El CGH o la confusión

Francisco Ortiz Pardo


Después de las broncas entre activistas moderados y ultras, el lunes 30 y martes 31 de agosto y el 1 de septiembre, las diferentes corrientes del movimiento se pelean ahora la titularidad y legitimidad del Consejo General de Huelga.

Los moderados habían logrado un triunfo parcial cuando 22 escuelas votaron a favor de la flexibilizar el pliego petitorio, lo que implicaría la virtual aceptación de la propuesta de los ocho profesores eméritos para una salida negociada; con ello, dos de las seis demandas del movimiento —separación de la UNAM del Centro Nacional de Evaluación (Ceneval), el regreso del pase automático y eliminar el límite de permanencia en la Universidad— serían discutidas entre toda la comunidad, después del levantamiento de la huelga, en un espacio de diálogo —que los estudiantes llaman "Congreso"—, con carácter resolutivo.

Pero horas más tarde —conscientes de su posible derrota— los ultras, mediante el maestro de Economía Mario Benítez, plantearon condicionar el levantamiento del paro a que las autoridades aprobaran esos tres puntos, que luego serían discutidos en el congreso. Y lo lograron; con el pretexto de que algunas escuelas —bajo la influencia del centro-radical Comité Estudiantil Metropolitano (CEM)— habían resuelto ese condicionamiento, obligaron a que se votara en ese pleno la propuesta y que no se esperara a discutirlo en las asambleas escolares. Con la abstención de 11 escuelas —que argumentaron no haberlo discutido previamente— y con la impugnación de estudiantes moderados y de centro, los ultras ganaron con el voto de 16 escuelas a favor y 13 en contra.

Los ultras ganaron con el voto de las escuelas del CEM, corriente que, paradójicamente, impugnó el procedimiento por considerar que se debió llevar la propuesta a las asambleas escolares. "Nos resulta increíble —dice Higinio Muñoz, representante de ese grupo— que los llamados ultras se hayan negado a discutir la propuesta en las asambleas cuando son ellos los primeros que hablan de respetar a las bases".

—Pero entonces, ¿por qué no se abstuvieron ustedes?

—Porque no podíamos violar nuestra propia propuesta, que habíamos ganado en algunas escuelas.

Ante los rumores de que los moderados abandonarían el CGH para no avalar el resolutivo ultra, la centro-moderada Coordinadora Estudiantil dio a conocer, en la sesión el CGH del sábado 4, su postura respecto del movimiento: Reivindicó al CGH como "la máxima instancia de organización y decisión estudiantil en la UNAM" y cuestionó las versiones difundidas por los moderados de la Coalición Democrática Estudiantil (CDE) en el sentido de que se había producido una ruptura en el CGH, al tiempo que se desvinculó de ellos y los acusó de "protagónicos". Pero también impugnó el resolutivo del condicionamiento. "Nos parece grave que en la sesión el CGH del 30 y 31 de agosto se hayan manipulado los acuerdos de las asambleas (de escuelas). Consideramos que las escuelas deben ratificar el acuerdo que se aprobó en el CGH pasado. De esta manera podremos salir unidos frente a las autoridades. Aunque este acuerdo no coincide con nuestra posición, lo asumiremos y llamaremos a todos los compañeros huelguistas a asumirlo, siempre y cuando refleje la posición de la mayoría de las asambleas".

En conferencia de prensa, el miércoles 1, el CGH convocó a las autoridades a reunirse el lunes 6 en el Palacio de Minería para reiniciar el diálogo y darles a conocer su "pliego petitorio replanteado".

En la sesión del Consejo Universitario (CU), el jueves 2, el rector Francisco Barnés descartó la reunión con el CGH, toda vez que no recibió invitación formal. En la Antigua Escuela de Medicina, en el Centro Histórico, el CU asumió como propia la propuesta de los profesores eméritos por 99 votos a favor, dos en contra y 12 abstenciones.


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"Proceso 1892 - Nacional" 5 de septiembre de 1999



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