así, que Robot Jefe se ha agarrado a la pierna de la bestia, y es arrastrado por el suelo. Diana dispara el rayo escarlata, pero la campana lo absorbe, para expulsarlo a continuación en forma de aire rosado, que golpea de lleno a la robot, derribándola. Klabas se quita de encima a Robot Jefe, y de un tremendo campanazo también lo deja fuera de combate.

Koji debe volver al Centro, pero la mujer intenta retenerlo. Aún la falta responder a una pregunta, ¿cómo se salvo del accidente? Ella se acerca a Koji, y le pone una mano en el hombro; pero inesperadamente empieza a apretar con gran fuerza, haciéndole daño y desgarrando el traje con sus uñas. Entonces entran varios máscaras de hierro en el hasta entonces apacible comedor, y queda claro que todo era una farsa. Koji lucha contra los máscaras, y en el fragor de la batalla acaban todos en el jardín de la casa. Mientras el hermano mayor deja K.O. a sus rivales, Shiro coge la pistola de Koji, caída en el suelo, y en un momento de rabia dispara contra la falsa madre.

En realidad era un robot, y tras el disparo pierde grandes chorros de aceite; cayendo al suelo y quedando inutilizada. Todo ha acabado allí; los Kabuto vuelven al Instituto, mientras Shiro llora su mala suerte.

Klabas sobrevuela el Centro, y lanza sus rayos eléctricos contra la barrera, agrietándola. Una vez en tierra, pone en marcha una vez más su aspiradora, y empieza a desmoronar un ala del Instituto, absorbiendo los escombros. En la torre de control comienza a agrietarse el techo; ante el peligro de derrumbe Yumi, Misato y los demás deben evacuar las instalaciones, y refugiarse en el refugio.

Por fin llega Koji; mediante su comunicador contacta con Yumi, preguntándole por el estado del planeador. La respuesta es clara: está reparado, pero no soportará una pelea prolongada. Dispuesto a acabar por la vía rápida, lo acopla en la cabeza de Z, y corre hacia la bestia. Ante ella, lanza los rayos fotónicos; pero Klabas los absorbe, expeliéndolos a continuación sobre Mazinger, que cae derribado. A continuación intenta aspirar a su rival; a gatas en el suelo, Mazinger tiene que emplear todas sus energías para soportar la corriente de aire que le atrae hacia a la bestia.

Entonces aparecen Diana y Robot Jefe en el campo de batalla. Viendo la apurada situación de Mazinger, Diana dispara el rayo escarlata, que alcanza de lleno la espalda de la bestia, y le produce un grave cortocircuito, deteniendo su aspiradora. Jefe se lanza contra ella, aporreándola; pero Klabas despega, y arrastra en su ascenso a Robot Jefe. Mazinger ya está en pie, hace girar su brazo derecho, y lanza el puño, que como un proyectil alcanza a Klabas en el vientre, haciéndolo explotar... y haciendo pedazos a Robot Jefe también.

Desde la isla del Infierno, el Dr. y Brocken han seguido el enfrentamiento con atención desde los monitores de la sala de control. Infierno se da por satisfecho, ya que han conseguido entretener a Mazinger, y sus preparativos para la batalla decisiva han concluido.

Subido sobre un montículo, Shiro habla al cielo, esperando que su mamita le oiga. Y cuenta lo ocurrido, alegrándose al final de que su hermano y sus amigos le quieren mucho y cuidan de él.

 

 

COMENTARIO

- Episodio sentimentaloide, que supone un respiro entre los ajetreados últimos capítulos de la serie. De nuevo Shiro es el mayor peligro para su hermano. Y no se le ocurre nada mejor que poner una bomba... Pero habrá que disculparle, porque a fin de cuentas ¡es sólo un niño!

- Klabas lo aspira todo. ¿Cómo puede aspirar incluso los rayos, y luego expulsarlos? ¿Y dónde van los escombros que absorbe? El Dr. Infierno tendría que montar una empresa de aspiradoras... ¡sin bolsa!

- Episodio con moraleja para los más pequeños: no debes irte con cualquiera que diga que es tu madre.

- Koji va en moto con su traje de piloto. Debe ser la única vez en toda la serie que lleva casco cuando la conduce.

- "Máscaras de Hierro: inútiles que se dejan zurrar en proporción de 20 a 1 (Koji)". Esta descripción, sacada de una web desternillante sobre Z, se ajusta perfectamente a la realidad; en este capítulo queda patente una vez más.

- Shiro, llorando de rabia, dispara a la falsa madre que aún trataba de engañarle. Sin duda es una secuencia violenta, aunque mitigada al no verse en pantalla el impacto del disparo, sino el rostro convulsionado del robot. La serie es así: violenta, pero no demasiado.

- Un fallo de montaje: cuando Mazinger dispara los rayos fotónicos, aparece con el Scrander acoplado; cuando en realidad no lo emplea durante la corta pelea.

- Este resumen lo escribí 5 años después de ver el episodio. Pero aún lo recordaba bastante bien, así que el resumen es fiable.

 

J: AURELIO SANZ

Enero 2000

 

Enviado a ARTE ANIME (I – 2000)