El jibaro
El jíbaro de mi tierra
se ha escudado en su pellejo,
y ha cabalgado la jaca
como cualquier caballero.
Se ha batido con el mocho,
con la azada y el mollero;
venciendo al hambre y al ocio;
gigantes de todo tiempo.
Siendo apóstol del trabajo
ha cumplido su misión
ingeniando el garabato;
báculo del segador.
La montaña es su castillo
amurallado de fe;
y son gallardos los hijos
de su boricua mujer.
Tomado de Folios
© 1992 Eduardo Santos Cay
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