No fue fácil

Alma mía, no fue fácil la senda
que tracé para tu viaje.
No me culpes, no me gustan los caminos
demasiado transitados.

No inicié por los valles placenteros
tus primeras caminatas infantiles,
contemplaron desde siempre tus pasos fatigados
las montañas, los picachos, los cantiles.

No me culpes si al llevarte por los montes
se hundieron las zarzas en tus plantas;
pues tus ojos se llenaron de horizontes
y tu frente se impregnó de lo celeste.

Fue difícil la ruta, no lo ignoro
pues quedaron las marcas en tus plantas
más si Dios nos concediera repetirlo
volveríamos alegres Alma mía
a seguir el camino de los astros.


Francisco Franco Salas


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