Mi pequeña flor matinal,
que tersa y sensible eres al parecer,
lindo rocío veo en ti caer,
y me embeleso con tu aroma sublimal.
Pero frágil podrás aparentar,
más, tienes un enorme poder,
de cautivarme con tu fresco nacer,
que hipnotizado parezco andar.
Otros entes dañan tu delicada piel,
sin brindarte amor y cariño,
pero aquí estaré durante el año,
presto a probar de tu exquisita miel.
Tan solo acurrucate en mí,
que nadie más te profanará,
ni el desaire te rondará,
al protegerte ya,... ¡ como te prometí !
|