Las Alpujarras Granadinas


  

 

     

Las Alpujarras suenan a sierra agreste, pueblos recónditos y gentes de otra época. La sierra sigue allí, así como los pueblos y la gente; bueno la gente va y viene. Pero si alguien esperaba encontrar un escenario libre del gran mal de nuestro tiempo, los turistas, está muy equivocado. Sin embargo, esto no siempre es un inconveniente y en este caso, el turismo ha creado un nuevo modo de vida que ha permitido conservar los pueblos para que nosotros, los urbanitas, podamos disfrutarlos. Si no fuera por el turismo es probable que estos pueblos hubieran desaparecido hace ya mucho tiempo y yacerían ruinosos y abandonados como tanto otros en nuestra geografía..

Un día es suficiente para una primera aproximación a los pueblos de las Alpujarras Granadinas. Quizás los pueblos mas nombrados son Orgiva, Lanjarón y Trevélez. Orgiva es conocido como la capital de las Alpujarras, pero aparte su mayor tamaño y sus numerosos comercios, poco hay de destacable en esta población..

Por su parte, Lanjarón es famoso por su balneario y como no, por el Agua de Lanjarón. Sin embargo para el turista ocasional Lanjarón resulta poco atractivo. Poco más que una larga calle, con algunas tiendas para turistas, un pintoresco castillo medio en ruinas y un balneario venido a menos. Eso sí, no debe faltar una parada en la simpática taberna llamada El Frenazo, donde degustar unas excelentes tapas alpujarreñas y una copiosa comida..

En el otro extremo de la carretera se encuentra el pueblo de Trevélez. Trevélez es muy conocido por su jamón serrano y por ser el pueblo más alto de España. También abundan las tiendas de turistas y los restaurantes. En cuanto al pueblo, poco hay digno de destacar. Y aunque Trevelez es el origen de numerosas excursiones a pie, ni su paisaje, ni su caserío hacen justicia a su fama. Si que merece la pena el escenario que se contempla a lo largo de la carretera que viniendo desde Orgiva trepa por la montaña hasta Trevelez. Una carretera plagada de curvas, cuestas y precipicios, pero que no se hace incomoda porque es muy ancha y esta bien asfaltada.

En mi opinión el pueblo más bonito de los alrededores es Pampaneira; a medio camino entre Lanjarón y Trevélez. Un pueblo en cuesta, como todos los de las Alpujarras. No hay que engañarse, Pampaneira esta impregnado por el turismo hasta en la mas recóndita de sus callejuelas. Pero se trata de una simbiosis beneficiosa, donde un pueblo ya de por si bonito, ha sido restaurado con primor y ofrece al visitante su mejor aspecto y un ambiente muy característico.

Pampaneira es un pueblo de calles estrechas, oscuros callejones, con cuestas muy pronunciadas, casas encaladas y torrenteras de aguas cristalinas. Es casi todo él peatonal y son innumerables las tiendas típicas, todas ellas muy cuidadas, donde abundan todo tipo de artefactos que hacen la delicia de los turistas. Pero quizás lo más interesante de este mercaderio es la oportunidad única de poder contemplar uno de los pocos telares manuales que todavía sobreviven. No hay uno, si no dos, maravillosos telares de madera que, manejados con destreza por las gentes del lugar, nos recuerdan otros usos y costumbres y una vida mucho más relajada, donde la importancia de las cosas es diferente y no siempre se mide por su valor material.

En Pampaneira también abundan los bares y las terrazas, algunas de ellas situadas en lugares muy pintorescos, donde tomar un refrigerio y descansar los pies después de tanta cuesta. Por ultimo son de destacar los miradores, desde los que es posible contemplar espectaculares vistas. Una de mis favoritas, que el visitante curioso no debe perderse, es la vista de Sierra Nevada, con los pueblos vecinos de Capileira y Bubion desparramándose en las alturas por encima de nuestras cabezas.

Precisamente estos dos pueblos son el objetivo de nuestra próxima visita. Bubion es nuestra primera parada según ascendemos por la carretera, mientras que Capileira es el pueblo más próximo a las cumbres de Sierra Nevada. Ambos son almas gemelas: casas blancas, calles estrechas y plazas recónditas. Son más tranquilos que Pampaneira y no tan espectaculares, pero los tres conforman un bonito conjunto rural. No debemos olvidar asomarnos a alguno de los numerosos miradores que se abren ante nuestros ojos para disfrutar del espectáculo que ofrecen los tres pueblos encaramados a la montaña, cada uno ocupando su sitio, perfectamente integrados en el paisaje de montaña. Finalmente, los más osados, pueden iniciar desde Capileira numerosas rutas de montaña, pero eso ya es otra historia.


Last Updated 03/07/2007