Aquí están
|
Aquí están mis manos
dolorosas e inertes...
ya no crean, sólo sueñan,
y tranquilas esperan la muerte.
Aquí están mis ojos
limitados y opacos...
ya casi no ven, sólo sienten
tristeza, tristeza profunda y vacío.
Aquí está mi cuerpo
casi inmóvil y lento...
aceptando que pronto
quedará frío y muerto.
Más mi mente está viva
a cada instante y recuerda
que tu piel se quedó entre mis dedos;
que impregnó tu belleza mis ojos
y tu cuerpo amoroso vibró con el mío.
Y ya no siento dolores
ya no siento tristeza,
ya no temo que muera mi cuerpo,
porque sé que te amé con locura,
y quizá tú también me quisiste.
|
Francisco Franco Salas
|
|
|