¡La Quiero!

La quiero con todo el alma
con las fuerzas de mis nervios
y con toda la ilusión
que idealiza el sentimiento.

Si no puede comprenderme
o si no escucha mis ruegos
igualmente gritaré:
¡que la quiero! ¡que la quiero!

Pero se que me ha de oir
y cuando sus ojos bellos
se reflejen en los mios
habre conseguido el cielo.

Y por siempre ha de vibrar
aunque destruya silencios
entre esperanzada y suave
mi voz: ¡la quiero! ¡la quiero!

Gerardo Molina

Se miran, se presienten

Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehúyen, se evaden y se entregan.

Oliverio Girondo

¡Todo era amor... amor!

¡Todo era amor... amor!
No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
No se podía hablar más que de amor.
Amor pasado por agua, a la vainilla,
amor al portador, amor a plazos.
Amor analizable, analizado.
Amor ultramarino.
Amor ecuestre.
Amor de cartón piedra, amor con leche...
lleno de prevenciones, de preventivos;
lleno de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor con una gran M, con una M mayúscula,
chorreado de merengue,
cubierto de flores blancas... 
Amor espermatozoico, esperantista.
Amor desinfectado, amor untuoso... 
Amor con sus accesorios, con sus repuestos;
con sus flatas de puntualidad, de ortografía;
con sus interrupciones cardíacas y telefónicas.
Amor que incendia el corazón de los orangutanes,
de los bomberos.
Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas,
que arranca los botones de los botines,
que se alimenta de encelo y de ensalada.
Amor impostergable y amor impuesto.
Amor incandescente y amor incauto.
Amor inderformable. Amor desnudo.
Amor amor que es, simplemente, amor.
Amor y amor... ¡y nada más que amor! 

Oliverio Girondo

Retornos del amor tal como era

Eras en aquel tiempo rubia y grande,
sólida espuma ardiente y levantada.
Parecías un cuerpo desprendido
en los centros del sol, abandonado
por un golpe de mar en las arenas.

Todo era fuego en aquel tiempo. Ardía
la playa en tu contorno. A rutilantes
vidrios de luz quedaban reducidos
las algas, los moluscos y las piedras
que el oleaje contra tí mandaba.
Todo era fuego, exhalación, latido
de onda caliente en ti. Si era una mano

la atrevida o los labios, ciegas ascuas,
voladoras, sílbaban por el aire.
Tiempo atrazado, sueño consumido.

Yo me volqué en tu espuma en aquel tiempo.

Rafael Alberti

Nocturno Abrileño

En tanto afuera la lluvia
llora su angustia secreta
forja versos el poeta
para una muchacha rubia.

Es bonita... rebonita
una tenue florecita
del jardin de Juventud.
Es la alegre lamparita
que mi empeño facilita
con destellos de virtud.

Noche llorosa de abril
sin estrellas y sin luna,
me va invadiendo como una
emoción honda y febril;

Es por la niña que mira
mis poemas y suspira
con un aire soñador.
Por a niña que se admira
de que mi pequeña lira
sea un ánfora de amor.

¿Queréis saber una cosa?
cual ha sido tal remedio
que puso fin a mi tedio:
una rubiecita hermosa.

Por eso ama, canta y rie
corazón,
ya tuyo es el galardón
que impregnó tu madrigal
con la esencia inmaterial
que llamamos ilusión.

Y en tanto seguía la lluvia
rumoreando asaz inquieta
soñò feliz el poeta
con una muchachita rubia.

Gerardo Molina

AMOR MAS PODEROSO QUE LA MUERTE

Conde Niño, por amores
es niño y pasó la mar;
va a dar agua a su caballo
la mañana de San Juan.

Mientras el caballo bebe,
él canta dulce cantar;
todas las aves del cielo
se paraban a escuchar.

Caminante que camina
olvida su caminar
navegante que navega,
la nave vuelve hacia allá.

La reina estaba labrando,
la hija durmiendo está:
-Levantaos, Albaniña,
de vuestro dulce folgar,

sentireís cantar hermoso
la sirenita del mar.
-No es la sirenita madre,
la de tan bello cantar,

sino es el Conde Niño,
que por mi quiere finar.
¡Quién le pudiese valer
es su tan triste penar!

-Si por tus amores pena,
oh, malhaya su cantar!,
y porque nunca los goce,
yo le mandaré a matar.

-¡Si le manda a matar madre,
juntos nos han de enterrar!-
El murió a la medianoche,
ella a los gallos cantar;

a ella como hija de reyes,
la entierran en el altar;
a él, como hijo de condes,
unos pasos más atrás.

De ella nació un rosal blanco,
dél nació un espino albar;
crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar;

las ramitas que se alcanzan,
fuertes abrazos se dan,
y las que no se alcanzaban,
no dejan de suspirar.

La reina llena de envidia,
ambos los mandó a cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.

De ella naciera una garza,
dél un fuerte gavilán;
juntos vuelan por el cielo.
juntos vuelan par a par.

(Anónimo)