|
El beato don Miguel Rúa, primer sucesor de don Bosco fue quien envió a México el primer grupo de salesianos. El 2 de diciembre de 1892 llegaban a la ciudad de México: El P. Piccono, el P. Piperni, el P. Visintainer, el hermnao coadjutor Pedro Tagliaferri y el clérigo Agustín Osella G. Hoy, después de 110 años el carisma de Don Bosco sigue estando presente en medio de la juventud mexicana. En 1893 el Gral. Porfirio Díaz, entonces presidente de la República mexicana, recibe a los primeros salesianos y expresa el beneplácito por su trabajo a favor de la educación del pueblo mexicano. Desde entonces los salesianos se han preocupado por promover en sus alumnos la formación cívica y los valores nacionales, conforme al objetivo de la educación salesiana: formar buenos cristianos y honestos ciudadanos. La primera obra salesiana en México fue el colegio de Santa Julia. Su construcción fue iniciada el 29 de enero de 1893 en un terreno de 20000 m2 donado por doña Julia Gómez y Eduardo Zozaya ante la insistencia del Sr. Ángel G. Lascuráin, cooperador Salesiano. Actualmente el colegio es la obra educativa más compleja y significativa del México Salesiano. LA ORGANIZACIÓN DE LA PRIMERA OBRA Los primeros salesianos atendían el colegio de Santa Julia con dos secciones: la de los alumnos y la de los artesanos. Los alumnos recibían instrucción elemental, superior y comercial. Los artesanos eran educados en diversos oficios: imprenta, encuadernación, carpintería, herrería, mecánica, etc. Actualmente, en las aulas del colegio crecen y maduran los niños que el día de mañana se convertirán en jóvenes constructores de una sociedad más justa y más fraterna. El colegio de Santa Julia inició como escuela de artes y oficios y se constituyó en el centro administrativo apostólico al que directa o indirectamente estuvieron vinculadas las obras salesianas que fueron abiertas en el período de 1892 a 1922. La educación y evangelización de los niños y jóvenes mexicanos siempre ha sido su razón de ser. LA DEVOCIÓN A MARÍA AUXILIADORA La devoción a María Auxiliadora se propagó en México gracias a los primeros salesianos. En 1900 se inauguró la capilla interna del colegio y comenzó a proyectarse la iglesia externa. Después de un largo proceso se concluyó en 1992 el Santuario de María auxiliadora, anexo al colegio. Sin duda, es un punto de referencia fundamental en la vida cristiana de los alumnos del colegio y de toda la familia salesiana. En 1905, en la parte oriente del colegio se colocó la primera piedra del edificio que sería destinado al Oratorio. Este edificio ya no existe, pero la comunidad salesiana actual sigue llevando a cabo esta actividad singular del carisma de Don Bosco y atiende domiciliarmente a más de 500 niños y jóvenes de la colonia. La formación a través del juego es un elemento fundamental de la pedagogía salesiana. La labor educativa del colegio fue interrumpida por la Revolución (1911-1917), la persecución religiosa (1926-1929) y la confiscación (1936-1951); sin embargo, siempre ha renacido y crecido en calidad. Hoy en día, esta obra salesiana, es la casa de más de 3000 niños y jóvenes que son atendidos pastoralmente en distintos servicios: educación básica, media y superior, Universidad, talleres, catequesis parroquial y oratorio festivo LA UNIVERSIDAD Y LA PREPARATORIA En julio de 1972 nació el IUCE con las licenciaturas de psicología y pedagogía, incorporadas a la UNAM. Hoy, después de 30 años, la Universidad Salesiana está presente en la vida intelectual mexicana con seis carreras profesionales y diversos postgrados. Miles de jóvenes han sido formados en las aulas de la Preparatoria IUCE desde que hace 25 años, en el ciclo escolar 1977-78 se iniciaran las actividades académicas. La vida de los jóvenes preparatorianos bulle en el colegio en todo momento y los pequeños grupos de estudiantes de antaño se han convertido en cientos de jóvenes contentos de educarse bajo el carisma de Don Bosco. LAS COMPAÑÍAS, LAS MISIONES Y LA MÚSICA Las "compañías era una de las formas apostólicas en que el Oratorio de Santa Julia educaba a los jóvenes. Los grupos apostólicos que se organizaban en el colegio siguen formando a los jóvenes en el servicio a los demás. La experiencia misionera en que participa cada año toda la comunidad educativa es muy significativa. Desde sus orígenes el colegio de Santa Julia se ha distinguido por la formación que ofrece a los jóvenes en la música y actividades artísticas. La actual banda de guerra, los diferentes grupos de música, el teatro, de baile y danza, etc. son expresión de la vitalidad y entusiasmo de los jóvenes que se educan en esta obra salesiana.
|