Misión apócrifa: La edad de Setsuna


Parte Uno


Estamos en el siglo treinta, bajo la égida del Krystal Tokyo jidai. Soy Futoi Nachotto, jefe de inteligencia (en realidad, no mucha: S.M. el rey siempre me ha dicho que hay en mí algo que le recuerda a la Neo Reina, y no son mis lindos ojos) y seguridad de S.M. el Rey Endymion, aunque para ser verdad, sólo tengo el puesto y paga de limpiabotas (y eso que yo limpio, plancho, barro y hago todas las cosas habidas y por haber en el Palacio de Cristal).
S.M. Endymion me ha mandado, tras el éxito de varias misiones secretas, que descubra uno de los más grandes enigmas de la corte de Cristal: la edad de Setsuna Meiou, mejor conocida como Sailor Plutón, que a su vez es mejor conocida como "Puu", "la Setsu", "la Tragaños" o la "Eterna Guardiana del Tiempo". Como siempre, los gastos de la misión vendrán por mi cuenta, ya que el Rey, en su acostumbrado afán de tacañería, me pagó con un kilo de rosas.
Realmente la misión no es imposible (porque ello acarrearía problemas de copyright, claro), si bien un tanto difícil, ya que Sailor Plutón es una sailor que se entera de todo (o casi) lo que sucederá en el futuro (por algo es la guardiana del tiempo), y es evidente que hará hasta lo imposible para no revelar su edad (no es por ser machista, pero eso es muy típico en mujeres maduras). Seguramente el lector se preguntará: Si Sailor Plutón es taaaan pero taaan servicial con sus majestades ¿Qué no basta con que el Rey o la Neo Reina se lo pregunten? Bueno, eso mismo me lo he preguntado.
Según mis investigaciones (para ser exactos, amenacé a Artemis con contarle a Luna de todos las mininos que había tenido con otras gatas), descubrí que las únicas que podrían saber de este enigma serían las outer senshi: Sailor Uranus, Sailor Neptuno y Sailor Saturn. Si en realidad quería conseguir ese dato, debía ir con ellas; pero primero debía cerciorarme que Plutón no se diera cuenta de mis planes...
Por medio de mi técnica secreta (ni tan secreta; mi maestra Palla Palla la enseñaba en el pago adelantado de dos lecciones y tras jugar tres sesiones a las muñecas), que me permitía estar en 8 lugares a la vez, mandé a 5 yo (o más bien dicho: nos mandamos 5) a la puerta del tiempo a entretener a Setsuna (no me digan montonero, pero no soy sailor para ponerme con ella en lucha cuerpo a cuerpo). Adoptando la forma de ninjas (por si no lo saben también sé hacer eso), los cinco llegaron sigilosamente a la playita privada que estaba a un lado de la puerta (ahora ya saben porqué Setsuna es tan bronceada). En ese momento, dándonos la espalda, Setsuna se hallaba recostada en una silla de playa, sosteniendo con su alargada mano un coctel de conocida bebida espirituosa (no puedo decir marcas)... y mientras que el Sol (no sé cómo demonios llegaba el Sol a pegar allá) iluminaba la amplia y verduzca cabellera de Setsuna, nosotros nos acercábamos entre la sombra de las palmeras de plástico...inmediatamente nos lanzamos sobre ella sosteniendo las espadas y los chacos...un torrente de sangre nubló nuestra vista, el grito desgarrador de la sailor del Tiempo...nos arrodillamos en la arena y mientras cubríamos nuestros rostros con las manos, una sola idea recorría nuestras mentes: "Caramba, debí haber traído una cámara". Y así nos quedamos tumbados un momento, encargándonos de la sangre en nuestras narices, mientras una Setsuna entre irritada y con vergüenza salía rápidamente a vestirse. Debí haber recordado que ésa era una playa nudista...

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10:45 hrs., Aeropuerto de Esmirna, Turquía. Un hidroavión parte con un grupo de turistas...y un gato con una medialuna dibujada en la frente (para darle mejor gusto al ambiente, pueden tararear la melodía de su película de espías favorita). Asomándose por la ventanilla, el felino admiraba las azules aguas del Mediterráneo. Le dolía mucho la cabeza tras el extenuante viaje desde Kristal Tokyo, pero ya se acercaba a su destino.

12:00 hrs., Puerto de Mitilene, isla griega de Lesbos. Un hidroavión desciende suevemente sobre la superficie marina, el viento sopla con debilidad. El gato salta del avión antes de que éste se detenga (había olvidado su pasaporte en Turquía) y corriendo, con su patita detiene un taxi. El taxista sorprendido mira fijamente a su posible cliente. "A la villa Poseidonea, por favor", dice el gato en un griego que daba lástima pero sosteniendo en sus garras un billete de 500 Neo yenes. Al partir con rumbo a la dirección, el gato exclama para sí: "Demonios, debieron haber traído una cámara". . . . . .

La villa Poseidonea se encuentra a unos cuantos kilómetros del puerto, en línea recta por una de las tres únicas calles existentes en Mitilene. Antes conocida como villa Sáfica, pero cambiada de nombre para evitar murmuraciones de los vecinos, es la residencia de las mejores amigas de Setsuna: Haruka y Michiru. Ahí el gato (o sea yo, en uno de mis mejores disfraces), toca el timbre y es recibido por una mujer algo madura, de belleza notable y pelo azul aguamarina, de tono idéntico al mar que estaba a nuestras espaldas. Aunque tiene el violín en una mano, pareciera que del instrumento salieran notas de una melodía pasada de moda, mientras que el viento arrastra una serie de pétalos de sakura sobre la superficie de su rostro (cosa extraña, ya que no hay ningún cerezo japonés cerca)...Con una mirada interrogativa pero manteniendo siempre una sonrisa, me dice:
- Debo suponer que vienes de Tokyo de Krystal, y por la luna en tu frente, que eres uno de los tantos hijos de Artemis...-
- Esteee...sí. Vengo desde la corte de Tokyo en una misión especial para S.M. Serenity-sama.-
Su sonrisa crece aún más, y entra a la casa dejando la puerta abierta.
-En el futuro, Nachotto-kun, deberás venir con mejores pretextos si quieres que te crea. Será mejor que pases antes que regrese Haruka, así que mantente disfrazado por si llega a verte...-
Caramba, es evidente que nunca podré engañar a Michiru-sama.
-Oh disculpa, ¿Está bien el té así? Ja, ja, ja No has cambiado nada desde que visitamos el Palacio ¿Aún sigues disfrazándote de Tuxedo Mask?
Miraba atentamente a Michiru-sama mientras bebía de mi plato (es muy lógico si estoy disfrazado de gato). A Michiru-sama y Haruka-sama las conocí en una visita que habían hecho a S.M. Serenity, seis meses atrás. Ellas acostumbran ir muy poco ya que no se llevan muy bien con las otras Sailor Senshi (excepto Haruka, que se lleva muuuy bien con Minako-sama, quién sabe por qué), y no soportan estar sujetas a los caprichos de su soberana. En esa ocasión, tuve un incidente muy penoso, ya que como ustedes sabrán, una de mis labores es disfrazarme de Tuxedo Mask y darle el besito de las buenas noches a toda la corte (incluido Artemis y Umino; ahora ya sé por qué a S.M. Endymion le daba asco hacer ese trabajo), y al entrar al cuarto de Minako-sama...bueno, el aposento de Sailor Venus tiene la mejor vista del Palacio...y yo no sabía que ella se los había cedido...en resumen hay que ver lo psicótica que llega a ser Haruka-sama cuando besas a "su Michiru"...
- Y bien ¿A qué viniste? No te quedes mirándome así, pareces un pervertido...
- Bueno, estoy haciéndole un trabajito a S.M. Endymion...
- ¿Y?
- Es sobre Setsuna-sama...
De repente, una voz resonó desde la entrada de la casa.
- ¡Michiru!
Michiru se puso algo nerviosa.
- Oh, no. Es Haruka. Será mejor que sepas actuar esta vez- dijo dirigiéndose a mí. Haruka-sama entró en la sala. Vestía unos jeans y una camisa a cuadros con un chalecho de pesca. Por la caña y el gorro lleno de anzuelos, uno adivinaba fácilmente dónde había estado.
- Llegas tarde. Evidentemente, tú y tus amigotes del puerto hicieron buena pesca ¿eh?
- No deberías ser tan dura, Michiru. Desde que nos cambiamos aquí, la pesca es mi única diversión ¿Cómo voy a correr mi coche o mi moto en una ciudad de sólo tres calles?
- Puedes recorrer toda la isla cuando desees. Lesbos es muy grande...
- Bah, caminos polvosos llenos de camiones de turistas...
- Hay otras diversiones...
- Por supuesto que las hay- En ese momento tomó a Michiru por el talle y la besó. Algo golpeó mi frente.
-¡¡¡Miaaaauuu!!!
-¿Un gato?
Por lo visto, la pelea contra Setsuna estaba poniéndose muy dura. Seguro se molestó mucho y ahora nos estaba dando de golpes a todos. Este último había sido muy fuerte (es el inconveniente del truco de desdoblamiento). Haruka me veía muy extrañada. Michiru dijo:
-¿ Te encuentras bien, Na...- Haruka volteó a verla interrogativa- Na...Nagucho?
- Oh, creo que es el mareo por el viaje hasta acá...-
- ¿Así que tenemos un visitante de la corte? Espero que no sea de regalo, tenemos suficientes gastos con tu hija...
- No metas a Hotaru en esto...- dijo Michiru, mientras salía por otra puerta. Haruka se tumbó pesadamente sobre el sillón y empezó a mirarme con cierto desgano.
- ¿Y qué quieres aquí?
- Vine porque estoy en misión especial de...-
- A mí no me engañas. Aunque te disfraces de gato, es fácil reconocer al tonto de Nachotto.-
- Bueno -respondí sin siquiera mirarle- si yo en realidad fuera Nachotto, le diría a Michiru-sama acerca de tooodas las cosas que hicieron Haruka-sama y Minako-sama. El mismo Nachotto podría asegurar que momentos antes de aquél penoso incidente (me refiero cuando besé por accidente a Michiru-sama), Haruka-sama estaba en la habitación que originalmente le correspondía, con una acompañante que precisamente no era Michiru-sama...
- Tú, maldito...
-¿Cómo te sientes, ahora, Na...Nageru?- Michiru había regresado con una tetera y unas aspirinas- Haruka, ¿Has tratado bien a nuestro huésped?
- Eh, sí por supuesto...hace unos momentos charlábamos muy a gusto.
- Sí, sobre su estancia en Krystal Tokyo- Haruka volteó a verme con ojos de ira. En ese momento, el "grito mortal" de Setsuna me hizo volar por los aires (bueno, para ser exactos, hasta tocar techo)- Aghhhh...
- Creo que si sigues así, vas a terminar en un hospital -dijo Michiru mientras me colocaba sobre su regazo y acariciaba mis orejas como si fuera un gato verdadero. No pude evitar ronronear. Haruka estaba enojadísima.
-Bien gato, mejor dí a lo que viniste antes de que...-Michiru vió a Haruka con reproche- antes de que...termines en el hospital...
- Lo que necesito saber -dije incorporándome un poco- es cierta información sobre una amiga de ustedes...
- ¿Quieres saber la edad de Setsuna, verdad? -dijo Michiru sonriendo.
Volteé asustado.
- ¿Qué? ¿Co...cómo lo saben?-
Haruka se levantó y miró hacia la ventana...
- Hotaru nos había dicho de esto. Aunque Setsuna sea la Guardiana del Tiempo, Sailor Saturn posee un gran poder de predicción. Desde hace mucho sabíamos que ibas a llegar con semejantes preguntas.
-Entonces ¿podrían darme esa información?
Michiru me dejó en el suelo y respondió en tonto grave:
- ¿Por qué crees que vamos a decírtelo?
- Setsuna ha sido amiga nuestra por mucho tiempo...además de un excelente guerrero.
- Bueno yo pensé que...
- Aunque debe de dejar de ser tan infantil con eso de la edad. No es necesario ser sabio para saber que no tiene la edad que aparenta...
-Pero mi misión consiste en saber la cifra exacta...
Michiru caminó hasta apoyarse en el hombro de Haruka.
- Eso es muy cierto. Pero también debes estar tú seguro del riesgo que implicaría el meterte en problemas con Setsuna.
- Yo sólo obedezco órdenes.
Las manos de Haruka se apoyaron sobre la ventana.
- Necio. No sé por qué Hotaru nos pidió que te advirtiéramos...
- ¿Hotaru-sama? ¿Y por qué puede importarle eso?
Haruka caminó hacia el otro lado de la habitación.
- No sé, pregúntaselo.
- Así que no me van a decir nada.
Michiru, sentada en el sillón que anteriormente había ocupado Haruka, se rió un poco.
- Aunque quisiéramos...no sabemos nada. La única que sabe es Hotaru-chan.
En ese momento todos los golpes y patadas de Setsuna llovieron en mí, haciéndome perder el equilibrio (y eso que dicen que todos los gatos caen de pie)...
- Creo que no vas a necesitar aspirinas- dijo Haruka sosteniéndome.
- Por...favor...díganme dónde se encuentra Hotaru-sama...-
- En Mónaco, creo. Esa jovencita inmadura sólo nos provoca enojos con sus correrías por toda Europa.-
- Algo sacó de su padre adoptivo- dijo Michiru tomando a Haruka del brazo- Vamos, acéptalo. Te has tomado muy en serio tu papel de papá. No eres más que un viejo gruñón.
- ¿Estás exagerando? Aún soy una mujer.
- Pues no lo pareces. Algún día deberás ponerte falda.
- ¿No basta con el traje de Sailor? No me he puesto una desde shogakko...
- Seguramente eras muy linda...
Sus miradas, sus sonrisas, coincidieron en un mismo punto. El viento vino desde la ventana, arrastrando los pétalos de sakura, recuerdo de un pasado, un país. Se besaron.
- ¿Y Nachotto? -dijo Michiru mientras volteaba hacia donde suponía que estaba el gato. Había desaparecido.

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[CONTINUARÁ]