Ni siquiera son petistas, en sentido estricto, aunque pertenezcan a su bancada, la mayor parte de los presuntos miembros de ese grupo que permitieron al PRI la noche del martes rechazar el dictamen sobre el presupuesto fraguado por el PAN y el PRD. Se trata de residuos de otros partidos. El caso más sobresaliente de inestabilidad partidaria es el de Maximiano Barbosa, que fue priista, entró en San Lázaro en la planilla del PRD, se fue de allí y se alojó en el grupo petista antes de convertirse en apoyador de Francisco Labastida, que es donde por hoy se encuentra. Armando López Romero también se fue del PRD. Y eran panistas Rogelio Chabolla García, Baldemar Dzul y José Adán Deniz, puesto en entredicho porque se fingió muerto en Estados Unidos. Finalmente, Miguel Angel Garza era miembro del Partido Verde.
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