CAPITULO 1

[comienza a sonar la estrella musical]

El castillo estaba alumbrado como nunca antes, la luna observaba celosa desde el cielo, parecia recordar cuando era hogar de fiestas y de gala, romances y aventuras; ya todo se fue, pero sigue intacto el recuerdo.
Una pareja baila agraciadamente en el salón; una multitud los observa con admiración, pero para ellos no existe nadie mas.
-No podria ser más feliz- dijo la hermosa mujer -Estoy junto a mi querido Darien y la felicidad parece eterna- cerró los ojos y se aferró con fuerza al cuerpo de su pareja que la miraba sonriente.
-¿Dónde está Rini?- dijo con una cara un poco mas seria mientras miraba por el salon buscando a la Pequeña Dama.
Serena miro a su rey a los ojos con expresión graciosa.
-No eres muy romántico ¿No, Darien?-
[gota]
-Discúlpame Serena, es que estoy preocupado por nuestra hija-
-¡Siempre le prestas más atención a Rini que a mi!-
A lo lejos se escucha la voz de Luna -Parece que Serena no a madurado como pensaba-
[gota]
[termina la estrella musical]

Sopla una suave brisa en el jardín; las manos de la joven se sumergen en el agua del estanque iluminado por la luna, algunos fuegos artificiales se reflejan en el también.
La muchacha se llena las manos con agua y luego las pasa por su rostro...
-Ooaahh (bostezo)... estoy muy cansada, creo que me bañare en el estanque para relajarme-
Comenzó sumergiendo una pierna al helada agua mientras se quitaba el largo vestido blanco. Cuando el vestido pasó por su cabeza hizo que su cabello se soltara para que cayera hasta sus rodillas. Su cabello era largo y lacio, igual que el de su madre, solo que de color rosado y brillaba con intensidad.
Su cuerpo estilizado se sumergía en el agua. Ya no era una niña, aunque papá y mamá pensaran lo contrario, se sentía atrapada. Su madre decía que la suya era una edad difícil, que ella vivio cosas muy duras a su edad, que descubrio el amor y a la muerte, pero Rini pensaba que nadie podría jamás entender lo que le pasaba, que era difícil ser una princesa y que por eso actuaba de manera tan malcriada.
-Si solo pudiera volver con Serena al siglo XX- pero era imposible, su madre le habia prohibido interferir con el curso de la historia -Sueño con volver... ¿Es que acaso no lo entienden?- su grito se escucho en todo el jardín, y varias aves volaron despavoridas por el alarido.
Rini comenzo a llorar -Yo solo... quiero volver... sueño con volver a ver los libros que me prestaba Ami, los consejos de Rei, la comida de Lita, los chistes tontos de Mina... Ellas están ahora, pero no es lo mismo, ya tienen sus propios hijos y no pueden ocuparse de mi... las extraño mucho... Serena...- sus ojos se llenaron de más lagrimas.
-Serena tonta- estalló en llanto mientras se cubria la cara con las manos.
-No llores Rini- dijo una voz familiar.
-¿Quien está ahi?- Rini levanto el rostro lleno de lagrimas buscando a alguien, pero no habia nadie cerca de ella -¿Quién dijo eso?-
Una luz dorada ilumino el cielo, caian plumas blancas que brillaban como el sol. Rini levantó la cabeza buscando el origen de las plumas.
-¿Quién eres?- gritó Rini mirando hacia arriba, pero una luz cegadora la cubrio por completo. Despues todo fue oscuridad.

-Rini, ¿Estás segura?-
-¿Quién eres? No puedo verte-
-Rini... ¿Lo estás?-
-¿Segura de qué?-
-De volver...-
-¿De volver?-
-Adios Rini...-
-¿Helios?-
Rini sentía que caía, el vacío en su estómago se lo decía, abrió los ojos rápidamente y sólo vio oscuridad, lo único que alcanzó a gritar en su caída fue:
-¡¡¡Helioooooos!!!-

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Rini cayó golpeándose fuertemente contra el suelo. Abrió los ojos intentando recobrarse de la ceguera momentánea que tuvo causada por aquella luz tan fuerte.
Una vez que abrio los ojos observó que no estaba más en Tokyo de Cristal, sino en Tokyo, el antiguo Tokyo en el que habia soñado tanto estar momentos atrás.
Rini estaba alegre, sonrió mientras observaba a la gente que pasaba a su lado; hasta que la gente comenzó a pararse frente a ella para mirarla.
-¿Qué pasa?- dijo Rini extrañada -¿Que es lo que miran?- gritó fuertemente mientras se paraba de un brinco. Ya de pie, notó que se encontraba desnuda, recordó que habia sido transportada desde el lago donde se estaba bañando.
[Gota]
Su cara se puso roja, no le bastaban las manos para cubrirse el cuerpo, una multitud se iba formando a su alrededor mientras gritaba histericamente.
De pronto un saco cayó sobre sus hombros cubriendo su cuerpo desnudo. Se escuchaba el abucheo de los hombres presentes, la verguenza de Rini crecia y crecia, por lo que volteo para ver a la unica persona que le habia ofrecido ayuda en tan deseperante situacion.
-¡Darien!-
-Pe...perdon, ¿Nos conocemos?- dijo Darien nervioso notando que a la joven tenia el saco abierto dejando poco a la imaginacion.
-Darien, ¿No me reconoces?-
-Disculpa, pero no te conozco- el muchacho, viendo la cara de decepcion de la joven, acotó -Pero eso no importa ahora, lo mas importante es encontrarte algo de ropa- y mientras decia esto la tomo por los hombros y la llevo lejos de la multitud.

Ya escondidos en un callejon, Rini comenzo a acomodarse el saco haciendolo parecer un vestido. Darien la observaba extrañado ¿Quien era esta chica? ¿Por qué estaba desnuda en la calle y por que decia conocerlo? Su primera impresion era la de estar frente a una maligna o villana enviada por algun ente del mal, pero el pensaba que despues de Galaxia no deberian enfrentarse a nadie mas...
Su casamiento con Serena estaba a unos días, sin dudas Serena no podia verlo con esta chica desnuda en un callejon, debia conseguirle un lugar donde dejarla.
-¿Como te llamas?- pregunto Darien
Rini lo dudo un momento, pero luego dijo con seguridad - Misato -
-¿Misato? Bonito nombre- dijo Darien -Bueno, Misato, te llevare a casa de un amigo, el de seguro te ayudara-

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CONTINUARA....

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