Estimados lectores,
no ha sido mi costumbre abordar temas relacionados con la política, pero dados los cientos de pedidos a nuestro email (en realidad han sido solamente tres), nos encontramos ante el deber cívico de dar nuestro punto de vista respecto a las elecciones presidenciales de este domingo 8 de abril del 2001. Total, mis competidores directos, Beto Ortiz y Jayme Baily ya se pronunciaron al respecto y yo no me podía quedar atrás.
Les cuento que, no hace mucho, llegué a casa cagándome de hambre. Abrí la refri y no encontré nada, salvo algunos trozos de comida rancia, sobras de días pasados y otros residuos orgánicos difíciles de describir porque ya habían perdido toda forma reconocible. El panorama era desolador: nada para comer. Decepcionado, prendí la tele e hice mis acostumbrados ejercicios de zapping: encontré todo tipo de programas, algunos más patéticos que otros, pero en resumen, nada que valga la pena ver. La escena me pareció de lo más familiar... claro ¡era igualita a las elecciones! ¡no había nada bueno! ¡ta'que loco! ¡ta'que tal coincidencia!
Me basta comparar estas elecciones con cualquier actividad de la vida cotidiana y encuentro similitudes de lo más increíbles. Debe ser una revelación cósmica, divina, metafísica y sobrenatural. No puede ser simple coincidencia, me resisto a creerlo, así nomás no suceden este tipo de cosas. Mis alucinadas de los últimos días me han permitido comparar diversas actividades de la vida cotidiana con las elecciones y ya cité los ejemplos de la refri y la tele: encuentras un montón de cosas, pero nada sirve. Igual sucede con las elecciones: hay muchos candidatos, ¡¡¡pero ninguno sirve!!! Aquí van unos cuantos ejemplos más:
1) Las elecciones son como el fútbol: vas al estadio y quieres ver un buen partido de fútbol...pero al final sólo encuentras a 22 galifardos corriendo desordenadamente, metiéndose patadas e insultándose mutuamente, sin contar al entrenador de uno de los equipos que le dice "auquénido" al árbitro y el entrenador del otro equipo que le dice zambacanuta al grupete de "blanquitos pitucos" del equipo rival...
2) Las elecciones son como ir al cine: vas entusiasmado a ver una película porque en el trailer (vulgo = avances) te la pintaron como la octava maravilla y te emocionaste hasta las lágrimas, pero luego de verla te das cuenta de que todo era un bodrio completo y que aquel famoso plan de gobierno, digo, trailer, fue un vil, infame y escandaloso engaño... aunque quizás encuentres uno que otro reestreno del periodo 1985-1990, pero en versión "special edition", en la que todas las escenas que salieron mal en la primera versión dizque ya han sido corregidas.
3) Las elecciones son como escuchar mitología inca, obviamente con sus connotaciones sacro-santas-místico- históricas: hay un candidato "sagrado", enviado por los dioses del Tahuantinsuyo y que representa la reecarnación de Pachacútec. (¡PLOP!)
4) Las elecciones son como la hípica: la gente "vota a ganador". Como si las elecciones fueran lo mismo que apostar en las carreras de caballos... yo me pregunto, si gana el candidato por el que voté ¿me pagan dividendos, premios o comisiones? ¡NO! (Por lo menos en el hipódromo me devuelven el valor del boleto...) ¿Acaso el candidato que gane va a tocar la puerta de mi casa para, por lo menos, darme las gracias? NO ¿Acaso el abnegado y afortunado candidato ganador va a hacer algo por mí o por mi familia? NO. Nadie va a hacer ni mierda por mí. Yo tendré que seguir arreglándomelas como pueda, sea quien sea el nuevo presidente. El voto a ganador no existe, es simplemente otro ridículo invento peruano para compensar en algo la histórica necesidad de ganar. (Ver "Columna de Mayman" del 18.01.01). Como reflexión adicional, diría que es mejor votar a perdedor, así tu conciencia queda limpia...
5) Las elecciones son como un comercial de televisión: todo es fácil y maravilloso. Como si generar "más trabajo" fuera tan fácil como conseguir "más chicas" tocándolas con una botellita de chela...o quizás con una pizquita de cloro en algún telo de la ciudad...
6) Las elecciones son como el karaoke: si quieres olvidarte de tus penas, solucionar todos tus problemas y alucinarte presidente de la nación, simplemente empiezas a cantar "Y se llama Perú" versión a dúo con el zambo Cavero y ¡listo!
7) Las elecciones son como un circo: ¡bueh! creo que los comentarios sobran en este rubro.
8) Las elecciones son como "Jeopardy", el programa de preguntas triviales de la televisión gringa: la vez pasada un candidato a una vicepresidencia perdió el premio gordo al no saber el nombre del presidente de Chile y una candidata no supo responder cuánto costaba el pan...
En fin, ¡cuántos ejemplos más se nos podrían ocurrir!...
Estimados (e)lectores, después de un exhaustivo análisis de la coyuntura política que vive el país, he tratado de tomar una decisión centrada, consciente, ecuánime y racional y no he podido. Por lo tanto, no me ha quedado más remedio que apelar a los eficientes métodos de descarte que aprendí en la academia en mis épocas preuniversitarias y preguntar al JNE: ¿¿¿¿Dónde mierda está la opción "Ninguna de las Anteriores" en la cédula de sufragio????
Hasta la siguiente columna, si es que hay.
MaYmAn
La Columna de MaYmAn - © MaYmAn - Edición: Kio