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El 18 de mayo de 1970 las Bahamas arrestaron un pesquero cubano con 11 pescadores, que supuestamente faenaban en sus aguas. Cuba envía entonces varios MiG-21, que sobrevuelan las Bahamas enviando un mensaje al su gobierno para que los liberara. Los MiG-21 volaban a su máximo radio de acción, y Fidel Castro instruye a sus pilotos: "Si los aviones yankees aparecen y comienzan a maniobrar contra ustedes, maniobren contra ellos!. No les disparen, pero si ellos les disparan, no duden un instante en dispararles". Aparecen varios F-4 Phantom norteamericanos, imitando maniobras de combate junto a los MiG-21, pero sin mayores consecuencias. Los pescadores fueron liberados. Justo diez años después la historia se repite trágicamente. El 10 de mayo de 1980 el guardacosta HMBS Flamingo de la Royal Bahamas Defence Forces, arresta dos pesqueros cubanos. Entonces los pilotos de la FAR Coronel Jorge Vilardel y Mayor Juan Colina reciben la orden de volar en sus MiG-21 hasta las islas Ragged y atacar al Flamingo, hundiéndolo, matando cuatro tripulantes e hiriendo otros tres. Los sobrevivientes y los 8 pescadores cubanos llegan a la costa. Al día siguiente a las 9.30, varios MiG-21 sobrevuelan Duncan Town en la isla Ragged, Bahamas, en vuelos rasantes imitando ataques con cohetes. Los helicópteros Mi-8 desembarcan tropas, que rescatan a los pescadores. Cuba luego reconoce que fue un error confundiendo al Flamingo con secuestradores, y paga una indemnización, finalizando el incidente.
Durante el gobierno de Salvador Allende Chile envía a Cuba varias delegaciones militares. La más numerosa fue la del General Carlos Anaya en diciembre de 1971, que incluía oficiales de la Fuerza Aérea de Chile. Como parte del programa de la visita, el 17 de enero de 1972 el Capitan Rafael del Pino vuela en un MiG-21U con un General de la FACh, y luego con el Mayor Jaime Estray, piloto de Hawker Hunter. Esta promoción a los aviones soviéticos entre los chilenos no da resultados, pero las visitas de militares peruanos bajo el gobierno del General Velasco Alvarado fueron más fructíferas. La FAR presta al Perú 12 MiG-21bis para evaluación, y la familiarización del personal de vuelo y de tierra. Unos 100 especialistas cubanos y 75 soviéticos arriban para ayudar en la asimilación de la técnica soviética, en espera de la llegada de los Sujoi Su-22 Fitter, que fueron los aviones escogidos finalmente por Perú por su mayor capacidad de ataque a tierra. Estos especialistas colaboran en la construcción de la nueva base aérea de La Joya al sur de Perú. Al mismo tiempo, un numeroso grupo de aviadores peruanos se entrenaban en Cuba en las bases de Santa Clara y Camagüey. La presencia del escuadrón de MiG-21bis cubanos en Perú, fue un factor de presión sicológica adicional contra el Chile de Pinochet, ahora en tensión con los sus vecinos del norte. Los MiG-21 participan en grandes maniobras de San Julian en 1972 ante la delegación chilena, y la de "Ayacucho-170" en 1972 ante la delegación peruana. La "Operación
Pico". El 10 de setiembre de 1977 un Escuadrón de MiG-21bis
al mando del Coronel Rafael del Pino sobrevuela Puerto Plata, Republica
Dominicana, para presionar a su gobierno a que liberase al mercante
cubano "Capitán Leo", el cual regresaba de Angola y cortaba
camino supuestamente violando las aguas dominicanas. El plan consistia
en bombardear Puerto Plata y Santiago de los Caballeros al día siguiente
si el gobierno dominicano no liberaba al barco, pero después de
la operación los dominicanos cedieron. Este incidente se describe
con más detalle en el artículo
sobre esta operación.
Cuando en Nicaragua triunfan los sandinistas en 1979, la FAR apadrina a la nueva Fuerza Aérea Sandinista, que se va formando a su manera, y en 1980 los asesores cubanos escogen 30 jóvenes nicaraguenses para formarse como pilotos de MiG-21 en Bulgaria. Castro acordó con la URSS la entrega a Nicaragua de 16 MiG-21bis y otros pertrechos para 1984. El gobierno de Reagan se resiste a aceptar la entrega de MiG-21 a Nicaragua, y Cuba decide entonces armarlos primero en su territorio, como si fueran de la FAR, pero que luego volaran directo a Nicaragua por sorpresa. Pero en 1985 llega al poder en la URSS Mijail Gorbachov, que para evitar la confrontación con USA decide cambiar los MiG-21bis por helicópteros de combate Mi-25 Hind. Pilotos cubanos de MiG-21 asesoraron
en varios paises a sus colegas, e intercambiaban experiencia. Un caso muy
interesante fue Vietnam durante la guerra con USA. El furor de los
vietnamitas con el MiG-17 en detrimento de los MiG-21 provocó discusiones
entre los pilotos y tácticos de la FAR en 1964-68, sobre cuál
era el mejor caza en combate cercano contra los americanos. Varias visitas
de pilotos y asesores de la FAR a Vietnam resolvieron el dilema. La escasa
calificación de los vietnamitas y su entrenamiento en China en los
MiG-15, los hacia preferir los simples MiG-17, aunque el más complicado
MiG-21 era el único capaz de enfrentarse con eficacia a los F-4
Phantom y otros aparatos supersónicos. El intercambio de experiencia
fue fructífero.
Habitualmente los MiG-21 cubrían importantes eventos estatales como las celebraciones anuales del 26 de julio (aniversarios del asalto al cuartel Moncada), los Congresos del Partido Comunista (cada 5 años desde 1975 hasta hoy). Durante toda la duración de tales eventos los MiG-21 se mantenían patrullando en el aire en tres parejas, mientras otros estaban listos a despegar en tierra. Los MiG-21 también escoltaban a Castro durante sus viajes a Jamaica, Venezuela, etc, o cuando regresaba en su Il-62 de Europa u otra zona. Los MiG-21 interceptaban con frecuencia pequeños aviones violadores del espacio aéreo. El 21 de febrero de 1968 un MiG-21PFMA cayó al mar y su piloto murió cuando maniobraba a baja velocidad cerca de una de tales avionetas. También interceptaban aviones norteamericanos. En 1986 dos MiG-21 interceptaron un HU-25A Guardian de la U.S. Coast Guard por supuestamente violar las 12 millas náuticas cubanas, y fue acompañado hacia fuera de sus límites. El 20 de de 1990 el piloto norteamericano Joseph Filecci trata de cortar camino en su vuelo de Opalocka (Florida) hacia Costa Rica, sobrevolando Cuba en su Cessna-310T. Filecci pensaba que la crisis económica cubana no permitiría que los MiGs actuaran, pero se sorprendió al ser interceptado por dos MiG-21bis que lo obligan a aterrizar en La Habana. La creencia en los rumores de prensa occidental los MiGs cubanos que no vuelan, le costó a Filecci 21,000 dólares de multa. Los MiG-21 de la FAR participaron
en numerosos ejercicios con las fuerzas sovieticas, interceptando los Tupolev
Tu-95 Bear de reconocimiento cuando volaban hacia Cuba o desde
ella, o “atacaban” la flota soviética en sus operaciones en el Caribe.
Con ello se esperaba estar preparados para interceptar los Lockheed
U-2 o atacar la flota americana en caso de agresión a Cuba.
En diversas maniobras los pilotos cubanos eran capaces de despegar con
los MiG-21 desde carreteras de 6,5m de ancho o efectuar frecuentes aterrizajes
de noche sin ayuda de proyectores, todo lo cual asombraba a los asesores
rusos.
El 8 de febrero de 1976 las tropas de la UNITA detectan y rodean en su profunda retaguardia a un destacamento de exploración cubano de 16 hombres, al mando del Teniente Artemio Rodriguez Cuza. Estos hombres tratan sin éxito de romper el cerco hacia los suyos y piden ayuda por radio, en una zona al casi fuera del alcance normal de los MiG-21. El Jefe de la Agrupación Aerea en Angola, Coronel Rafael del Pino, tenia la orden de no usar todavia la aviación sin autorización expresa de La Habana. Del Pino decide que la acción requiere urgencia y organiza el rescate de la patrulla por iniciativa propia. Como la patrulla se encontraba al radio de acción máximo del MiG-21MF, del Pino decide arriesgarse a volar en un solitario MiG-21MF, acompañado por dos helicópteros Alouette-III (trofeos de guerra de los cubanos). Del Pino despega a las 8.00 de Luanda en su MiG-21MF armado con 32 cohetes de 57mm bajo las alas. Cuando la patrulla estaba casi sin municiones ni esperanza, aparece el caza de del Pino, que destruye una batería de morteros de la UNITA, y luego da dos pases con su cañon a las tropas enemigas, que salen despavoridas. Aprovechando el momento, la patrulla logra romper el cerco, y regresa a salvo. El MiG-21MF de del Pino no tenía tanques adicionales, y se queda sin combustible en la misma pista al aterrizar en Luanda. Esta acción es considerada como una indisciplina, y del Pino el 2 de mayo de 1976 es destituído por Raúl Castro como Jefe de la aviación cubana en Angola, y sustituido por el Primer Comandante Enrique Carreras. Para apoyar el avance del Ejercito cubano hacia el sur y este, los MiG-21MF se trasladan al recién capturado Huambo, y de aquí el 10 de marzo vuelan 500km hacia Luena. El 13 de marzo de 1976 cuatro MiG-21MF al mando del Coronel del Pino despegan a las 10.00 de Luena hacia Gago Coutinho, cuartel general de la UNITA. Allí atacan el aeródromo, donde sorprenden a un Fokker F-27 Friendship descargando armas. Del Pino lo destruye con cohetes S-24, mientras los demás MiG-21 se encargan de las defensas antiaéreas. Pocas horas después el golpe se repite, inutilizan la pista y los hangares, y destruyen 12 vehículos. Los días siguientes los MiG-21MF siguieron sus misiones de ataque a tierra. El 15 de marzo el Coronel del Pino despega de Luena en un MiG-21MF en misión de apoyo al frente este, y al regresar evitando el mal tiempo, se queda sin combustible, aterrizando sin problemas en la aldea de Munhango. Allí se entera de que acaba de aterrizar en la aldea natal de Jonas Savimbi, el Jefe de la UNITA, ahora ocupada por tropas del gobierno. Del Pino es rescatado, y su MiG-21MF despega con ayuda de cohetes auxiliares Jatos a su base. Los días siguientes los MiG-21 prosiguen sus golpes a la UNITA al sur de Munhango. El avance del Ejército cubano obliga al SADF sudafricano
a retirarse derrotado de Angola el 27 de marzo de 1976, y los restos de
la UNITA tienen que dejar la guerra convencional, para pasar a la guerra
de guerrillas, continuamente azotada por los MiGs.
El 2 de agosto la UNITA reúne para un ataque decisivo fuerzas superiores, con 16 Batallones, 6 baterías de artillería, morteros de 60, 81 y 120 mm, lanzacohetes Grad-P. La situación de la Brigada junto a sus asesores cubanos se hace crítica. Son despachados dos regimientos de tanques cubanos a Canganba, pero mientras llegan superando mil dificultades durante cientos de kilómetros, la aviación tiene que intensificar su apoyo a los cercados. Entonces llegan de Huambo a Menongue otros cinco MiG-21, que inmediatamente
inician sus ataques, destrozando otra vez la ofensiva de la UNITA. Los
helicópteros Mi-8 traen suministros, se llevan los heridos, y atacan
con cohetes al enemigo. Los An-26 lanzan cargas y también actúan
de bombarderos. Las líneas de combate están tan cerca, que
los Mi-8 desembarcan un apuntador aéreo entre los cercados (al piloto
de MiG-21, primer teniente Julio Chiong), para que los MiG-21 golpeen sin
temor de dar en los suyos. Del 2 al 10 de agosto los MiG-21 del coronel
Henry Martínez hacen más de 400 misiones de apoyo aéreo
desde Menongue. Ellos lanzan 400 bombas bombas de diferentes calibres con
un peso total de 100 toneladas, 2,741 cohetes aire-tierra S-5 y 2,700 proyectiles
de cañón de 23 mm. La intensidad de sus bombardeos es tal,
que los MiG-21 consumen los depósitos de cohetes aire-tierra S-5
y S-24 en Angola, y se traen de Cuba otros miles de cohetes y bombas en
aviones Il-62M de la aerolínea Cubana, y en los An-12 de la VVS
soviética. Al 11 de agosto van llegando los refuerzos cubanos, y
la UNITA se retira derrotada, después de sufrir más de 2,000
bajas contra los heroicos defensores de Canganba, y por los decisivos golpes
de los MiG-21. Los asesores y especialistas cubanos sufrieron 15 muertos.
En marzo de 1984 la UNITA ataca con 1,500 hombres al pueblo de Sumbe, donde había una pequeña guarnición angolana de la FAPLA con asesores cubanos, y varios médicos y civiles isleños. Varios MiG-21 desde Huambo y los Mi-8 desde Benguela realizan 204 misiones de bombardeo y reconocimiento, rechazando con éxito el ataque enemigo. El derribo de MiG-21 cubano mejor documentado fue el ocurrido el 28
de octubre de 1987, cuando un MiG-21UM biplaza de entrenamento en misión
de reconocimiento, fue derribado por un misil de la UNITA cerca de Luvuei.
Sus dos tripulantes, el Teniente Coronel Manuel Rojas García y el
Capitán Ramón Quesada Aguilar, se catapultearon y cayeron
prisioneros de la UNITA.
Todo este tiempo un escuadrón de MiG-21bis actúa intensamente
desde Menongue, a 200km de Cuito, destruyendo blindados, artillería
y tropa enemiga. Otros MiG-21bis llegan de refuerzo, y hacen más
de 1,000 vuelos de combate durante la batalla. El SADF se ve obligado por
los MiGs a moverse sólo de noche, y enmascararse muy bien de día.
Sus obuses G5 y G6 se retiran a zonas a 35km de Cuito, cercanas al máximo
de su alcance. Sólo de enero a marzo de 1988 los MiG-21 y MiG-23
cubanos cumplen 1,283 misiones de vuelo por Cuito Cuanavale, realizando
722 misiones de bombardeo y 561 misiones de cobertura aérea, arrojan
358 t de bombas y 4,000 cohetes S-5, además de otras municiones,
causando inmensas pérdidas en hombres y equipos. Aunque oficialmente
el SADF reconoció sólo 31 muertos durante Cuito Cuanavale,
fuentes extraoficiales sudafricanas cifran en 715 sus muertos allí.
El último ataque a Cuito los sudafricanos lo hacen el 23 de marzo,
fracasa, y el mando cubano estima que ya la batalla está ganada.
Se inicia entonces la ofensiva cubana hacia el sur, hasta la frontera.
El avance cubano estaba cubierto por 80 MiG-21 y
MiG-23 de la FAR, y los Mirages F1 de la SAAF sudafricana prefieren
no aparecer más en el frente. Al llegar el ejército cubano
a la frontera con Namibia y golpear los MiG-23 Calueque el 27 de junio
de 1988, Sudáfrica pide la paz, y tras negociaciones, se firma en
diciembre de 1988 el acuerdo que trae la independencia a Namibia y la democratización
de Sudáfrica. Con los acuerdos de paz los MiG-21bis de la FAR regresan
a Cuba.
Esta fue la primera victoria de la SAAF desde la guerra de Corea, y la única pérdida en combate aéreo en toda la historia de la aviación cubana. Del combate se sacan las conclusiones necesarias, señalando que se violaron procedimientos tácticos, que permiten al enemigo tomar la iniciativa. Un año después, el 5 de octubre de 1982 se produce el segundo choque aéreo. Una pareja de Mirage F1CZ piloteados por el mismo mayor Johan Rankin y por Cobus Toerien escoltaba a un Canberra de reconocimiento. Para interceptarlos despegan dos MiG-21MF con misiles K-13, del teniente Raciel Marrero, y el teniente Gilberto Pérez. Comienzan las maniobras de combate, pero tras un giro cerrado, los MiG-21 pierden de vista al enemigo, y el mayor Rankin logra impactar con fuego de su cañón al MiG-21MF de Marrero, que resulta averiado ligeramente, y ambas parejas se separan. Los dos MiG-21 regresan y aterrizan normalmente en su base de Lubango. A pesar de esto, los sudafricanos le abjudican a Rankin oficialmente una victoria aérea inexistente, y declararon al otro MiG-21 como estrellado por los daños del combate, equivocándose en ambos casos. Tras este combate, se toman enérgicas medidas por el mando cubano, no se mandan más pilotos inexpertos al combate, se descartan posiciones obsoletas de los manuales, y otras medidas, que permiten que en todos los restantes encuentros de la guerra, la SAAF no logra más éxitos. De tal forma en total durante la guerra de Angola,
los MiG-21 destruyen un avión enemigo en tierra (F-27), y pierden
uno en combate aéreo.
El 22 de enero de 1978 comienza la exitosa contraofensiva cubano-etíope, apoyado por la aviación cubana en el conflicto. El plan era limpiar la zona Harer-Dire Dawa, empujando a los somalos en dirección de Jijiga, para destruírlos por allí después. La contraofensiva se inicia con el empleo masivo de la aviación, que hace cientos de misiones. Los MiGs de la FAR apoyan el avance de las Brigadas de Tanques cubanas, mientras que los MiG-21bis y F-5A/E de la FAE apoyan a las tropas etíopes. Los MiG-21R cubanos de reconocimiento penetraban profundamente el territorio enemigo, reconociendo sus posiciones e imitando a cazas MiG-21bis, lo que obliga a las antiaréreas somalas a descubrirse, mientras los MiG-17F y MiG-21bis lanzan bombas y cohetes no dirigidos contra las fuerzas acorazadas enemigas. En un mes los MiG-21R de la FAR hacen más de 120 vuelos, descubriendo 136 objetivos a atacar. Los somalos son derrotados, perdiendo más de 4,000 hombres y 60 tanques, y el 2 de febrero comienzan a retirarse hacia Jijiga. Estos combates de fines de enero-principios
de febrero de 1978 son intensos, y traen las primeras pérdidas cubanas:
el primer teniente Raúl Hernández Vidal muere al ser derribado
su MiG-21bis.Varios otros aviones son averiados. Al capitán Manuel
Rojas García se le apaga el motor de su MiG-21bis sobre las líneas
enemigas, pero logra arrancarlo otra vez. Sin embargo, la acción
de los MiGs cubanos contra los medios AAA fue eficaz, y en el futuro los
somalos abrían poco fuego antiaéreo para no descubrirse.
Los oficiales etíopes, educados en academias occidentales, al principio no apreciaban las cualidades de los MiG-21, frente al F-5 (especialmente por el menor radio de acción), pero al comenzar a usarlo en el conflicto real, cambian rápidamente de opinión. Aunque según el General Rafael del Pino en sus memorias escritas en USA, después de la guerra en el Ogaden, en Addis Abeba se efectúan varios combates simulados en los que los MiG-21 cubanos de los tenientes coroneles José Febles y Luis Quiñones pierden frente a los F-5 etíopes. Sin embargo, los mismos combates entre MiG-21/F-5 simulados en la URSS, demuestran que entre pilotos de preparación similar, el resultado dependía mucho de la altura y velocidad de tales simulacros, pues cada uno de estos cazas había sido diseñado para diferentes regímenes de vuelo, el MiG-21 a baja velocidad y poca altura podía ser menos maniobrable que el F-5, pero era superior fuera de esos límites. Ver en detalle la guerra de Etiopía. |
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