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La página SIN LACTEOS |
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Ahora vamos a responder a la cuestión candente que todo el mundo tiene en la punta de la lengua: «¿De dónde obtengo el calcio que necesito? ¿Voy a dejar que mis huesos se partan como ramitas secas a causa de la osteoporosis? » Le interesará saber que se ha levantado una industria multimillonaria gracias al problema del calcio. El temor y la información errónea se extiende como un mal rumor. Tenga en cuenta que todo lo que oye acerca del calcio no es exacto, ni tampoco honesto. En los cuatro o cinco últimos años, como resultado del interés mostrado por los medios de comunicación, la osteoporosis ha pasado de ser un tema del que se hablaba poco a un monstruo enfurecido. Se ha hecho creer, sobre todo a las mujeres, que sin tomar una dosis adicional de calcio a diario, es inevitable que sufran osteoporosis más tarde o más temprano. La industria lechera ha invertido muchos millones de dólares para decirle a la gente que la manera mejor y más segura de evitar la osteoporosis es beber por lo menos tres vasos de teche al día, y además engullir todos los productos lácteos que quepan en el estómago. Le dicen eso con el único propósito de ayudarle a conseguir un alto grado de salud. Y si usted se lo cree, tal vez le interese invertir en un lujoso proyecto de urbanización al sur de Florida... Hay muchas ironías en la vida, las hay en el campo de la salud y también las hay en este libro. Pero aquí está la ironía suprema. Nos engatusan continuamente para que consumamos productos lácteos a fin de combatir la osteoporosis, cuando ¡LOS PRODUCTOS LÁCTEOS SON UNA DE LAS CAUSAS PRINCIPALES DE LA OSTEOPOROSIS! Sé que resulta muy difícil de creer, pero existen pruebas indiscutibles que corroboran esta turbadora revelación. No me lo he inventado. Hay una cantidad enorme de datos científicos que entran directamente en conflicto con la propaganda unilateral e interesada que difunde la industria lechera. Desde luego, comprendo que la industria haga y diga cuanto pueda para perpetuar esta distorsión flagrante de la verdad. Al fin y al cabo, el negocio es el negocio. Lo que nos parece absolutamente inconcebible es que los dietistas y expertos en nutrición, que deben de estar enterados, insistan también en que los productos lácteos ayudan a vencer la osteoporosis. Eso es un escándalo. ¿Es posible que tantos de ellos desconozcan los numerosos estudios publicados en sus propias revistas y libros de texto y que demuestran lo contrario? Es demasiado ridículo para creerlo. Respecto a la osteoporosis, hay tres cuestiones importantes: 1) ¿Qué es?; 2) ¿Cuáles son sus causas?, y 3) ¿Qué se puede hacer para prevenirla? En primer lugar, ¿qué es la osteoporosis? Los huesos están formados por una serie de elementos. Los dos minerales que más prevalecen en los huesos y los dientes son el calcio y el fósforo, que se depositan en un material rico en proteínas para formar la estructura ósea. El calcio de ésta se pierde por diversas razones. Abandona literalmente a los huesos. A lo largo del tiempo se pierde una cantidad considerable, los huesos se vuelven porosos y frágiles y pueden romperse a la menor provocación. Un estornudo puede romper una costilla. Viajar por una carretera con baches puede causar una fractura de cadera. Incluso un abrazo amistoso puede causar la rotura de un hueso, tan frágiles se vuelven si la pérdida de calcio es suficiente. Piense en una tabla de madera, fuerte cuando es sólida, pero si está atacada por la carcoma es posible romperla con un golpe ligero. Lo mismo les ocurre a los huesos con deficiencia de calcio. Es como si estuvieran atacados por la carcoma. La osteoporosis es un problema extremadamente grave para un gran número de personas. Sólo en Estados Unidos afecta de quince a veinte millones de personas. (99) Unas quince mil personas mueren cada año a causa de fracturas de cadera. En Norteamérica, la osteoporosis se ha convertido en una industria millonaria. Los vendedores de suplementos cálcicos están en la gloria. Casi por arte de magia han surgido millones de mujeres que, poseídas por un miedo pánico, piden calcio a gritos. De repente, los suplementos cálcicos son el gancho infalible para la venta de numerosos productos. Antes era «nuevo y mejorado»; ahora es «con adición de calcio», palabras mágicas que hacen sonar los timbres de las cajas registradoras. Existen antiácidos con calcio, cereales con calcio, laxantes con calcio, bebidas carbónicas con calcio, píldoras de vitaminas con calcio. No tardará en aparecer en la televisión uno de esos vendedores de coches que grita: «¡No pierda tiempo y aprovéchese de estos precios!», para terminar diciendo: «... y las primeras quinientas que compren un coche este fin de semana recibirán un saco de calcio en polvo incluido». Como verá enseguida, esos suplementos cálcicos son más nocivos que beneficiosos. ¿Cuáles son las causas de la osteoporosis? Como sucede con muchas otras afecciones, no hay una sola causa, sino que existen muchas variables que juntas contribuyen a los resultados finales de la afección. Sería estupendo que la osteoporosis pudiera evitarse con una sencilla medida, como la de añadir calcio a la dieta. Aunque superficialmente eso podría parecer la solución apropiada, no lo es. De hecho, los estudios han mostrado con toda claridad que, mientras continúen en vigor los factores que producen la pérdida de calcio de los huesos, ni siquiera las dosis muy elevadas de calcio serán beneficiosas. (17, 25, 90,143, 234, 260, 329, 362, 405, 416) Piense en ello. Una industria multimillonaria está promocionando los suplementos de calcio cuando ya se sabe con toda evidencia que no ayudan en nada. ¡Y no sólo eso, sino que son nocivos! La mayor parte de esos suplementos están hechos de harina de hueso cocida o dolomita, y muchos contienen cantidades peligrosas de plomo, arsénico, mercurio y otros metales tóxicos. (309). La necesidad de calcio que tiene nuestro cuerpo se satisface muy fácilmente, créalo o no, con mucha más facilidad de lo que la gente cree. Una vez satisfecha esa necesidad, ya es suficiente y el hecho de añadir más calcio no sirve de nada. Si usted tiene un vaso normal y una jarra de zumo, una vez llene el vaso hasta el borde ya no cabrá más. Es así de simple, sin excepciones. Si sigue vertiendo zumo en el vaso lleno, se derramará en el suelo y lo perderá. El viejo proverbio «si un poco es bueno, mucho es mejor» es una falacia. Sí, pero cierto, y esa fórmula en apariencia razonable es lo que usan los promotores de suplementos para que usted atiborre su cuerpo con más calcio del que puede usar. Pero, al contrario que el zumo derramado, que se pierde o se limpia, el exceso de calcio en el cuerpo tiene algunas consecuencias graves. Se ha demostrado claramente que cuando se pierde el calcio de los huesos, no se elimina sin más del cuerpo, sino que la sangre recoge ese calcio y lo deposita en los tejidos blandos, los vasos sanguíneos, la piel, los ojos, las articulaciones y los órganos internos. El calcio se combina con las grasas y el colesterol en los vasos sanguíneos para causar el endurecimiento de las arterias. El calcio que acaba en la piel produce arrugas. En las articulaciones cristaliza y forma unos depósitos artríticos muy dolorosos. En los ojos adopta la forma de cataratas, y en los riñones forman depósitos duros conocidos como cálculos renales. (108,117, 204, 249, 310) Así pues, no crea que tomar una dosis de calcio adicional es una precaución inocente. ¡No lo es! ¡Produce enfermedades! ¿Qué es entonces lo que crea el problema de la osteoporosis? La culpa la tienen varias influencias. TABACO. Esto no me sorprende en absoluto, teniendo en cuenta que el tabaco afecta de un modo tan negativo a muchos otros aspectos de la salud. ¿Por qué habría de ser distinto en este caso? Piense que uno de los papeles esenciales que juega el calcio es el mantenimiento de un equilibrio adecuado entre ácido y álcali en el cuerpo. Los minerales, el calcio incluido, son necesarios para neutralizar el exceso de ácido. Fumar es un hábito que produce mucho ácido, y es tan importante para la integridad del organismo neutralizar ese ácido, que el calcio se extrae de los huesos y los dientes para satisfacer esa necesidad. (110, 354). ALCOHOL. El alcohol dificulta la absorción de calcio al afectar la capacidad del hígado para activar la vitamina D. Esta vitamina es importante en el metabolismo del calcio. Cuanto más alcohol tome, más obstaculizará la capacidad de su cuerpo para la formación y el mantenimiento de unos huesos sanos. (60, 354). CAFEÍNA. Esta droga, que se encuentra en el café, el té, las bebidas carbónicas, el chocolate y muchas drogas que se venden legalmente, hace que la excreción de calcio (eliminación del cuerpo) sea el doble de la normal. Esto se ha demostrado en varios estudios. (146,172, 243) BEBIDAS CARBONICAS. Aquí el culpable es el ácido fosfórico, que se añade a muchas bebidas carbónicas para mantener el burbujeo. Esto se consigue mediante una mezcla de fósforo con ácido sulfúrico. ¿Le parece que es conveniente el contacto de esas sustancias con el delicado revestimiento de su estómago? ¡Ácido sulfúrico, nada menos! Un poco más de elemento cáustico que le aporta su amistoso, preocupado y solícito fabricante de bebidas carbónicas. Es importante comprender que el calcio no actúa por sí solo en el cuerpo, sino que éste lo usa conjuntamente con otros minerales. El fósforo juega un papel vital. La proporción de calcio y fósforo ingeridos por el cuerpo debería ser de dos a uno. Las dietas con alto contenido de fósforo producen un notable ascenso del nivel de fósforo en la sangre. El cuerpo, haciendo un esfuerzo para mantener la proporción adecuada de calcio y fósforo en la sangre, reacciona eliminando calcio de los huesos y liberándolo en el torrente sanguíneo. Si el calcio no amortiguara el exceso de fósforo, el nivel de ácido en la sangre pondría la vida en peligro. (Además de las bebidas carbónicas, ¿sabe qué otros dos grupos de alimentos tienen más fósforo? ¡Sí, señor! ¡La carne y los productos lácteos! De hecho, la carne tiene veinte veces más fósforo que calcio. (146) Ah, los productos animales. ¿Alguien quiere una hamburguesa con queso?) SAL. Esta sustancia ácida suele ser uno de los principales constituyentes de los productos animales, por no decir nada de las toneladas que añadimos a nuestra comida o que nos añaden los elaboradores de alimentos. En una publicación especializada he encontrado esta afirmación perfecta: «La ecuación es sencilla: cuanto más sodio (sal) ingiere, más calcio excreta». (298). ANTIÁCIDOS. Algunos antiácidos contienen aluminio, que causa un incremento en la excreción de calcio. Quienes toman esos «aliviadores» a lo largo del día deberían saber que están ocasionando una mayor deficiencia de calcio (hay muchos medicamentos antiácidos que contienen aluminio, por lo que es necesario leer atentamente los prospectos. Desde luego, puede empez»r a combinar apropiadamente los alimentos que ingiere y eliminar asi la necesidad de esos fármacos.).(125) Por otro lado, el ácido hidroclórico ayuda a absorber el calcio en el estómago, y los antiácidos lo neutralizan. (144) Esa es otra buena razón para empezar a combinar los alimentos adecuadamente. INSUFICIENCIA DE EJERCICIO. Se ha demostrado claramente que el ejercido aumenta la masa ósea, mientras que la falta de ejercicio ocasiona pérdida de sustancia ósea. Es algo de lo que no hay duda y que han demostrado numerosos estudios. (12, 18, 19,120,142,173, 277, 352, 415) El ejercicio incluso reconstruye huesos ya afectados por una pérdida de calcio. Los huesos están vivos y reaccionan al ejercicio como lo hacen los músculos, volviéndose más fuertes. El ejercicio y la actividad ejercen presión sobre el esqueleto, lo que, a su vez, estimula la formación de nuevo hueso. En el capítulo 10 hemos tratado más a fondo el ejercicio. FALTA DE LUZ SOLAR. La vitamina D juega un papel de extrema importancia en el metabolismo óseo. Puesto que la mejor fuente de vitamina D es el sol, resulta fácil imaginar que tomando un poco el sol cada día contribuirá a evitar la osteoporosis. (134, 146, 198, 210, 249). LA CAUSA NÚMERO UNO DE LA OSTEOPOROSIS. Llegamos por fin a la última causa de la osteoporosis, la principal, mucho más nociva que cualquiera de las que hemos mencionado hasta ahora. Este es realmente el golpe definitivo, el de gracia, el remate. ¿Todavía no lo ha adivinado? Sí, es ese heraldo de la enfermedad: los productos animales. Si la gente no hubiera sido tan manipulada, asustada, intimidada, obligada y aterrorizada para que introduzca en su cuerpo enormes cantidades de proteínas animales durante la segunda mitad del siglo pasado, la última parte de este capítulo no sería necesaria, porque usted jamás habría oído hablar de la osteoporosis. Los alimentos cárnicos y los productos lácteos son las principales razones de lo que usted ya sabe. Debido a la propaganda alimentada por intereses comerciales, la población norteamericana consume muchas más proteínas de lo que requieren sus cuerpos, y quien se haya tomado la molestia de examinar las investigaciones sobre el tema sabe que es cierto. En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud sugiere una ingestión mínima de 40 gramos de proteínas al día. La RDA establece 55 gramos por día. ¡Por término medio, los norteamericanos consumen ahora más de 100 gramos al día! (52, 223, 250) Lo asombroso es que se ha demostrado que podemos desenvolvemos perfectamente con menos de 30 gramos al día! (119, 156,175,186, 223, 225, 250, 251, 313) La Organización Mundial de la Salud y la RDA también lo reconocen así, pero casi doblan esa cifra para poner un «margen de seguridad». El margen en cuestión añade de un 30 a un 50 % de proteínas a nuestras necesidades reales para compensar cualquier posible necesidad que puedan tener algunos de más proteínas. Entonces la cifra se dobla, y el resultado es que nos dice a todos en general que consumamos más del doble de las proteínas que necesita nuestro cuerpo. Se ha demostrado que son necesarias muchas menos proteínas para mantener la vida, cosa muy fácil de comprobar. Por desgracia, la idea de que necesitamos mucha más proteínas se basa en tests realizados con ratas hace tres cuartos de siglo. (276) Esos mismos tests, refutados hace mucho tiempo, siguen siendo la base de las recomendaciones ridículamente altas que siguen actualmente en vigor. Cuando se toma en consideración el peso, una rata adulta requiere tres veces y media más proteínas que un adulto humano. (68) La concentración de proteína en la leche materna de las ratas es diez veces mayor que la de la leche materna humana, que sólo tiene un 2 % de proteína. (49) ¡Nosotros no somos ratas! A pesar de ello, nos advierten para que ingiramos muchas más proteínas de las que necesitamos a diario y, desde luego, nos hacen creer que los productos animales son la mejor fuente de proteínas, cuando se ha demostrado una y otra vez que una dieta totalmente carente de productos animales puede proporcionar todo lo que necesitamos. (1, 2, 15, 32, 65, 85, 92, 112,122,126, 167,176, 178, 191, 209, 211, 212, 228, 250, 282, 303, 322, 383, 418). Este es el verdadero asesino. ¿Qué cree que sucede con el exceso de proteínas? En primer lugar, se descomponen en aminoácidos, algunos de los cuales son metabolizados en el hígado y excretados en la orina se pierden grandes cantidades de minerales. (324) ¡Uno de los minerales que se pierden es el calcio! LOS ESTUDIOS MUESTRAN QUE CUANTAS MÁS PROTEINAS CONSUMIMOS, MÁS CALCIO PERDEMOS. (17, 25, 64, 88, 105, 145, 177, 179, 203, 233, 234, 241, 249, 250, 393, 405, 409). Uno de los más grandes investigadores actuales sobre los efectos de los productos animales en cada aspecto de la salud, incluida la osteoporosis, es John A. McDougall, médico y profesor en la facultad de medicina de la Universidad de Hawai. El doctor McDougall todavía no ha recibido el reconocimiento que merece. Sus dos libros; The McDougall Plan y McDougall's Medicine deberían ser leídos por todo el que desee dedicarse profesionalmente al campo de la salud, así como el público en general. Entre esos dos libros tienen más de 160 referencias que respaldan su obra, que forman parte del material más esclarecedor que puede leerse sobre este tema. ¿Por qué no se le ha reconocido más ampliamente? En primer lugar, no está a sueldo de los organismos que controlan las producciones cárnica y lechera del país. Según el doctor McDougall: El hecho de que las proteínas ocasionen una pérdida de calcio en el cuerpo humano no está sometido a controversia en los círculos científicos. Los numerosos estudios llevados a cabo durante los últimos cincuenta y cinco años, han mostrado una y otra vez que si queremos crear un equilibrio de calcio positivo que mantenga sólidos nuestros cuerpos, hemos de disminuir la cantidad de proteínas que ingerimos a diario. (20). En 1930 se publicó el primer estudio demostrativo de que una dieta con abundancia de carne originaba la pérdida de grandes cantidades de calcio, así como un equilibrio de calcio negativo. (247) Y no obstante, cincuenta y cinco años después, nuestras instruidas autoridades médicas siguen preguntándose por la causa de la osteoporosis. Muchas personas se preguntarán por qué esas autoridades no leen tales estudios, que, al fin y al cabo, aparecen en sus propias publicaciones. Nosotros nos preguntamos siempre lo mismo. A mi modo de ver, los argumentos de sentido común son mucho más importantes y ejercen mucho más impacto que todos los estudios científicos combinados. Como he dicho antes, es posible manipular las estadísticas hasta que reflejen lo que se desea, pero el sentido común no se deja manipular. Los esquimales toman una de las dietas con contenido proteínico más elevado del mundo. A veces consumen más de 400 gramos al día. ¡Los esquimales también sufren uno de los índices de osteoporosis más elevados del mundo! (244) Hacia los veinticinco años ya andan encorvados. Cuando uno considera que este dato se ha publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, la propia revista de los expertos en nutrición, uno no puede dejar de preguntarse que han estado haciendo los dietistas y nutricionistas que insisten en que comamos grandes cantidades de proteínas, y quién les paga por el tiempo empleado. Esos «expertos» que insisten en que los productos lácteos deben comerse por el calcio, o nuestros huesos se desmenuzarán como hojas secas, pueden saltarse los dos próximos párrafos... a menos, claro, que sean capaces de mantener la serenidad ante la perspectiva de tener que contar la verdad sobre los productos lácteos. En Estados Unidos se consumen más productos lácteos que en cualquier otra parte del mundo, nada menos que 38 mil millones de kilos al año, es decir, más de 150 kilos por cada hombre, mujer y niño del país. Eso significa una cantidad considerable de mucosidad. Aquí es donde podríamos perder a algunos de nuestros «expertos», porque se necesita un poco de sentido común para apreciar esto. Si los productos lácteos ayudaran realmente a evitar la osteoporosis, nadie debería sufrir esa afección, habida cuenta de la asombrosa cantidad de productos lácteos que consumimos. Pero a pesar de que el público consume cantidades astronómicas de productos lácteos, la osteoporosis va en aumento. ¿Por qué? El motivo está a la vista. Año tras año consumimos cientos de toneladas de productos lácteos, pero hay más pacientes de osteoporosis que nunca. No hay que ser muy sabio para extraer algunas conclusiones acusadoras sobre los llamados beneficios de los productos lácteos que consumimos año tras año. ¿Cuántas más pruebas necesitamos? Si se golpea el pulgar con un martillo y se le amorata y le duele, ¿qué pensaría de alguien que le recomendara golpeárselo de nuevo para sentirse mejor? Pues bien esto tendrá que hacer salir a esos dietistas de su mundo de autoengaño para entrar en el mundo de la realidad. Cuando el problema de la osteoporosis se estudia a nivel mundial, sorprende el hecho de que la mayor incidencia de osteoporosis se da en países donde los productos lácteos y los suplementos de calcio se consumen en mayores cantidades (Estados Unidos, Suecia, Finlandia y el Reino Unido). La incidencia de la osteoporosis es menor en los países donde se consumen menos productos lácteos (los países asiáticos y africanos). (231, 385, 386, 396) Donde el consumo de proteínas es más elevado, la osteoporosis es más frecuente. (231, 357, 385, 385, 397) Se ha realizado una serie de estudios entre mujeres bantú de Africa, las cuales consumen menos de la mitad de proteínas que toman los norteamericanos y su estilo de vida exige grandes cantidades de calcio (pueden amamantar hasta a diez hijos durante su vida). La osteoporosis es desconocida entre ellas. (357, 397, 398). Al investigar para escribir este capítulo, no pude evitar que me conmocionara la gran cantidad de pruebas que apuntan a los alimentos cárnicos y los productos lácteos como la causa número uno de la osteoporosis. Me asombra que quienquiera sea responsable de ocultar la verdad del asunto al público general, haya logrado hacerlo durante tanto tiempo. ¡ Y los suplementos de calcio no hacen más que empeorar la situación! (90, 260, 259, 329, 362) Es del todo evidente que los efectos de la proteína como eliminador de calcio no disminuyen aun cuando se ingieran grandes dosis de calcio. LA OSTEOPOROSIS NO SE DEBE A UNA DEFICIENCIA DE CALCIO EN LA DIETA (17, 25, 177, 179, 203, 233, 308, 405) Repito: ¡LA OSTEOPOROSIS NO SE DEBE A UNA DEFICIENCIA DE CALCIO EN LA DIETA! De eso no puede haber ninguna duda. La «literatura» revela muy claramente que las deficiencias de calcio debidas a calcio insuficiente en la dieta no existen. (157, 285, 369, 396) Extender el temor de que uno no puede obtener suficiente calcio sin el consumo de productos lácteos es un fraude imperdonable, una mentira perpetuada en busca de beneficios más que obedeciendo a una verdadera preocupación por la salud de la gente. ¿De dónde obtener el calcio? El calcio se encuentra en todos los alimentos vegetales, los cuales suministran fácilmente la cantidad de calcio suficiente para satisfacer las necesidades tanto de los niños en crecimiento como de los adultos. EL CALCIO PROCEDE DE LA TIERRA, CUYOS COMPONENTES LA PLANTA ABSORBE E INCORPORA A SU ESTRUCTURA. Los animales consumen las plantas y absorben el calcio. ¡De ahí es de donde la vaca obtiene el calcio! Las vacas no consumen productos lácteos y, no obstante, tienen todo el calcio que necesitan. ¿Cómo es posible? ¿Cómo puede ser que las vacas no tengan ninguna dificultad para satisfacer todas sus necesidades de calcio, y las de sus crías, por sí mismas sin tener que consumir ni siquiera un vaso de leche? Cuando se enfrentan a esta clase de preguntas de sentido común, los dietistas que insisten tenazmente en que no podemos obtener el calcio del reino vegetal, superan el récord de velocidad para cambiar de tema. Se ha establecido claramente que los vegetales de hojas verdes son una fuente principal de calcio utilizable en la nutrición humana. (16, 26,146, 249, 336, 416) Además, todos los frutos secos y semillas crudas, granos, habichuelas, fruta fresca y deshidratada y las verduras tienen calcio. Las afirmaciones de que no podemos satisfacer las necesidades de calcio mediante una dieta sin productos lácteos son pura trapacería, absolutas falsedades, embustes sin paliativos. Recuerde que los investigadores han determinado que las deficiencias de calcio no aparecen en individuos que toman una dieta natural. No permita que le desorienten los intereses comerciales descarados. Ningún animal en estado de libertad consume productos lácteos después del destete... y la osteoporosis no es ningún problema para los animales salvajes. Es una afección propia de la especie humana. Las únicas excepciones son los animales domésticos. (286). Además del fósforo del que hemos hablado en la página 263, otro mineral muy relacionado con la utilización del calcio es el magnesio. Es éste un mineral necesario para la absorción del calcio, y el cuerpo lo utiliza para transportar el calcio a los huesos. Si tuviera que cruzar un río y careciera de barca, no podría pasar a la otra orilla. Aunque llevara a otras diez personas a la orilla con usted, seguiría necesitando una barca. Las otras personas no le servirían para cruzar al otro lado. Habría diez personas inmovilizadas en vez de una sola. Lo mismo ocurre con el magnesio y el calcio. Sin el magnesio para transportar el calcio a los huesos, puede tomarse un cubo entero de calcio sin que le sirva de nada. Circulará por el cuerpo, sin ninguna «barca» que lo lleve a su destino, y se depositará en los tejidos blandos, causando los numerosos problemas que hemos descrito antes. El cuerpo necesita dos veces más calcio que magnesio, pero la mayoría de la gente consume mucho más calcio. Como en nuestras dietas hay mucho más calcio que magnesio, se ha demostrado que cuando disminuye la ingestión total de calcio, en realidad hay más calcio utilizable, debido a que establece un mejor equilibrio con el magnesio. ¿Qué le parece? Una dieta con poco calcio puede ser realmente de ayuda para prevenir la osteoporosis. En cambio, una ingestión excesiva de calcio bloquea la absorción de magnesio. (204) Y los productos lácteos, que tienen un alto contenido de calcio y fósforo, son una fuente muy escasa de magnesio. (¡Para muchas personas no hay barca!). Los estudios también demuestran que un aumento del magnesio en la dieta eleva los niveles de calcio y magnesio. (70). Esto se debe a que el aumento de magnesio establece un mejor equilibrio en su relación con el calcio. Así pues, sin aumentar la ingestión de calcio, el cuerpo lo utiliza de un modo más eficaz (146, 179, 195, 249, 250, 259, 416). Otro factor de suma importancia en la utilización del calcio es una sustancia llamada calcitriol (el cuerpo produce esta hormona como resultado de la absorción de vitamina D). Esta sustancia circula por el cuerpo y controla y protege al calcio. Ingerir poco calcio aumenta los niveles de calcitriol circulante y mejora la eficacia de la absorción de calcio. Una ingestión excesiva de calcio reduce la formación de calcitriol, por lo que el calcio se utiliza de un modo ineficaz. (177) Por este motivo las deficiencias de calcio son raras en aquellas partes del mundo donde su ingestión es baja. Así pues, esta ofensiva actual para hacernos consumir tanto calcio agrava en realidad el problema y contribuye a la osteoporosis. Con todas las variables comentadas en este capítulo que juegan un papel en la conexión entre el calcio y la osteoporosis, sugerir el consumo de productos lácteos para obtener más calcio como medida preventiva representa una incomprensión de la situación que bordea la idiotez. Otro mineral que se emplea para asustarle y hacerle consumir más productos lácteos de los que puede utilizar es el hierro. El hierro se encuentra en muchas frutas, en todos los vegetales de hojas verdes, el maíz, las judías, el trigo y muchas otras verduras. Un estudio reciente efectuado en Estados Unidos señala que, si bien la leche contiene hierro, sólo del 5 al 10 % del mismo puede ser utilizado por el cuerpo, y los niños alimentados con leche de vaca pueden padecer realmente una anemia por deficiencia de hierro. Conozco a mucha gente que se pregunta por qué los profesionales de la salud y la industria han decidido ignorar el vínculo directo entre los productos naturales, la pérdida de calcio y la osteoporosis, en vez de tolerar y recomendar los suplementos de caldo que se han revelado inútiles. Piense en todo el dinero invertido en carnes, productos lácteos y suplementos de calcio. Si grandes cantidades de consumidores descubrieran la verdad y empezaran a confiar menos en esos productos y más en las fuentes naturales de calcio -frutas, verduras, frutos secos y semillas- ello representaría grandes dificultades económicas para esas industrias. Es muy lamentable que se haya de anteponer el beneficio a la salud, pero se trata de enormes sumas de dinero. No seamos ingenuos. La gente siempre se comprometerá para embolsarse la mayor cantidad posible de dinero, y no hay mejor ejemplo de ello que el intento de la industria láctea y sus portavoces contratados para convencerle de que siga consumiendo sus productos a pesar de la montaña de pruebas que demuestran su contribución a la osteoporosis.
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