Preguntas y Respuestas
Aquí me podéis plantear todas las dudas y preguntas, dejandolas en el foro, o mandandomelas por mail. Por ahora pondré esas preguntas que me he hecho yo siempre y que descubrí sobre los daimonions:
Nombres
Esta no es una pregunta mía, pero sé de mucha gente que me lo pregunta antes que nada. Como un niño pequeño al nacer no tiene nombre, un daimonion no viene tampoco con nombre incluido. Aunque algunos daimonions tras presentarse a sus humanos, ya les dicen su nombre, pude ser que no ocurra así. En ese caso, tú se lo tienes que poner. Pero no puede ser un nombre corriente, sino un nombre que os guste a ambos. Y piensa que a tu alma no le llamarías Álvaro, ni María.
Puede ser un nombre para siempre o no: eso lo decidiréis vosotros. Pero, ante todo, imaginación.
Los daimonions que conozco se llaman: Keltic, Rony, Casriem, etc. Y el mío, Rester Dyaxen. Si, también pueden tener un segundo nombre o uno compuesto. Eso a vuestro gusto.
Hablando
Para hablar con el daimonion, no es necesario ni proponérselo. La típica “voz de la conciencia” de la que tanto se habla, podría decirse que es la voz de su daimonion.
Lo único que debe hacerse para hablar conscientemente con el daimonion es querer hablar con él. Formular una pregunta y aceptar la respuesta que venga. No forzar en la mente una respuesta lógica a la pregunta, sino dejar que sea él quien responda.
Los daimonions no siempre se expresan con palabras: a veces emplean imágenes, emociones, evocaciones. Pero oirá algo, una respuesta que sabrá que no ha pensado directamente.
Tampoco siempre es fácil distinguir la voz propia de la del daimonion. En ocasiones sucederá que uno acabará o empezará las frases del otro, y ninguno de los dos sabrá quien lo pensó primero. Pero eso solo es un punto más por formar parte de un todo, persona y daimonion.

No hay una clara separación entre nosotros y nuestro daimonion. Yo pienso que más bien, el daimonion está en una parte de nuestro subconsciente, donde se “superpone” a nosotros. Por ello podrá decirnos cosas que nos sean nuevas, sorprendernos incluso con algo que no sabíamos de nosotros mismos. Y por ello, al hablar, al escribir en el teclado del ordenador, es como si ellos “tomaran el control” sobre una pequeña parte de nosotros. Como si les cediéramos el turno a la palabra.
Realmente, no es en absoluto complicado, porque podéis seguir siendo uno aunque habléis a dos voces.
Ver/Visualizar al daimonion
En este punto estuve muy interesada al principio, y me costó llegar a entender el mecanismo. Pensaba que se trataba de un truco de los ojos, tal y como dice el libro de Philip Pullman. Pero una vez más, acabé viendo que no había nada de mágico en torno a mi daimonion, y que siempre le había podido ver.

Ver al daimonion no es como ver un objeto tangible y material. Cualquier persona que tenga una idea de su daimonion, y de la forma bajo la cual puede estar, lo imaginará en un momento determinado en un lugar determinado. Bien, pues ver o visualizar al daimonion consiste en parte en eso, imaginar. Imaginar o proyectar la forma del animal, la posición en la que creo se encuentra y mirar a la vez en esa dirección. No es como ver algo que estuviera ahí, pero tampoco puede decirse que no esté en ese lugar del todo.
Si se toma el hábito, una vez se ha practicado pensando en la forma y la postura, en los movimientos, y mirado el lugar en el que se supone está, ya se ha logrado mucho. De ahí en adelante se vuelve algo más mecánico.
Yo creo que cuando ves a tu daimonion no solo estas poniendo tu de tu parte para crear la imagen y sus movimientos. En parte es el daimonion el que te indica esos movimientos, esa posición, y la misma forma.
Mucha gente cuyos daimonions no tiene forma fija pueden verlos cambiar, sin pensar en ello, simplemente sus daimonions cambian y ellos si se quieren fijar, visualizan las formas y los movimientos sin esfuerzo.
O también existe el caso en que un daimonion adopta una forma fija, la cual “se parece a un animal, pero tiene parte de otro, y el pelo es de diferente color…”; y al final se descubre que ha adoptado la forma de un animal que la persona no conocía ni había visto nunca, y sin embargo “vio” la forma del animal en su daimonion. Puedo decir esto desde la experiencia propia, ya que mi daimonion ha adoptado formas en ocasiones cuya existencia desconocía, como la última: una mata albina. ¿Cómo iba a saber yo que si una marta carecía de melanina tenía ese pelaje blanco amarillento espeso? A penas he encontrado imágenes en los buscadores, pero sé que existe tanto como que es la forma de mi daimonion. Porque la he visto, casi más bien la he sentido
Más "Preguntas y Respuestas" -->