Recuperemos la UNAM

Felipe Díaz Garza


En septiembre pasado estudiantes de una escuela secuestraron autobuses para utilizarlos como instrumento para obtener becas del gobierno, al que luego exigieron que se suspendieran las órdenes de aprehensión en su contra, motivadas en las denuncias de los transportistas. En enero de este año los mismos estudiantes secuestraron de nuevo camiones para exigir más becas, a lo que el gobierno respondió condicionando la petición a una investigación de los informes de ausentismo a clases por arriba del 50 por ciento. Hace unos días, el 20 de enero, los estudiantes de esta escuela secuestraron y golpearon a un soldado del Ejército mexicano y despidieron a 38 trabajadores, entre ellos 17 profesores y el director de la institución con el argumento de que "ya llevaban mucho tiempo en la escuela".

Del primero al 21 de enero continuó la campaña estudiantil de secuestro de vehículos, habiéndose apoderado los estudiantes de unidades propiedad de Pemex, Telmex, gobierno, Conasupo, Procuraduría de Justicia e INEGI, así como de más autobuses de transporte urbano de pasajeros. El 21 de enero la Procuraduría aprehendió a 110 estudiantes por el secuestro de los autobuses, habiendo consignado finalmente a 52 jóvenes acusados de robo y asalto. Además del robo de vehículos, los estudiantes bloquearon calles y carreteras con marchas y pintas, tomaron radiodifusoras y vendieron víveres y animales propiedad de la escuela. El 26 de enero las autoridades competentes ordenaron el cierre temporal de la escuela y establecieron un plazo de 24 horas para que aquellos estudiantes que desearan continuar sus estudios acudieran a tomar sus clases a una sede académica alterna. El 25 de enero fueron aprehendidos y consignados otros 12 estudiantes acusados igualmente de robo y asalto, con lo que el número de procesados se elevó a 64. Las actividades académicas han sido reiniciadas.

Lo anterior no ocurrió en la Ciudad de México, ni tiene que ver con el paro de la UNAM, ni con las actividades ilegales o antisociales de estudiantes de la Nacional. Todo lo que le que le acabo de contar es cierto, sí, pero sucedió en el estado de Hidalgo y la escuela de la que le hablo es la Normal Luis Villarreal de El Mexe, localizada en el Valle del Mezquital que, ante los conflictos existentes, fue cerrada temporalmente por el gobierno estatal, cuya Secretaría de Educación Pública ordenó así mismo la inmediata e inapelable expulsión de todos los integrantes del Comité Estudiantil inmiscuidos en los delitos de robo, asalto y secuestro. Las autoridades también determinaron que los estudiantes que no acrediten irrecusablemente cuando menos el 85 por ciento de asistencia a sus clases, perderán el semestre.

Si le refiero a usted lo que pasó en El Mezquital es porque pienso que debería repetirse en el sur de la Ciudad de México, donde las autoridades competentes deben actuar cuanto antes con el mismo aplomo con el que lo hicieron ya las de Hidalgo. El martes pasado hubo en la UNAM una batalla por el control de la Preparatoria Número 3, cuando estudiantes paristas, de los conocidos como "ultras" del Consejo General de Huelga, atacaron la escuela que había sido recuperada horas antes por estudiantes que se oponían al paro, apoyados por trabajadores de Auxilio UNAM. Los paristas atacantes hirieron seriamente a 37 personas, casi todas trabajadores de la UNAM, y se apoderaron nuevamente del edificio escolar ante la mirada vigilante mas no actuante de 200 granaderos capitalinos. Finalmente 230 elementos de las policías Federal Preventiva y Judicial Federal desalojaron las instalaciones disputadas y aprehendieron a 248 paristas "ultras" del CGH, de los que 171 ya fueron consignados y acusados de diversos delitos, entre ellos terrorismo, motín y sabotaje.

Lo sucedido en la Prepa 3 es un aviso que las autoridades y los ciudadanos debemos atender. La batalla se ocasionó porque los estudiantes verdaderos, los que quieren estudiar y ser productivos para ellos mismos, para sus familias y para su país, tomaron la justicia por su cuenta, ante la incompetencia de las autoridades, que han permitido que el conflicto dure ya casi un año sin esperanzas de que se resuelva para que la UNAM vuelva a ser un centro de estudios. Los estudiantes recuperaron su edificio, ayudados por trabajadores universitarios. Pero eso no es ser provocadores sino patriotas decepcionados porque sus autoridades, por debilidad, temor político o corrupción, han renunciado a sus obligaciones.

Esas autoridades renunciantes a su competencia deberían haber recuperado ya todos los edificios de la UNAM y regresarlos a sus legítimos usufructuarios, los estudiantes que sí estudian. Esperar a que sean los mismos estudiantes los que recobren el patrimonio universitario que está en manos de bárbaros disfrazados de colegiales, como ocurrió en la Preparatoria Número 3, es una temeridad irresponsable e implica asumir el riesgo de una confrontación interuniversitaria de consecuencias incalculables. Esa confrontación se va a dar más temprano que tarde, pues los estudiantes verdaderos ya han perdido la paciencia, como lo demuestra su acción decidida en la Prepa 3, misma que, como ya sabemos y lamentamos, provocó el ataque salvaje e injustificado de los porros ultras del Consejo General de Huelga.

Los verdaderos estudiantes ya tomaron la decisión de defender su universidad y de hacer respetar su derecho a estudiar, escuela y derecho que las autoridades obligadas por derecho no defendieron ni hicieron respetar. Los resultados serán funestos si la ley y el orden no son impuestos generalizadamente en la Universidad Nacional. Lo ocurrido en la Prepa 3 es el principio de una tragedia que sólo la actuación inmediata, decidida, inteligente y efectiva del gobierno de México puede evitar. Lo hizo en su esfera el modesto gobierno del estado de Hidalgo. No es posible que el poderoso gobierno de México se hinque de rodillas ante una turba de bárbaros y les entregue lo mejor del patrimonio de esta nación: nuestros muchachos y nuestra universidad.


Correo electrónico: felipedg@infosel.net.mx
Reforma -Editoriales- 20000205



Regresar a índice de artículos.