El catabolismo de las purinas, compuestos heterociclicos nitrogenados que se hallan en los ácidos nucleicos, provoca la formación de ácido único, sustancia que se excreta normalmente a través de la orina. La gota es una enfermedad caracterizada por una superproducción de purinas y por tanto de ácido úrico. Una consecuencia de esta enfermedad es la elevación de los niveles sanguíneos de ácido úrico y la acumulación de cristales de urato en las articulaciones.
El ácido úrico no es muy soluble y algunos de los síntomas clínicos de la gota pueden atribuirse a daños provocados por los cristales de urato. Los cristales son fagocitados por las células en las articulaciones y se acumulan en vacuolas digestivas que contienen enzimas lisosomales. Estos cristales provocan la rotura física de las vacuolas con lo que los enzimas hidrolíticos son liberados al citosol celular induciendo la perdida de sustancias de la célula y su autolisis. El resultado es un cuadro clínico en las articulaciones caracterizado por inflamación, dolor, hinchazón y aumento de la temperatura.
ENZIMAS LISOSOMALES Y GOTA