Tunez
A continuación voy a describir nuestra experiencia en un viaje a Tunez en Septiembre del 2008. Tunez es el país más estable del norte de África. Su nivel de vida y sus costumbres distan mucho de los estándares Europeos; sin embargo, sobre todo en el norte del país, dispone de todas las infraestructuras necesarias para unas estupendas vacaciones. Al ser un país desconocido para muchos, mucha gente se plantea si al llegar dispondrán de los servicios mínimos y si su seguridad esta garantizada. La respuesta es SI. Hay autopistas, la red de carreteras llega a todas las zonas turísticas, se puede andar por la calle con libertad y hay infinidad de hoteles de todas las categorías y comercios, donde comprar de todo. Para los que no puedan desconectar, mencionar que la cobertura de móvil llega a los rincones más remotos del país. Es impresionante ver la infraestructura de antenas móviles que han construido para proporcionar cobertura; incluso en el desierto. Normalmente los viajes a Tunez se plantean de dos formas: estancia en playa, circuito por el desierto; o una combinación de ambas. La primera opción es la más adecuada para quien busca unas vacaciones relajadas con abundancia de sol, calor agobiante y hoteles de lujo a precios muy razonables. Sin embargo, para quien desee algo mas, lo mejor es un combinado de circuito por el desierto y unos días en la playa; para recuperarse del cansancio del viaje. Nosotros hicimos el circuito del desierto estándar. Con pocas variaciones todas las agencias ofrecen las mismas visitas. La diferencia esta en la organización, el precio y la calidad del hospedaje. Se puede realizar en autobús (con visitas puntuales en 4x4), todo el recorrido en 4x4 o alquilando un chofer privado con su propio vehiculo. Esta ultima es la opción que elegimos nosotros para evitar las aglomeraciones de los paquetes de las agencias, pero como veremos, no es necesariamente la mejor opción. La opción en autobús es normalmente la más barata y no hay ninguna justificación para usar el 4x4 en el recorrido principal, ya que se hace por carreteras asfaltadas. Además, el autobús, si no va lleno, es más cómodo y te permite dormir durante el viaje. La opción todo 4x4 se organiza con caravanas de 4x4 que viajan juntos y paran en los mismos sitios. La única razón para elegir el todo 4x4 es el deseo de experimentar emociones fuertes sentado en el asiento del copiloto, viendo la peculiar forma de conducir de los tunecinos (abstenerse los que sufran del corazón). El coche privado añade la posibilidad de variar el recorrido o parar en sitios no previstos; aunque esta libertad esta muy limitada, ya que normalmente el circuito se reserva con pensión completa y esto implica que hay que llegar a los sitios previstos para comer a la hora indicada. El circuito puede realizarse en sentido directo Playa, Tozeur, Douz, Matmata, Playa; o en sentido inverso. Nosotros preferimos el sentido directo, ya que el primer día ya puedes disfrutar de la estancia en el desierto. Nosotros, además, incluimos una visita al corazón del desierto en Ksar Ghilane. No todos los circuitos ofrecen esta opción y merece la pena. La mayoría de las agencias incluyen pensión completa en el circuito. Esta es la opción más adecuada, ya que cualquier otra opción resulta más complicada durante el viaje. Muchas agencias avisan que no pueden garantizar en el circuito la misma calidad en los hoteles y restaurantes, debido a la falta de infraestructuras. Esto es falso. En los oasis del desierto hay hoteles espectaculares. Si no los utilizan es por ahorrarse costes. Exigir que os detallen el nombre de los hoteles donde os vais a alojar en el circuito. También se menciona en el programa una serie interminable de puntos de interés en el circuito. Es solo propaganda, muchos de los lugares que se mencionan son paradas técnicas para tomarse una coca cola y salir pitando. Nosotros hicimos nuestro viaje con la agencia Planet Travel. Son especialistas en Tunez. www.grupomoulin.com/centro.htm La organización fue perfecta, los hoteles de primera categoría y pudimos contratar el viaje en coche privado con chofer, que es lo que deseábamos. Todo ello a un precio similar al que nos ofrecían otras agencias con los paquetes estándar. También digo, que en nuestra opinión el coche privado es innecesario. Pasamos a describir el circuito: Día 1. Hammamet – Tozeur. Se recorren 300 km en un día. Nosotros íbamos un poco asustados con esta etapa, pero aunque, como es lógico, el viaje resulta cansado, fue mucho más relajado de lo que nos imaginábamos. La primera parada es Kairouan. Visita a la mezquita y mausoleo del Barbero. La mezquita es muy antigua, del siglo VII. Es bonito, pero nada espectacular. También se visita el zoco. En todo el circuito los mercados que se visitan son de ciudades pequeñas y pueblos. Que nadie espere algo similar al bazar de Estambul. Comida en el hotel 5 estrellas Kasbah. Bonito edificio que se alberga en una antigua fortaleza. En el resto del camino hasta Tozeur no hay nada interesante que reseñar. El paisaje es mediterráneo, de olivos, hasta la mitad del recorrido (parece que estamos en Jaen) y luego desértico y pedregoso. Tozeur es uno de los mayores oasis del desierto y posee un enorme palmeral, del que vive gran parte de su población. La llegada a Tozeur se hace por un barrio marginal lleno de chabolas y suciedad. Afortunadamente la llegada al hotel de 5 estrellas Dar Cherait lo cambia todo. Se trata de una espectacular reconstrucción del palacio de un Bey Turco. El edificio es impresionante, y la decoración es de época, con todo lujo de detalles. Dispone de una relajante piscina (eso si de aguas tórridas, el peaje que hay que pagar por el clima), un precioso jardín y un spa. Las habitaciones son enormes (nosotros reservamos una cuádruple) y por supuesto disponen de aire acondicionado. Muy recomendable este hotel. A la llegada nos ofrecieron una visita facultativa que incluía: cena folklórica, paseo en calesa en Tozeur y paseo en camello en Douz. Nosotros aceptamos por error, y nos arrepentimos. A quien le gusten los bailes regionales, las cenas típicas y los espectáculos para turistas disfrutaran de la cena. El resto abstenerse. Lo mejor de la cena fue poder ver el palmeral de noche. Día 2. Visita a Tozeur y los oasis de montaña. Por la mañana visitamos el escenario de la Guerra de las Galaxias y el Paciente Ingles. Ambos son decepcionantes. Nada que ver en el primero y escenarios de cartón piedra medio derruidos en el segundo. A la llegada te reciben los típicos vendedores ambulantes. Venden rosas del desierto y collares. No les compréis nada, es caro y malo. Todo el país esta lleno de rosas del desierto. Curiosamente, en esta visita se puede disfrutar de uno de los momentos mas divertidos del viaje, la subida a una enorme duna con el 4x4 y las carreras por las pistas del lago salado. Los niños lo disfrutaron de lo lindo. A continuación fuimos a ver los oasis de montaña y la cascada de Tamerza. Los oasis de montaña no son demasiado interesantes: paisajes desérticos, pueblos derruidos por las riadas y mucho calor. La cascada nos la habían puesto tan mal, que incluso nos gusto, a pesar del marasmo de turistas y de vendedores ambulantes. Bajaba bastante agua para la época, la charca tenia un tamaño apreciable y había mucha gente bañándose (hay gente para todo). Por ultimo visitamos la medina (típico laberinto de casas construidas con ladrillo cocido) y el mercado (típico mercado de pueblo del desierto). Nos alojamos en el mismo hotel. Esta opción es mucho más cómoda que las ofertas de otras agencias que te obligan a cambiar de hotel cada día. Yo hubiera hecho el recorrido de este día al revés: visitar Tozeur por la mañana y el desierto al atardecer. El cambio de programa se debió, probablemente, a la coincidencia con el Ramadan. Dia 3. Tozeur – Ksar Ghilane. Se recorren aproximadamente 150 km sobre el lago salado. El lago salado resulto decepcionante. Tan solo se pueden ver unas roderas de sal paralelas a la carretera; el resto, el mismo paisaje llano y pedregoso que ya habíamos visto antes. Nada de espejismos, ni cambios de color, ni amaneceres. Se ve mas sal en cualquier salina española. En Douz visitamos el mercado de ganado del Jueves. Los niños lo disfrutaron mucho, ya que había todo tipo de animales: cabras, ovejas, dromedarios, vacas, caballos, gallinas, conejos, etc. También compramos los típicos turbantes de colores vivos. A continuación realizamos el paseo en camello a plena solana del medio día. Una equivocación. Quien continúe viaje a Matmata no tiene mas remedio que hacer el paseo en camello aquí, pero quien tenga la opción, es mucho mejor hacerlo en Ksar Ghilane. A pesar de lo que se anuncia, el paseo es corto, no se ve ningún oasis y te ves continuamente asediado por vendedores ambulantes. Abstenerse de comprar bebidas a estos vendedores, son caras y su higiene es más que dudosa. Las bebidas se pueden compara en el bar, antes de montar en el camello. Comida en el Hotel Tuarej de 4 estrellas y baño en la piscina hasta pasar las horas de calor (privilegio de ir en coche privado). A continuación enfilamos el desierto en dirección a Ksar Ghilane (unos 80 km, hora y media). Hace apenas unos años se tardaban 4 horas por una pista del desierto. Actualmente hay una carretera nueva que desaparece de vez en cuando debajo de las dunas. Aquí el paisaje cambia, abandonamos el desierto pedregoso que hemos visto hasta ahora y entramos en un desierto de arena rojiza como la arcilla y fina como la harina. Es divertido recoger en una botella los tres tipos de arena que se pueden encontrar: blanca en Tozeur, tostada en Douz y rojiza en Ksar Ghilane. En la lejanía vemos por primera vez las grandes cadenas de dunas que resultan impracticables, incluso con los 4x4. Llegada a Ksar Ghilane un pequeño oasis en mitad del desierto. Hay un destartalado pueblo, un pequeño palmeral y aguas termales. Resulta chocante como en medio de tanta arena se puede ver corriendo agua por todas partes. Nos alojamos en el campamento Pansea. Se trata de un campamento de lujo que dispone de una maravillosa piscina en mitad del desierto, dos restaurantes y un Spa. También hay una alta torre de adobe, desde donde observar el amanecer y la puesta de sol en el desierto. El alojamiento consiste en una enorme tienda de lona con dos cómodas camas, ducha y servicio privado. Y lo más sorprendente, cada tienda tiene un enorme aparato de aire acondicionado encima de la cabeza. Bañarse en la piscina es un placer y tomarse un te verde en la terraza o en el café turco muy relajante. El paisaje es de los que no se olvidan. Las críticas negativas que he visto sobre el Pansea son simplemente infundadas. Las tiendas tienen las mismas comodidades que una habitación de hotel, están perfectamente limpias y nunca hemos visto ningún bicho (cosa que por otra parte no debería habernos extrañado). Nosotros íbamos cargados con todo tipo de artefactos contra los mosquitos. No hemos tenido ocasión de usarlos. Nos habían alertado sobre escorpiones y serpientes en el campamento y en el desierto. Nada de esto hemos visto. Los únicos escorpiones y serpientes estaban en las atracciones de turistas o disecados en los bazares. Es verdad que en un campamento de este tipo se pierde un poco la magia del desierto. Visitamos los campamentos llamados “normales”, donde se duerme en jaimas colectivas. No me parecieron mucho más auténticos. Más bien tenían el aspecto de un camping cutre. En resumen, el Pansea es un lujo oriental que yo recomiendo a todo el mundo. En Ksar Ghilane hay varias fuentes de aguas termales, un par de chiringuitos y un pequeño charco, donde una vez mas la gente aprovecha para bañarse. Es tradicional salir a las puertas del desierto para ver el atardecer y el amanecer. Nosotros tuvimos mala suerte con las nubes. Aun así, fue lo mejor del viaje: kilómetros y kilómetros de dunas de una arena roja finísima. Te puedes pasar horas extasiado ante este espectáculo; es hipnotizante. También es tradicional salir a ver las estrellas con una linterna. En teoría, en el desierto, los animales aprovechan las horas nocturnas para sus actividades, de ahí nuestro miedo a escorpiones y serpientes. El único animal que vimos fue una especie de diminuta salamandra que fue convenientemente martirizada por mi hijo. Día 4. Ksar Ghilane – Hammamet. Dejamos con pesar Ksar Ghilane y nos dirigimos a Matmata, donde pudimos ver las casas trogloditas. Nosotros visitamos un cutre hotel troglodita y una casa privada. Constan de un patio escavado en la roca, al que se abren las habitaciones, también escavadas en la roca. Interesante, lo justo. Algunas excursiones incluyen una comida en el hotel troglodita. Hay que hacer de tripas corazón para comer allí. Nada interesante hasta El Jem. El anfiteatro romano no tiene nada que envidiar al coliseo romano. Además se puede subir hasta el ultimo piso o bajar a las galerías subterráneas. Lo visitamos en plena canícula. Para desmayarse. Ojo con las supuestas antigüedades de las tiendas en las proximidades. En el camino visitamos un mecanismo que se utiliza para refrigerar el agua termal, antes de regar los palmerales. Hay abundancia de agua, pero tienen la mala suerte que sale de la tierra a 80 grados centígrados. Es imprescindible bajar la temperatura antes de usarla. Muy curioso el artefacto, una especie de torre de hormigón de donde caen cataratas de agua. Por fin llegamos a Hammamet, nuestro destino en la playa. Días 4 a 6. Estancia en el hotel de Hammamet. La zona turistica de Hammamet se llama Yasmine Hammanet y se encuentra a unos 10 km del centro del pueblo. Es completamente nueva y se encuentra plagada de hoteles de lujo, tiendas, bares, restaurantes y centros comerciales. Mucha gente se queja de que esta hecha especialmente para turistas y es cierto. Sin embargo yo nunca había visto un complejo turístico hecho con más gusto y cuidado por los detalles. La mayoría de los hoteles es de estilo árabe y hay una medina en la que se reproducen con gran acierto los más importantes monumentos históricos de Tunez. La medina es un complejo comercial que incluye un zoco, un parque temático, restaurantes y zona de copas. En las proximidades se encuentran todo tipo de tiendas, incluidos supermercados, bancos y cajeros automáticos. No hace falta decir que en esta zona los precios están algo subiditos. La playa de Hammamet es bastante grande. Es de arena gruesa y esta aprovechada al máximo, con todo tipo de atracciones: chiringuitos, juegos y deportes náuticos (parapente, motos de agua, bananas, etc). Todo ello perfectamente organizado. Aunque todo el mundo puede entrar, cada hotel tiene asignado su zona de playa. Los clientes de los hoteles tienen derecho a hamaca y sombrilla gratis. No hay gran agobio de personal y normalmente puedes elegir la hamaca que mas te guste. Un taxi hasta Hammamet pueblo viene a costar 4 euros. Tiene una bonita medina, un zoco muy bien ambientado y una Casba (fortaleza). También hay bonitas vistas del mar, el puerto y la zona turística. Merece la pena una visita, por el día para hacer compras, o por la noche para cenar y tomar una copa. Otros destinos mas alejados son: Tunez capital, Cartago y Sidi Bou Said. Se pueden contratar excursiones en todos los hoteles.
Lo mejor del Viaje: el desierto en Ksar Ghilane, el palmeral de Tozeur, las carreras en 4x4 en las pistas del desierto de Tozeur y el anfiteatro de El Jem. Lo regular: la visita a Kairouan, las casa trogloditas de Matmata, el paseo en camello y los oasis de montaña. Lo peor: el lago salado en Chot el Jerid y los escenarios de la guerra de las galaxias. Lo peor de lo peor: la envidia al salir con tus maletas del hotel con rumbo al aeropuerto y ver como van llegando nuevos 4x4 para iniciar el circuito del desierto.
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Last Updated 09/09/2008